Ragnarok venganza

Humanos contra dioses

Ragnarok venganza

Para escribir este relato me he inspirado en un manga que me gusta mucho, su nombre es Suumatsu no valkirie.

Hace mil años los dioses se reunieron en el Valhalla para decidir el destino de la humanidad, según los dioses los humanos éramos los responsables de la muerte del planeta tierra. Fue la primera vez en siete millones de años que todos los dioses votaban en unanimidad.

La decisión fue tomada enseguida y no fue otra que la destrucción de toda la humanidad, entonces hizo acto de presencia la valkiria Brynhildr portando en sus manos, la constitución del Valhalla. En el artículo sesenta y dos párrafo quince. Decía que la contienda se dirimiría en un uno contra uno, trece dioses contra trece humanos.

El primer bando que consiguiera siete victorias ganaría, si eran los dioses. La humanidad estaría sentenciada, pero si eran los humanos quienes obtuvieran la victoria, se ganarían el derecho de vivir por mil años más.

Los humanos serian Einherjer, almas de valerosos guerreros de antaño. Almas que las mismísimas valkirias habían elegido de distintos campos de batalla. Estos serian entrenados durante años para cuando se tuvieran que enfrentar a los mismísimos dioses.

Un humano no podía enfrentarse a un dios, sus posibilidades de victoria eran cero. Las armas humanas no eran capaces de traspasar la piel de los dioses, un simple golpe del arma de un dios las haría añicos. Hay entraría el Völundr, una técnica que permitía que una valkiria pudiera convertirse en un arma divina, capaz de rivalizar con las armas de estos y poder matar a un dios.

El Ragnarok fue muy reñido, los dioses creían que su victoria sería fácil, pero los humanos con su destreza y a esto sumado los Völundr. Consiguieron seis victorias, empatando con los dioses. El destino de la humanidad se dirimiría entre el rey Leónidas y el dios Ares, Ares y Loki conspiraron matando a la valkiria que sería el Völundr de Leónidas.

Este último no se amilanó, cogió su lanza y escudos forjados en la tierra y se dispuso a plantar cara a Ares, entonces los dioses Thor, Shiva y Apollo, le cortaron el paso. Leónidas se quitó el yelmo y se les quedó mirando, Thor, Shiva y Apolo en signo de respeto a los humanos que habían combatido, le bañaron su lanza y escudo en su sangre.

No serian unas armas tan resistentes como las del Völundr, pero podrían herir a Ares. La batalla fue muy igualada, Leónidas el héroe de las Termopilas planto cara a Ares y en un momento de la batalla. Leónidas consiguió tumbar al gran dios, cogió su lanza con las dos manos y fue a clavársela en el mismo corazón.

La sangre que le habían otorgado Thor, Shiva y Apolo, había perdido su poder y la lanza de Leónidas volvió a ser una lanza normal y corriente. Esta se rompió al golpear el pecho del dios, Ares aprovechando esto. Clavo su espada en el pecho de Leónidas, otorgándole la victoria a los dioses.

En las gradas del coliseo se encontraban los trescientos Espartanos y la reina Gorgo, todos ellos orgullosos del desempeño que Leónidas había hecho en la batalla, Leónidas había hecho honor a su nombre, los dioses empezaron a vitorear. Todos menos tres Thor, Shiva y Apollo, estos expusieron los hechos y a Zeus y Odín no les quedo más remedio que posponer la destrucción de la tierra durante otros mil años más.

La victoria de los dioses tenía que ser legal, no fruto de la trampa y el engaño. No pudieron conseguir pruebas de la autoría de Loki y Ares, Ares pretendía quedarse el yelmo y la capa carmesí de Leónidas. Entonces la reina Gorgo bajo a la arena y mirando al dios le dijo.

• Este yelmo y esta capa son de mi marido, me las llevaré yo, no serán los trofeos de un tramposo.

Ares monto en cólera, fue a atacar a Gorgo entonces Zeus y Odín se interpusieron salvando la vida de Gorgo y ahorrando más bochorno a los dioses. Gorgo clamo venganza y le dijo a Ares que aunque le costara otros mil años le haría morder el polvo y vengaría a su marido.

Cuando volvía a las gradas una mujer increíblemente hermosa le estaba esperando, su nombre era Brynhildr. La hermana mayor de las trece valkirias, esta se puso en frente de ella y le dijo.

• He oído que quieres vengarte de Ares.

• As oído bien, ¿piensas impedírmelo?

• No, he oído que las mujeres Espartanas eran tan diestras como los hombres en combate.

• Así es, yo en mi caso entrenaba diariamente con Leónidas

• ¡Golpéame!

Brynhildr era una semidiosa, de esa manera podría calibrar el poder de Gorgo. Esta la ataco y le propino un buen golpe, pero no era suficiente para vencer a Ares.

• Eres fuerte Gorgo, pero no lo suficiente.

• Es natural, solo los hombres iban a la guerra, nosotras carecíamos de esa experiencia, ¿eso quiere decir que no podré vencer a Ares?

• No, eso quiere decir que tenemos mil años para entrenarte como es debido.

La idea de Brynhildr era que Gorgo fuera entrenada por Quirón, el mismísimo centauro que entreno al mismísimo Hércules. Brynhildr acompaño a Gorgo junto a Quirón y le explico lo que ocurría, este se lamentó por la perdida de semejante guerrero y prometió a Gorgo que la convertiría en una guerrera mucho mejor.

Quirón se dio cuenta de que Gorgo tenía la destreza, pero carecía de masa muscular para aguantar los monstruosos golpes que le propinaría Ares, entonces se le ocurrió que podía enseñarle a canalizar toda esa fuerza en contra de su enemigo.

Día a día, año a año Quirón fue cincelando los huesos y músculos de Gorgo en un entrenamiento infernal, consiguió que Gorgo pudiera utilizar sus músculos al cien por cien, además de no perder ni un ápice de esa figura femenina que la hacía una de las mujeres más hermosas del mundo. Brynhildr cada día se sentía más atraída por esa mujer que se entrenaba sin descanso día y noche. Fue ella quien empezó a curar las heridas de Gorgo y en una de estas ocasiones al rozarse la mano de una con la de la otra, ocurrió algo. Brynhildr empezó a notar un calor interior que no podía sofocar y Gorgo volvió a sentir la misma descarga eléctrica que le recorría la columna vertebral hasta el cerebro.

Eso solo le había ocurrido una vez y fue el día que conoció al que después sería su marido, Leónidas I. Brynhildr lo reconoció enseguida, se había enamorado de esa mujer, pero sabía que era un imposible. Ella seguía enamorada de Leónidas, por el hombre por el que se iba a enfrentar a Ares, para vengarlo.

Brynhildr se levantó y con semblante triste se fue a un riachuelo cercano para echarse agua en el rostro, con eso pretendía sofocar el calor que sentía y disimular las lágrimas que empezaban a caer por sus mejillas. Gorgo sabía que no volvería a ver a Leónidas, cuando un Einherjer moría, desaparecía en el olvido pues lo que había muerto no era el cuerpo sino el alma.

Según se acercaba hacia esa mujer que había despertado en ella algo que jamás pensó que volvería a sentir, se fue desnudando. Cuando llego al lado de Brynhildr, vio que esta estaba llorando. Gorgo se agachó y con su cuerpo desnudo la abrazo desde atrás, Brynhildr al principio se asustó, pero después su llanto se intensificó al darse cuenta de lo que eso significaba.

La mujer de la que se había enamorado, estaba a su lado desnuda y con la intención de corresponderla. Gorgo agarro el rostro de Brynhildr y lo beso con un deseo inusitado, desde Leónidas que no había sentido esto, solo odio y resentimiento. Volvía a sentir el amor gracias a Brynhildr.

Brynhildr la paro y le pregunto.

• Se que igual te enfadas conmigo, ¿vas en serio conmigo?

• Si Brynhildr, eres la segunda persona que me hace sentirme así y quiero volver a ser feliz.

Brynhildr admiraba el cuerpo desnudo de Gorgo, aunque musculado, no había perdido ni un ápice de su feminidad, sus músculos estaban al máximo de desarrollo, pero no eran grandes. No tenía ni un gramo de grasa en ese cuerpo, no perdió el tiempo y ella también empezó a desnudarse. Brynhildr era una poco más alta que Gorgo, pero sus cuerpos eran muy parecidos.

Gorgo empezó a mojarse al ver lo brillante que tenía el sexo Brynhildr, era un sexo muy bonito y aunque lleno de vello, no estaba para nada descuidado. Ella lo tenía exactamente igual, se tumbaron en el suelo haciendo un 69. De esa manera empezaron a saborearse la una a la otra, Brynhildr se percató que el cuerpo de una mujer no era ajeno para Gorgo y sabía muy bien lo que se hacía.

Ella para no quedarse atrás se esmeró en intentar sacarle el orgasmo primero, Gorgo lo estaba disfrutando, después de quinientos años de un infernal entrenamiento, estaba sintiendo sensaciones placenteras que ya tenía olvidadas. Al final ambas consiguieron el orgasmo al mismo tiempo, después de eso se levantaron y se empezaron a besar pasándose el sabor de una a la otra. Gorgo no podía dejar de mirar los pechos de Brynhildr, eran más grandes que los suyos, pero muy bonitos y con grandes pezones que le llamaban para ser lamidos con gula. Cosa que hizo mientras Brynhildr se retorcía de placer.

Esta última metió tres dedos en el encharcado coñito de Gorgo, y esta soltaba un pequeño gemido entre lamida y lamida. Al final ambas se sentaron en el suelo y cruzando sus piernas, se fueron acercando la una a la otra hasta que sus sexos hicieron contacto. Esto era nuevo para Gorgo, jamás lo había probado y le estaba gustando mucho. Mientras se derretía de placer, lágrimas empezaron a descender por su rostro, lágrimas que no había derramado en los últimos quinientos años.

Cuando al final se corrieron, las dos se quedaron abrazadas mirando al cielo. Donde la luna llena se veía hermosa, tanto como esos dos cuerpos entrelazados. Tapándose con la capa del traje de Brynhildr se quedaron dormidas abrazadas.

A la mañana siguiente con los primeros rayos del sol, mientras preparaban en desayuno, Brynhildr quería decirle algo a Gorgo que le daba miedo, sentía miedo a la negativa de esta.

• Gorgo, me gustaría ser tu Völundr.

Gorgo se le quedó mirando, le sonrió y le dijo que pensaba que jamás se lo propondría, solo ella podía ayudarle a vencer a ese dios malvado. Brynhildr era la valkiria más poderosa y podría convertirse en tres armas, un escudo, una lanza y el característico xifos (espada Griega).

La primera vez que lo probaron, cuando Brynhildr se convirtió en el Völundr de Gorgo. Esta al coger las armas se dio cuenta de que pesaban más que los escudos, lanzas y espadas convencionales. Quirón le dijo que era normal, que ahora portaba armas divinas, capaces de soportar los atroces golpes de los dioses y hacerles pedazos.

El escudo brillaba como el oro y eso era debido a que estaba hecho de oricalco, el metal de los dioses, la lanza aunque también estaba hecha de ese mismo metal, tenía un brillo plateado y la espada, tenía la empuñadura dorada y la hoja de doble filo de un tono también plateado.

A Gorgo le costó hacerse al peso de las armas, todos los días las blandía y todas las noches hacia el amor con Brynhildr cuando esta volvía a adoptar fu forma de valkiria otra vez, una de las noches después de haber gozado del cuerpo de la otra Gorgo le dijo a Brynhildr.

• Si las cosas se ponen feas y tengo las de perder, te pido que deshagas el Völundr.

• Eso no va a pasar Gorgo, si ganamos, ganamos juntas, pero si perdemos lo aremos juntas.

• No me gustaría que tus hermanas te perdieran.

• Mis hermanas igual que yo conocemos el riesgo de convertirnos en Völundr, todas lo aceptamos.

Pasado un tiempo, Quirón se dio cuenta de que Gorgo ya manejaba las armas divinas con soltura, pero creía que eso no era suficiente y pidió a Thor, Shiva y Apollo ayuda. Estos aparecieron encantados y se quedaron asombrados por el cambio que había dado Gorgo, seguía siendo esa mujer hermosa de hace cientos de años, pero desprendía un aura de combate suficiente como para poner en guardia a dioses como esos tres.

• Bien Quirón aquí nos tienes – dijo Apollo.

• Necesito probar la destreza de Gorgo.

• Bien, yo la probaré – dijo Thor.

Gorgo se preparó, el dios del trueno lanzo su martillo, Gorgo lo esquivo y cuando volvía se agachó para que el martillo no la aplastara. Cuando Thor volvió a coger el martillo en sus manos. Lanzo un golpe sobre gorgo con todas sus fuerzas, Gorgo se cubrió con el escudo y consiguió parar el golpe de Thor, arreglárselas para asestarle un golpe con su lanza que hirió al dios del trueno.

Thor se empezó a reír de la emoción que sentía, Gorgo se había convertido en una guerrera temible, pero también le advirtió que su cuerpo no soportaría muchos golpes de semejante intensidad. Gorgo sabía que tenía razón, todo su cuerpo temblaba, sobre todo las piernas y brazos.

• ¿Qué puedo hacer?

• Esquivar los golpes peligrosos y recibir los menos dañinos – dijo Shiva.

• ¿Cómo lo sabré?

• Fíjate en los músculos de mi hermano, cuando va a golpear con todas sus fuerzas, tensa todos sus músculos al máximo, evita esos golpes – dijo Apollo.

• ¿Thor, no me has dado con todas tus fuerzas verdad?

• No, te he golpeado con una fuerza equivalente a la que utilizara Ares, estás preparada.

Quirón con la ayuda de Brynhildr confeccionaron un vestido de medio muslo de color negro, hecho de un tejido muy resistente igual al que llevaban las valquirias, acoplada a esta la capa carmesí de los espartanos y unas protecciones para los antebrazos y piernas y un cinturón de cuero donde iría el xifos.

Cuando sé probo su traje de combate, a Brynhildr le vinieron dos pensamientos a la cabeza. El primero lo hermosa que estaba y el segundo lo intimidante que se veía la mujer que amaba y eso que todavía no se había colocado el yelmo.

Thor, Shiva y Apollo quedaron impresionados, fueron conscientes que Ares no lo tendría nada fácil y si la victoria se decidiría en ese combate, Gorgo tenía muchas papeletas para salir victoriosa. Amen a decir que los tres se encargarían de que esta vez, nadie se le ocurriría hacer trampas.

Los dioses se quedaron a cenar con Quirón, Brynhildr y Gorgo, hicieron una pequeña fiesta, al día siguiente empezaría el torneo y lo mejor que podían hacer era hacer que Gorgo se sintiera cómoda, arropada y no tuviera nervios, como Espartana que era. La sangre le hervía, estaba deseando de saltar a la arena a enfrentarse a ese dios que venció a Leónidas haciendo trampas. Gorgo no bebió ni una gota de Alcohol, los dioses se despidieron diciéndole a Gorgo que le deseaban muy buena suerte y se fueron, Brynhildr y Gorgo volvieron a dormir abrazadas, bueno dormir. Las dos no podían evitar pensar que esa podría ser su única noche.

Las dos sonrieron y pensaron a la vez que llegado el momento ya se encargarían de que eso no sucediera, al día siguiente una vez terminados los preparativos. Los tres se dirigieron al coliseo del Valhalla, Gorgo volvía al escenario en donde tanto sufrió, pero esta vez no se veía tristeza en su mirada, sino una mirada de confianza y determinación.

Brynhildr, fue a enterarse de los emparejamientos y como era de esperar. La batalla entre Gorgo y Ares sería la última. En las filas humanas, había guerreros como Aquiles, Juana de Arco, Atila, Espartaco, la reina Artemisia, Eric hacha sangrienta, Julio cesar, Siegfried, Héctor príncipe de Troya, Boudica de Britania, Ajax, Ulises, yo.

La verdad que los guerreros elegidos por Brynhildr, prometían, eran guerreros/as legendarios y la verdad que la única que no tenía nombre ahí era yo, todos al saber que había sido entrenada durante un milenio por Quirón, me felicitaron y se alegraron de estar en su equipo.

Heimdall sería el que haría de árbitro y presentaría a los contrincantes, los combates se fueron dando. Los observé con mucha atención, la verdad que los guerreros humanos lucharon con todo lo que tenían y con una valentía inusitada, pero por desgracia algunos dioses resultaron ser muy superiores.

Juana de Arco y Artemisia me gustaron mucho, Juana de Arco perdió el combate porque su Völundr no pudo soportar más la intensidad del combate, pero se ganó el respeto del rival y la de los espectadores, sin embargo Artemisia gano usando la inteligencia y usando la fuerza de su adversario contra él.

Aprendí de todos los combates, pude observar de primera mano como luchaban posiblemente unos de los guerreros más legendarios de la historia de la humanidad, pero al final llego mi turno. Brynhildr bajo de la grada donde se encontraba junto a Quirón, Thor, Shiva y Apollo, debajo de ellos se encontraban los héroes de las termopilas, que vinieron a animarme igual que lo hicieron con Leónidas.

Yo me coloqué mi prenda de combate, Brynhildr se convirtió en mi Völundr. Lo último que me puse fue el yelmo que llevaba Leónidas, cuando salí a la arena todos los dioses enmudecieron. Según pude escuchar, que mi aspecto era feroz e intimidante. Tanto que incluso el propio Heimdall decidió dar dos pasos hacia atrás.

Los combates estaban seis victorias para los dioses y otras seis para los humanos, todo se decidiría en este último combate. Me encontraba en plena forma y tenía a Brynhildr a mi lado, la mayor y más poderosa de la valkirias. Heimdall se apartó y dio inicio el combate.

Ares portaba un gran hacha en la mano derecha y una espada en la mano izquierda, fue el primero en lazar el ataque. Su hacha golpeó mi escudo con una violencia demencial, el dios ya se veía vencedor. Pobre iluso, comparándolo con el golpe de Thor esto no era nada.

Moví el escudo para desequilibrarlo y le aseste la primera herida con mi lanza, le propine una herida encima del ojo izquierdo, la sangre le impediría ver bien. Después tomé distancia, el golpe fue fuerte y como dijo Thor. No aguantaría mucho de estos, el segundo ataque de Ares vino con la espada, lo volví a detener con el escudo y moviéndome a un lado, clave mi lanza contra su muslo izquierdo.

Saque la lanza de su muslo y rápidamente le propine un corte encima de su ojo derecho, ya no podría ver bien. Loki se empezó a poner nervioso y lanzo un hechizo sin que nadie se diera cuenta, Thor lanzando su martillo consiguió detenerlo y Apollo lanzando una de sus flechas, ensarto a Loki contra la pared.

Odín y Zeus se sintieron muy furiosos con Loki por intervenir en un combate uno contra uno y lo inutilizaron con sus poderes, después nos pidieron que siguiéramos con el combate. Zeus miró a su hijo Ares de forma muy severa, Ares no le quedo más remedio que seguir combatiendo. La prepotencia que destilaba al principio del combate se había convertido en miedo.

Mientras yo me pase mil años entrenando y afinando cada parte de mi cuerpo, Ares se dedicó a holgazanear pensando que por ser un dios todo estaba hecho. El combate estaba a punto de terminar, vi como los músculos de Ares empezaron a tensarse y no le di tiempo. Lance mi escudo que impacto en mitad de su frente y acto seguido me lance contra él con todas mis fuerzas, clavándole mi lanza en el pecho y traspasándole el corazón.

Ese ataque fue definitivo, Ares de rodillas se empezó a desvanecer, maldiciendo a los humanos y maldiciéndose a sí mismo por no haberse entrenado convencido de su victoria.

Los humanos habíamos ganado siete victorias, eso quería decir que la humanidad se salvaría por lo menos durante otros mil años más, Brynhildr volvió a su forma de valkiria y aunque estaba llena de sangre de Ares me beso delante de todos.

Empecé este camino movida por la venganza, pero según iba recorriéndolo, encontré grandes amigos y lo que es lo más importante, mi corazón volvió a amar y poco a poco ese amor fue limpiando el odio y el rencor que se encontraban dentro de mi corazón.

EPILOGO

Me fui a vivir a Asgard con Brynhildr, es un sitio muy bonito y vuelvo a ser feliz otra vez. Todos los días visitamos las tumbas de sus hermanas, que dieron su vida para que la humanidad pudiera salvarse.

Loki fue castigado severamente, Odín lo envió a un reino donde no podría gritar y sería devorado por una serpiente todas las noches para revivir todas las mañanas y ese ciclo se remitiría eternamente.

No sé que nos deparara el futuro, pero si la humanidad no mejora y hay que volver a pelear, Brynhildr y yo estaremos dispuestas.

FIN.