Raúl, mi primo el pastor (2)

Mi primo viene a la ciudad para visitar a su padre enfermo y me regala con una ración de queso añejo.

Mi tío había enfermado, por eso él y mi tía estaban en la ciudad, yo cada día pasaba por el hospital. Aquel viernes me dieron una sorpresa, mi madre me dijo que el sábado bajaría mi primo Raúl para ver a su padre y que tendría que quedarse en mi casa, ya que mi tía estaba en la casa de mis padres y ocupaba mi antigua habitación. Yo le dije que no había problema alguno.

Llegó el sábado y a las 8 pm fui a buscar a mi primo a la estación de autobuses. Al llegar se abrazó a mí y nos fuimos a ver a su padre. Al llegar al hospital todos se pusieron muy contentos de ver que Raúl había podido venir. Mi tío estaba mejor pero todavía tenía para unos días en el hospital, es por eso que Raúl se decidió a venir.

  • Bueno nosotros nos vamos, dije yo.
  • Sí hijos iros a descansar que Raúl debe estar muerto entre el trabajo y el viaje, dijo mi tía.
  • Tranquila mamá, que no ha sido para tanto, pero sí me gustaría descansar y pegarme una buena ducha pues apenas pasé por casa para coger las cosas y venirme.
  • Mañana venimos tía. Un beso

Raúl y yo nos fuimos a casa.

  • Vaya choza que tienes primo, me dijo él.
  • Bueno me gustaba más la tuya con ese olor a queso recién hecho, jajaja
  • Tranquilo primo que si quieres también lo podemos hacer aquí, como le dije a mi madre vengo apenas sin ducharme, estaba con las ovejas en el monte y Jacobo llegó más tarde de lo previsto, así que hay requesón de una semana y media o más
  • Mmmm, ¿de verdad?
  • Sí, quieres probarlo
  • No sabes las ganas que tengo de hacerlo, desde que me enteré que venías sólo he pensado en aquella noche
  • Pues, nada cuando quieras a tu total disposición

Lo cogí de la mano y nos fuimos a mi cuarto, empecé a besarlo, nuestras lenguas jugaban y la saliva fluía en nuestras bocas, Poco a poco nos fuimos desabrochando las camisas, nuestros torsos quedaron desnudos, mi lengua quería lamer sus axilas peludas, él se dejaba hacer, metí mi nariz en ellas y efectivamente su olor no era de haberse duchado hacía poco, así que lamí aquellas matas de pelo con avidez, mi polla iba resurgiendo de su dormidse. Raúl se dejaba hacer y noté como su polla también se levantaba poco a poco. Después de lamer sus axilas pasé mi lengua por sus pezones peludos que se pusieron duros y fuertes.

  • Que bien lo haces primo, sigue
  • Claro que sí Raúl

Mi lengua llegó a su ombligo peludo, lo lamí y lo besé, mientras notaba como debajo del pantalón su polla estaba más despierta que nunca, dura como una roca. Desabroché el pantalón y con mis dientes bajé la cremallera, y pude comprobar como en su slip se marcaba aquella polla que me esperaba. Nos quitamos los pantalones y nos quedamos en slip. Los dos estábamos supercalientes. Me acerque a su slip y mi lengua empezó a lamer por encima de la tela aquella polla babeante que marcaba sus fluidos en la tela, Aspiré aquel olor que me volvía loco, ese olor que me embriagaba, olor a macho, a orín, a lefa , en definitiva a polla sucia sin lavar. No podía más. Baje su calzoncillo y allí apareció, toda recta, con sus gotas de precum. Le quité el slip y empecé por meter mi nariz en su ingle y aspirar ese olor rancio y fuerte, lamí sus huevos peludos, chupé uno, después el otro, Raúl jadeaba de placer y su polla dejaba caer su precum cada vez más abundante.

  • Sigue primo. Me voy a correr en cualquier momento
  • No sin antes chuparte ese capullo húmedo, le dije yo

Mi boca se dirigió hacia él con avidez y enseguida un chorro de lefa abundante y espeso llenaba mi garganta, mientras los descapullé y con mi lengua rebañé el requesón que ocultaba alrededor de su capullo y disfruté como aquella noche en el campo, Rico queso recién hecho con requesón fresco y lefa caliente.

Raúl entonces me besó y los dos compartimos aquel sabor rancio y a la vez embriagador.

  • Mmm, tenías razón este queso es inigualable
  • Ya sabes que soy de gustos exquisitos
  • Pero yo quiero ahora un poco de leche fresca
  • La que tú quieras primo

Raúl agarro mi polla y empezó a mamarla con fuerza, así que enseguida mi líquido salió como nunca llenando su garganta y saliendo por la comisura de sus labios. Me besó y también el sabor de mi semen me gustó como nunca. En eso sonó el teléfono.

  • Es mi madre, voy a cogerlo, sino se preocupará y es capaz de venir.
  • Ok, primo, dile que estamos bien.
  • Sí mamá, ya hemos cenado, Raúl se está duchando y vamos a dormir, puedes estar tranquila, mañana nos vemos. Un beso
  • ¿Todo arreglado?
  • Sí, todo arreglado
  • Por cierto no hemos cenado, me estás matando de hambre primito
  • Mmm, ¿qué quieres comer?
  • Espera primo tengo un regalo para ti, se que te gustará también es de pueblo

Raúl se puso de espaldas y abrió su culo peludo. Yo al verlo empecé a babear, estaba algo más limpio que en el campo pero me dio igual, ese olor y sabor de culo peludo y sudado hizo que mi lengua lo recorriera limpiándolo mucho mejor.

  • Primo quiero que me folles tú
  • Raúl, me estás diciendo que te la meta
  • Sí, la otra vez fui yo
  • Te toca a ti

Ensalivé mi dedo y lo metí por el agujero, después metí dos dedos y cuando ví que se había dilatado un poco fui metiendo mi capullo despacio, no quería hacerle daño.

  • Tranquilo primo, no es la primera polla que entra ahí
  • ¿Cómo?
  • Sí, al saber que venía a ver a mi padre, le deje a Jacobo que me la metiera, quería preparar el culo
  • Vaya no sabía que tu y Jacobo
  • Sí Jacobo y yo tenemos nuestras tardes de lujuria, lo que pasa es que siempre soy yo el que le folla
  • Mmm eso me da mas morbo
  • Todavía debe quedar algún resto suyo, fue esta mañana

Empecé a follarlo mientras agarraba su polla y lo pajeaba a ritmo. Raúl jadeaba, suspiraba de placer y decía

  • Sigue no pares, más deprisa

Y así en el mismo momento que mi polla llenaba su culo con mi lefa, la suya se vertía sobre mi mano, fue algo fantástico. Saqué mi polla de su culo y la agarré con la mano en la que tenía su leche para que se mezclaran y los dos empezamos a lamer aquella mano y nos fundimos después en un beso.

  • Primo ha sido fantástico

  • ¿Te ha gustado?

  • Mucho

  • Será mejor que repongamos fuerzas, pues esta noche quiero que tu fiera entre en mi cueva

  • Vaya, parece que en la ciudad te matan de hambre

  • Bueno, nunca disfruta uno de un primo pastor que hace un queso tan rico

Nos reímos y fuimos a cenar.