Raro trio

Que una mujer te ofrezca tener sexo, a cambio de dejarte comer la polla por su marido, no es algo muy frecuente y menos aun siendo una mujer diez.

Desde que comencé a publicar relatos, he conocido a diversos tipos de personas, todas ellas interesantes por diversas razones, pero con algunas he conectado más que con otras.

Con una mujer llamémosla Lola que me envió un correo hace unos meses para felicitarme por uno de los relatos, fue muy especial y me mostro un mundo que desconocía del todo. De los correos pasamos al chat y de los comentarios al civersexo, siempre se conectaba a las doce en punto, un miércoles me hizo una proposición muy interesante.

¿Te apetecería tener sexo en vivo? Barcelona y Madrid no quedan tan lejos con los medios de transporte actuales y creo que se podría arreglar.

Si que me gustaría, pero me hablas de tu marido e hijos y eso lo puede complicar un poco le respondí.

Entonces fue cuando cayó la bomba para mí, al responderme que había dos condiciones, para que nos encontremos. Me puse como “Desconectado” en el Messenger y mis ojos no se podían apartar de ese par de frases que siendo tan simples, me demostraban que no tenía la mente tan abierta como pensaba.

La primera es que mi marido estará presente mientras tengamos el tipo de sexo que desees y solo participara si así lo quieres, y en los términos que decidas.

La segunda que tampoco es negociable, es que él te limpiara la polla cada vez que te corras, sin intentar nada más contigo, pues en realidad no le gusta ser penetrado ni penetrar a ningún hombre, tan solo se mantendrá al margen si soy yo, quien te la esta mamando y te corres en mi boca.

Cuando reaccioné, me puse otra vez en “Disponible” y con un simple “

Disculpa, es que se corto la comunicación

”, trate de salir del paso y seguir la conversación solo por ver hasta donde nos conducía, su respuesta no se hizo esperar.

No es preciso que te muestres, yo si lo haré y es tan solo para que conozcas al menos a la mitad del equipo y entiendo que haya sido algo traumática mi petición y te haya descolocado un poco, solo mírame y juzga si merezco la pena un viaje, al menos para conocernos, la primera vez estaríamos solos tu y yo, mientras mi marido esperaría nuestro respectivo veredicto. Jajajajaja.

Ante mi apareció la petición de videoconferencia, que acepte después de asegurarme que mi cámara estaba desconectada, lo que vieron mis ojos me corto la respiración. Se trataba de una criatura preciosa, ojos marrones (no se porque hablamos siempre de los ojos en primer lugar) unos pechos, al menos talla 95, una cabellera castaña que le llegaría a media espalda, una cara angelical con finos labios y una nariz muy graciosa, sobre la que se sujetaban unas simpáticas y enormes gafas, que imaginé serian solo para parecer una intelectual, pues no deformaban nada su fisonomía, y dejaban ver muy bien esos bellos ojos y sus largas pestañas.

Me quede en silencio, mis dedos no atinaban a pulsar ninguna tecla, hasta que su suave voz surgió de los altavoces y me saco de ese estado en que me había sumido.

¿Te gusta lo que ves? Espera que ahora te mostrare el resto.

Yo estaba alucinando, mientras que ella retrocedió lo suficiente, para quedar en cuadro hasta las rodillas, entonces y de forma magistral realizo un estriptis que me puso a cien, quedando solo con un minúsculo sujetador y un tanga, ambos color piel. Y diciendo TACHANNNNNNNNNNN dejo caer el sujetador mostrando unos pequeños pezones, que coronaban unas areolas de tamaño medio y lentamente se bajo el tanga, dejando a la vista su muy bien delimitado sexo, por una pequeña zona de bello corto que lo flanqueaba.

Sonó su suave voz otra vez en los altavoces y yo salí del estado de Shock en que me encontraba en ese momento.

¿Qué te ha parecido? Supongo que ya te harás una idea bastante aproximada, sobre mi físico y disposición para satisfacer cualesquiera que sean tus caprichos, por lo que he leído en los relatos y los comentarios que hemos intercambiado en este tiempo, si eres solo un 10% de lo fogoso que te imagino, no creo que te resistas al menos a pasar unas horas conmigo, después si no te satisface seguir con el resto de lo planteado, con decirlo lo dejamos estar, mi marido esta de acuerdo en ello.

Entonces conecte el micro y auriculares a los altavoces, para responderle directamente sin emplear ya el teclado. Dime una cosa para que lo entienda ¿Cómo comenzó todo esto? Imagino que estas actitudes no surgen de un día para otro aunque yo lo pinte así en mis relatos, se trata de algo muy diferente al ser real ¿Porque hablas en serio verdad?

Hablo muy en serio y me gusta mucho tu voz. En realidad fuiste el desencadenante de todo sin proponértelo, fue una amiga y compañera de gimnasio quien me mostro un día el primer relato que leí de ti y por el que te envié aquel primer correo, nuestra vida sexual después del segundo niño que tiene ahora seis años, se había ido volviendo monótona y muy sosa, el polvo de media semana y el de los sábados era todo.

No sabia que decir y por tanto solo me dedique a mirar y escuchar, mientras ella que seguía desnuda pero sentada frente al ordenador, en su casa por lo que se podía ver detrás suyo, se acariciaba distraídamente un pezón mientras continuaba.

Hice leer ese y otros relatos a mi marido, a mi me excitaban y a el también, probamos a leer otros autores, y no es que no fueran buenos, simplemente es que nos gustó a ambos tu estilo, eso hacia que el sexo fuera más intenso y frecuente, además nos decidimos a contarnos algunas de las fantasías que teníamos.

Las mías básicamente eran dos, una que NUNCA me gustaría experimentar, que es la típica de la violación, algo con lo que seguramente muchas mas mujeres de las que son capaces de confesarlo han fantaseado alguna vez, y la otra ser follada por otro hombre

en presencia ó además

de mi marido, quiero aclarar en este punto, que hasta el momento no he estado con otro o casi y después me explicaré.

Mi marido me contó lo típico, eso de estar con dos mujeres y ver como una mujer me hacia sexo oral mientras se la mamaba yo a él, pero un día en que habíamos bebido algo más de la cuenta, lo vi triste y le pregunté porque, sin el pudor que le había arrebatado el alcohol, me dijo que sentía curiosidad por como seria el sabor del semen y sin pensarlo demasiado, me dedique a hacerle una mamada como tantas otras veces, pero en lugar de tragarme su leche, algo que me encanta y que considero un premio, conserve el máximo que pude y lo compartí con él.

Creí que eso era algo muy generoso por su parte y así se lo dije, pero continuó.

Pensé que estaría satisfecho, pero al rato con lágrimas en los ojos me dijo.

Me refería a semen de otro hombre, ¿Pero como lo hago para conseguirlo si en realidad los tíos no me gustan? Como un chispazo recordé algo que me había comentado mi amiga la que me mostro los relatos.

Esa mujer era una mentirosa patológica o un portento muy enamorada, me decidí por lo segundo. Y fue cuando le pregunté, que papel jugaba yo en todo eso.

Con una sonrisa me dijo que tuviera paciencia y me lo diría todo, pero que seria en otro momento, ahora era yo quien tenia que hacer una valoración de lo visto y oído hasta el momento, y si estaba dispuesto a arriesgarme tan solo con las “pistas” que me había dado. Y dicho eso me dijo que tenia que cortar la comunicación, que al día siguiente a la misma hora estaría a la espera de que contactara con ella, permanecería como “Desconectada” para todos menos para mí, me envió un beso con la mano y corto sin darme tiempo a responderle nada.

Me quede un rato mirando las ultimas dos frases, que seguían en la pantalla después de que la imagen se apagara, eran toda una declaración de principios, lo razoné poco ya que me hacia gracia la picaresca empleada por la mujer, y creía firmemente que no se trataba de una treta para emparejarme con su marido. Por eso no esperé al día siguiente y le envié un correo, confirmándole mi interés en el asunto y emplazándola para continuar al día siguiente donde lo habíamos dejado.

Comparto gastos y cama con una mujer divorciada, trabaja con uno de mis clientes como delineante y por eso la conocí, ella pasa los fines de semana en Tarragona con sus padres, que son quienes están cuidando de su hijo, pero tenemos una relación del todo abierta y sin compromiso, algo que ninguno quiere de momento y por tanto le comente mientras cenábamos lo sucedido, cuando pudo parar su ataque de risa, me animo a seguir con el asunto, puntualizando que si la esposa había dejado claro, que el primero de los encuentros lo tendríamos sin el marido, como poco seria interesante probar.

La mañana siguiente se me hizo muy larga, las horas no pasaban y el trabajo se convirtió en algo tedioso y pesado, por lo que simplemente lo deje de lado y me dedique a escuchar música y tratar de relajarme, esperando que fueran las doce que es cuando se conectaría. Como si de un reloj suizo se tratase, apareció “Conectada” tal y como dijo y directamente ofreciéndome aceptar una videoconferencia, como ya tenía los auriculares puestos, paré la música y nos saludamos con un simple hola.

Acepte la videoconferencia y su bello rostro apareció sonriente, directamente me preguntó si lo había pensado, al parecer por el mensaje que le había enviado la respuesta seria si. Le confirme que así era, pero que me gustaría conocer algún detalle de cómo cuando y donde seria el encuentro, además de cómo había conseguido cumplir la fantasía de su marido. Con mucha soltura me respondió.

Lo que me dijo mi amiga se trataba de un bar musical, donde había además de los “normales” dos baños con lo que llaman

Glory Hole

, se lo dije a mi marido y se calmo un poco al decirle que me encargaría que su fantasía se cumpliera, acudimos un viernes por la noche y después de observar las idas y venidas de hombres y mujeres al baño, fuimos mi marido y yo, pero entramos ambos en el de señoras.

Tal y como me había indicado mi amiga, asome un par de dedos por el agujero que había en la pared haciendo gestos con ellos, instantes después apareció un pene enorme, nos miramos mi marido y yo, lo atrape con una mano, mientras la otra paso por el agujero, para acariciarle los huevos, entonces mientras yo estaba abierta de piernas para dejarle sitio, mi marido se arrodillo en el suelo entre ellas y comenzó a besarle el capullo, me daba envidia pero le deje hacer, yo iba pajeándolo tratando de que la posición de las manos, se correspondiera medianamente con la boca que seguía haciendo un buen trabajo.

Cuando comencé a oír suaves golpes en la pared, pensé que seria con las manos, pero era con la frente por donde sonaban, hasta que pude oír un ronco y apagado rugido al tiempo que se tensaba la polla que tenía en la mano.

Podía oír como sorbía mi marido, que trataba por todos los medios de no desperdiciar nada y eso me puso muy cachonda, cuando cesaron los ruidos, aparte las manos y como por arte de magia el pene desapareció, cuando mi marido se puso en pie en el estrecho espacio que había allí dentro, me dio la vuelta sin decirme nada, supe que tenia que agacharme un poco pues me iba a penetrar, me bajo los jeans y arranco el tanga.

Hacia mucho tiempo, que no lo hacia con tanto vigor ni tardo tanto a correrse, tuve dos orgasmos maravillosos, antes de darme la vuelta y sentarme en la taza del váter, para limpiarle yo la polla a él antes de salir, en la puerta había una mujer de nuestra edad esperando para entrar, que al vernos salir juntos tan solo nos sonrió y entro ella, vimos como entraba en el de caballeros un buen mozo bastante más joven, llegamos a nuestra mesa, terminamos las copas y nos fuimos a casa.

Esa semana tuvimos sexo todos los días, al acostarnos, de madrugada y antes de entrar en la ducha por la mañana, al terminar despertaba a los niños mientras mi marido se arreglaba y se iba al trabajo, yo les preparaba el desayuno a ellos, los llevaba al colegio y de regreso me echaba hasta cerca de las doce, que es cuando comenzaba a chatear contigo.

Esa explicación me reafirmo en la creencia de que esa mujer es extraordinaria y que a toda costa quería conocerla en el más amplio sentido de la palabra, entonces continuo.

Él cuando, será cuando tu puedas o quieras pero en fin de semana. Esta pasada primavera murió mi suegro y este verano, en lugar de irnos a hacer un viaje, lo hemos pasado en la casa donde vivían, en una urbanización entre TORRELODONES y FUENTE LA TEJA, tiene una gran piscina y mucho terreno, parte del mismo es jardín y a los niños les encanta el lugar.

Mi marido es hijo único y mi suegra con la que me llevo muy bien, viene todos los viernes a comer a casa, le preparo una bolsa con ropa para los niños y los recoge a la salida del colegio, excepto si pensamos pasar el fin de semana con ella, o hemos planeado algo con los chiquillos, aunque ellos tienen amiguetes allí y pueden ir con la bici sin peligro, eso nos da mucha libertad para disponer de fechas, pues estar con ellos la entretienen mucho, y nos dice que así tenemos tiempo para nosotros.

En cuanto al lugar, lo mejor para todos en este primer encuentro, seria en un hotel que conocemos, pero tendrás que traer una maleta aunque este vacía y si para ti es un problema, ya cogeré una yo de casa, pero no queremos llegar sin equipaje y arriesgarnos a que me tomen por lo que no soy, porque las habitaciones (dos contiguas) las tomaremos tu y yo aunque ya estarán reservadas, después de un primer contacto, si la cosa no resulta como pensaba tu te quedas en una habitación, o si resulta se quedara mi marido cuando haya terminado su participación en la fiesta.

Parecía que todo lo tenía previsto y solo dependía de mí. Le pregunté si podríamos quedar para ese primer viernes o era muy precipitado. Con su bella sonrisa respondió.

No es problema, ahora cuando cortemos hare la reserva en el hotel y mesa en el restaurante del mismo, durante la cena conocerás a mi marido, también esta el tema del horario, ¿Qué tren podrás coger? Yo quedo libre a partir de las cuatro, que es cuando mi suegra sale de casa para recoger a los niños, después de esa hora puedo ir a la estación a recogerte, la idea seria llegar al hotel cuanto antes, pasar un rato conociéndonos y después bajar al comedor, donde acudirá directamente mi marido.

Había estado consultando los horarios de tren con antelación y le dije. Puedo tomar el tren que sale a las 14 y que llega a Atocha a las 17.10 si te parece bien, o será muy justo para ti, en cuyo caso tomaría el de las 15, que llega a las 17.45 y esperare a que llegues, incluso si lo prefieres nos podemos encontrar en el hotel si me dices el nombre. Su respuesta no se hizo esperar.

Toma el de la dos si puedes, yo te estaré esperando y no me muestres tu rostro, tan solo cuando me veas en el anden dime

HOLA MUJER

por la voz y esas palabras ya sabré que eres tu, también tengo ganas de que me sorprendas hasta el ultimo minuto, toma nota de mi móvil por si surgiera algún inconveniente

.

Me mostro una hoja de papel con unos números inmensos, después de sonreírme se despidió con un “hasta el viernes” y cortó la comunicación, me quede confuso ante el monitor, en esta ocasión tan solo se había tratado de concretar algo que se daba por hecho, no tenia nada que ver con las muchas otras ocasiones en que habíamos chateado y en que nos habíamos dicho cosas que nos habían inflamado hasta ponernos cachondos, pero estaba claro que eso ya no se trataba de un juego, era la vida real.

Esa noche mientras cenábamos, le conté a mi actual pareja la situación y nos reímos mucho, aunque reconozco que la mía era una risa nerviosa casi histérica, cuando nos acostamos hicimos el amor como tantas otras veces, pero en esta ocasión, cuando pensé que era ya hora de dormir, Luisa me sorprendió con una pregunta muy simple.

¿Pensabas en Lola en algún momento? Es que esta noche te has lucido y quizás se lo tenga que agradecer a ella y lo que se te viene encima.

Estaba avergonzado, ciertamente en algunos momentos había pensado en como seria estar con Lola y puede que eso se tradujera en más vigor o esmero en alguna de las cosas que solíamos hacer, pero Luisa nunca dejaba de sorprenderme y esa noche tampoco cuando me dijo.

Voy a darte una muestra, solo para que compares y aunque sé que saldré perdiendo, no quiero perder la oportunidad de demostrarte, lo que te espera aquí cuando regreses.

Dicho eso comenzó una mamada, pero lo hizo con una dulzura que me arranco unas lagrimas de agradecimiento, quizás la estaba infravalorando y el acuerdo que teníamos, ella lo considera algo con futuro y yo no he sabido darme cuenta, pero no era momento para razonar, tan solo para gozar y ya habría tiempo de hablar de un “nosotros” llegado el caso.

Cuando me vacié por entero entre sus labios, la bese como otras veces y permanecimos abrazados un buen rato, cuando decidimos dormir tan solo me deseo suerte, ya que hasta el lunes por la noche no nos veríamos otra vez.

Me desperté solo en la cama, esa mañana no la oí levantarse como casi cada día, me duche y tras desayunar prepare la maleta, el neceser de viaje, un traje completo casi de ceremonia por si el restaurante era de mucho lujo, un conjunto esport por si era lo contrario y elegí un traje corriente para el viaje. Cuando faltaba poco para las doce, salí en dirección a la estación de Sants, tardé poco en llegar y a la una ya estaba en el andén con el billete en las manos, esperando coger el tren de las dos, pensaba que todos me miraban, pero cada uno va a lo suyo sin importarle demasiado si alguien permanece rato en el anden, tan solo me fije en que una chica de la seguridad de la estación estaba pendiente de mí.

Por fin se anuncio mi tren y cuando me acomode en el asiento, respiré profundamente por primera vez en el día, o esa fue la sensación que tuve. Ya estaba todo en marcha y deseaba llegar a Madrid, encontrarme con Lola y lo que eso representaba, me adormecí porque me parecieron un suspiro las casi tres horas que duró el trayecto, al bajar en Atocha me quede quieto y en poco más de un minuto, en el anden solo quedaron dos figuras quietas, Lola que estaba en la mitad del tren y yo, me acerque y su sonrisa me dio la bienvenida, incluso antes de que le dijera las palabras que ella misma me había indicado “

HOLA MUJER”

me abrazo al oírlas, y me beso como si fuéramos antiguos amantes.

Se colgó de mi brazo que apretaba contra su duro pecho, y me preguntó como había ido el viaje. Llegamos hasta su coche y al dejar mi maleta junto a la suya, es cuando tome conciencia de lo que se avecinaba, charlamos por el camino, de las mismas tontas cosas que cuando lo hacíamos por chat antes de comenzar esta aventura, y al llegar al hotel un mozo se hizo cargo de las maletas y otro del coche que llevo hasta el parquin subterráneo.

Pasamos por recepción, donde se identifico para confirmar las reservas y subimos a la habitación, ya dentro los acontecimientos fueron a un ritmo frenético, estoy acostumbrado a ser yo quien maneja un poco la situación, pero fue Lola la que tomo las riendas y simplemente me deje llevar, por cierto muy bien llevado, después de preguntarme si consideraba necesario el empleo de condón, algo que me gustó, pues ella me había asegurado que nunca habían tenido nada fuera de la pareja, más que el sexo oral de su marido en los Glory Hole y yo le había dicho que vivía en pareja con Luisa, y que ninguno de los dos tampoco teníamos otras cosas por ahí y por tanto eran innecesarios.

Comenzó a quitarme la ropa de una forma muy sensual, tirando de mi hacia la enorme cama, me hizo sentar en ella cuando mis pantalones estaban ya por las rodillas, entonces con un par de movimientos, como describo en alguno de mis relatos, se despojo del vestido bajo el que no llevaba más prendas, se arrodillo y termino de sacarme los pantalones.

La continuación fue una de las folladas más espectaculares que una mujer me haya hecho nunca, primero me la ensalivó un poco, tan solo para acabar de conseguir una erección imposible de mejorar, para después empalarse en ella y galoparme de forma salvaje al principio, pero haciendo continuos cambios de ritmo y logrando llegar ella al orgasmo en dos ocasiones, en que se abatía sobre mi pecho y se dedicaba a suspirar, para continuar hasta que no pude aguantar más, me corrí como hacia mucho que no me sucedía, quedando literalmente seco y ambos satisfechos, se tumbo a mi lado y con su hermosa voz preguntó.

¿Estas dispuesto a seguir con lo que te había planteado, o prefieres que dejemos a mi marido fuera de esto y tratemos de que se vaya a casa solo?

Imaginé que quizás era una especie de test y preferí jugar sobre seguro al responderle.

Creo que seria injusto haber llegado hasta aquí y no conocerlo al menos, sinceramente, no se si me gustara su parte en todo esto, pero creo que se lo debemos. Por única respuesta, me beso en los labios de forma intensa y dijo al separarnos.

GRACIAS no me has decepcionado, creo que no me he equivocado contigo, seguramente otro habría elegido seguir solo conmigo y se habría ido por donde ha venido, veo que nosotros nos entendemos y llegado el caso, seré yo misma quien despida a mi marido si veo que la cosa no resulta.

Fuimos al baño y tomamos una ducha, donde no faltaron los arrumacos hasta que decidimos terminar y vestirnos para la cena, ella me mostro un vestido negro de fiesta, con un par de escotes, que llegaban por delante unos centímetros por encima del ombligo y por detrás, dejaban toda la espalda descubierta, justo por encima de la cinta del tanga de haberlo llevado, yo me puse el traje de “bonito” con una camisa de popelín, que me gusta mucho y una corbata seria.

Llegamos al restauran y nos sentamos en la barra donde tomamos una copa después de decirle al metre que seriamos tres, cuando llego su marido, un tipo atractivo porque no decirlo, que la saludo con un beso en la mejilla y a mi dándome la mano, me lo presentó como Evaristo, estaba algo serio al principio, pero en cuanto el metre nos vio a los tres, se aproximó para decirnos que teníamos la mesa preparada, seguimos al metre y detrás suyo iba Lola, Evaristo me cedió el sitio para que detrás fuera yo y él cerraba la marcha, serpenteamos por entre las mesas, hasta que llegamos a la nuestra, el metre aparto la silla para que se sentara Lola y Evaristo se coloco enfrente, por lo que yo quede a su lado.

Fue el marido quien se encargo de pedir por los tres, al parecer frecuentaba el restaurante por trabajo, pues el camarero le sugirió un vino diferente, para acompañar las “Vieiras con gambas gratinadas” que eligió para tomar después de unos entrantes, tampoco se trataba de atiborrarnos, estábamos allí para entrar en contacto y conocernos un poco, el grueso de la conversación lo llevo Lola al indicarnos sus gustos, por todo lo que pudiera ser novedoso sin llegar a ser chabacano, eso era una alusión velada a lo que sucedería en un rato.

Cuando por fin termino la cena, fue el quien se dirigió al metre y le firmo la cuenta, además de comentarle algo que no llegamos a oír, pero al llegar a nuestra planta nos cruzamos con un mozo del servicio de habitaciones y al entrar en la habitación principal, había un cubo de hielo con dos botellas de cava, con una tímida sonrisa Evaristo me dijo que era para que no me sintiera tan lejos de casa.

Entonces me dijo directamente que si en algún momento me sentía incomodo no dudara en decirlo, pero noté que el licor ingerido le había afectado más que a nosotros, o que ya había tomado alguna copa antes de llegar. Fue Lola como antes quien tomo la iniciativa al proponer un brindis, su marido descorcho una de las botellas y sirvió tres copas, el brindis fue unánime POR NOSOTROS y tomamos un sorbo ella y yo, mientras que el apuraba la copa, entonces puso media luz y se retiro a una butaca, donde se sentó a ver que es lo que sucedía en la habitación, yo me saque la americana y la corbata.

Lola permitió que fuera yo quien comenzara a acariciarla y ponerla en solfa, lo primero fue un repaso general lamiéndola a medida que dejaba partes de su cuerpo al desnudo, después de que el vestido quedara en el suelo me dedique a lamer sus pechos, sin llegar a los pezones, comenzaba casi en el hombro e iba bajando hasta rodear el pecho, para subir por el canalillo y pasarme al otro, mientras hacia eso ella comenzó a suspirar ruidosamente y su marido a tocarse por encima del pantalón, suspirando también.

Cuando la tendí cruzada en la cama, simplemente se quedo quieta y a la expectativa de mi siguiente paso, me arrodille en la moqueta entre sus piernas que colgaban por el borde de la cama, y con largos lametazos, recorría esa vulva que ya conocía, primero por imágenes claras y hacia poco de pasada mientras que engullía mi enhiesta polla, su vientre comenzó a temblar y supe que estaba cerca de un primer orgasmo, introduje un par de dedos en su vagina y con ellos chorreando, fui metiéndolos en el culo, sin demasiada resistencia por su parte.

El orgasmo fue largo e intenso y para cuando plegó las piernas, tratando de hacerse un ovillo, yo ya me había despojado del resto de la ropa que me quedaba, tendría que llevar el traje a la tintorería, pero que importaba eso ahora, tome sus piernas y las coloque sobre mis hombros, al principio se tenso un poco, pero al acariciarle la entrada del culo con el capullo, me miro con ojos entornados y con un leve movimiento de cabeza, comencé la incursión en tan cálido y estrecho lugar, fue algo muy emotivo y lo tome con calma, no se trataba de alcanzar ningún record, solo de proporcionarle el máximo de placer y de paso, ponérselo difícil a Evaristo.

Con una serie de caderazos en que cada uno entraba algo más que el anterior, logre llegar al fondo y permanecimos así unos instantes, me sorprendió, al suplicarme que la dejara salir, eso en principio me molestó pues no sabía que es lo que pretendía, entonces me hizo tender en la cama y con su sempiterna sonrisa murmuro.

Permíteme ser yo quien marque el ritmo, seguro que será mejor para los tres.

Entonces reparé en que el marido seguía en la butaca, al girar un poco la cabeza pude ver su pantalón manchado, mientras seguía acariciándose por encima de la ropa, pero no se había sacado la polla, algo que no me habría molestado, pero quizás ese punto a él si que le molestaba, ya que según Lola los hombres no le atraían, tan solo su esperma.

Lola me fue cabalgando lentamente al principio, pero estaba claro que con lo estrecha que era o estaba, sucumbiríamos pronto los dos como así sucedió. Cuando comenzaron las descargas, ella se quedo casi inmóvil y solo se movía unos centímetros, cuando de su garganta escapo un sonoro suspiro, se alzó lo suficiente para salir de mi y quedo sentada entre mi pelvis y el vientre, sus pechos en mis manos.

Sin que lo viera, note como unos labios se apoderaban de mi polla y comenzaban a sorber los restos de esperma mezclados con todo tipo de “otras cosas” imagino, pero he de reconocer, que hasta el momento era la mejor mamada que me estaban haciendo después de una follada, con el único propósito de limpiar los restos que quedaran, estaba tan bien con Lola encima de mi que además se había doblado lo suficiente, para poder besarme y así de paso ofrecer su culo a la ávida lengua de su marido, que también dio buena cuenta de los restos que ella albergaba en su interior y que iban aflorando lentamente.

Pero fue tan concienzuda y además tan larga, que consiguió ponérmela dura y que eyaculara otra vez, claro que con menor intensidad en esta ocasión, cuando termino su labor, note como se apartaba y sin decir nada pasó a la otra habitación, Lola se tendió encima de mi un rato y cuando ambos estábamos algo más relajados me dijo.

Voy a ver que tal esta Evaristo, para saber si es lo que esperaba, ahora vuelvo.

Cruzo la puerta de separación y en apenas dos minutos regreso sonriente y me preguntó.

¿Tú que tal estas, te has sentido violento y has aguantado por mí como premio, o realmente lo has gozado?

Con sinceridad le respondí que estaba bien y que no me importaría repetir la experiencia, incluso si a él le apetecía desnudarse para estar más cómodo no me importaba, como tampoco si ella decidía que hiciéramos un bocadillo, me respondió enseguida sonriendo.

Para él ha estado muy bien y solo me preguntaba si antes de que te marches, permitirías que lo hiciera otra vez.

Como te digo no tengo inconveniente, siempre que tu lo veas bien. Se acurruco en mí dándome la espalda y murmuro.

Vendrá una vez más esta noche, pero ya avanzada la madrugada cuando lo avise yo, ahora me apetece tomar un poco mas de cava y después quiero beberte yo pero cuando estés en condiciones, tampoco se trata de que te agotes.

Pasamos en el hotel esa noche, todo el día y la noche siguiente, el domingo a mediodía abandonamos el hotel, me llevaron a la estación y ellos fueron a casa, a media tarde llegaban sus hijos, ya de regreso en el tren hice la cuenta, habían sido cinco, las veces que el marido de Lola me la había mamado de forma magistral y ella otras cuatro, amen de los polvos que habíamos echado.

Por la noche cuando llego Luisa me preguntó que tal había ido, le conté que nada del otro mundo, había sido un viaje casi del todo infructuoso y que lo único positivo, es que con Lola me había acostado un par de veces, al parecer el marido estaba indispuesto y tendríamos que probar en otra ocasión.

He ido a Madrid unas cuantas veces desde entonces, pero ahora ya directamente a su casa, donde todo es mucho más fácil, Evaristo sigue sin sacarse la ropa delante de mi, Lola disfruta como la fiera sexual que es y yo, yo estoy descubriendo, que de la misma forma que para una mujer, quien mejor le puede hacer sexo oral es otra mujer, no se cuantos “MACHOS” compartirán mi punto de vista, pero las mamadas que me hace el marido de Lola, siguen siendo insuperables.

Tratar de hacer creer a alguien, que se trata de algo real seria una torpeza por mi parte, pero como he dicho tantas veces, las verdades inverosímiles es mejor no contarlas. Pocos te creerán y te sentirás molesto por ello.

Aunque los tres tenemos muy claro, qué y como esta pasando.

Este relato, seguro que no continuara.