Rapidito en el bar
¿Quieres tomar algo? Me miras, muerdes tu labio inferior, vuelves a sonreírme y clavas tus ojos en los míos. A ti... me dices, y eso me enciende, me enerva, me descontrola y no sé como contestar.
Llegaste a mi radiante, sonriente, como siempre. Esa mirada que lo dice todo antes de hablar. Estaba en la barra del bar, sin tener la certeza de que podías llegar. Tomaba un café solo, A esas horas no me apetecía otra cosa.
¿Quieres tomar algo? Me miras, muerdes tu labio inferior, vuelves a sonreírme y clavas tus ojos en los míos.
A ti... me dices, y eso me enciende, me enerva, me descontrola y no sé como contestar. Agacho mi cabeza, buscando tus labios con los míos, nos rozamos. Tus labios están húmedos, calientes.
Encuentro la punta de tu lengua, ardiente, jugando en mis labios, mojándome.
Mi erección es inmediata. Ya no pienso, Ya no hay nadie más en el bar. Todos se han esfumado.
No sé si has pedido algo o no. No sé si alguien nos mira.
El beso se hace profundo, la pasión se desata. Un respiro. Mis manos en tu cintura. Las tuyas en mi nuca. Nos preguntamos sin hablar.
¿Qué hacemos?
Y entonces soy consciente de que lo que dijiste al inicio era cierto: has venido a por mí. Eso es lo que quieres tomar. Quieres tomarme entero, comerme, lo dicen tus gestos.
Volvemos a fundirnos en un beso cargado de lujuria y deseo. Agarro tu mano con decisión, ¡ven... vamos!
No podemos esperar. Seguro que no hay nadie en los lavabos, da igual además. Nadie nos ve o somos nosotros los que no vemos cegados por la pasión.
Caminamos rápido. Voy a entrar en el de caballeros pero tiras de mi mano. Ahora tomas las riendas; mejor en el nuestro, suele estar más limpio.
Te sigo...nos enlazamos antes de entrar en una cabina.
Mis manos te elevan sobre mi cintura. Te alzo sobre mí, apretando las nalgas.
Tus piernas me abrazan. Muerdo tu cuello, te estremeces. Busco tus pechos con mi boca. Los botones ceden a mis impulsos.
Atrapo un pezón entre mis labios, lo muerdo, vuelvo a soltarlo.
Te dejo apoyar los pies en el suelo. Tus manos buscan con rapidez mi cremallera y encuentras mi miembro erecto.
Es fácil sacarlo fuera del slip. Tus manos me recorren. Bajas hasta mis huevos y los sopesas, estoy recién afeitado, suaves.
Me haces vibrar en tu mano. Creo que voy a estallar. Peleo con tu ropa. Bajo tu pantalón hasta las rodillas. Te volteo. Apoyas tus manos en la pared. No puedo más. No podemos. Nos deseamos.
No hay tiempo y aparto el tanga a un lado. Mi mano dirige la polla a la entrada de tu coño.
Sí ahí, hasta dentro. Un solo golpe. Estás encharcada.
Me encanta, me excita y te empujo con violencia, agarrando tus caderas.
Llevo una mano a tus labios, lames mis dedos, los muerdes. Mmmmm
Se escucha el golpeteo claro de nuestros cuerpos, el intercambio de fluidos.
Estoy tan caliente que siento cada rincón de tu coño apretándome, exprimiéndome.
Siento que mis piernas flaquean. Un escalofrió me recorre y sale en forma de latigazo por la punta de mi polla.
Sí ¡¡me corro!! estallo en tu interior y sientes el semen tibio en tu coño.
Gritas en pleno orgasmo tu también. No dejamos de movernos, ahora acompasados, disfrutando.
Tus contracciones, tus espasmos me acarician. Me exprimes, seguimos unidos un tiempo más.
Risas flojas.
Satisfechos, nos miramos ¡¡qué locura!! Otra más …