RAD - Epilogo (Capitulo 21)

Este es mi primer relato con una orientación Sci-Fi. Muy inspirado en los tradicionales hentai japoneses transcurre en un futuro apocalíptico imaginario donde la radiación ha hecho casi inhabitable a nuestro planeta. Espero les interese la propuesta ...

Epilogo

Capitulo 21

Pasaron varios días en cautiverio sin saber cuándo era de día o cuándo era de noche.  Eran alimentadas en su celda y solo disponían de un retrete cada cuatro horas y una ducha diaria. Sólo salían mas lejos que eso para los exámenes, que sin falta eran realizados cada dos días.

Al cabo de tres semanas hubo un cambio importante en la rutina.  Ese día habían sido llevadas a la sala médica como siempre, pero curiosamente muchas de las luces en la cúpula permanecían apagadas.  En un principio Laura notó este cambio, pero estimó que la rutina había logrado que el plantel médico se terminara aburriendo de sus repetidos exámenes y desertara de las prácticas.

Sin embargo, algo más estaba fuera de secuencia. Los ayudantes las habían dejado solas en el medio de la sala y se habían retirado.  Un silencio muy extraño las rodeaba y le provocaba cierta zozobra.

En cuanto escuchó el siguiente ruido, su memoria auditiva le heló la piel.  Intentó mirar hacia abajo, pero todo estaba tan oscuro como siempre.  Sólo la fresca brisa entre sus muslos le confirmó sus sospechas.

En menos de lo que ella pudo reaccionar, los tentáculos de un M15 se enroscaban sobre sus piernas y comenzaban a escupir sobre su sexo.

Laura y Patricia gritaron e insultaron al Dr. Gin durante todo el tiempo que sus cordura se los permitió.  Diez minutos más tarde sus voces gemían y se quejaban con cada embiste de su conocido amante, que no paraba de inundarlas e impregnarlas con sus viscosas secreciones.

En alrededor de cinco horas el M15 logró de ellas lo que quiso y terminó por extenuarlas al punto de colgar desmayadas del metálico arnés mientras sus cuerpos eran movidos como títeres por los tentáculos del M15.

Cuando Patricia despertó, su cabeza no comprendía bien lo que sucedía, y fue Laura quien tuvo que consolarla esta vez.  Ella no estaba mucho mejor, y su mente temía lo peor, pero debía ser fuerte y darle ánimos a esta dulce chiquilla que de no ser por ella quizás estaría siendo feliz en otro lado. Con la cabeza de ella sobre sus pechos pensaba una y otra vez las posibles estrategias del Dr. Gin con este último movimiento.

Sin embargo, sus ruegos parecían ser oídos.  El mismísimo Dr. Gin acababa de ingresar por la puerta del recinto y se sentaba delante de ellas cruzándose de piernas y encendiendo un cigarrillo de marihuana.  La actitud era muy poco profesional de su parte y denotaba que algo oscuro traía entre manos.  La sangre le hervía a Laura que comenzó a golpear el cristal con intención de matarlo con sus propias manos.

-¡¡Sos un hijo de puta!! ¡¡Vos no nos querés sacar más de acá!! ¡¡Sos una basura!!- gritaba Laura

-Tranquila 274… Todo tiene su explicación.- dijo dando una honda pitada a su cigarrillo.

Llevó unos minutos de calma imperturbable por parte de él, que Laura se tranquilizara como para escucharlo.  El Dr. sacó una petaca de whisky y otro cigarro de su bolsillo y se lo ofreció a ambas.

-Quizás quieran un poco de esto para escuchar la noticia más importante de sus vidas…- ofreció

Laura sabía que sería algo fuerte lo que tendría que decir, y por un momento aceptó la generosa ofrenda de su rival. Unos minutos más tarde habían terminado de fumar y se recostaban muy sedadas sobre la pared posterior.

Fue entonces que el Dr. comenzó a hablar en un tono pausado y tranquilo.  Como si nada pudiera inmutarlo. Sus ojos no miraban a nada en particular, pese a que ambas mujeres permanecían desnudas delante de sus propios ojos sin cubrirse en lo más mínimo.

-Hoy fue un día glorioso para la humanidad…-  rezó inmutable el Dr. Gin.

-Gracias a sus estudios preliminares, a los cuales agradeceré siempre en público y en privado… he descubierto una vacuna contra la radiación que permitirá un nuevo comienzo para la humanidad.- agregó con una felicidad notoria en su rostro.

El rostro de Laura también denotaba alegría.  Sabía lo importante que era ese logro para los miles de refugiados en ese lugar y cuánto había luchado el equipo médico en un todo por conseguirlo.  Lo que Laura no terminaba de comprender era el porqué lo había logrado justo ahora, y qué tenía que ver con lo que les había sucedido.  Algo muy oscuro rondaba detrás de todo esto y le daba miles de alertas peligrosas en su mente. Finalmente se permitió intentar preguntar con un poco de valentía cómo lo había logrado.

-La vacuna la descubrimos de casualidad.  Tiene un costo muy alto, que a mí me apena y me hizo llegarme hasta aquí para hablar con Uds.- agregó

-No lo entiendo, Dr.- dijo Patricia contrariada

-Inicialmente la Dra. había experimentado con vacunas relacionadas en forma directa con las secreciones de mutantes como los M15.  Pero ambos sabemos que esto no estaba funcionando…-  comenzó a explicar.

-Hemos descubierto que existe una sustancia, una encima, que se genera en la sangre de algunas personas, y es el factor clave para la resistencia a las intensas radiaciones exteriores.- continuó

  • Esa sustancia no es muy común, y jamás la habíamos conocido.  Su complejidad la hace imposible de clonar o de reproducir artificialmente.  Esa sustancia está presente en la sangre de aquellas mujeres que hayan sido inseminadas por un M15 en un período ventana no mayor a los 15 días.  Luego de los 15 días desaparece…  -

-Esa sustancia está en la sangre de Uds. dos.-

El rostro de Laura se puso pálido y casi no pudo articular palabra. Patricia a duras penas terminaba de comprender el concepto de lo que el Dr. Gin acababa de expresar en palabras que intentaba fuesen poco técnicas como para que ella lo pudiese entender.

-El costo somos nosotras…-  dijo finalmente Laura

-Si lo querés ver de esa manera.  Si. – dijo inmutable el Dr. Gin.

-¿Y qué duración tiene el efecto de la vacuna en las personas?-  preguntó Laura

-Creemos que entre tres y nueve meses…- respondió erráticamente él

-Pero… Laura… No entiendo… ¿Quiere decir que nosotras, siempre… vamos a tener que…?- preguntó Patricia

-Si, linda…  Me temo que si.  Ya cuando regresaba sabía que no había una cura desarrollada aún para los efectos colaterales que nosotras sentimos.  Nuestra libido fue alterada por siempre…- dijo abrazándola

-Por otro lado, por lo que pude presenciar, no vi que la pasaran tan mal sacrificándose con los mutantes…- sonrió él

El rostro de Laura y su mirada de intenso odio alcanzó para que el Dr. Gin se diera cuenta que no era el camino más adecuado a seguir.  Inmediatamente le sonrió y adujo una broma al respecto.

-¿Cuál es el plan entonces? ¿Estamos oficialmente muertas? ¿Ya firmaste nuestro certificado de defunción?- preguntó Laura con cierta ironía.

-No, linda.  Entiendo que me creas un monstruo, pero no soy tan terrible. Si me dejan explicarles, quizás podamos ver que todo salga lo mejor posible.- respondió él

-Soy toda oídos- dijo ella

El Dr. Gin se sintió un tanto más aliviado en ese momento. Al menos había logrado la predisposición a escuchar de parte de Laura. Ahora debía ganarse su interés y su confianza en la propuesta.

-Como bien dice Laura, lo primero que se le podría ocurrir a un burócrata sentado en un escritorio sería el hacerlas pasar por muertas y mantenerlas en un cautiverio forzado sin posibilidad alguna de escaparse jamás.- dijo

-Pero yo conozco a la Dra. Laura Sánchez y la aprecio como persona. Mucho más ahora que nos ha ayudado tanto en este descubrimiento.- agregó

-Dejá de lamer medias, Ernesto Gin. Al grano…- dijo Laura

-Es cierto… Pero bueno. Yendo al punto en cuestión.  He hablado con muchas personas influyentes y creemos que tenemos un pensamiento en común. Necesitamos de Uds. El punto es… cómo hacer para que Uds. estén cómodas y vivan una vida relajada sólo a cambio de las extracciones de sangre y las sesiones con los M15 que deberíamos hacer en forma regular.- explicó

-Una vida relajada… Hmmm… aclará un poco…-  pidió Laura

-Tendrán todo el confort que pudieran soñar. Vivirían en un lugar especial para Uds. Sólo tienen que pedir para tener. Si está al alcance económico de la organización, se lo daremos…-  dijo él

-Claro… porque Uds. ganarán millones con esas vacunas…-  pensó en voz alta Laura

-Es probable que sea muy rentable.- admitió él

-En ese caso lo primero que vamos a pedir es una participación en esas ganancias. Eso además del lugar, el confort, y todo lo que se nos antoje…- dijo Laura algo mas suelta

-Y vos vivirías conmigo, Patricia. ¿Estás de acuerdo linda?- le preguntó a Patricia

Patricia sonrió. Los ojos le brillaban. Se abalanzó a los brazos de Laura y le dio un beso intenso y sentido.  La amaba y ahora sabía que ella también. Vivirían juntas, pasarían sus penurias juntas cada tanto… pero serían muy felices.

--- FIN---