Ramsés, Venus y Afrodita (3)

Un vuelo especial, para una situación especial. Sandra, viaja cómo alucinada y vive sus primeras historias desconcertantes, pero tien claro su amor, por ese ser que la lleva y que la hará cozar de amor y fantasía. Al final, Sandra, resurge de entre sus pensamientos, porque acaba de encontrar lo que siempre buscó y nunca encontró. El amor. Un beso, espero que os guste. Sandra Raquel.

Un viaje sin retorno para realizar mi sueño de amor

Me dejaba besar y acariciar por Roberto, sin importarme quienes me estuvieran mirando. Sentía algo especial por Gorky, pero imaginé que lo comprendería.

El vuelo se me hizo demasiado corto, ya que Roberto no cesaba de aturdirme con sus besos y caricias. Y lo que mas desconcertada me tenía era que me había quitado el top y la faldita a los pocos minutos de estar sobrevolando Madrid.

Me sentía desnuda completamente, pero no hice nada por remediar mi desnudez y dejé que las azafatas nos sirvieran bebidas y algún pincho. A ellas parecía encantarles que yo estuviera tan vestida como ellas. Incluso Gorky, se había quedado solo con sus boxer, mientras dos azafatas le atendían generosamente. El único vestido era Roberto, aunque con su camisa desabrochada completamente.

En un momento determinado, una azafata se acercó hasta mí y abrochó mi cinturón de seguridad, mientras me sonreía. Hizo lo mismo con Roberto, que como recompensa la dio una fuerte cachetada en la nalga que sonó como un globo al estallar.

Aprecié que la chica, ni siquiera miraba y se dirigía a sus butaca, ajustándose el cinturón.

Gorky, que estaba frente a Roberto y a mí, me sonreía y hacía gestos de satisfacción hacia mi cuerpo desnudo. Le sonreí agradecida y miré a Roberto, que también me sonreía. Y a partir de aquel instante, Gorky formaría parte de mis desnudeces. Ya no me sentía mal ante él. Además, a Roberto parecía agradarle que sus amigos y posiblemente sus amigas, me vieran desnuda.

Aterrizamos, sin que casi sintiera el efecto. Y cuando todo se hubo detenido y quedó en silencio, me dejé ayudar por las azafatas que me pusieron de nuevo mi nimia ropa y me acompañaron hasta la puerta de salida. Una de ellas, me susurró al oído que era muy guapa y que el patrón era encantador.

No me dio tiempo a decirla nada, porque Roberto se acercaba. Sin embargo, pude ver de reojo como la daba un beso y la retorcía un pezón suavemente. Sonreí para mi interior y bajé las escalerillas poco a poco.

Gorky, ya se encontraba abajo y me ayudó a terminar con buen pie los últimos tramos de escalera. Me sujetó cuando caía sobre él y me dijo :

Sandra, que alegría recibirte aunque sea de este modo. Es una broma, anda acomódate dentro y quítate toda la ropa. Hace demasiado calor.

Entré en el interior. Era casi igual al coche de Madrid. Y me iba a quitar la ropa, cuando reaccioné y pensé porque me decía aquello. El, no era Roberto. Y me senté, aguardando a que Roberto entrara.

Cuando lo hizo, fue al lado de Gorky, quien dijo :

Roberto, no he conseguido hacer picar a tu chica. Y me alegro de algún modo. Sandra, recuerda lo que te voy a decir, siempre......: Eres la chica mas guapa y maravillosa que he conocido en mi vida. ¡Ya está!...dedicado a tí y a Roberto.

Me agradó la forma en que lo decía y como se reían los dos. Y hasta mí llegaron a contagiarme con sus risas. Y reí y reí como hacía muchísimo tiempo que no lo conseguía.

El viaje fue tan placentero, que me dio pena cuando se acabó en lo alto de la montaña. Gorky detuvo el coche cerca de una cabaña y mientras se bajaba, Roberto me dijo :

Amor, hemos llegado hasta Tejeda. Ahora deseo que permanezcas desnuda hasta que te indique lo contrario. ¿Lo harás mi vida?.

Si, Roberto, aunque me da algo de corte con Gorky.

Amor mío, es un capricho, hazlo.

Y le ví como se bajaba del coche y me dejaban sola dentro del mismo. Analicé la situación y deduje que en el avión, Gorky ya me había contemplado prácticamente desnuda. Y me quité la ropa y salí del coche. Sentí un poco de fresco para estar sin ropa, aunque la temperatura era muy agradable. Lo achaqué a mis nervios por estar desnuda en un paraje desconocido.

Cuando iba a entrar en la cabaña, me topé con Gorky. Me miró sujetando mis brazos y silbó admirado. Y me dejó pasar, mientras él se iba a por mas equipajes al coche.

Nada mas entrar, puede ver en el hall una colección de distintos látigos. No me sorprendieron mucho, pero me sentí un poco atemorizada de su posible significado.

Gorky me sorprendió en el hall, mirando los distintos látigos y me dijo :

Sandra, elige el que mas te guste y te lo regalo como bienvenida.

Y paso por detrás mío, dejándome mas sorprendida de lo que ya estaba. Cuando entré, les vi sentados en amplios sofás y me acerqué a Roberto, algo azorada por mi desnudez.

Sandra, ¿no te han gustado?. Son de muy buena calidad.

¿De qué habláis, si puede saberse?.

Pues de mi colección de látigos. Los del hall. Sandra, los miraba algo indecisa hace unos segundos.

Vaya, vaya. Así que mi chica mirando ya objetos de valor. Eso me parece muy bien. Ven aquí, amor mío. Siéntate a mi lado para que disfrute con este maravilloso momento. Pareces asustada...no debes preocuparte, mi niña. Ahora cenaremos algo y en la media noche subiremos hasta lo alto de Tejeda, para hacerte el amor. Gorky nos servirá de guía.

Me quedé mas helada aún. ¿Acaso Gorky, contemplaría como me hacía por primera vez el amor?. Me acerqué mas a él, mientras toqueteaba mis pezones para preguntarle :

Amor, ¿no podremos estar a solas para que me ames por primera vez?.

Pues claro que estaremos a solas. ¿te has creído que el pobre Gorky nos va a estar mirando?.....jajajaja. Por cierto Gorky, ¿no la ves un poco paliducha?.

Sandra, a cada segundo me gustas mas y sí, si la veo un poco blancucha, pero en pocos días tendrá un color extraordinario. Pequeña, yo seré vuestro guía hasta un lugar seguro. Ya me gustaría a mí estar en el lugar de tu amor. Y, ¿porqué no cenamos ya?.....Me estás poniendo nervioso con el magreo que la estás dando a la chica.

Sus palabras eran como una bendición para mí. Porque estaba en un estado tal, que ya no sabía que hacer para no comenzar a gritar, ante las caricias continuadas de Roberto.

Muy bien, a cenar entonces. Sandra, tu ayudarás a Gorky, preparad una cena de esas que hay que mojar bien. Sandra, hará cuanto le pidas o necesites, yo mientras resolveré unos temas con el otro continente.

Muy bien, Sandra sígueme. Prepararemos una cena superior.

Me levanté agradecida de no tener mas los dedos de Roberto, mortificando mis muy excitados pezones. Estaba a punto de correrme y gritar de placer. Dí un beso a Roberto en los labios, mientras era consciente de que mostraba mi culo a Gorky. Y me separé de él para situarme al lado del anfitrión. Le dejé que pasara una mano por mis hombros desnudos a la vista de Roberto. Y justo antes de entrar en la cocina, me dio una fuerte cachetada en el culo, con lo que di un grito fuerte, mas de sorpresa que de otra cosa.

Imaginé que Roberto vendría enseguida y me preguntaría a que se debía ese grito. Pero pasaron los minutos y seguía a solas con Gorky. Supuse que Roberto ya asumía los actos de Gorky. Pero a mí no me parecía serio que acabándonos de conocer, me dejara tan suelta con su amigo.

Vamos Sandra, no te quedes dormida, muévete.

Si, perdona....¿qué puedo hacer?.

Ves pelando estas cebollas y partiéndolas en rodajas. Sé que te harán llorar, pero a mi me gusta una chica llorando un poquito.

Sabía que me haría llorar desde la primera rodaja, de siempre me habían afectado mucho. Pero no hice comentario y cogí la primera del montón de cebollas que me indicaba Gorky. Y sin mas preámbulo, me puse a cortarlas ante su atenta mirada. Sentí mis lágrimas alborotarse en mis ojos y antes de que mi vista se volviera extraña, pude verle como sonreía ante mi lagrimeo constante. El, era quien me limpiaba los lagrimones que caían sobre mis pechos. Y a los pocos minutos me dijo :

Sandra, te pones encantadora llorando. La verdad es que Roberto se sentirá bien contigo. Eres atenta y obediente. Ahora, creo que te diré un truco muy simple para no llorar al pelar las cebollas. Simplemente, pélalas y córtalas debajo del agua. Aunque también puedes hacerlo con este aparatito.

Miré al aparato y me sentí estúpida y simple. Pero Gorky, tras limpiarme los últimos lagrimones y lavarme las manos en el chorro del agua fría, me dijo :

Bueno, bajaremos a mi bodega a por vino y te dejaré probar uno de mis caldos predilectos. Eso te animará lo suficiente, ¿te parece?.

Asentí y me dejé acompañar por él hasta su bodega. Los escalones eran muy pronunciados y la luz era excasa. Al llegar hasta abajo, después de hacer dos tramos de escalones. Me encontré ante una puerta de madera maciza.

Gorky la abrió y encendió unas luces que le daban un aspecto algo sombrío y que me impresionaron. Pero a medida que andábamos por el interior comencé a sentir los efectos de los vapores del alcohol. Y lo que mas me agredió psicolócicamente fue contemplar cadenas del techo con grilletes y algún látigo en distintos lugares.

Intenté que no se me notara la turbación. Pero Gorky, se paró y cogiéndome de la cintura, me atrajo hacia él y me dijo :

Parece que hay algo que no te gusta de aquí dentro, ¿no?........¿podría saber que es?.

No es nada, de verdad. Es que los vapores me atontan un poco y además está algo sucio todo ésto, pero no me importa, de verdad.

Ah, vale...ven, quiero que pruebes este vino mío. ¡No te preocupes!, no pienso emborracharte.

Me acerqué hasta una mesa, llena de polvo y me dejé servir un culillo de vaso de ese vino. Y a una indicación suya lo acerqué a mis labios y lo bebí en cortos sorbos. Uummmm, estaba delicioso y así se lo dije.

Muy bien, si este te gusta será con el cenemos esta noche. Bueno, que me dices...¿te gusta mi bodega?.

Si, la verdad es que nunca había estado en una, pero cuando te acostumbras al olor, es muy agradable.

Gracias Sandra. Sabía que responderías eso. Le hace falta una limpieza, ¿verdad?.

No sé, yo no entiendo de bodegas.

Si, claro....no me acordaba de ese detalle. Sandra, ¿tú serías capaz de ayudarme a limpiarla un día de éstos?.

Pues...si, creo que si....bueno....no sé.......es que no deseo abandonar a Roberto, pero si pudiera lo haría.

Jajajajaja......también sabía que responderías eso. Me encantas, de verdad....eres un cielo completo. Bueno subamos y terminemos de preparar la cena.

Le seguí hasta la puerta, lugar en donde me hizo subir delante de él. Estaba claro por qué. Pero a mí me pareció agradable que él pudiera ver mi sexo limpio de vello a pocos cm de su cara. Y ni siquiera hice ver que me aturdía. Cuando los dos estábamos de nuevo en la cocina, todo parecía transcurrir como 15 minutos antes.

Colocamos todos los ingredientes en unas bandejas y después de dejarme lavar las manos y hasta quitar algunos restos de comida, de mis pechos y vientre, salimos al salón. Ví a Roberto que segúi hablando, pero me sorprendió verlo tan desnudo como yo. Miré a Gorky, pero al parecer debía ser normal entre ellos.

Lo dejamos todo dispuesto sobre la mesa y Gorky, se excusó diciendo que iba al baño para asearse. Aproveché para acercarme a Roberto y echarme sobre su cuerpo, dejando que su pene erecto y fuerte quedara entre mis muslos.

Y así me amntuve, hasta que terminó de hablar. Colgó y me apretujó contra su cuerpo, besándome furiosamente. Cosa que me agradó porque necesitaba mucho calor y ansiedad.

En cuanto apareció Gorky, Roberto me separó de él y dijo :

Vamos mi niña, hay que cenar para lo que viene después.

Sus palabras me hicieron estremecer de gozo, ya que significaba que me haría el amor en el lugar indicado por mí. Me separé perezosamente de él y me levanté en cuanto me dió un cachetazo muy sonoro en mis nalgas.

La cena transcurrió tranquila, aunque con ratos de muchas risas y diversiones, casi todas por parte de Gorky, que se había terminado desnudando ante nosotros dos, sin que me sintiera extraña por semejante actitud. Y tanto Roberto como Gorky, actuaban de un modo natural ante mí. Incluso si Gorky me daba un pellizco suave en los pezones o me pasaba la mano por los muslos o los costados, Roberto, parecía encontrarlo natural. Y a mí, particualarmente me agradaban las atenciones de cada uno.

A veces daba un gritito ante un pellizco de uno u otro, pero nadie parecía transtornarse. Y entonces comprendí lo del manotazo en mis nalgas cuando iba a la cocina por primera vez. Por lo que me dejé manosear por los dos, cada vez mas agradecida.

La cena había terminado y miré el reloj, cosa que ante mi mirada hicieron ellos también y Gorky, dijo :

Roberto, tu chica parece un poco ansiosa de que sea la media noche, pero faltan aún tres horas y tardaremos solo 10 minutos a pie. Deberíamos jugar a algo, para distraernos, ¿no te parece?.

Si, tienes toda la razón. Sandra, ¿que tal si te dejas dar unos azotes por nuestro anfitrión?.

Le miré con los ojos en blanco. Y ellos se dieron cuenta. Y quedamos en silencio durante varios minutos. Al final, me levanté y me fuí al hall, aunque el servicio mas cercano, estaba precisamente allí. Miré los látigos que había en la vitrina y volví con alguna lágrima en mis ojos. Me planté ante ellos dos y les espeté :

Ya que deseáis jugar, jugaréis. Gorky, prepara papelitos del 1 al 12. Y tu Roberto, escribe partes de mi cuerpo que te gustan. ¡Hacedlo!.....¿no queríais jugar?.

Vale, Sandra, pero no sé cual es el fin. ¿Y tu, Gorky?.

Pues yo tampoco, pero si es un juego de Sandra, estaré encantado de jugarlo.

Muy bien, necesito además que lancéis un dardo contra esa diana de allí. Sólo un dardo. Y apuntad bien, la puntuación contará mucho. Yo mientras prepararé otras cosas en la cocina. Cuando vuelva, deseo que tengáis todo anotado, ¿vale?.

¡A la orden jefa!.......Roberto esta chica es una mina.

¡Vale Sandra, estará todo preparado!.

Me alejé de ellos y los ví cuchicheando. Sabía que no tenían ni idea de que se trataba. Bajé hasta la bodega y seleccioné cuerdas y una botella de las que me había mostrado Gorky. Y subí con todo hasta la cocina de nuevo, dejándolo sobre la mesa.

Aparecí en el salón y les pregunté por los papelitos. Ya estaban escritos. Entonces me acerqué hasta donde estaba la diana y descolgándola de la pared, les dije :

La diana la tendré sobre mi cara. Procurad apuntar bien y anotar el el máximo de puntos, pero como sé que estaréis nerviosos, os dejare tirar tres dardos de prueba a cada uno. ¿que decís?.

Vaya, nunca se me hubiera ocurrido una diversión tan ocurrente. Roberto, por ser mi invitado, te dejo practicar a tí en primer lugar.

Gracias Gorky. ¡Vamos allá!.

Me situé a 3 metros de ellos y cubrí mi cara con el reverso de la diana. A los pocos segundos, sentí el impacto del primer dardo al clavarse. Me dio la sensación de que estaba muy centrado. Y al poco otro y otro dardo. Y a continuación escuché las pisadas de Roberto y le vi las piernas y los pies. Se fijaba en sus impactos, mientras tocaba mis pezones, ante la mirada de Gorky, que estaba a mi izquierda.

Por fín quitó los dardos y se colocó a mi derecha, mientras Gorky ocupaba su posición. Le miré de reojo y me sentí un poco nerviosa. Aunque creo que ellos estaban mas nerviosos que yo.

Sentí el impacto del primer dardo, el segundo y el tercero. Y los pasos de Gorky, quien también me magreo descaradamente los pezones y el bajo vientre, ante la mirada impertérrita de Roberto.

Cuando desclavó los dardos, les dije con voz algo quebrada, que comenzaba el único disparo de puntuación.

Ví alejarse a Roberto de mi lado, pero Gorky no apareció. Y de repente sentí un impacto seco. Debía estar muy centrado. Y me mordí los labios, deseaba que no fuera en el centro del todo. Todo era silencio y de repente otro impacto mas. También muy centrado. Cuando les escuché acercarse, bajé la diana de mi rostro y aprecié los dos dardos clavados casi en el centro de la diana. El verde que era el de Gorky, marcaba 20 puntos. Y el rojo de Roberto, 25. Rabié un poco ante lo que me aguardaba.

Dejé la diana sobre la mesa y cogí las bolsitas que contenían los numeros y las zonas de mi cuerpo. Primero se la entregué a coger a Roberto. Un papelillo de cada una. Y luego a Gorky.

Cuando ambos tenían sus papelillos, les pedí que los abrieran y leyeran en alto. Gorky, fue el primero.

Veamos. El número 3 y nalgas.

Y yo, el número 7 y costados.

Está bien, era una forma de jugar, aunque no esperaba semejantes puntuaciones. Los números se relacionan con los látigos del hall y los lugares de mi cuerpo, para ser azotados. Y la puntuación de la diana, el número de descargas. Y si os apetece saberlo, estoy aterrorizada......pero, el juego ya está en marcha, salvo que digáis algo en contra.

Pues claro, que diré algo en contra. Roberto, no deseo lastimar a nuestra niña. Sabes que me gusta hacerlo con otras, pero no me apetece con tu chica.

Gorky, la decisión ha sido de Sandra. Sé, sabemos que a ella le pesan los resultados de la selección, pero no creo que ponga rechazo alguno, ¿verdad Sandra?.

Negué con mi cabeza y les seguí mirando. Como el estado de silencio crecía de forma mas alarmante que antes, les dije :

Por favor, no deseo veros tristes. Estoy en vuestra tierra y deseo quedarme mucho tiempo en ella. Os propongo una solución menos traumática para mí, que al parecer es lo que os incomoda. Que actúe primero Roberto y al regreso de nuestro amor lo haces tú, Gorky. De ese modo no podré sentir el posible rechazo por Roberto, ¿os parece?.

Muy bien ideado Sandra. Veamos cual es el número 7 de esos azotes. Vayamos al hall.

Y nos dirigimos al hall los tres. Nada mas ver los látigos, me asusté mas aún. El número 7 era un látigo de cuero trenzado y encerado de un metro de largo. Y el número 3, un látigo corto con tres cuerdas de cuero trenzadas y terminadas en un nudo cada una.

Sentí que me entraba una flojera brutal en mis piernas y disimuladamente, me agarré a Roberto, quien me lo notó rápidamente y dijo :

Sandra, es tu juego. Gorky, por favor átala en el centro del salón. Sandra, te los daré suaves, para que no digas.

Me dejé llevar, casi dando traspiés por Gorky hasta el centro del salón. Pulsó un botón y aparecieron unas cadenas de una trampilla del techo. Me dejé sujetar las manos a los grilletes que colgaban y después fui tensada, hasta quedar sujeta, sólo por las puntas de los pies y de cara a Gorky que no perdía escena de mi exposición ante ellos.

Gorky, ya está aléjate para que el látigo circule bien. Sandra, probaré con series cruzadas de 2 en 2 en cada costado, pero serán suaves.

Me sentía a punto de que me diera algo. Veía a Gorky sentado a pocos metros frente a mí, con su polla tiesa ante la situación de morbo que se estaba produciendo. ¿Por qué habría decidido mojarme con ese juego?. Quizás realmente, me gustara este tipo de mundo.......En ese momento, mi cabeza no estaba para razonar, pero era cierto que en el chat y hasta con mi amada Victoria, había gustado esa actividad, cuando con ella, como mejor me sentía era haciendo el amor mas puro entre dos personas enamoradas.

Decidí aceptar el juego y que mi carne fuera mortificada por el cuero, mientras Gorky me observaba tranquilo y cómodo en su sillón. La verdad, es que en esos instantes sabía que producía un morbo demasiado fuerte ante ellos, como para que pudiesen menospreciarlo.

Miré el reloj y aún faltaban 2 horas y 15 minutos para la media noche. Había tiempo para sufrir y después prepararme para ser amada por el hombre de mi vida. Y sin esperarlo, ni siquiera escuchar algo en el aire, el látigo se enroscó en mi cintura, haciéndome perder la respiración por unos segundos. Quise gritar, mas de la sorpresa que del dolor, que ahora comenzaba a fluir por mis terminaciones nerviosas.

Sólo respiré algo mas fuerte de lo normal, mientras Gorky me contemplaba, cada vez mas empalmado. Y acto seguido un nuevo latigazo en el otro lado. Creía que me iba a partir en dos. Apreté mis puños, a la vez que recibía el tercero en la misma zona.

No quería gritar, no deseaba gritar, no debía gritar. Pero cuando el cuarto barrió de nuevo en mi otro lado de la cintura, no pude mas que soltar un aayyyy..sordo y jadeante. Y comencé a resoplar ante Gorky, sin que me importara que me viera desnuda y mortificada por los latigazos. Tampoco me sentía mal con que me mirara constantemente y se estuviera autoexcitando. Incluso, le agradecía semejante gesto.

Durante un minuto, pude ser consciente de las sensaciones odiosas que producían los restos de 4 latigazos. Terminado el plazo, sentí una nueva serie de 4 latigazos, que me hicieron contraerme y temblar como una auténtica posesa. Mis gritos ya se habían liberado y mis piernas se retorcían por simpatía, del tremendo dolor en mis costados. Y fue Gorky, quien le propuso a Roberto, atarme los tobillos.

Y fueron atados por el mismo Roberto, mientras Gorky aprovechaba para pasar su mano por mi pelo y darme ciertos pellizcos en los pezones. Me sentía como el fuego en todo mi cuerpo. Ahora con mis pies atados, ya casi no podía moverme. Y tampoco me importaba que me retorcieran los pezones o que me los pellizcaran, era una forma de desviar mis senciones terrorificas de dolor y ansiedad.

Al minuto cumplido, otra serie de 4 latigazos cubrió mis costados, pero el látigo largo y encerado me rodeaba por delante y ya mis gritos desgarraban la estancia. Sabía que podía gritar a mi antojo, pues aquella propiedad estaba lejos de cualquier civilización.

Y así durante otras dos series mas, tuve que soportar los rigores y lo peor de todo, las sensaciones mas que odiosas que el látigo dejaba sobre mi cuerpo. Después del último latigazo de la quinta serie, Roberto dijo :

La verdad es no me apetece seguir. Me gusta Sandra, por lo fuerte y sumisa que ha sido siempre conmigo, pero tampoco me gusta hacerla lo que hacíamos en el chat. La verdad, es que me encanta verla desnuda, expuesta y mortificada......pero éso, creo que deberá ser mas adelante y siempre que ella se entregue a mí por completo. Y doy por finalizada mi parte del juego.

Esas palabras me llenaban de orgullo y de amor. Realmente, me hubiera dejado azotar por él, e incluso mas cosas. Pero mi mente y mi cuerpo eran tan distintos, que si bien la primera se entregaba fácilmente, el segundo sufría hasta puntos tan terribles que odiaba cualquier acción de ese tipo. Era como mis dos mentes, en lucha perpetua.

Ví como Gorky se levantaba de su sillón y se acercaba a mí, mientras resoplaba. Mi cuerpo expulsaba sudor por cada uno de mis poros y mis jadeos y lágrimas eran el resto de complementos. Lo ví llegar ante mí, cuando estaba casi pegado a mi convulso cuerpo.

Sentí sus manos sobre mis ojos y poco a poco, mi visión lo vio mas claro. Me toqueteó las tetas, ante la parsimonia de Roberto que limpiaba el látigo ante mí, mirándome algo serio. Y fue Gorky, quien primero dijo algo :

Roberto, esta chica es un tesoro, mas bien un diamante sin pulir. Me encanta tenerla en la familia. ¿Te has dado cuenta como se ha portado?.

Si, me he dado cuenta, pero creo que para ser su primer día en nuestra isla, ha sido muy fuerte para ella. Sería fácil que la perdiésemos en pocos días. En fin, avisaré para que todo esté dispuesto cuando decida irse.

Esas palabras abrieron una alarma dentro de mi mente y casi gritando...dije :

No, nooooooo....no deseo irme....nooooooooo.

¡Vaya!, pues ésto no lo esperaba yo. Te hemos humillado para tu tipo de vida. Te he azotado dos veces. Te va a azotar alguien a quien conoces de hace unas horas y simplemente, dices que no deseas irte....¿estás en tus cabales, mi niña?.

No lo sé...no lo sé....pero es que te quiero.........y no podría vivir sin tí.......ohhh, lo siento.

Roberto, las palabras de tu chica, jamás las había escuchado en ese sentido por ninguna otra.

Si Gorky, pero es que aún estaba bajo los efectos del shock. Mañana será el día fuerte, por eso es mejor que sepa que todo estará dispuesto para cuando decida largarse.

Amor...amor.......me siento muy mal, pero soy consciente de lo que oigo y de lo que digo y quiero decir.......jamás te abandonaré, aunque solo sirva para tí de este modo.

Roberto, ahora ya sí que ésto se sale de tus estadísticas.

Si, la verdad es que con una persona como Sandra, todo se sale de cualquier tipo de estadística. Bueno, mejor la aplicaré nuestra sustancia mágica, para que suba virgen hasta nuestro primer nido de amor.

Y me dejé aplicar el líquido entre los dos, mientras sentía cada roce como un nuevo latigazo. Y a los pocos minutos, sentir un fuego que me ahogaba y me mortificaba hasta hacerme rabiar de dolor. Al final, colgaba de las muñecas soportando unos picores fortísimos, que fueron pasando lentamente, hasta desaparecer por completo.

Poco después era desatada y conducida hasta el sofá por Gorky, que me llevaba sobre sus musculados brazos. Nada mas dejarme, miro el reloj y dijo :

Justo. Faltan 40 minutos para la media noche. Después de una ducha rápida, se sentirá como nueva y podremos caminar hasta el punto 0 de vuestro amor y sexo.

Si Gorky. Sandra, haz un esfuerzo y vé a la ducha y quédate limpia para mí, ¿vale?.

Asentí con mi cabeza y entre los dos me ayudaron a levantarme y llevarme hasta la ducha. Para entonces, mis fuerzas habían vuelto, quizás mas de la emoción de ser amada por él, que de mi estado físico en particular.

Me duché a conciencia. Me sentía feliz y dichosa. No me importaba que me maltratara si seguía estando junto a él. Era algo, que no sabía como explicar. Pero era así para mí. Terminé de asearme y me lavé la boca con un enjuague a conciencia. Deseaba estar virgen para él. Cuando me miré al espejo, me ví un poco cansada, pero si sonreía todo se disimulaba. Toqué mis tetas y las ví bien puestas y deseosas de que mi amor, las estrujase hasta hacerme perder la voluntad.

Salí del baño, peinada y sonriente. Nada mas llegar los ví un poco apagados. Primero me acerqué corriendo a Roberto y le dí un montón de besos por todo su rostro y manos....y después me desplacé un poco y repetí mi acción sobre Gorky.

En cuanto me separé de ellos, les ví mucho mas animados. Parecía que les hubiera contagiado mi alegría. Entonces los hice levantar, al menos lo intentaba y cuando los tuve en pie ante mí, les dije :

Venga, animaos. Ya casi no queda tiempo. Ah, iré desnuda todo el camino, si puede ser, claro. Me siento feliz y libre.

Sus rostros cambiaron y los ví de nuevo como eran normalmente. Llenos de vida y alegría. Cogí un macuto para mí y me puse unas chanclas, para no dañar mis pies. En el macuto metí unas cuerdas y un par de látigos muy finos. Y abriendo la puerta les invité a salir, para que me llevaran al lugar en donde me entregaría por amor.

Sabía que estaban algo aturdidos, pero su confianza ante mí, había vuelto a ellos. Al final tuve que cargar con un macuto enorme, que Gorky sujetó en mi espalda, dejando mas expuestos mis pechos desnudos. Y además mi macuto y una cantimplora. Me sentía como una esclava real ante ellos dos, que solo llevaban unos pantalones cortos, botas de goma y una sudadera. Pero me sentía tan eufórica, que hubiera sido capaz de cargarlos a mi espalda. El camino de noche era un poco traicionero y mis chanclas se salían cada dos por tres. Cuando llegamos a la misma cruz, me ayudaron a quitarme el macuto y a sacar la manta para que nos tendiésemos.

Dejé mi macuto a un lado y la cantimplora. Y ayudé a colocar la manta, mientras me metían mano los dos. Me encantaba que me toquetearan, pues me hacía seguir con mi euforia. Cuando todo estuvo dispuesto, Gorky se acercó a mí y me dio un beso profundo en mis labios, mientras cogía mi cara entre sus manos y me deseó lo mejor.

En cuanto se fue, me acerqué a Roberto y pasé mis manos por sus brazos, para subirlas por su cara, mientras iba acercando mis labios palpitantes a los suyos. Sentí como se excitaba ante mi presencia, cada vez mas cerca de él. Mis manos ávidas de sentirle, comenzaron por quitar su sudadera, sin dejar de besarle y hacerle caricias. Y poco después le quitala los pantalones y el calzón.

Su polla estaba tan tiesa, que me daban ganas de que me clavara con ella, pero no perdí mi concentración y con caricias suaves y tiernas, le hice recostarse sobre la manta, a la vez que yo caía lentamente de lado junto a él.

Mis manos eran un torbellino de caricias. Pero cuando ya no pude soportar mas la tensión, me coloqué sobre él, sujetando mi peso con mis manos y le besé apasionadamente, mientras él jugueteaba con mis pezones ya erguidos y ansiosos de sus tormentos de placer.

Me sentía a cada segundo mas y mas excitada. Sabía que mis flujos vaginales corrían por entre mis muslos y que su polla que golpeaba mi sexo, también notaba esa humedad. Pero nuestras bocas estaban pegadas, mientras nuestras lenguas se agitaban intrépidas unidas las dos.

En poco minutos, me volteó y comenzó con suaves caricias de su polla, mas tiesa que una estaca, sobre mi cara. La pasaba suavemente por mi boca ansiosa y temblorosa, para después recorrerme las mejillas y hasta los mismos párpados, momento que aprovechaba para lamer sus testículos, ante una gran excitación por su parte.

Poco a poco fue descendiendo su polla y su boca y su lengua fueron los sustitutos de mi pasión. Me lamía la cara completamente, metía su lengua en mis oídos y el los agujeros de mi nariz, sin dejar de lamrme los párpados y cada minúscula parcela de mi cara. Me babeaba y dejaba soltar su saliva dentro de mi boca, que yo bebía como una poseída.

Me encantaba todo cuanto sentía. Bebía su saliva y me relamía de cada caricia de su lengua en mis labios. Su boca y su lengua seguían bajando por mi barbilla hasta que llegaron a mi cuello, momento en el que mis manos pudieron asir sus pezones y retorcerlos pero de un modo muy suave. Era una especie de reclamo por los míos.

Me ví complacida a los pocos segundos, cuando su lengua me hacía poner los pezones a punto de estallar, de hinchados. Y justo en ese estado, los mordía uno detrás de otro, haciéndome gemir de dolor. Aunque era el dolor mas exquisito de mi vida. Y seguía bajando por mi vientre hasta llegar a mi ombligo en donde descargo gran cantidad de saliva, para después cogerla en su boca y dármela a beber, cosa que hacía encantada y mas excitada que nunca. Su boca siguió descendiendo sobre mi pubis sin vello y llegó hasta la cueva del guardián, que salió lleno de alegría para que su nuevo visitante lo complaciera.

Me lamía el clítoris, mientras mis manos estrujaban mis tetas y me retorcía los pezones, entre gemidos de placer brutal. El seguía lamiendo esa zona, dejando que su saliva se acoplase entre mis labios vaginales, sintiéndome algo mas fría, pero a la vez ultraexcitada.

Sentía que mi clítoris se iba a terminar saliendo, cuando el notando su tamaño y excitación, me lo mordisqueaba sin piedad. Me sentía a punto de explotar de gozo. A veces sentía un poco de dolor, pero todo se traducía rápidamente en excitación y pasión desbordada.

Llegó con su barba hasta mis labios vaginales y los rozó con la misma, fuertemente, hasta que yo exclamé de dolor. Entonces me volteó y separando mis muslos, hurgó con su lengua dentro de mi conducto anal.

Y así estuvo hasta que no pudiendo sujetarme mas, lancé mis flujos vaginales, corriéndome entre convulsiones frenéticas que parecieron agradarle mucho mas de lo que esperaba. Y un poco antes de que me calmara, me volteó de nuevo y hundiendo su cara entre mis labios vaginales, pasó su lengua de fuego hasta que mi cuerpo se volvió a revolucionar.

Me parecía increíble que pudiera haber pasado del orgasmo al nuevo placer, casi sin parar. Pero no deseaba analizar esa situación ahora. Me debía a sentir y vivir cuanto sucedía dentro de mi cuerpo. Me sentía flácida, pero ansiosa de que me empalara. Yo, casi no me atrevía a tocarle, por temor a distraerle. El parecía estar poseído por una fuerza de amor descomunal y yo era la agraciada y además en el lugar elegido por mí.

Minutos después, sentía los efectos de un nuevo orgasmo, sin que él hubiera abandonado mi vagina un solo segundo. Y sentía como entre estertores de mi cuerpo, cedía mis flujos sobre su boca que bebía y tragaba lleno de ansiedad y seguía mortificando aquellas partes, sin darme un respiro siquiera.

Pasados unos momentos y cuando yo volvía a contraerme de placer, separó su cara de mi sexo y se acercó a la mía, besándome y dejando que limpiera su cara pringosa con mi boca. Y lo hice llena de amor, mientras él aprovechaba para retorcerme las tetas, hasta tal punto que creía que me las iba a arrancar. Y con mis pezones se portaba igual de bárbaro. Los retorcía hasta que mi boca emitía un ayyyy, dentro de la suya.

Me sentía tan dolorida en esas partes que creía que jamás volvería a mí la calma. Pero estaba ansiosa porque se colara dentro de mí. Cosa que hizo, poco después de colocarme la polla sobre mi boca, para que la pusiera dura de nuevo.

Y en cuanto la tuvo a tono y chorreando saliva, se acercó a mi canal vaginal y la apuntaló en la entrada. Me sentí como retenida en el tiempo, pero solo duró un instante. Acto seguido, comenzó a empujarla dentro de mí. La sentía abrirse paso en mi estrechez vaginal, mientras jadeaba de placer y le miraba atentamente a los ojos.

El efecto de aquello corriendo lentamente dentro de mí, me hacía sentir los mil placeres anteriores unidos y simultáneos. Me sentía como una tonta, dejando que aquella cosa maravillosa se fuera adentrando y adueñando de cada pequeña parcela de mi cuerpo. Hasta que noté que topaba con mi matriz.

Entonces descansó un segundo y volvió a retirarla, muy lentamente, haciéndome gritar de placer, como si estuviera poseída por fuerzas extrañas. Y justo cuando el glande rozaba mi anillo vaginal, volvió a entrar, pero esta vez de un solo empujón, sintiéndome tan desconcertada que perdí la respiración. Un segundo después se retiraba lentamente hasta llegar a la entrada de mi vagina. Y de nuevo, un fuerte empujón clavándola de nuevo hasta mis entrañas.

No podía dar crédito al placer que me proporcionaba. A veces se me escaban gritos de placer tan brutales, que parecía que me estuvieran matando lentamente.

Y a las pocas embestidas de este tipo, comenzó con un mete-saca muy rápido, que me saturaba de placer sin que pudiera aguantarme sobre la manta. Me sentía como si me fuera a romper completamente. Pero de repente se detuvo y sacando su polla enorme y pringosa de mis flujos, la dejó sobre la altura de mis pechos, para a continuación cogiéndome de los pelos izarme, hasta que mi boca se abrió y dejó que se hundiera dentro de mí. Sentí un sabor extraño, pero solo duró un segundo, ya que él comenzó con el mismo mete-saca dentro de mi boca. Yo creía que me traspasaría la garganta y que me axfisiaría.

Su rudeza y brutalidad eran tan salvajes, que mi lengua se había quedado como agazapada en mi boca, sin atreverse a ponerse en el camino de aquella monstruosidad.

Después de dos minutos, haciéndome llorar y respirando como podía por la nariz, se retiró de mí y volteándome, me separó los muslos y cogiéndome con una mano del vientre, se clavó de un solo golpe dentro de mi ano.

Me sentí como si me hubieran rajado en dos. Un agudo dolor subió de golpe por todo mi cuerpo y fue tan brutal que enmudeció hasta mis gritos. Se quedó así un segundo y volvió a casi sacarla, para volverse a clavar dentro de mí. Sentía mi ano como destrozado, solo sensaciones desagradables circundaban ahora mi cuerpo.

Pero soporté durante un poco mas de tiempo y poco a poco el dolor, fue dando paso a una especie de calor, que pronto fue placentero. Y así hasta que sentí su polla pasar por mi recto a toda velocidad.

Me sentía extenuada y las fuerzas de mis brazos habían huído ante semejantes ataques. Cuando se retiró de mí, creí sentirme ya abierta de por vida, mo volvió a voltear y meter de nuevo su polla dentro de mi boca, pero esta vez para que yo la pusiera tiesa de nuevo.

En menos de tres minutos, la sentía como se hundía en mi garganta una y otra vez, haciéndome cerrar los ojos sofocada. La sacó de golpe y la volvió a meter en mi vagina, para a base de embestidas fuertes y constantes hacerme volar de nuevo por esas sensaciones tan extrañas en todo mi ser.

Y tras un mete-saca rapidísimo de varios minutos, se detuvo en seco y cuando mi cuerpo estallaba lleno de espasmos, un chorro caliente de esperma inundaba todo mi canal vaginal. Sentí un efecto tan brutal al notar los dos flujos luchando y mezclándose dentro de mi cuerpo, que el placer me hizo entrar en una serie de orgasmos múltiples y descontrolados, que sólo se detuvieron cuando él, cogiéndome la cara me la abofeteó hasta dejarme medio inconsciente.

En cuanto fui capaz de conocer, me cogió del pelo y me hizo que mantuviera su polla ya medio flácida dentro de mí, hasta que hube sorbido todo resto de semen y flujos míos. Una vez la dejé limpia, soltó mis pelos con lo que mi cabeza cayó como un fardo sobre la manta.

Me sentía como muerta. Solo mis ojos y mi mente, parecían funcionar. El resto de mi cuerpo se negaba a moverse. Le ví retirarse de mí y como se alejaba un par de metros para echar una meada. Cuando terminó, en lugar de sacudirse las gotas colocó su polla dentro de mi boca y me hizo chupársela hasta que conseguí que el último flujo de orina, pasara a mi garganta.

Como agradecimiento, me cogió de las tetas, apretándolas fuerte y me sacó de la manta. Dejándome sobre la tierra fría, tirada como un pelele.

Le podía ver recogiendo la manta y guardándola en la mochila, al tiempo que aparecía Gorky, subiendo por la pequeña cuesta. Al verme tirada como un fardo, dijo :

Vaya, parece que la has machacado bien.

Si, creo que la he machacado bien. La verdad es que me he sentido como nunca. Espero que no se vaya de mi lado, a pesar del modo que la he trabajado y la trabajaré. Por cierto, ¿debemos irnos ya?.

No, aún hay tiempo. Si lo deseas puedes dejarla recuperarse unos minutos.

Mientras Gorky decía estas cosas, ví como él cogía mi macuto y lo abría, sacando las cuerdas y los dos látigos. Cogió las cuerdas en su mano y dijo :

Gorky, ata un extremo de esta cuerda a su muñeca derecha. Yo lo haré con la otra y la reanimaremos al modo nuestro.

Cada uno cogió mis brazos y ató un extremo de la cuerda en cada muñeca. Y sin mediar palabra, aunque sus gestos conseguí captarlos, me hicieron levantar del suelo tirando de los extremos de las cuerdas.

Conseguí erguirme y caminar encogida y jadeando de dolor, con rumbo hacia el tronco de un ancho árbol. Cada uno de ellos lo bordeó por un lado y yo veía que chocaría de bruces contra él. En cuanto mis pechos contactaron con la áspera madera, grité de angustia y dolor mientras mis pechos se incrustaban contra la rugosa madera. Cuando estaba bien comprimida, escuché a Roberto decir :

Ténsala fuerte, quiero que aprecie la caricia del árbol.

Mis quejidos y mis lamentos, parecían ennardecerlos en esos parajes. Me sentía aprisionada contra el árbol y mis pezones eran los que mas sufrían, aunque el resto de mi cuerpo sentía el roce de la madera, que lastimaban las partes mas blandas del cuerpo. Estiraban de las cuerdas, haciendo que mi cuerpo se empotrara contra el rugoso tronco.

Unos segundos después veía aparecer por mi izquierda a Roberto, que dijo :

Gorky, separa los dos extremos, porque esta chica esta muy baja.

Sentí como la presión disminuía, pero solo duró un segundo, pues Roberto cogiéndome de las axilas, me elevó hasta la altura que creía conveniente y me volvió a aplastar contra el tronco, a la vez que decía :

Gorky, ahora. Ata los cabos fuerte. Nuestra chica ya está preparada.

Oí hablar a Gorky, pero estaba tan asustada y dolorida que no era capaz de razonar. Y lo peor era no poderme mover en aquella masa gigantesca de madera agresiva. Ví aparecer a Gorky a los pocos segundos, mientras me sentía desesperadamente mal y como Roberto, le decía :

Amigo, nuestra pálida chica está esperando ser calentada un poco antes de bajar a la cabaña. Por cierto, me está entrando algo de apetito.

Roberto, mira que eres raro......está bien, ¿la calentamos con una docena de latigazos?.

Si, me parece suficiente, pero cada uno claro..........Ahhhhh, no hay que darla en el culo, el resto a la vista vale todo.

Roberto, mira como está la chica..........24 latigazos la dejarán hecha polvo. Y creo que nos abandonará mañana mismo.

Gorky, ¡cállate!.......he dicho que 12 azotes cada uno y sin parar...........Sandra los soportará por mí. De todos modos, la dejo en libertad de decidir esta madrugada que desea hacer. Ahora a calentarla para bajar a la cabaña y poder tomar algo energético.

Vale Roberto. Prepárate porque yo ya lo estoy.

Y sin mediar palabra mas, mi espalda fue abrasada a latigazos y algunos en mis muslos. Me creí morir de dolor y miedo. No podía ser lo que me estaba sucediendo, pero tenía mi respuesta si Roberto me preguntaba que decidía.

Terminé fatal después de la paliza y cuando fui desatada, caí de espaldas, rozándome con la tierra árida en mis carnes marcadas. Casi no podía removerme de los espasmos y el terrible dolor que mi cuerpo soportaba.

Roberto, me hizo poner en pie y me conminó a que llevara la mochila y el resto de trastos hasta la cabaña. Ni siquiera protesté cuando me pusieron el peso de la mochila y rozó mi espalda recién marcada. Debía ser la clase de trato que tenía que soportar, para poder estar con él. Y lo acepté sin dudarlo.

Hice un camino de vuelta a la cabaña apagada y quejándome constantemente. Ellos me animaban a bases suaves latigazos en mis muslos y alguno sobre el vientre. Cuando ví la cabañna frente a mí, crei que la vida volvía.

Pero lo peor estaba aún por llegar. Entramos los tres y cuando me quitaron la mochila, sentí como rozaba mi piel marcada recientemente. No pareció importarles lo mas mínimo y Gorky fue quien sugirió que bajásemos a la bodega. Había de todo y yo podría disfrutar de ellos dos.

Descendimos lentamente, ya que mis fuerzas estaban un poco mermadas por los azotes y la caminata. Me encontré en un lugar conocido, aunque inmediatamente supe que lugar era el mío.

En cuanto ví las cadenas que descendían del techo, en mitad de la bodega, supe que estaban preparadas para mí. Y en efecto, asi fue......Roberto, que era el mas corpulento engarzó mis manos a los grilletes fijados en las cadenas y Gorky me tensó hasta quedar apoyada tan solo por los dedos de los pies, diciendo a continuación :

Roberto, de nuevo tu chica colgada por las muñecas. Creo que deberíamos dejarla descansar un poco y tomar unos pinchos y beber buen vino, ¿no te parece?.

Pues claro, amigo mío. Ella no se escapará de ahi....jajajajaja

Les miré aturdida y triste. Roberto se aprovechaba de una pobre chica enamorada...ignorante y desprotegida. Estaba entregada a él por amor y me trataba peor que a una rata. Sin embargo, aún le seguía amando. Yo misma, mientras les veía comer y beber me preguntaba el porqué de mi amor hacia él. No sabía la respuesta, pero mi realidad era que sin él, no era algo en la vida.

Soporté estoicamente, la hora larga que dedicaron a comer y beber, hasta que al final Gorky dijo :

Bueno Roberto, habrá que terminar esto. Para mañana ya estará lista la cabaña en Maspalomas.

Si, tienes razón. ¿Te gusta mi chica de verdad?.

Vaya pregunta haces, amigo. Pues claro que me gusta. Es cierto que está un poco pálida, pero sin haber tomado el sol aún y con la juerga que le hemos dado, no es tampoco para menos.

Si, la verdad es que mi niña lleva una sesión un poco fuerte para ser el primer día.

Roberto, se que estás intentando que ella asuma que la voy a azotar ahora. ¿Qué te parece si me la cedieras algún día para dárselos a solas?.

Pues por mí, me parece bien. Pero creo que Sandra es quien debe contestar a éso.

Sentí sus miradas ávidas de respuesta, clavadas en mi desnudez. Y simplemente, asentí.......por lo que dieron por hecho que yo me sometía a Gorky en cuanto estuviese con él a solas.

Gorky se acercó a mí y mientras me magreaba los pezones me susurró que me vería unos diás después. Y tras despedirse de Roberto, nos dejó.

Cuando nos quedamos a solas, me sentí morir de amor por un lado y por el otro de terror. Estaba atada y en un sótano. Roberto podía asesinarme, sin que alguien se enterase. Pero, para mi tranquilidad se limitó a aplicarme el líquido reparador y me dijo :

Mientras te curas de las marcas, voy a darme una ducha. Volveré en una hora mas o menos.

Me pasó el líquido por cada una de mis marcas, que eran muchas y muy cruzadas. Y después de darme un par de manotazos en los pechos, salió de la bodega apagando la luz.

Me creí morir entre sensaciones horribles y el miedo que me daba la oscuridad. Gritaba y gritaba como una loca, aunque sabía que de nada me valía semejante esfuerzo. Aún así conseguí pasar una buena parte de todo ese tiempo, sin que me entrara el pánico a la oscuridad.

Deseaba con todas mis ansias que Roberto apareciera. Aunque me condenara a sufrir. Sólo deseaba que él estuviera allí. Era mi fuerza. Lo había sido durante muchos meses en el chat.

Y mientras estaba en mis devaneos, sufriendo lo imposible de contar, se encendió la luz y lo ví aparecer desnudo como si fuera mi salvador. Se acercó hasta mí y después de besarme, me descolgó de las cadenas y me subió en brazos hasta la planta principal, dirigiéndose al baño.

Me depositó sobre la bañera que estaba llena de agua caliente, pero adecuadamente y llena de sales de baño. Y se acercó a mi boca y la besó. La besó tan dulce y tiernamente, que todas mis penas se esfumaron. Estaba ante mi amor, por el que me derretía día tras día.

Sus manos eran las delicias del paraíso al recorrer mi piel. Me sentía tan extremadamente bien, que mi amor crecía y crecía y ya olvidaba los asedios a mi tierno cuerpo de minutos antes. Para mí, sólo existía él en el tiempo presente. Alguna vez había intentado imaginar como le justificaría mi forma de proceder y de ser. Y siempre pensé, que sería imposible. Era, simplemente amor. ¿Y cómo mostrar la luz en la misma luz?.

Cuando terminó de lavarme con una suavidad, que provocaba una lasitud algo extraña dentro de mí, me sacó de la bañera y me secó. Pero lo hizo de un modo tan suave y lleno de calor, que sentí que me dormía en sus brazos.

No sé que sucedería en aquellos instantes. Sólo sé, que cuando me tumbaba en la cama, mis ojos se abrieron y le vieron a él. Era mi Dios y mi Vida. Yo me dejaba acomodar en la cama. Y tuve la dicha de verle entrar en la cama y situarse a mi lado, ofreciéndome toda la protección que me daba su cuerpo. Me sentía insignificante junto a él, pero a la vez protegida como si estuviera en el vientre de mi madre.

Le sentí abrazarme y darme caricias tiernas y besos llenos de amor, que haciéndome vibrar de amor, me entregaron directamente a los brazos de Morfeo.

Las veces que me despertaba un sueño extraño, sin recordar cual era o de que se trataba, me encontraba protegida por sus brazos y su enorme cuerpo. Y me sentía tan bien, que volvía a caer dormida como si estuviera en un tránsito a la eternidad.

Una de las veces que me desperté, le ví algo destapado y subí la colcha hasta sus hombros, para después abrazarme con fuerza a él. Le velé cuanto pude, porque me sentía tan profundamente enamorada de él, que no deseaba perder un segundo de su vida. Sin embargo el sueño y el cansancio, me vencía como crueles enemigos.

Pero lo que estaba claro es que cada vez que me despertaba, podía apreciar que él seguía junto a mí. Y yo cada vez me sentía mas plena junto a él. Por nada del mundo le abandonaría. No deseaba sus posibles lujos. Sólo le deseaba a él por toda mi eternidad y siendo algo mas egoísta por toda la eternidad.

Sentía sus manos y sus piernas reposar sobre mi cuerpo. Y me sentía a veces como amante, a veces como madre. Me sentía tan extraordinariamente relajada y feliz, que mi mente vagabundeó por mi propia memoria y llegó Victoria. Y pensé.....: jo, Vicky...si supieras como me encuentro en estos momentos........La recordaba con tal intensidad que mi mente no podía apartarse de ella un solo instante. Y lo mejor de todo, es que había conseguido dar el primer paso hacia mi futuro. Ahora estaba con Roberto.....Roberto....Roberto.......creo que le llamaría Rober, para abreviar.

Sí, le llamaría Rober, si él me lo permitía. Roberto=Rober=Amor=Vida=Eternidad. Sí, él era éso para mí, o al menos yo lo era para él. Si, eso sería para él, por toda mi vida.....No, por toda mi eternidad, aunque me reencarnase en mil seres distintos. Pero, ¿y Vicky?. También estaba ella dentro de mi mente. Ella era mi amor, era mi primer amor mas especial. Jamás, podría olvidar al ser que me dió la luz en el chat y con el que vibré días, noches y madrugadas hasta que apareció Roberto.

Pero Victoria era tan especial y deseaba tanto verla, que me sentí herida al estar con el hombre al que amaba mas que a mi vida y que sentía lo mismo por ella.

Pero Morfeo, volvía a capturarme en sus redes suaves y me conducía a su reino...........

No recuerdo los sueños que tuve, pero sólo sé que me sentí plácida y feliz. Y cuando desperté ya era de día y él seguía durmiendo junto a mí con su enorme mano rodeando mi pecho izquierdo. Yo mantenía mi cabeza debajo de su barba y apoyada sobre su tórax. Me sentía tan feliz y deliciosamente acompañada que por mi mente no corrió el pensamiento de que aquello pudierra acabarse en algun tiempo finito.

Mis manos pugnaban por acariciar una parte de su cuerpo de amor. Pero solo mi mano izquierda, era capaz de llegar hasta su pecho y rocorrer todo su costado hasta sus nalgas.

Morfeo, al final me había liberado para que cuidara de mi amor. Y ya estaba con él hasta el final de los tiempos. Cuando viera de nuevo a Morfeo, me echaría a su cuello llena de agradecimiento y le besaría llena de amor. Y sé que él se sentiría feliz de tener una hija como yo.

Pero ahora estaba con el ser que mas deseaba y ansiaba en mi mente. Era mi amor, tantas veces soñado y tantas ansiado. Pero a mi mente volvía Victoria.....ella estaba sola. Y yo siempre la deseaba junto a nosotros, porque éso solo significaba amor y felicidad infinita.

Dejé a Victoria, mi Vicky........en un lugar seguro de mi mente y volví junto al ser que tenía pegado a mi cuerpo. Seguía durmiendo. Y su rostro reflejaba el amor que era capaz de dar. Y a mí, me parecía que era mucho mas de lo que yo ansiaba y necesitaba.

Le sentí despertarse, poco a poco. El estaba mas unido a Morfeo, porque él era también un Dios. Y tampoco debía tener prisa en volver, porque sabía que yo estaba junto a él.

Abrió los ojos y me vio. Pestañeó y después centró mas su mirada en mí. Y me sonrió. Jo, que felicidad al verme ante mi amor que me ofrecía la sonrisa del amanecer..de mi primer amanecer junto a él.

Le sonreí y dirigí mis labios para besarlo dulcemente, mientras me estrechaba entre sus brazos. Me sentí transportada junto a los dioses y animada por ellos para que siguiera con él. Y yo simplemente, les agradecí todas sus palabras de ánimo, mientras me fundía en el beso mas lleno de amor de mi vida y mis sueños.

Cuando se despegó un poco de mí, respirábamos los dos algo excitados. Se separó un poco de mí y centrando su mirada en la mía mientras acariciaba mis labios con sus dedos, me dijo :

Sandra, gracias por dejarme vivir estos dos días tan maravillosos. Nunca te olvidaré, amor.

Ohh Rober.....ooohhh, gracias a tí por haber acogido a una chica solitaria que llevaba enamorada de tí desde los primeros tiempos. Ya nunca mas estaré sóla. Tu serás mi guardián, mi amo y mi guía, pero sobre todo mi amor. Los dioses ya lo saben y me animan a seguir junto a tí. A veces pienso, que están un poco despistados....¿no te parece, amor?.

Jajajaja....Sandra, si no fuera por tí, no habrían dioses. O sea, que esto significa que deseas seguir conmigo, ¿no?.

Si amor, hasta que te canses tu de mí o me vaya con los dioses a esperarte.

Sandra......oooohhhh....Sandra, me acabas de dar la vida de nuevo, pero he de serte sincero. No te deseo mal alguno, pero sabes el tipo de vida que llevo y que tengo ciertas debilidades por las mujeres. Y lo peor, como me gusta tratarlas. Esto ¿no te desanima?.

No, esas cosas no me desanimarán jamás. Antes, acuérdate solo estábamos juntos por el chat, sin vernos, ni hablarnos. Y tampoco todos los días. Y en largas esperas angustiosas y yo ya me sentía profundamente enamorada de tí. Ahora, estoy contigo. Y el resto de situaciones, no cuentan en absoluto. La felicidad ya la he recibido y el amor, también. Lo demás que consiga capturar, serán extras en mi vida.

Sandra, jamás pensé que alguien pudiese hablar como lo haces tú. Yo también estoy enamorado de tí, desde los primeros días y te doy las gracias por quedarte. Pero me apena pensar que te mortificaré y te haré daño, solo por mi lascivia y egoísmo personal.

Rober, mi amor......no te anticipes al futuro. Deja el tiempo pasar y que corra según te apetezca. Yo estoy contigo porque me siento dichosa ante tí, aunque me trates como esta noche pasada. O incluso aunque me trataras mucho peor. Yo he elegido libremente. Tu no debes arrepentirte de nada. Lo que deba ser será y si eso me permite seguir junto a tí, pues bendito sea.

Sandra, gracias por ser siempre tú. No creo que haya una mujer igual a tí en el orbe. Y aunque la haya, gracias porque a mí me haya tocado una de ellas. No sé que sucederá durante el tiempo que estemos juntos, pero no creo que te llegue a aborrecer en todos los días de mi vida terrenal y eterna. Y te digo mas, si algún día consigo reencarnarme, me gustaría ser descendiente tuyo. Sería el honor mas alto de cualquier ser vivo.

Jo, Rober...me estás haciendo llorar.....se que soy tonta, pero es que tus palabras siempre me deshacen....perdóname, amor.

Sandra, Sandra.....mi niña.........llora todo cuanto desees, llora sobre quien te ama mas que a cualquier ser o cosa en este mundo. Eres lo mas especial que jamás pensé que pudiera suceder.

Me estreché contra su cuerpo y le besé, mientras mis lágrimas corrían como un torrente alimentado por una tormenta. Y me sentí protegida de nuevo ante aquel ser que era mi amor, mi vida....y también mi prueba terrenal.