Ráfagas de Fuego 17
Los días en París pasaban rápidos e intensos cual fuegos artificiales
Los días en París pasaban rápidos e intensos cual fuegos artificiales, Anastasia estudiaba por las mañanas en su nuevo centro estudiantil, mientras dedicaba sus ratos libres a leer y estudiar todos los libros que el destino ponía en su camino, también a jugar en su holoconsola Nabaski Aika 7 los juegos descargados de la new web y, cómo no, a escuchar las conversaciones políticas de los demócratas, aunque lo terminara haciendo más para aprender Francés que otra cosa.
El tiempo fue pasando, Anastasia se fue liberando de los disturbios mentales, más de lo que jamás había imaginado anteriormente, en ocasiones parecía que su mente quería volver a aquella época de confusión, pues con todas aquellas obsesiones su mente se evadió de la realidad cruel.
No volvería a ver a Sasha, no la volvería a tener, y dudaba, seriamente, que algún día se volviera a enamorar de alguien, aún así, tenía esperanza de que el destino no le aguardase una soledad perpetua, pero esas esperanzas se desvanecían a cada paso que daba, se difuminaban por la niebla de la soledad, sólo tenia a su familia y a sí misma, ciertamente, desde que aceptó sus miedos y obsesiones como características personales e intransferibles que hacían de su vida un poco más especial su ansiedad disminuyó, no desapareció claro, pero sonreía más, se cuidaba más, y tenía más compasión por la gente que la rodeaba, salvo cuando la enfadaban, que ahí se descontrolaba un poco.
Ella logró que aquella anestesia se marchara, y esta dejo el dolor de la soledad, un dolor suave, y prolongado, semejante a las heridas que le causaban las espinas de las plantas silvestres allá en Moscú.
Aquellos 3 meses de duro esfuerzo por parte de toda la familia dieron sus frutos, ya tenían los 10.000€ necesarios para comprar la hacienda y los animales, y convertirse en suministradores de la hambrienta Europa.
Pero no era tan sencillo, Shura había firmado un contrato de 6 meses con la multinacional francesa Nana Noir en los cuales no podía abandonar su puesto de trabajo si quería mantener su libertad y su salud. Se veía obligada, a riesgo de entrar en una de las cárceles europeas, a viajar a Nantes, sola o acompañada, 3 meses, en los cuales tendría que realizar viajes esporádicos hacia bretaña y las islas británicas para cerrar los negocios energéticos.
Viajaron en el aerodeslizador de la empresa, su antiguo carro se lo había quedado la compañía en la sede de París hasta terminar el contrato laboral pues sabían que había riesgo de fuga.
A cambio de la muestra de desconfianza les prestaron un aerodeslizador, el cual estaba rastreado por satélite y la empresa siempre conocía su ubicación.
Ya en Nantes, les cedieron una pequeña casa, propiedad de la empresa, para que pasaran aquel tiempo en la ciudad gala.
Anastasia ya se cansaba de tantos cambios y decidió que esos 3 meses los pasaría más tiempo estudiando en casa que en el aula, solo iría a las obligatorias, y alguna optativa si le venia de gusto, pero que los estudios serios se los debía tomar por su cuenta pues estar en el aula sin hacer nada era perder el tiempo, el primer día que fue a clase en la nueva ciudad entró con cara de malhumor y se sentó en la última fila con gesto desafiante.
Fue entonces cuando sus compañeros, que la habían mirado en los pasillos como se miraría a un perro verde con boina arcoíris, se colocaron en sus asientos, tratando de ignorarla, dejando espacio para ver al profesor que se aproximaba a la pizarra, sosteniendo una tiza, con la que parecía, se disponía a escribir.
Este comenzó a explicar el tema 4 que trataba sobre algo relacionado sobre religión, a lo cual Anastasia comenzó a prestar atención, pues le gustaba todo lo sobrenatural, el profesor hablaba sobre las interrelaciones entre las religiones del mundo, las semejanzas de la esencia y la diferencias folclóricas de cada una, de los personajes y de las metáforas que utilizaban para hacer el aprendizaje de la palabra divina más llevadero, habló también sobre los recursos estilísticos y la influencia que las religiones habían tenido, a lo largo de la historia, en la literatura universal. Lo explicaba tan bien, y tan amenamente, que Anastasia renunció a su propósito de dejar de ir a clase por hartazgo. A partir de ese día se dedicó plenamente a sus estudios, ofreciéndose recompensas habituales como jugar en la holoconsola e imaginar escenarios políticos posibles e imposibles, escribiendo relatos o simplemente haciendo ejercicio para mantenerse en forma y quitarse el estrés acumulado.
La temporada en Nantes fue muy educativa, ya podía desenvolverse con bastante soltura por los comercios de la ciudad, muchas veces había escasez de algunos alimentos, pero los básicos solían están asegurados por el gobierno. Anastasia se pasaba la mayor parte del tiempo sola, con su madre de viaje y su padre organizando la casa, ella tenia mucho tiempo libre y la libertad que merecía por méritos propios.
El esperanto había pasado a ser su lengua materna, hablaba en la escuela en esperanto, con sus padres sin darse cuenta, hasta pensaba en esperanto, su idioma natal había pasado a un segundo plano. El francés era ahora el idioma local, por lo que tenia que adaptarse a las nuevas circunstancias.
Aunque ella nunca hubiese sido una genio de las lenguas, con la práctica de tantas, forzosamente, le había pillado el truquillo a eso de aprender nuevas formas de comunicarse. Era simple, lo que se debía saber de las lenguas es que es un medio para comunicarse con otra persona, lo mejor que puedas, y además ayuda a que tus pensamientos sean más fluidos y traducibles al lenguaje humano. Todas las lenguas tratan de lo mismo.
Aquellos meses en Nantes se le habían pasado muy rápido, después regresaron a París para recuperar su carruaje y sus caballos, pero los directivos habían quedado muy contentos y querían contratar a Shura por un año más. Vladimir sabia que con ese trabajo, la familia ganaría más dinero que siendo proveedor en África. La elección era de Shura.
Shura acepto el contrató, con una condición, que fuera ella quien libremente decidiera dónde trabajar, pues sabía que el sueño de su marido era ser terrateniente y ganadero, como un día lo fueron sus abuelos, y que para ello debían viajar a África, y no podrían si ella se resignaba a las ordenes de aquella empresa con fama de esclavizadora.
Los directivos de Nana Noir aceptaron, pero con la condición de que iría a comisión, tantos contratos lograra firmar para la empresa, tanto salario recibiría. A ella le pareció bien, y su marido la miró con una sonrisa indisimulada, que delataba que en su interior le estaba dando las gracias.
Desde París marcharon hacia Barcelona, con aquel carro de 2 caballos que tan lento iba, pero que daba lugar para hacer turismo europeo.
Shura se comunicaba con la central cada día mediante un dispositivo localizado que la holocomunicaba con su jefa, viéndose y hablándose para ponerse al día y trasmitir las órdenes de Nana Noir.
Antes de cruzar los pirineos logró firmar 2 contratos, uno en Châteaubriant, ciudad cercana a Nantes dónde había tenido contacto con el alcalde de la ciudad, el cual tardó casi un mes en decidir si firmaba un contrato con Nana Noir para el suministro de la electricidad pública de la ciudad o se lo daba a su competidora, la gran multinacional inglesa Queen Sveni. El segundo contrato lo firmó con la ciudad Toulouse, el alcalde de dicha ciudad, un poquito viejo verde, no dudo en aceptar el contrato a cambio de una cena a solas con Shura, en la cual ella tenia guardado en su bolso el spray anti-violadores por si al viejo se le ocurría propasarse. Al final resultó que solo quería compañía para conversar y pasar el tiempo, pues su mujer hacia 10 años que lo dejó por un mulato sabrosón, y él, sin hijos y con una ciudad a su cargo, sentía profundamente la soledad. El anciano firmó sin leer ni una frase del contrato electrónico, y le agradeció que aceptara pasar un tiempo con este viejo abandonado.
Con el contrato de Toulouse la cuenta corriente aumento hasta los 12.000€, y aún no habían cruzado los pirineos, verdaderamente, ese empleo le otorgaría cuantiosos beneficios.
Llegaron a Barcelona el 24 de marzo del 94, el cielo estaba ennubolado y la gente aún mantenía sus chaquetones puestos, aunque la temperatura ya superaba los 20 grados.
- En Rusia con 20 grados ya iba yo en manga corta, caguetas españoles.
- Son catalanes papá, se independizaron cuando el apagón.
- Me da igual lo que sean. Lo que digo es que me gustaría verlos pasar los inviernos rusos, el sol de España los tiene mal acostumbrados.
La familia podía ver carteles de hacia más de 50 años en los que ponía en un perfecto Esperanto: ''Vivu Katalunio libera!'' en los muros medio derruidos de los antiguos edificios o ''Vi estas en la Katalunaj Landoj '' en cada panel informativo de la ciudad. Se notaba que el pueblo catalán se había enfrentado a una larga lucha para independizarse del resto de España. Aunque ahora era una mera anécdota. España hacia ya mucho que había dejado de existir como tal, en la actualidad no eran sino territorios y provincias gobernados por el poder central localizado en Ginebra. En verdad ninguna país de la antigua Europa existía como tal, todos se habían fusionado para formar una nación más grande y fuerte, para enfrentarse a los problemas que se les planteaban de cara al futuro.
Cataluña logró su independencia gracias al gran apagón, que les concedió libertad más que otra cosa por la falta de medios para mantener el poder. Sin el apagón solo podrían a ver sido independizados o por la guerra y muerte de miles de personas inocentes o en el mejor de los casos después de años y años de trámites judiciales frenados por las grandes potencias económicas, hasta que el sueño de ser una nación pueda convenir a alguna potencia y de su visto bueno para que España quede un poco más dividida de lo que ya estaba.
En Cataluña el idioma más hablado era el Árabe, el Catalán estaba en 3º puesto, superado por el Esperanto en el 2º y todos ellos ganando al Castellano que se situaba en el 4º más hablado en la región. Todo esto se podía notar en las calles, el árabe era el más hablado por la necesidad de negociar con los comerciantes nativos del norte de África, el esperanto lo importaban los europeos venidos del norte para poderse comunicar todos en una lengua común, el Catalán había sido fuertemente impulsado desde el gobierno local para que no muriera como su madre el latín, y el castellano se limitaba a unos pocos mercaderes que iban de paso desde sus tierras peninsulares hasta la Europa transpirenaica.
Recargaron provisiones, y viendo que nadie requería a Vladimir para ningún trabajo y que Shura no lograba arrebatarles cuota de mercado a la empresa hispana Iberelektro, se fueron rumbo al sur, hacia la ciudad de Valencia, pero tuvieron que cambiar el rumbo pronto, pues antes de salir de la región propiamente catalana, la jefa contactó con Shura obligándola a ir hacia Madrid pues había oído que la empresa eléctrica Nacional no podía abastecer a tanta población como tenía Madrid y su gran área metropolitana, por lo que se les abría un suculento nicho de mercado.
- Señorita Shura, me complace decirle que tiene un nuevo encargo que si lo consigue le reportara cuantiosos beneficios, nada más y nada menos que 10.000€ extras si logra el contrato con la ciudad de Madrid y su área metropolitana. Como usted ya sabe, esa área es muy codiciada por nuestros competidores, debido a sus más de 50 millones de habitantes, si logramos al menos un cuarto de ese pastel obtendrá los 10.000€, si consigue la mitad, el doble, y así sucesivamente, le deseo mucha suerte, tiene un papel decisivo en la buena marcha de nuestra empresa, vaya a la sede de Zaragoza y recoja el aerodeslizador, es un regalo de empresa, por favor, dése prisa.