Rápido pero efectivo.

Estamos en mi habitación. La luz del atardecer se cuela por la ventana y los rayos del sol iluminan mi cuerpo desnudo. He tomado un baño, pues quiero que me disfrutes limpia y fresca. Subo a la cama, tú me esperas ansioso. Tu pene erecto delata tus ganas de poseerme.

Me acerco más a ti, y me dices lo hermosa que luzco asi, sin maquillaje, al natural. Acaricias mi espalda mientras besas mi boca, y mis labios se comienzan a humedecer. Mi vulva comienza a hincharse con cada beso, metes tu lengua en mi boca y ahora tocas mis senos.

Ya no quiero esperar, así que me coloco sobre ti abriendo las piernas e introduzco tu pene en mi vagina. Puedo ver en tu cara que te fascina esta posición, y sabes que a mí también me encanta. Tu pene entra y sale una y otra vez, una y otra vez, estoy tan lubricada que estoy a punto de venirme.

Pero me contengo, quiero acabar contigo, así que cambió de posicion, sigo arriba de ti, pero ahora dándote la espalda para que tengas una espectacular vista de mi culo y pueda sujetar mis nalgas mientras tu verga entra y sale, palpitante, mojada, rojita, enorme. Esta tan dura que me duele, pero no me importa, porque es el pene mas rico que me ha penetrado.

Quieres cambiar de posición y me pides que me ponga recostada boca arriba, con las piernas abiertas, ahora estás casi encima de mí y me penetras lentamente, siento que todo tu pene está dentro de mi, y me gusta mucho, muchisimo. Vas aumentando el ritmo, mas y más rápido, mientras yo toco mis senos. Me penetras ferozmente, y con cada embestida yo siento que una invisible ola de calor recorre mi cuerpo.

Me vengo, estoy llegando al orgasmo, así, así, que rico mi amor, ahh,....y tu también te has venido, te detienes, te veniste adentro de mi vagina, dejandome tus ricos fluidos dentro.

Relajate, disfruta este momento. Abrázame fuerte, acurrucame.

Voy a bañarme, dame diez minutos, y tal vez empecemos de nuevo.