Ráfagas de Fuego 3
La calma precede a la tormenta.
Vladimir llamó a la oficina, pero nadie contestaba, llamó a su jefe y este le dijo que iba a convocar una reunión urgente dentro de 2 días.
Shura se puso blanca, como la nieve que solía cubrir aquellas tierras, notó como algo dentro de ella volvía a morir, pero esta vez era su seguridad en el futuro, de pronto contempló el porvenir como algo muy oscuro, un túnel donde no se podía ver el final.
Anastasia por su parte se puso a jugar a darle patadas a una pelota.
Cuando se pasó la conmoción fueron los tres a la casa de sus abuelos, al salir de casa pudieron ver como el cielo estaba más gris y rojizo de lo normal, como si cerca de allí se estuviera produciendo un incendio.
Sus abuelos aún no se habían enterado y encendieron la holopantalla para verlo, la madre deslizó con su mano derecha la holopantalla para poder ver con una mayor perspectiva el lugar desde el que se estaba retransmitiendo, era la ciudad con más afectados por el incidente, a unos 200 kilómetros del impacto.
Cuando la abuela lo vio salió al balcón y contempló el cielo por unos instantes, inmóvil, el cielo estaba rojizo con manchas grises.
El miedo se notaba en el aire, se podían ver muchos paisanos asomados de igual manera a los balcones y ventanas, todos querían ver el efecto de aquel desastre.
Estaban a, quizás, miles de kilómetros ,pero se podía ver perfectamente que aquello del cielo eran las cenizas que habían saltado del impacto.
En la holopantalla volvieron a aparecer personas hablando de las víctimas directas e indirectas, expusieron imágenes de cientos de victimas, las más conocidas por el público, entre todas hubo una que llamó la atención de toda la familia parecía... ¿La presidenta de Europa?... Sí, era ella, era una de las víctimas indirectas del meteorito, su avión había caído por la mala visibilidad o puede que por un fallo en los motores, los periodistas no tenían mas información, su avión se había estrellado en Ucrania, cerca de la península de Crimea.
Shura: La presidenta muerta, y el mundo echo un asco.
Vladimir: Y encima puede que yo sin trabajo.
Abuelo: Pero hijo, ¿que tendrá que ver lo que dicen en la tele para que tu pierdas el empleo?
Vladimir: Pues que si la gente tiene miedo de los accidentes de aviones, lo más probable es que no se gasten el dinero en largos viajes ‑ Su padre, el abuelo de Anastasia, lo mira con cara de no entender la correlación de los hechos que decía ‑ Te recuerdo que trabajo desde jovencito en agencias de viajes.
Shura: Confía en tu jefe, él sabe que tú eres un buen trabajador, y que sabes aconsejar a las personas para que sean felices conociendo otros lugares.
Vladimir: Espero que sea cierto, confiemos en el jefe.
Al día siguiente continuaban dando noticias de los miles de personas que habían muerto por causa directa, y de los millones que ya habían muerto por causas indirectas, de los edificios derruidos, de las ciudades devastadas, de los coches que jamás volverían a ser utilizados, salvo en los desguaces, de los millones de personas de China y alrededores que esperaban ayuda humanitaria, mientras, en los países no afectados directamente, se intentaban apaciguar las revueltas sociales ante sus gobernantes por no haber evitado este desastre, miles de personas por las calles con pancartas que proclamaban frases cómo: ''Devolvednos nuestros impuestos si no os sirven ni para frenar cometas'' ''Abajo el gobierno inútil'' entre muchas otras que intentaban representar la indignación del pueblo ante sus representantes inútiles.
El mundo, a apenas 24 horas del desastre, ya había experimentado las consecuencias mas graves jamás antes vistas desde que existe la memoria escrita.
Vladimir fue a la reunión, sus compañeros estaban ante la puerta de la oficina, se podía palpar la tensión en el ambiente, unos se preguntaban si los iban a trasladar y otros estaban nerviosos por posibles despidos. A los pocos minutos el jefe les permitió pasar.
Jefe: Compañeros y amigos, como ya sabéis después del terrible desastre, el negocio no marcha muy bien, y es por eso que he de cerrar la empresa.
Al decir esto se levanto de su asiento acolchado y se fue, desapareciendo por la puerta a los pocos segundos.
Los compañeros de Vladimir y él mismo se fueron marchando poco a poco mientras se iban disolviendo los grupos de amigos del trabajo, todos ellos preocupados por como iba a ser su futuro a partir de entonces.
Después de aquel despido tan fortuito, Vladimir, Shura y Anastasia se establecieron en su aldea trabajando los campos y cazando en el bosque los animales que no se habían ido mas al sur por la bajada de las temperaturas.
El año siguiente de la caída del meteorito fue el mas frió de los que se habían experimentado en aquel territorio desde hacia muchos siglos, y los años siguientes no fueron mucho mejores, cada vez había menos caza y las tierras no producían ni lo mínimo necesario para la subsistencia, la vida se había vuelto muy dura en estos últimos 10 años.
Anastasia ya era una adolescente dura y con aires andróginos heredados de su padre, solitaria como su madre y bondadosa y sensible como su abuela, sus amigos eran los perros que tiraban del trineo y su amor Sasha, su amiga desde su llegada al pueblo y ahora más que eso, pero aquello nadie lo sabía aparte de ellas dos.
Su madre Shura era una excelente pintora conocida ya por toda la región, Vladimir trabajaba en el campo siempre que podía y se iba a cazar algunas noches para que su familia pudiera comer carne ya que todos los ganaderos se habían ido hacia el sur.
Lord Tyrannus
Encontrarse frente a un insecto extraño y desconocido da miedo, sobretodo en la infancia, ese mismo miedo paralizante es el que siente el padre al ver el meteorito caer desde el cielo en el capítulo 2. Muchas gracias por tus comentarios.
Agradezco muchísimo vuestros comentarios, gracias a vosotros puedo seguir mejorando mi escritura y compartirla de vuelta.