Ráfagas de Fuego 1

Anastasia nació el 7 de diciembre 2077 d. C.

Anastasia nació el 7 de diciembre 2077 d. C. Estaba nevando cuando su primer llanto se escucho en el hospital, su madre la estrecho contra su pecho, delicadamente, como felicitándose a si misma por un trabajo duro, pero bien echo, era su primogénita.

Su marido estaba esperando en la sala de espera a que le dieran noticias al respecto, cuando se lo dijeron llamó de inmediato a sus padres, ellos solo de ver la cara holográfica de su hijo ya supieron el significado, eran abuelos.

Cuando la niña ya estaba en condiciones de viajar fueron a visitar a los abuelos a la aldea.

Shura: Vladimir yo me quiero quedar, no quiero criar a mi hija en la ciudad, no quiero que tenga una infancia como la tuve yo.

Vladimir: Pero yo trabajo allí, mi trabajo está en la capital no aquí.

Shura: Nosotras nos quedamos, aquí está nuestra familia.

Vladimir: Lo entiendo, pero yo me tendré que ir.

Shura: ¿Y porque no llevas nuestros campos?

Vladimir: Ya lo sabes Shura, con eso no tenemos ni para los pañales de la niña, el campo no da dinero, solo trabajo y gastos.

Shura: Te extrañaré.

Vladimir: Yo también.

Vladimir se fue aquella tarde de la aldea, 5 días en la capital, y después regresó. Y así pasó los siguientes 5 años. Viajando de un lugar a otro. Mientras su mujer y su hija vivían tranquilamente junto a sus abuelos.

Shura: Estoy embarazada.

Vladimir: ¿¡Uhm!?

Shura: Y será niño, ya me lo ha dicho la médica.

Vladimir se llevo tal alegría que se le cayo el vaso al suelo y abrazó a su mujer fuertemente hasta que se dio cuenta que podría hacerle daño, a ella y quizás al niño.

Vladimir: ¿Y cómo lo llamaremos?

Shura: Sen, como a su abuelo.

Anastasia ya había empezado a ir a clase, y ya sabia leer, escribir y jugar en su Holoconsola. No era una superdotada, pero eso que importaba.

Al enterarse Anastasia de la noticia de su futuro hermanito se quedo paralizada y segundos más tarde fue a abrazar a su madre.

Pero la felicidad no duro para siempre, la madre, 3 semanas más tarde de comunicar la buena nueva, cayó por las escaleras que conducían a la planta baja y perdió al niño, la familia quedo destrozada, pero a la que más le afecto fue a Anastasia, que dejo atrás una infancia alegre y sin miedos, manchando su niñez de la mancha oscura y triste de la frustración de los sueños rotos, planes de futuro destrozados en un instante.

A partir de ese momento tan trascendental en la vida familiar, la familia se unió todavía más, pero las desgracias nunca vienen solas, aunque, en este caso, nadie podía esperar que afectará al planeta en su totalidad.