Ranma 1/2 (La verdad oculta I)

Un ninja es enviado al Dojo Tendo a espiar a la señorita Akane, aunque de paso recorre las habitaciones y posee furiosamente a Nabiki.

Saludos, mi nombre es El Miedos. Soy un verdadero fanático de la obra maestra de Rumiko Takahashi y me gustaría contarles mi primera historia, así que no sean demasiado criticones con ella, ¿vale?. Si quieres contactarme, mandame un mail a "el_miedos@uol.com.mx"

Han pasado 3 años desde que encontré este paquete. Lo encontré tirado en el suelo de un lejano barrio en Tokyo. Este paquete contenía un escrito y varias fotos en realidad provocativas. Al leerlo por primera vez, su contenido me intrigo tanto que por esta razón quisiera compartirla con ustedes.

"Hola, mi nombre es Sasuke y como sabrán soy el espía al servicio del señor Tatewaki. En esta ocasión mi misión es de lo más sencilla: espiar todo lo que haga la señorita Tendo."

"No pierdo más el tiempo y me dirijo a mi habitación para recoger todo lo que necesito... Una cámara con silenciador y el traje más oscuro que tenga. Salgo a la calle y veo que la tarde empieza a caer. La luna llena sale con todo su esplendor, iluminando gran parte Tokyo".

"Al llegar al Dojo de los Tendo trepo la barda y veo que todos están cenando. Por alguna razón, Ranma tiene un bofetón que al parecer es de Akane, ya que se ve muy disgustada. Silenciosamente cruzo la barda y me subo al árbol a esperar. De pronto noto algo extraño. Falta la señorita Nabiki, que siempre acostumbra comer con la familia. Como creo que se van a demorar un poco más en la cena, decido averiguar el paradero de la señorita.

Con la agilidad de un felino, subo al techo y veo la ventana de un cuarto abierta. Vi que estaba la luz apagada, así que decidí entrar por ahí. Ya adentro, empecé a oír gemidos. Traté de ver el origen de esos sonidos y para mi sorpresa, la señorita Nabiki estaba acostada en su cama. Al parecer no me había notado, pero lo que me dejó perplejo fue que estaba totalmente desnuda.

Su cuerpo blanco era en realidad, asombroso. Me quedé inmóvil. ¿Qué pasaría si me descubre?. Decidí volver a salirme, pero... una oportunidad así no se puede dejar pasar. así que saqué mi cámara y silenciosamente me subí al techo. Comencé a recorrer todo su cuerpo, primero por su cabeza, bajando lentamente por su cuello sudoroso hasta llegar a sus pechos. ¡Que barbaridad! ¡Eran enormes!. En una ocasión vi un video de ella, un DoCo, en donde aparecía en un estanque, con el agua cubriéndole apenas sus pezones. Yo creí que era un truco, pero la hinchazón que tengo entre el pantalón me dice lo contrario. Como decía, seguí tomando fotos, pero vi que en su mano tenía una cosa alargada, yo diría con forma de tubo. No pude precisar que era, por la oscuridad, pero lo que si vi claramente fue como se lo iba penetrando entre su pequeña abertura. ¡Pero que ingenuo soy! se trataba de uno de esos vibradores que se consiguen en el barrio de Kamaitachi."

"No pude contenerme y comencé a sudar. La señorita Nabiki comenzó a moverse con más rapidez. Noté claramente como su mano izquierda apretaba con fuerza sus senos, mientras con la otra se aferraba más a su juguete. Cuando pensé que iba a terminar dejó su artefacto a un lado. Se acostó boca abajo y comenzó a frotarse contra las cobijas. A cada movimiento, dejaba una mancha oscura, que no creo que sea de sudor. Yo estaba demasiado excitado como para seguir sacando fotos, así que decidí hacer algo en realidad drástico. Como araña, baje del techo a la pared, y de la pared al piso, tratando de no ser notado. Asomé la cabeza y frente a mi vi el extraordinario trasero de la señorita Nabiki. Rápidamente me desabroché la cinta del pantalón, sacando mi extraordinario miembro (en mi opinión, claro), me acerqué cautelosamente al borde, hasta que en un rápido movimiento, la penetré. Ella, sorprendida, exclamó":

-¿Qué demo...?

"Antes de que pudiera reaccionar, me afiancé a su cintura, y comencé a moverme. Al principio lentamente, pero mientras más sentía su húmeda vagina mi excitación fue en aumento. Sin embargo, como buen ninja, se controlar perfectamente mi cuerpo y, cuando lo siento venir, lo detengo. Ella respiraba cada vez más rápido, hasta que sólo se alcanzaron a oír sus gemidos al llegar su primer orgasmo. Ella tenía mucha curiosidad por saber quien la estaba penetrando, así que trataba de voltearse pero yo sabía esconderme tras su gran trasero. Ya no pude más y dejé salir todo mi líquido. Sin embargo, como dije antes, otra oportunidad como esta no se presentaría. Así que con mis diminutos dedos abrí su vagina para meter lengua. Nabiki gemía y me suplicaba que no me detuviera, y yo nada tonto la obedecía. Me subí en ella y comencé a lamerle su sudorosa y torneada espalda. Mis manos alcanzaron a sujetar sus pechos, y comencé a acariciarla, con movimientos lentos de arriba hacia abajo. Sus pezones cafés estaban muy duros y grandes, lo que me hizo excitarme otra vez. Sin embargo, me había olvidado de una cosa muy importante... la razón por la cual yo estaba aquí. Rápidamente me bajé de su cama, me puse el pantalón y me dispuse a salir cuando oí a Nabiki murmurar..."

  • No, por favor. Vuélveme a hacer tuya... te lo suplico.

"Y antes de que pudiera voltearse, agarré mi cámara y salí por la ventana".

"Debo decir que jamás había tenido una experiencia tan magnífica. Con todas las chicas que lo he hecho, esta fue la mejor. Cautelosamente dirigí mis pasos hacia el comedor y, por supuesto ya todos habían terminado de cenar hace tiempo. Mire a ambos lados y, al no ver a nadie, fui en busca de la señorita Akane. Abrí la primera recámara y vi algo muy extraño. Era un panda durmiendo plácidamente y ¡A la chica de cabellos de fuego!. ¿Qué hacía ahí?. Sin embargo, esa era una pregunta para otra ocasión, así que decidí seguir. Seguí recorriendo la casa cuando, de pronto, escuché a lo lejos unos pasos". "Me quedé petrificado al pensar que Ranma Saotome era el que me seguía, pero no, vi la silueta de un hombre de baja estatura, que al parecer estaba un poco tomado. Me escondí tras una maceta y vi que el hombrecillo abría una puerta".

-¡Vaya! - exclamó- ¡este es el cuarto de Kasumi, no el mío!.

"De inmediato reconocí la voz, era el maestro Happosai, que volvía de una de sus borracheras. Esperé a que cerrara la puerta del cuarto para seguir mi camino, pero para mi sorpresa el viejo pervertido entro. Por pura curiosidad, entreabrí la puerta para ver las intenciones del anciano. Pude notar como abría uno de los cajones, al mismo tiempo que decía..."

-¡Vaya, vaya! ¡Que hermosas pantaletitas!. Creo que serán perfectas para mi colección.

"Se dispuso a salir por la puerta, pero de repente se detuvo. Vi claramente como se le quedo observando a la señorita Kasumi, y dijo:"

-¡Oh!, ¡desde aquí puedo ver la ropa interior de Kasumi!. ¡Es demasiado tentador!

"Miré a la srta. Kasumi y noté que estaba vestida con una pijama de una sola pieza, destapada y con las piernas ligeramente entreabiertas. En efecto, se podía ver su ropa interior, incluso desde mi posición, pero no notó la presencia de Hapossai porque estaba profundamente dormida. Debo decir que la srta. se veía muy hermosa esa noche, la luna iluminaba todo su cuerpo haciéndola parecer una diosa en el paraíso. Y antes de que pudiera parpadear, el viejo mañoso metió su mano por debajo de la pijama de Kasumi y, con igual rapidez, le arrebató su ropa interior."

-¡Si!¡Si!, ¡Este va ser el preferido de entre todos mis tesoros!

"Después de decir eso, vi que Happosai se dirigía a la puerta, pero inesperadamente se detuvo. Y la razón se podía ver muy claramente. La linda abertura de Kasumi se podía contemplar, iluminada por el resplandor de la luna. En eso vi al señor Happosai inmóvil, con el ceño fruncido".

-¿En qué estás pensando? ¡Ya eres un venerable anciano!

"Volvió a dirigirse a la puerta, pero titubeó un rato

-¿Debería?, ¡No!, yo ya no estoy en edad de hacer estas cosas -dijo en voz baja el anciano.

Sin embargo, se acercó a ella con cautela y le empezó a subir su pijama, dejando al descubierto sus hermosos muslos. Acerco la cabeza a su vagina y la empezó a "inspeccionar".

-¡Vaya, no puedo creer que Kasumi a su edad sea virgen!. Después de todo, le voy a hacer un gran favor.

Lentamente se bajó el pantalón y con mucha cautela le comenzó a abrir las piernas. Kasumi frunció el ceño y murmuró algo, pero no despertó. Happosai se detuvo por un momento, pero decidió continuar con su fechoría. Se subió a ella y comenzó a penetrarla. Ese viejo en verdad se veía gracioso, moviéndose a un ritmo desigual, haciendo los ojos para arriba. No pasó mucho rato, cuando el viejo pareció decir...

-¡Oh Kasumi! ¡Eres como un oasis en el desierto, mi Buda en el infierno! ¡Ojojoy!

Tal vez era la oscuridad, pero me pareció ver a la señorita Kasumi sonreír. Me pareció sorprendente que no se despertara con las cochinadas del viejo. Pasaron unos minutos, hasta que el anciano dejó salir un gemido grande y profundo, señal de que ya había terminado. Se separó de ella, y bajando la cabeza con las manos juntas dijo en voz baja.

-Gracias, señor, por los favores recibidos.

Sin embargo se quedó inmóvil un momento. Volteó la cabeza para observar a Kasumi y exclamó..

  • ¡¿Pero qué he hecho?!. ¡Si Soun se entera me va a matar!. Será mejor que limpie toda la evidencia.

Sacó un pañuelo de su bolsa, y comenzó a limpiar la "evidencia" de Kasumi. Esto era demasiado. Ahora si que me iba a morir de la risa. No pude aguantar y solté una risita en voz baja, pero aún así el viejo me escuchó y se volteó.

-¿Mmm? ¿Qué cocha pacha?. ¡Ah, un intruso!.

Al darme cuenta de que había sido descubierto, corrí todo lo que pude, bajé las escaleras, crucé la sala hasta el patio preparado para saltar la barda. Sin embargo, el anciano ya estaba ahí.

-¿Quién eres tú? -preguntó entrecerrando los ojos- ¡Ah, ya sé!. ¿Qué no eres el guardián de la familia Kakahuate?.

-Se pronuncia Tatewaki.

-Es igual. ¿Qué crees que haces aquí?.

-Bueno, pues yo...

-¡Ah ya sé! ¡Vienes a tomarle fotos a la linda Akane!. ¡Que bueno! ¡Yo voy a querer copias de todas!.

Dicho esto, se metió a la casa dando brincos de felicidad.

Suspiré aliviado y volví a entrar a la casa. Subí las escaleras, y fui abriendo los cuartos uno por uno. Hasta dar con el de la srita. Akane. Abrí la puerta y la vi durmiendo plácidamente. Saqué mi cámara y me dispuse a tomar la primera foto, cuando de repente, oí un gruñido detrás de mí. Volteé asustado y, para mi sorpresa, no vi nada. Sin embargo, seguí oyendo ese ruido muy cerca, demasiado diría yo. Hasta que miré hacia abajo y vi un bulto negro, al principio. Después, pude ver más claramente y, para mi desgracia, era un cerdo negro. Al principio no me preocupé. ¿Qué me podía hacer un cerdo?. Y en ese momento recibí mi respuesta...

SI QUIERES SABER QUE PASÓ CON SASUKE, MUY PRONTO SALDRÁ LA SEGUNDA PARTE DEL ESCRITO.