Ráfagas de Fuego 16

...ella sabía que tenía los ojos llorosos...

Anastasia fue hasta el escenario para canjear el boleto premiado, al comprobar que era el correcto le dieron los billetes en blanco con validez al portador.

Después fueron hacia un restaurante muy reputado en la ciudad, aunque también muy joven pues hacia menos de 3 años que habían abierto.

Después de cenar tanto que sus pantalones se les quedaban pequeños, regresaron a casa. Victoria les llevo hasta la casa donde vivían alquilados y debido al destino, y a que Victoria era la dueña de la casa, les ofreció estar esos 10 días que faltaban totalmente gratis en la vivienda, la familia lo agradeció y en recompensa le regalaron una alfombra persa a Victoria, que casualmente habían visto mientras vendían los billetes sobrantes cerca del mercado del aeropuerto.

Los días pasaron rápidos, Anastasia se pasaba el día entre el estudio, los pensamientos extraños y recurrentes y los caballos a lo que no volvería a ver después de que pasaran esos días.

Llego el día, era 10 de octubre de 2093, tenían en su cuenta corriente europea 7000 euros, la mayor parte obtenidos en la venta de los 7 billetes de avión restantes. Embarcaron en el aeropuerto de Munich a las 08:03 a.m según ponía en el reloj enfrente de ellos, al llegar a París eran las 09:27 a.m., nunca en todo el recorrido que llevaban desde su pueblecito de la antigua Rusia, un viaje tan largo había durado tan poco.

<''a vuestra izquierda está el antiguo cementerio de París'', y que ''esta declarado como monumento nacional, después de la masacre del 50'' yo personalmente tenía dudas respecto a ese evento pero no me atrevía a preguntar.>>

-        ¿Que ocurrió en la masacre del 50? - preguntó Shura, la madre, mirando desde la carretera el muro que rodeaba el cementerio parisino.

-        En 2050 un avión en dirección a Austria cayó por esta zona, destruyendo las casa que antes estaban aquí, la explosión incineró a numerosas casas, y a otras las dejo en estado de ruinas, por lo que fueron derruidas, los restos llegaron a kilómetros de distancia y dejaron más de 12.000 victimas mortales, contando habitantes, transeúntes y ocupantes de los vehículos calcinados... Fue horroroso, me parece mentira que no lo sepáis, fue un hecho que conmocionó a toda Europa.

Ojalá caiga otro avión y nos mate de nuevo.

No, espera, ese no es mi pensamiento.

Con las venas azuladas desparramadas por la acera de cemento gris.

-        Nosotros venimos de un poquito mas lejos – dijo Vladimir, su padre, en forma de justificación.

Siguieron el camino en silencio, Anastasia comenzó a mirar por la ventana y contemplaba como las personas vagaban a paso rápido hacia quién sabia dónde.

El miedo volvía su ser de vez en cuando, y aunque sus padres miraban al frente como ausentes ella tenia la sensación de que se daban cuenta de sus pensamientos extraños, sobretodo su padre, el más intuitivo de sus progenitores y de quien había sacado ese sexto sentido. Su madre en cambio, aunque la miraba con preocupación, parecía no saber de que se trataba, quizás estuviera preocupada por los meses de estudios perdidos, por la familia que había dejado atrás. Anastasia los miraba mientras ellos estaban mirándose mutuamente, su padre, que estaba en la otra orilla del taxi, trasladó su mirada de los ojos de Shura hasta los de Anastasia. Los ojos de Anastasia estaban brillantes y húmedos, Anastasia al darse cuenta de que su padre la miraba giró la cabeza y volvió a observar la gente anónima, ella sabía que tenía los ojos llorosos, tenia un sentimiento en su interior que abarcaba desde la tristeza hasta el miedo, pasando por la inseguridad, la incertidumbre y el vacio, pero aquel sentimiento era ya mucho menor que hacia escasos 3 meses.

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-        Rosa – dijo Anastasia mirando al ultimo piso de un edificio de 5 plantas.

-        ¿Qué? - preguntó su madre confusa ante lo que parecía una respuesta a ninguna pregunta.

-        Esta ciudad... es rosa... ósea... me transmite una esencia rosa.

-        ¿¡Rosa!? ¡Que chorada dices! - dijo su madre con cara casi de asco.

-        ¿No te gusta está ciudad? - le preguntó el padre pues sabia que su hija desde pequeña había odiado el rosa por sus connotaciones femeninas.

-        No es eso – respondió Anastasia sorprendida de que su padre no la entendiera – esta ciudad me transmite una esencia de color rosa, no tiene nada que ver con el color en sí.

-        No hables muy fuerte que cómo te escuche algún loquero te arresta y no vuelves a salir en años del manicomio, que en esta ciudad hay muchos psiquiatras - dijo la madre en un tono entre burla y precaución.

-        Vamos a dejar ese tema que tenemos cosas más importantes que hacer, entre otras buscarte una escuela Anastasia, que tú necesitas tener conocimientos si quieres ser una mujer de provecho algún día.

A Anastasia le sorprendió que dijera eso, y no porque fue extraño en su padre preocuparse por su futuro, fue porque nunca se había fijado que la llamaba ''mujer'' y no hombre o persona, mujer, nunca antes se había fijado en que la trataban con el género femenino, en verdad nunca le dio importancia, pero ahora, con el miedo o lo que fuera, hasta la más mínima palabra sobre el tema le llamaba la atención, no podía evitarlo, mujer-hombre, ella-él, dama-caballero, todo lo que denotara género le llamaba la atención. ¿yo soy mujer o hombre? Continuaba preguntándose alguna parte de su cerebro, otra decía hombre , y la siguiente mujer, todo era confuso, su propia mente se contradecía, Ella tenia la esperanza de ser mujer pero también habían pruebas que la podían clasificar en el lado masculino de la vida, como su manía por no llevar faldas, ni vestidos, ni tacones, ni maquillaje, que tenia un pronto violento si no se controlaba, y que nunca había estado del todo segura de estar orgullosa por haber nacido mujer en vez de hombre, en ocasiones sí, por lo menos esos eran sus recuerdos, pero en estos momentos ya no lo sabia con certeza, no tenia nada seguro.

A escondidas de sus padres Anastasia buscaba en la holored todo lo que pudiera distinguir a un hombre de una mujer, ya había echo test para saber como era su cerebro, si masculino o femenino, pero siempre le salía igual: andrógino, el camino del medio, en ocasiones, cuando le salía muy cerca o ya en el limite de lo femenino, tenia la sensación de que hacia trampa cuando contestaba una respuesta que, presentía, era femenina. Lo mismo pasaba con el lado masculino, presentía cuales eran las respuestas que daría un hombre a las mismas preguntas, el cerebro iba a mil revoluciones por segundo.

Se hacia pruebas a si misma, pero tenia miedo de estar reprimiendo su lado masculino, y eso la atormentaba aún más ¿mi mente abra reprimido hasta el día de hoy que yo en verdad soy un hombre mentalmente? ¿es eso posible? ¿porqué reprimí que yo soy un hombre y sin embargo me acepte como lesbiana a los pocos meses de tener los primeros sueños eróticos con Sasha?

¿Eran aquellos sueños en que yo me convertía en hombre, dejaba embarazada a Sasha y me volvía otra vez mujer, síntoma de que soy un hombre mentalmente? No...Sí...puede ser...no lo sé.

Los días pasaban y pasaban en aquella gran ciudad, se instalaron en el distrito de Nanterre, junto al trabajo de su madre como traductora Ruso-Esperanto. Era un barrio lleno de oficinas, su padre en cambio trabajaba casi en el centro de la ciudad, en un museo que estaba siendo ampliado y él trabajaba como peón.

A ella la habían mandado al colegio Víctor Hugo, en el 77 de la calle Rue de Courveboie, ahora tenia todas las clases en Francés, por lo que comprendía poco de lo que allí se decía.

-        Qu'est-ce que cela veut dire en esperanto?

-        Cahier = Kajero ( cuaderno)

-        Dankon.

Aprendía Francés, Español, y su idioma salvavidas, el Esperanto.

Sus anteriores idiomas se le iban olvidando por la falta de práctica, y tenia que coger la tablet para darles un repaso y no olvidarlos definitivamente.

El miedo parecía desaparecer mientras se concentraba en el estudio, además tenia otras responsabilidades, cuidaba la casa, y en sus ratos libres iba a la biblioteca para estudiar, los compañeros de clase le daban de lado, pero ella no le daba importancia, se sentaba al final de la clase sola, pues en esa escuela tenían la manía de poner las mesas de 2 en 2.

Solía ver como era la única sola de toda la clase, algo normal teniendo en cuenta que no la conocían y era muy poco habladora como para mantener una conversación, además no sabía el idioma. Pero aun así, se sentía un poco molesta, sobre todo cuando se sentaba al lado de alguien y esa persona recogía sus cosas y se sentaba junto a su compañero habitual.

En ocasiones en clase se distraía pensando en su manía de los posibles géneros que tienen las personas y filosofaba sobre ello, después volvía a intentar escuchar a la profesora y cuando escuchaba un rato el idioma galo, sin entender casi nada, volvía al estado de discusión interna, a veces incluso eligiendo el tema sobre el que quería discutir a lo bestia consigo misma.

Había descubierto que en los bares de los alrededores de la escuela se reunían militantes demócratas que querían volver a la forma de gobierno de principios de siglo, allí escucho consignas como ''todas las personas tenemos los mismo derechos, no es gusto que unos pocos eruditos nos manejen como a muñecos'' , '' Estos oligopolios solo favorecen la corrupción, la Noocracia debe morir'', Estos intelectuales decían cosas con las a veces estaba de acuerdo y otras no, los escuchaba desde el borde de la puerta, a veces los miraba desde la lejanía y observaba como se levantaban y se ponían a chillar 2 o 3 personas a la vez, levantando los brazos como si así convencieran mejor a sus compañeros, pero aunque sabia que si participaba iba a convencerlos de muchas cosas y le iba a gustar esas charlas animadas de intelectuales, le daba vergüenza entrar y dar su opinión a un grupo de mayoría masculina y del doble de edad que Anastasia, en los ratos en que no tenia escuela se sentaba cerca, mientras hacia como que hacia los deberes y se tomaba un infusión, y los escuchaba hablar. Sabia, por las clases de historia, que a principios de siglo la forma de gobierno mayoritaria en Europa era la democracia, pero jamás había sabido de que iba, al parecer era un sistema en que todas las personas podían dar su opinión cada cierto tiempo para elegir a unos gobernantes que elegirán por ti el futuro de tu región, esa era la conclusión a la que había llegado escuchando a hurtadillas las conversaciones de los señores vestidos de azul durante 3 largos meses.

El miedo a querer ser un hombre mediante aquellos pensamientos recurrentes se le había ido, así como otros pensamiento de otras índoles que le causaban menos ansiedad y por tanto no les daba tanta importancia , era ya principios de Enero del año 2094, y ya no le atormentaban casi nunca pensamiento curiosos como los de antes, estaba en paz, poco a poco y casi sin darse cuenta, los pensamientos involuntarios se fueron de la mente, se informó mucho sobre los objetos de sus pensamientos, asesinato, transexualidad, parricidio, vio muchos artículos de revistas que trataban sobre ello y ya no le producía miedo, simplemente sabia un poco más de la vida.

Ya no estaba para bromas así que asumió un año de descanso emocional, una soledad elegida, aunque no por ello mas fácil, en la que se dedicaría a sus estudios, nada de parejas. Un año de soledad que comenzó en la primera semana de enero y presentía que no iba a ser del todo agradable, pero le era necesario.