Raquel y la casa rural

Raquel y Antonio van de vacaciones a una casa rural junto a otras 4 parejas

Raquel es una chica guapa de 26 años, mide 1’70 y pesa 60kg. Es morena, de pelo largo y tiene un cuerpo en forma trabajado en el gym. Las curvas de su cuerpo invitan a perderse en ellas y su vientre plano con los abdominales ligeramente marcados es espectacular. Su culo, sin ser enorme, hace girar la cabeza a más de uno cuando paso a su lado y sus tetas, a pesar de ser algo pequeñitas, son perfectas para agarrar bien con una mano a la hora de follar.

Desde hace algunos años, Raquel está saliendo con Antonio. La relación con él es genial y el sexo no se queda atrás. Le deja hacer todo lo que quiera con sus agujeritos y a cambio Raquel sabe que siempre que necesita una polla dura para relajarse, ahí está la de su pareja a punto.

La historia que voy a relatar sucedió estas mismas Navidades, entre nochebuena y nochevieja. Un grupo de 5 parejas decidieron alquilar un par de días una casita rural para celebrar las fiestas. Se conocen desde hace años y ahora que la mayoría tienen trabajo prefieren montarse fiestas por su cuenta a ir a discotecas atestadas de niñatillos de 18 años.

Raquel tenía bastantes ganas de esas mini vacaciones. Últimamente no paraba ni un momento entre el trabajo, los preparativos de navidad, los regalos, la casa… Eso sí, un par de días antes había decidido ir a un spa, para dejar su piel perfecta y a hacerse las uñas y depilarse. Había dejado su coñito completamente depilado y esperaba que Antonio partiese la cama con ella esa noche. También se había comprado un sujetador de encaje negro, a juego con su diminuta braguita. Ambas prendas eran algo translúcidas permitiendo percibir sus pezones y sus labios vaginales a través de la tela.

Antonio había tenido que trabajar esa mañana, por lo que serían la última pareja en llegar a la casa rural. El GPS les indicó que tenían que girar y abandonar la carretera asfaltada y seguir por un camino que se adentraba en un bosque hasta la casita.

El camino estaba desierto y había que ir a baja velocidad debido a los baches del terreno, así que Raquel decidió darle un adelanto de lo que esperaba por la noche. Sin que Antonio se lo esperase, llevó una mano a su bragueta, la bajó y metió su mano en busca de su polla.

-Uy qué haces – dijo Antonio sintiendo un escalofrío recorrer su columna. Raquel tenía la mano helada.

-Sshh sigue conduciendo – le indicó Raquel.

Sacó la polla del calzoncillo y empezó a masturbarla. Cuando consiguió algo de rigidez, miró a los lados para cerciorarse de que no había nadie por la zona y agachó su cabeza para empezar una lenta mamada. Sus labios y su lengua jugaban con el capullo que empezaba a brillar de la excitación. Un hilo de saliva y líquido preseminal unían los labios de Raquel a la polla de Antonio cuando ésta se separó y ligeramente y le preguntó mirándole a los ojos

-¿Me das un poquito de leche? El camino me ha dado sed.

Y dicho esto, agachó la cabeza y comenzó a meterse la polla a un ritmo frenético. Antonio casi pierde el control del coche y se sale del camino, pero consiguió centrarse en el sendero. Llevó una mano al culo de Raquel y empezó a masajearlo. Intentó meter su mano dentro para devolverle el favor que le estaba haciendo, pero Raquel se lo impidió.

-No, no, eso esta noche – dijo a duras penas con la polla clavada en la garganta.

-O sea que me la chupas y no te tengo que dar nada a cambio. Pues si quieres ser una putita te trataré como una.

Antonio aparcó el coche a un lado del camino, agarró la nuca de Raquel mientras movía su cadera hacia arriba en el asiento del piloto para obligarla a tragársela entera.

-GGLUGG – decía mientras le daba golpecitos en la pierna

Antonio se la sacó y un montón de babas salieron disparadas de la boca de Raquel. A continuación, Antonio se bajó del coche con la polla al aire y brillante, abrió el maletero y cogió una manta de picnic que siempre llevaba. La extendió bajo la puerta del copiloto y bajó a Raquel del coche.

-Así de rodillas putita, abre la boca.

Así lo hizo Raquel, y Antonio empezó a follarle la boca contra el coche. Los golpes de la cabeza de Raquel eran amortiguados por su melena. Siguió follándole la boca durante un par de minutos. En varias ocasiones Raquel puso los ojos en blanco como señal de que la dejase respirar. Y finalmente, Antonio no pudo más, le hizo una coleta para agarrarla y descargó en el fondo de su garganta.

-Ahí tienes la leche, cariño.

Raquel hizo un esfuerzo por tragar, pero la mitad acabó cayendo sobre la manta. Había sido una de las mamadas más brutales que habían tenido y eso la animaba con respecto a lo que podía suceder por la noche. Solo de pensarlo se puso aún más cachonda de lo que ya estaba, si se tocase un poco se correría enseguida, pero no era el momento.

-Perdonan si me he pasado cariño, ¿estás bien? – le dijo Antonio ayudándola a incorporarse.

-Sí, sí, ha sido brutal. No te preocupes me ha encantado.

-¿Seguro que no quieres… - le dijo llevado una mano a la entrepierna de Raquel.

-Que no, esta noche – le dijo apartándole rápido la mano. – Vamos a parar un momento que me tengo que maquillar otra vez.

-Jajajaja, cómo lleguemos así desde luego que mis amigos van a flipar.

Raquel optó por desmaquillarse por completo y volver a maquillarse. Media hora después su cara volvía a estar perfecta y no había rastro de la brutal mamada que acababa de hacer. Prosiguieron la marcha y 10 minutos después llegaron a la casa rural, donde estaban las otras 4 parejas.

-Hombreeee, ya era hora – salieron Carlos y Ernesto a saludar.

-Es que algunos trabajamos – dijo Antonio.

-Que sí, que sí, tira para adentro y ponte ya un cubata anda. – le dijo Ernesto.

  • ¿Qué pasa guapa cómo estás? – le dijo Carlos y a continuación le dio dos besos.

Raquel sintió que Carlos aprovechaba para tocarle el culo. Lo consideraba el baboso del grupo, siempre que podía tocaba de más. Pasaron al interior e inspeccionaron la cabaña. Era enorme, la planta baja tenía un gran salón, cocina, baños y una gran zona de juegos varios: ping pong, dardos, billar y dos grandes televisores en los que estaban reproduciendo música ahora mismo. En la planta de arriba estaban las cinco habitaciones. Raquel y Antonio subieron a dejar las maletas. Al entrar, Antonio empujó a Raquel sobre la cama y se tumbó sobre ella y simuló que se la follaba.

-Te voy a reventar esta noche.

-Eso espero – le dio un pico y giró para escaparse de debajo de él.

Ambos bajaron y se unieron a la fiesta. Antonio fue a la cocina a servir un par de copas y se encontró con Sonia, la novia de Alex con el culo en pompa cogiendo unos vasos. Era la novia de sus amigos que más dura se la ponía y no dudo en pasar bien pegado a ella para restregarle el paquete. Sonia se giró al notarlo y le sonrío de manera pícara pero no hizo ningún comentario.

Durante toda la tarde el grupo siguió bebiendo, jugando al billar y poniéndose al día sobre cómo le iba a cada uno. Alex y Sonia se habían mudado recientemente y al parecer estaban empezando a tener los típicos roces de la convivencia (aunque de momento los solucionaban a base de polvos). A Carlos lo había ascendido hace poco y le había comprado un coche nuevo a Laura. Ernesto y Clara y Luis y Marta no tenían muchas novedades, aunque estos últimos estaban pensando en mudarse al extranjero.

A la hora de la cena, prepararon gran cantidad de carne y patatas fritas. Raquel se dio cuenta al levantarse que ya iba algo perjudicada de lo bebido por la tarde. También pudo notar como Carlos no paraba de mirarle le culo a cada paso que daba. Decidió que calentarlo un poco no tenía nada de malo y dejó caer de manera disimulada un cubierto mientras volvía de la cocina. Se agachó sin flexionar las rodillas dando una visión espectacular de su culo a todos los que estaban en la mesa. Tras cogerlo se giró y pudo ver las miradas de Antonio, Carlos, Ernesto y Laura atrapadas en su trasero. Carlos incluso se estaba mordiendo el labio y recolocándose el paquete. Estaba claro que Laura iba a tener fiesta esta noche.

La cena transcurría y con ella las risas, la comida y sobretodo la bebida. Una vez terminadas las tartas de queso de postre cortesía de Sonia, pusieron música, más alcohol y se pusieron a bailar. Raquel empezó a perrear a Antonio como hacía años que no lo hacía, quizás era el alcohol, quizás el llevar cachonda toda la tarde o una mezcla de ambas. Bailaron todos con todos y en algún que otro momento notó la mano de Carlos agarrarle un pecho, pero no le dio mayor importancia. No intentaría nada estando allí delante Antonio, le partiría la cara. Lo que si le estaba afectando ya era la mezcla de alcohol y no dormir mucho, y una mezcla de mareo y sueño se estaba apoderado de ella.

Aunque no era la más perjudicada del grupo ni de cerca. Laura y Marta se retiraron a dormir por estar demasiado borrachas, decían no aguantar más. Le sorprendió que Carlos no subiese a intentar echarle un polvo de buenas noches, pero pareció decidir quedarse a jugar al beer-pong con el resto. Ella estaba cansada y decidió quedarse en el sofá charlando con Ernesto y Clara. No duró demasiado en caer dormida y Ernesto y Clara decidieron dejarla allí e irse a su habitación a follar.

Raquel abrió lentamente los ojos y se sintió excitada. Tras parpadear un par de veces abrió los ojos como platos al ver una polla a su lado. No era la polla de Antonio, ¡era Luis! ¡Luis se estaba masturbando a su lado en su cama!

-Uy mira ya se está despertando – dijo Luis.

-Te dije que así se despertaría.

Era la voz de Carlos. Con razón estaba excitada, Carlos le había bajado el pantalón y le había apartado la braguita de encaje negro para acceder a su coño. Le estaba introduciendo un dedo en la vagina y rozando ligeramente su clítoris con la lengua.

-AAA qué hacéis? Dejadme – dijo Raquel.

-Ssshhh calla Raquel mujer, ¿tú no tenías ganas de polla esta noche? Antonio está demasiado borracho debajo y hemos subido a darte lo que quieres, no te hagas la estrecha.

-Para AAAAG – le había introducido un segundo dedo. – Parad ahora mismo o grito y se entera toda la casa.

Tras decir esto Luis no dudó y le metió la polla en la boca. Su polla era de un tamaño normal, incluso algo pequeña pero el fuerte olor a pis que desprendía le provocó una arcada.

-GGGGG

-Grita ahora putita – le dijo Luis mientras empezó a bombearle la boca.

-Chúpasela como esta tarde en el coche a Antonio. Jajajaja no me mires así quién te crees que nos ha dicho que hoy querías polla sí o sí.

Raquel tenía claro que mataría a Antonio por contar sus intimidades, pero por ahora solo podía centrarse en intentar sacarse esa polla de la boca. Sintió una nueva arcada y el vómito subiendo por su garganta. Justo a tiempo consiguió sacarse la polla de la boca y vomitar a un lado de la cama.

-Joder tío qué asco, ve a por una fregona y a por agua para que se enjuague anda – dijo Carlos.

  • ¿Por qué yo? – le preguntó Luis.

-Porque tú eres el que le ha metido la polla en la boca idiota.

Luis se marchó. Carlos aprovechó para quitarse los pantalones y los calzoncillos y allí apareció. Un pollón que debía medir 20cm y bastante más ancho que el de Antonio.

  • ¿Te gusta Raquel? Pídeme que te la meta entera guapa – le dijo mientras se echaba sobre ella y le besaba el cuello.

-Quítate, se lo pienso contar a Antonio, os matará.

-Anda ya mujer. Tú cállate y disfruta – le dijo pasándole el glande arriba y debajo de su raja.

El coño de Raquel estaba palpitando y muy mojado. La mamada, el haber estado cachonda toda la tarde y ahora esto no estaba ayudando a la situación. Carlos le quito el jersey que llevaba y le desabrochó el sujetador.

-No te la voy a meter hasta que no me lo pidas putita, sé que al final lo harás como todas.

Y dicho esto empezó a comerle los pezones. Estos rápidamente se pusieron más en punta de lo que ya estaban. Carlos aprovechó y le apretó muy fuerte la teta derecha mientras le comía la izquierda y le estiró del pezón tanto que prácticamente la levantó de la cama.

-AAAAAAAAAG JODER – gimió Raquel en una mezcla de placer y dolor.

  • ¿Te gusta eh Raquelita? Antonio ya me lo dijo alguna vez que esto te ponía muy perra – dijo mientras repetía el castigo con su pecho izquierdo.

-Mamó para ya por favor.

-Que pare porque te vas a correr si no lo hago ¿verdad?

Bajo dos dedos a su vagina y comenzó a masturbarla rápidamente. Su coño en ese momento era un puro chapoteo. Carlos notó como el cuerpo de Raquel se tensaba, estaba a punto de correrse. Y paró. Raquel, que tenía los ojos cerrados, los abrió con una mirada asesina. Carlos dibujó una sonrisa de suficiencia en su rostro, colocó su glande en la entrada de la vagina de Raquel y se tumbó sobre ella.

-Pídemelo – le susurró al oído.

-Métela – dijo Raquel entre dietes. Necesitaba correrse.

-¿Cómo dices? No te he oído bien.

-Dame polla jod – le comenzó a gritar Raquel y Carlos se la metió entera.

Carlos tuvo que ponerle una mano en la boca para que Raquel no despertase a toda la casa. Empezó a bombear su coñito con un ritmo frenético. A pesar de lo mojada que estaba la notaba ligeramente apretada, era algo normal para Carlos por el grosor de su polla. Raquel no tardo ni 5 segundo en poner los ojos en blanco y comenzar a sacudirse. Estaba teniendo el orgasmo que llevaba posponiendo toda la tarde y su coño parecía un manantial en ese momento. A Carlos no le importó y siguió follándola sin bajar el ritmo.

En ese momento, Luis volvió a irrumpir en la habitación. Traía una fregona con la que rápidamente recogió el vómito y le dio agua a Raquel. Tras esto le volvió a ofrecer su polla y esta vez no tuvo ni que forzarla, Raquel en ese momento se tragaría la polla de cualquiera. Al ser tan manejable podía tragársela entera sin esfuerzo. Solo paraba cuando Carlos empezaba a bombearla demasiado fuerte y no podía contener sus gemidos.

Le estaba dando la mejor mamada de su vida a Luis. Fuertes chupones en el glande, después recorría con su lengua todo el tronco y bajaba a sus testículos para introducirlos uno a uno en su boca. Marta jamás le había hecho eso.

-Tienes que probar esta boquita Carlos. Cómo la chupa tío.

-Te la dejo a ti, que yo quiero probar otra cosa.

Tras decir esto, Carlos forzó su dedo índice en el estrecho ano de Raquel.

-gggg NO. Por ahí no, que la tienes muy gorda.

-Para el culo no te voy a pedir permiso Raquel, tú relájate y será más fácil jajaja –le dijo Carlos.

-No pares de chupar – dijo Luis volviendo a meterla la polla a Raquel en la boca.

Un segunde dedo entró en su ano y comenzó a follarla. Carlos se arrodilló y empezó a comerle el coño a la vez para compensar, pero su preocupación no bajó. Un tercer dedo llegó demasiado rápido.

-Aaaa duele para.

-Raquel calla o te la meto ya.

Dos lágrimas cayeron de sus ojos y fueron a parar a los muslos de Luis, quien las recogió y las chupó.

-Mmm sigue chupando que me corro Raquel.

-No, no. Para que le quiero hacer una cosa – dijo Carlos.

Luis se apartó con la polla a punto de explotarle esperado que Carlos tuviese un buen motivo para no dejarlo acabar. Carlos se tumbó en la cama y puso a Raquel encima de él.

-Te va a gustar tanto que vas a pedírmelo otro día sin ir borracha.

Apuntó su polla a su culo, pero seguía sin estar suficientemente dilatado. Carlos le acabó de sacar las bragas, las hizo una bola y se las metió en la boca.

-Joder las tenías empapadas eh.

A Raquel la invadió el olor a su propia excitación y de repente un rayo de dolor le subió desde su trasero por toda la columna. Carlos le acababa de meter la punta.

-Ya la vas a tener dentro Raquel, relájate y disfruta – dijo besándole la nuca.

Raquel comenzó a llorar del dolor. A Carlos no le importó y empezó a empujar lentamente. El culo de Raquel apretaba su polla a la perfección y casi lo hace correrse en ese momento. Decidió parar unos segundos para que se fuese acostumbrando y retomó la marcha. Lo hizo en dos ocasiones más hasta que se la enterró entera.

  • ¿Ves guapa? Ya está toda dentro.

-AFSDJLAAKJÑSL – Raquel no podía hablar con la mordaza de sus bragas. Jamás se había sentido tan usada.

Carlos la agarró de los muslos, la abrió de piernas y la obligó a empezar a subir y bajar. El escozor en su ano era terrible. La estuvo follando lentamente durante 3 minutos. Por fin el dolor iba dejando paso al placer y ya Raquel empezó a acompañar el movimiento por si misma.

-Te dije que te gustaría – le dijo besándole la mejilla derecha. – Venga Luis, métesela ahora.

Carlos abrió por completo los muslos de Raquel dejando su vagina completamente expuesta. Iba a ser su primera doble penetración, pero no creía que fuese peor a haber tenido esa polla en el culo hace un rato.

Mientras Luis se preparaba Antonio llegó a la habitación completamente borracho. Raquel no sabía dónde meterse e intentó sacarse el pollón que tenía hasta el fondo de su culo, pero Carlos no se lo permitió.

-Hombre Antonio, ¿por qué no te sientas en esa esquina y te recuperas? Estamos aquí ayudado a tu novia.

Antonio no entendía nada y todo le daba vueltas. Creía estar en un sueño, pero la imagen de su mujer completamente expuesta a ser penetrada por Luis y con la polla de Carlos en su culo se la puso dura. Aun así, decidió hacer caso a Carlos sin saber muy bien por qué, se sentó en una esquina y empezó a hacerse una paja.

-Dale Luis sin miedo – le animó Carlos.

-Ya de perdidos al río – dijo Luis mientras la metía hasta los huevos.

-FJGGGFGF – gritó Raquel cuando ambos empezaron a moverse.

Carlos le sacó las bragas de la boca y se las lanzó a Antonio, quien las recogió y las olió un poco.

-Dime que nunca has soñado con tener dos pollas para ti Raquel.

-JODER AAAAAAAA – Raquel solo podía gritar de placer. Se había corrido ya 3 veces desde que Carlos empezó a sodomizarla.

-Carlos yo no aguanto más – anunció Luis.

-Yo también estoy a punto – dijo Carlos.

Tumbaron a Raquel en la cama y comenzaron a masturbarse cerca de su cara.

-Te vas a llevar toda la leche que no se han llevado Laurita y Marta hoy – le dijo Carlos.

Luis se la metió en la boca y comenzó a correrse. Cómo pudo Raquel empezó a tragar, aunque parte se le escapó entre los labios.

-Toma guarra aaaaaagggg – le dijo mientras le soltaba el último chorro de leche.

Tras esto, Luis se puso los pantalones y se fue. No quería estar más tiempo con Antonio en la misma habitación.

Carlos la miró a los ojos en ese momento. Raquel sabía lo que iba a suceder, aunque no lo esperaba tan bestia. La arrastró y colocó su cabeza colgando en el borde de la cama hacia abajo. Carlos cogió su polla y se la metió solo hasta la mitad, aunque fue suficiente para provocarle una arcada. Empezó a follarle la boca con un ritmo brutal y Raquel no paraba de tener arcadas y escupir saliva. Con la mano izquierda Carlos no paraba de tirarle de los pezones y con la derecha la masturbaba. Raquel se volvió a correr de una forma brutal y sus fluidos llegaron a salpicar a Antonio.

-Buenas noches Raquel – dijo Carlos mientras comenzaba a correrse.

La corrida fue abundante y fue a parar todo al rostro de Raquel. Tuvo que cerrar los ojos para que no le entrase el semen, y la corrida fue tal que creyó acabar con toda la cara blanca. Carlos le dio un azote en el culo y la dejó tumbada boca arriba en la cama.

-Cuando necesites una buena polla me la pides Raquel – dijo mientras se marchaba de la habitación.

Raquel no podía creer que sus amigos la acabaran de forzar y que su novio estuviese tan borracho que ni se hubiese inmutado al verla. Miró a su novio y estaba ahí, dormido en el rincón con semen sobre su pecho. Se habría corrido y se había quedado dormido justo después.

Ella se sentía sucia. Sucia por lo que le había hecho. Sucia por haberlo disfrutado y por haberle pedido polla a Carlos. Y sucia por estar colectando el semen de su cara y llevándoselo a su boca.


Muchas gracias por leer el relato. Valoro todas las críticas que podáis hacerme a través de comentarios o por correo en savageRelator@hotmail.com

Muchas gracias a todas y todos los lectores de mis anteriores relatos que me han escrito, especialmente a las que me inspiran a escribir nuevos relatos.

Relato dedicado a Raquel y Antonio. Un beso a ambos.