Rafael, Penas y Alegrías de su gran amor

Eran amigos desde los 10 años. Uno, desenfadado y decidido, el otro, timido y retraído. Uno, protector y el otro protegido. Uno lo quería, pero el otro lo amaba. Nacho y Rafael.

RAFAEL, Penas y Alegrías de su gran amor

Cuando sos un chiquilín, miles de cosas se van modificando en tu ser. Y necesitas sentirte comprendido, contenido y querido, porque tu personalidad todavía no terminó de formarse y estás envuelto en ignorancias, incertidumbres y sobre todo miedos. Miedo a lo desconocido, a tus sentimientos cuando no son como los de los otros.

Cuando tenía 11 años, repetí 4to. Grado de la primaria, porque era bastante burrito. Entonces tuve que volver a cursarlo con nuevos compañeros que tenían todos un año menos que yo.

Pasé a ser un personaje respetado, ya que un año de ventaja a los 10, es todo un mundo de experiencias. Me sentía realmente bien solucionándoles "problemas de la vida" a los pendejitos, que me respetaban como a un gurú, jejej… pobres tontos, si yo era igual que ellos

Había entre ellos uno que realmente atrajo mi atención. Por lo inocente, lo tímido y arrinconado, pero por sobre todo por la bondad que tenía. Me acerqué a él porque entendía que si los demás lo veían conmigo, empezarían a respetarlo mas. Era bastante aplicado en el cole, rara vez salía a algún lado, hasta que empecé a invitarlo a mi casa a hacer las tareas, a comer y hasta a veces a dormir en casa. Conmigo perdía todas las inhibiciones que tenía en la escuela. Le gustaban algunos deportes pero no mucho el futbol. Así me fui haciendo buen amigo de él y llego a ser mi mejor amigo, con todo lo que eso significa.

Al pasar de los años, fuimos cursando los grados siguientes siempre juntos y al pasar a la secundaria, yo ya tenía 14 años, empecé a hacerme de otra barrita de amigos que compartíamos otros intereses propios de la edad. Barra a la que el Rafita nunca se integró, aunque seguía siendo mi gran amigo. Salíamos con la barra al boliche a bailar y si pintaba, agarrábamos para el lado del prostíbulo del pueblo, lugar donde todos debutamos al unísono una noche del mismo verano. Nunca pudimos integrar al Rafa a esas parrandas. Siempre tenía excusas. Un día, recuerdo que le conté que habíamos ido al quilombo a coger con la barra, y que no le comentara a nadie…Su cara se transformó y cambio de color, pero se calló la boca mordiéndose para no recriminarme, pero me di cuenta que se amargó mucho por eso. Y le duró unos cuantos días. Tenía hacia mi un gran cariño y respeto y tambien un gran sentido de la posesión. Yo era el que tenía que salir a defenderlo cuando alguien lo atacaba. El venía a buscarme a mí y me he peleado feo para cuidarlo.

El suponía seguramente que el hecho que me haya cogido a una mina ahí en el prostíbulo, se quedaría sin mi… o que su sexo se robaría nuestra amistad y que me enamoraría tanto que me olvidaría de el y su amistad.

En realidad, las putas desde los 13 sólo me sirvieron para sacarme la leche. Nunca me hicieron sentir mucho los placeres del sexo. Mi gran placer solo lo experimento cuando veo que la otra persona goza sin parar por mi culpa. Una prostituta que lee una revista mientras me la cojo, no la veo diferente a un objeto o a mi mano cuando me hago una paja, con el agravante de que hay que pagar, je

Siempre mi placer estuvo condicionado por el placer del otro, sino no era tal. Era un simple acto físico de descarga que, por supuesto era también necesario. Y más a esa edad. Pero eso el Rafita no lo entendía.

Y yo no entendía porque era tan diferente a nosotros. Solo me tenía a mi para todo. Me daba la sensación como que había un sentimiento mayor hacia mi.

Un día, cuando volvíamos de la clase de gimnasia a mi casa para hacer las tareas de geografía. Como hacíamos siempre con las distintas materias. Teníamos que hacer unos mapas de Europa con las líneas Isotermas e Isobaras. Me propuse hacer una prueba que, aunque penosa, aclararía para siempre nuestra amistad. La haría totalmente transparente y franca como debe ser entre dos mejores amigos de tantos años. Yo ya había cumplido 16 y el 15 y cursábamos 3er año de la Tecnica.

Llegamos a mi casa, y mis viejos estaban en el laburo. Me metí al baño para ducharme y antes de entrar a la ducha agarré un marcador y me hice un pequeño puntito bajo el frenillo de mi chota. Me duché y cuando salí Rafa estaba tirado en mi cama esperando para entrar el. Yo salí solo con una toalla en la cintura, y mientras me sentaba en la cama, le comenté que hace un par de días siento una picazón en el punta de la pija que no se lo que carajo es, y que no me veo nada. Mientras me paraba y me sacaba la toalla para tratar de ver. Mi pija es bastante grande cuando está fláccida, aunque no aumenta casi cuando se para, por lo que impresiona más en estado natural. Es mas vale gruesa en la cabeza y mas delgada en el tronco y cuelga pesadamente. Tiene un prepucio exuberante y flácido y se puede correr fácilmente. Casi no se ven venas o nervios y los huevos le sirven de almohadón.

Era la primera vez que me mostraba desnudo ante el Rafa. Su cara estaba transformada, casi ni hablaba y miraba todo lo que hacía.

De modo que me paré completamente desnudo y empecé a manipularme la chota tirando el prepucio hacia atrás y doblándola hacia arriba, tratando de correr el frenillo a uno y otro lado para poder ver.

-No hay caso no puedo ver nada, aunque me parece que aca tengo un puntito negro, pero no puedo

- Porqueno te fijas un cacho a ver si ves algo?

No se movía, estaba hipnotizado, calculo que ni escuchó lo que le dije.

-Che, pelotudo, no te estoy pidiendo que me la chupes, carajo!!! Para que mierda somos amigos?

Entonces se sentó en la cama, acercó su cara a la pija, la agarró con pudor y mientras tiraba el cuerito hacia atrás podía sentir como temblaba todo .

-Y???... ves algo??? Che, mescuchás???, che, dame bola

Suelta la pija que cae sobre los huevos y me abraza fuertemente a la altura de la cintura apoyando pesadamente su cabeza en mi pelvis

-Che, Rafita, que te pasa??? Te hice algo??? Estás bien???

-Noooo… no aguanto mas –mientras empezó a llorar desconsoladamente-… no puedo mas, se acabó, yo te amo, Nacho, creo que te amo

-Que carajo estás diciendo, pelotudo???

-Amo tu voz, como caminas, como hablas, tus chistes tontos, tu aliento, tu transpiración, tus ojos, tu bondad, tus carcajadas… No tenés ningún defecto. Aguanté cinco años con la pena de no poder decirte mi alegría de amarte. No quiero mas seguir mintiendo y fingiendo. Sos mi mejor amigo y ahora también te perdí. Esto no tiene solución

En realidad estaba sorprendido con su confesión. Aun cuando yo buscaba un explicación a sus actitudes. En el fondo yo creía que el estaría confundido, que aún era chico. Volví a preguntarle mientras le acariciaba la cabeza que seguía echando lágrimas sobre mi abdomen

- Estás seguro de lo que decís???

Levanto su cabeza y su mirada busco a mis ojos. Ya no hacían falta mas palabras. Sus ojos estaban rojos, y gordas lágrimas no paraban de bajar por las mejillas.

-No me vas a pegar una cachetada???, No vas a decir nada???

Que se puede hacer o decir? Sentía pena por su pena, pero también me confortaba saber que yo era tan tremendamente importante para alguien. Y más para alguien por quien sentía gran cariño

Corrí su flequillo mojado de sobre la cara con una caricia, y acercando su boca le di un pequeño beso en sus labios. Trató de decirme algo, pero no le salió, solo nuestros alientos se intercambiaron. Nuestros labios se unieron nuevamente pero esta vez por varios minutos. La expresión de su cara era la de un bebé que por fin le dieron la teta después de horas de pedirla con su llanto. Se reflejaba el placer de un momento y el drama de toda su vida. Una confesión así no se le hace a cualquiera. Hay que tener muchos cojones para hacerla. Está plagada de sentimientos genuinos y profundos.

Cuando separamos los labios y abrimos los ojos supimos que éramos mucho mas amigos que antes, que ya no había secretos entre nosotros, que podíamos hablar de todo sin tabúes y claramente.

Me preguntó porque lo hice y no supe que decir… solo le dije:

- No te preocupes por nada Chiquitín, sabes que podés contar siempre conmigo y que fuiste, sos y serás siempre mi mejor amigo. Esto será nuestro gran secreto.

-Y, al final no me dijiste… encontraste o no encontraste el granito negro?

Sí, hay un granito negro en tu pija, aunque ahora está como estirado… (risas)

-Y vos tenés una manchón blanco en el pantalón.

-Aha

- Debe ser la magia de mis besos. (risas)

- Che, carajo ya es de noche y las Isotermas sin dibujar… la vieja de geografía nos va a cortar la pija, mañana, puta madre

-La vieja de geografía me chupa un huevo

- Choque esos cinco Rafita. Hacemos un pique hasta la plaza??? ... Dale