RAD - Capítulo 18 de 20

Este es mi primer relato con una orientación Sci-Fi. Muy inspirado en los tradicionales hentai japoneses transcurre en un futuro apocalíptico imaginario donde la radiación ha hecho casi inhabitable a nuestro planeta. Espero les interese la propuesta ...

Capitulo 18

Cuando el sol apareció por el horizonte y comenzó a calentar el nuevo día, era Laura quien estaba despierta. La veía dormir a Patricia y le daba pena despertarla. Sin embargo, sabía que por el bien de ambas, era necesario que se pusieran en camino cuanto antes hacia la base.

No tenían brújula, mucho menos un GPS o un mapa. Solamente podrían guiarse por sus propios recuerdos y sensaciones para volver a una base oculta bajo tierra, difícil de distinguir en ese páramo post apocalíptico. Laura estaba genuinamente preocupada, aunque trataba con una gran soltura, de no preocupar a Patricia.

-¡¡Vamos remolona...!! ¡¡Arriba!! Nos espera un largo día de camino a casa.- le dijo Laura besándole la mejilla

Patricia se desperezó todo lo que pudo manteniendo el equilibrio. Ninguna de las dos había descansado bien, pero definitivamente estaban mejor que el día anterior.

Laura echó una disimulada mirada al horizonte desde la altura del árbol intentando orientarse, pero no logró distinguir nada familiar.

Bajaron del árbol y todo continuaba siendo tan desconocido como antes.  Mentalmente trataba de ubicar la posición del sol en la mañana que había comenzado todo. Si mal no recordaba, estaba a su espalda sobra la izquierda. Cerraba sus ojos y trataba de recordar el ángulo de su sombra en el piso. Finalmente tomó coraje y señalando hacia su derecha dijo:

-Es por allá, y tenemos un largo camino. Es mejor que nos movamos.-

Las dos mujeres comenzaron a caminar. Laura intentaba mantener una charla relajada con Patricia para distraerla del hecho que estaban perdidas, y de paso intentar relajarse ella también.

Caminaban desenvueltas y con ritmo constante, aunque atentas a cualquier señal de mutantes que pudiese estar cerca. Cerca del mediodía se detuvieron y comieron unos frutos que habían juntado a lo largo del camino. Necesitaban reponer energías para seguir.

Luego del descanso, Laura volvió a observar a su alrededor. Delante de ella un cerrado bosque le resultaba familiar. Intentaba recordar, mientras sentía su sexo palpitando extrañamente. Cerró los ojos y recordó la primera violación al entrar al bosque. Los M15 la habían llevado a un estado de éxtasis tan fuerte que sólo recordaba las cosas por partes. Sensaciones fuertes recorrían su cuerpo en el recuerdo, y Laura se llevó las manos a su pubis.

-Es por allá ¿no?- preguntaba Patricia

-Si.- respondió Laura casi sin poder hablar

-¿Qué te pasa Lau? ¿Estás bien?- se preocupó Patricia

-Nada, linda... Pero tenemos que intentar rodear ese bosque.-

-¿Por qué? ¿No nos vamos a perder?- respondió Patricia

Patricia la había sorprendido con su percepción de la realidad y su inteligencia. Todo el tiempo había percibido las dudas en ella, pero había confiado y la estaba ayudando mucho. Laura, reconfortada en esa seguridad sabía que era hora de hablar con la verdad.

-Sos una dulce...- comenzó a decirle con un suave beso sobre sus labios

-La base está del otro lado del bosque. Pero el camino está infectado de mutantes M15.- agregó

-¿Los M15 cuáles son?- preguntó ella desconociendo la jerga científica

-¿Te acordás cuando te atamos a un armazón y te metimos en una habitación con un piso que se abría?-

-¡¡Uhh!! ¡¡Si que me acuerdo!! ¡¡Fue muy fuerte!!- recordó ella llevándose la mano entre las piernas

-Es un mutante muy fuerte. Sobre todo por sus fluidos. De alguna forma logran un efecto estimulante en el cuerpo que nos transforman... en esto que nos hemos vuelto ahora...- agregó Laura

-¿En qué forma? No te entiendo...- preguntó Patricia algo confundida

-Ehmm... Digamos que nos provoca una sensación de excitación tan alta, que aun cuando nos duela su brutalidad y su tamaño, gozamos como perras...- aclaró Laura algo sonrojada

-¡¡Ahh...!! Vos decís que es por eso que nos sentimos tan putas...- dijo con total simpleza Patricia

-Algo así...-

Hubo un silencio entre las dos mujeres. Laura sabía que en el fondo su cuerpo deseaba el contacto con los M15, y probablemente el de Patricia también. Pero sabía que no era algo sensato tomar ese camino. Sabía que sin el control del laboratorio de la base, un grupo de M15 podría llegar a mantenerlas cautivas por días hasta que ya no tuvieran fuerzas para huir, que sus mentes quedaran tan intoxicadas con esa secreción que fuera imposible distinguir realidad de deseo. De hecho, ya mismo demandaba un esfuerzo considerable el evitar la seducción de momentos de alta intensidad sexual y pensar con claridad en cómo volver a la base.

-Además... No es lo mismo un M15 en cautiverio que un M15 salvaje.- agregó Laura

-¿En qué sentido?- preguntó Patricia

-Sus actitudes suelen ser más violentas, más dolorosas. Es como un hombre que no tuvo sexo por meses...- aclaró Laura

-Y además, el fluido estimulante es mucho más concentrado. Su efecto es devastador...- agregó

-Pero... ¿Y vos como sabés todo eso?- preguntó Patricia intrigada

-Ehmmm...- Laura comenzó a sonrojarse

-Pensé que me podías contar.- respondió Patricia algo contrariada

-Sí. Es que cuando me hicieron salir de la base a buscarte me topé con uno en ese bosque. Fue brutal. Aún no me lo puedo sacar de la cabeza.- respondió con vergüenza

-Y te gustó...-

-Sí. Pero no sé si lo soportaría otra vez...- respondió Laura

-Bueno... como te dije, es mejor que busquemos otro camino.- dijo Laura poniéndose en movimiento.

-Dejaremos estas ramas acá como señal por si nos perdemos.- agregó tomando cuatro o cinco ramas y formando con ellas las letras L y P.

Cuando Laura comenzó a caminar hacia el borde del bosque, buscando rodearlo, sus piernas le temblaban. El recuerdo era tan fuerte y vívido que podía sentir las sensaciones de los embistes del M15 dentro de ella, sin poder evitar que su sexo se mojara de solo pensarlo.

La mano de Patricia buscó la suya y la apretó. Esa mujer sabía por lo que estaba pasando. Seguramente ella también se sentía mojada y con ganas de correr dentro del bosque para revivir esa intensa experiencia. Pero entre ambas se daban fuerza.

Caminaron durante extensos minutos alrededor del bosque, buscando un sitio para pasar. Laura miraba el sol cada tanto para no extraviar su orientación, mientras se daba cuenta que estaban muy probablemente girando en círculo.

Cuando Laura vio delante de ella nuevamente las ramas de la señal, su corazón dio un salto.

-¡¡No puede ser!!- dijo

-No entiendo... - agregó

-¿Qué pasa, Lau?- preguntó Patricia

-La entrada a la base está rodeada por el bosque. No puede ser...- explicó Laura

-¿Y por qué no?-

-Según los reportes de quienes seguían tu trayecto, nunca fuiste atacada por un M15. Y es imposible que eso sea así, si el bosque rodea la base...- dijo

-Yo no sabía lo que era un M15 hasta hace un rato que tuviste la oportunidad de contarme...- comentó Patricia

-¿Y? ¿Entonces?-

-Sí. Algo me agarró en cuanto salí afuera, ahora que recuerdo... Fue muy fuerte e intenso. Creo que hasta me desmayé.- contó Patricia

-No recuerdo mucho. Sólo que después no podía casi caminar y sentía un calor constante en mi cosita...- agregó

-¡¡Un M15!! ¿¡¡Cómo no me enteré!!?- maldijo Laura

-Seguramente alguien se habrá olvidado de contarte.- explicó Patricia

-No es así, linda. Se guarda detalle hora por hora, y hay videos...- dijo Laura tomándose la cabeza

-¿Videos?- preguntó Patricia

-Sí. ¿Ves estas cosas en tu traje? Son micro cámaras de video. Con suerte y si hay alguien viendo podrían ser de ayuda.- pensó Laura

Haciendo una posición muy extraña y tratando de girar las cámaras de los muslos de Patricia intentó mostrarse en cámara. No tenía forma de saber si la verían del otro lado. Tampoco sabía si las baterías aún funcionaban. Hizo señas con sus manos y boca intentando que sonara como un SOS. Era todo lo que podía hacer...

-Bueno. ¿Y qué hacemos? ¿Esperamos acá?- preguntó Patricia

Laura sabía que esa probablemente no fuera una idea muy feliz. En cualquier lado estarían en peligro. Sólo podían intentar nuevamente protegerse en algún árbol como lo habían hecho la noche anterior, pero los únicos árboles que podían servir estaban peligrosamente cerca de la zona del bosque donde merodeaban los M15. Miró a Patricia y no quiso intranquilizarla. Tenía que tomar la decisión ella y hacerse cargo de lo que pudiera suceder.

-Bueno... Creo que otra vez vamos a dormir arriba de un árbol.- le dijo con una sonrisa

-Igual... es la última noche. Mañana dormimos tranquilas.- agregó

Patricia no se hizo problema. Parecía que nada podía alterar el buen humor y la alegría de esa muchacha.

Se quedaron un rato más charlando entre ellas mientras veían cómo el sol se ocultaba. Saborearon las últimas frutas sentadas en el piso y cuando ya les costaba verse las caras decidieron subir al árbol. Era una noche de luna nueva, y era muy difícil ver en la oscuridad casi total.

Laura tomó el primer turno de guardia, mientras se acomodaba para recibir la cabeza de Patricia sobre sus pechos, observando atentamente a su alrededor.

Muy pronto Patricia cayó dormida y Laura se encontró sola, despierta en medio de la noche, enfrentada con sus pensamientos y sus miedos.