RAD - Capítulo 10 de 20

Este es mi primer relato con una orientación Sci-Fi. Muy inspirado en los tradicionales hentai japoneses transcurre en un futuro apocalíptico imaginario donde la radiación ha hecho casi inhabitable a nuestro planeta. Espero les interese la propuesta ...

Capitulo 10

Laura despertó un par de horas mas tarde. Estaba en una de las celdas de recuperación. A diferencia de Patricia, sus manos estaban libres.

-Buenas noches- le saludó el ayudante delante de ella

-¿Que haces acá? Supongo que disfrutaste el espectáculo ¿no?- dijo ella llevándose las manos a la entrepierna

Su sexo estaba adolorido por el esfuerzo, sus piernas aún seguían abiertas por la fuerza de la costumbre de tantas horas. Laura bajó sus manos, pero al llegar a su vagina se encontró con un espeso y pegajoso gel que taponaba su entrada.

-¿¿¡Que es esto!??- preguntó ella tratando de quitárselo de los dedos

-Te preñó como se lo pediste... Y siempre que los M15 inseminan a una hembra, la aseguran cerrando su vagina con el gel. Es como una marca de propiedad, para que nadie mas te preñe.- le explicó él acariciándole el muslo

-¡¡Te gustó verme ahí!! ¡¡Sos un degenerado!!-

-Lo disfrutabas mucho.- dijo el

-Es algo imposible de impedir. Ese hijo de puta te viola, te calienta, te sigue violando, te sigue calentando más, y  te termina dejando toda rota...- dijo ella

-Lo se. Soy el que analiza los gráficos de trabajo neuronal en ese proyecto.- dijo él

-Y se también del daño irreversible al patrón de conducta de la hembra luego de la inseminación del M15.- agregó acariciándole los pezones

Laura maldijo el experimento entero. Con el solo roce de los dedos de él sobre su pezón, sus piernas se aflojaron. Su sexo palpitaba, y todo ella se excitaba enormemente.

-No te abuses... te lo ruego...- dijo ella

Sin hacerle caso, él se abalanzó sobre sus pechos y con gran delicadeza comenzó a lamerlos. Con las manos abiertas sobre el piso y el cuerpo en llamas nuevamente, Laura tuvo un orgasmo casi sin pensarlo.

-Nooo... por favooor... dejame en paz.- suplicaba ella

El hombre sabía lo que hacía, y tal como lo había hecho al atarla por la mañana, esta vez también la tenía en su poder.

-Ponete en cuatro, putita.- le ordenó besándole el cuello

-No... Por favor... te lo suplico.-

Más caricias, más besos, más estimulación en sus muslos y en sus pechos, y pronto Laura deseó ser penetrada otra vez. Sin poder creerlo, dio vuelta sobre si misma, y apoyándose sobre sus manos alzó su trasero a la vista de él.

Cuando la tuvo a la vista, el ayudante humedeció uno de sus dedos y comenzó a acariciarle los alrededores del ano.  Laura deliraba de placer otra vez. Sus caderas oscilaban sensualmente y en su mente solo había una cosa, calmar a cualquier costo el hambre de ser penetrada.

-Esta vez me vas a entregar e culito. ¿No es cierto Laura?- decía él hundiendo apenas el dedo en su recto

-No podes... ser tan... hijo de puta...- murmuraba ella

-Si querés me voy y te dejo con las ganas.- le dijo él al oído

-No... No te vayas. Te necesito... Estoy muy caliente.- dijo ella con su rostro rojo de vergüenza

Agachándose sobre el culo de ella, el hombre comenzó a lamerle los alrededores del culo. Pasaba su lengua con maestría por las zonas mas sensibles de Laura, que se desesperaba y gritaba enloquecida.

-¡¡Dale de una vez!! ¡¡Rompeme el culo!!- pidió ella de repente

De inmediato él abrió su bata y de entre las telas emergió un miembro considerable. Tendría unos 18cms de largo, pero era imponente en su ancho. En cuanto Laura lo vio, tembló. Sabía que iba a dolerle, que probablemente la desgarraría, pero por algún extraño motivo lo deseaba adentro de ella.

Casi como hipnotizada, Laura lo tomó entre sus manos y comenzó a sobarlo, a acariciarlo, a disfrutar con su vista y su tacto de ese ejemplar de hombre. Sus ojos, su rostro entero eran de una lujuria incontenible. Era como si fuera el último pene que vería en la tierra.

-¡¡Que pija hermosa tenés!!- le dijo de repente

Sin darle tiempo a ensayar una respuesta, la tomó entre sus manos, y bajado la cabeza comenzó a engullirla de una forma exquisita. El tomó su rostro entre sus manos, y sin impedirle que continuara, inclinó su cabeza para mirarla a los ojos mientras lo hacía. Ella lo miraba a los ojos, desafiante, mientras hundía cada vez más su cabeza, hasta que muy pronto toda su garganta quedó ocupada.

-Sos muy puta, Laura... tenés alma de puta.- le murmuró él

Por toda respuesta, Laura, con la boca llena de su verga, se tomó de las nalgas de él, y haciendo fuerza en ellas con sus manos hundió su cara en el pubis de él gruñendo como una hembra en  celo.

Tuvo que usar todo su control para no explotar dentro de la boca de ella en ese mismo momento. Pero para no ser menos, la tomó del pelo, y con movimientos realmente salvajes comenzó a violar su boca hasta que su rostro estuvo cubierto de una mezcla de sus fluidos y la saliva de ella.

-¡¡Chupá, puta!! ¡¡Chupá!!- dijo metiéndola hasta que los ojos de Laura indicaron que se estaba atragantando

-Siempre te imaginé una calentona, pero nunca tan, pero tan puta.- agregó

Laura hubiera deseado contarle que ella jamás se había comportado así en su vida, que estaba fuera de control, que necesitaba su ayuda, pero con la pija en la boca era imposible decirlo.

-¡¡Suficiente!!- dijo él quitándole la verga de la boca

Con la boca entreabierta y un hilo de fluidos que chorreaba desde sus labios y decoraba su garganta y sus pechos, Laura miraba como a una niña a la que le sacaron el juguete.

-¡¡Date vuelta y ponete en cuatro!!- le ordenó

-¿Sabés lo que voy a hacerte no?- le preguntó sádicamente

-Si desgraciado. Hacémelo despacito.-  dijo ella

-No. Quiero que me lo pidas...- dijo él sádicamente

-Hijo de puta...- murmuró ella sabiendo que no tenía alternativa

-Haceme el culo por favor...- pidió ella sintiendo una excitación enorme al decir esas palabras

-Abrítelo con las manos.- pidió él

Consumida y excitadísima por la vergüenza, Laura se puso sobre sus rodillas y manos, bajó su rostro hasta el piso, y apoyándolo llevó sus manos a sus glúteos abriendo levemente la raya de su culo. Podía sentir el aire frío pasar por entre sus nalgas recientemente lubricadas por el beso negro que casi la pierde en la locura.

-Despacito... por favor...- suplicaba ella

-Apuesto a que aún está sin estrenar.- dijo él riéndose

-Si, desgraciado. No era tan puta como vos pensas.- respondió ella

Laura sintió que su ano palpitaba en una extraña necesidad que jamás había conocido. Abrió un poco mas sus nalgas dejando aún más expuesto su culo. Sentía la punta caliente de la verga de él rozando su entrada. Sabía que le iba a doler, pero lo deseaba, sin saber bien por que, pero lo deseaba más allá de lo que su mente pudiera razonar.

Las manos de él se posaron sobre su cintura. Laura tembló, y dos segundos después sintió abrirse en dos taladrada por la gruesa verga de él que se clavó sin piedad.

-¡¡Uuuhhgg!! ¡¡Me estas rompiendo!!- gritó ella

-¡¡¡Aaaaaayyy... me dueleee!!!- lloró dos segundos después, mientras él la seguía sodomizando.

Apenas dos centímetros de la verga de él habían ingresado dentro de ella y el dolor ya le parecía insoportable. Laura sintió que no podía aguantar más. Enderezando las piernas y pegándose el suelo intentó apartarse de él. Sin embargo, él continuaba tomado de su cintura, y acostándose sobre ella en el piso hundía un poco más su miembro dentro de su apretado orificio.

-¡¡Aaayy!! ¡¡Aayy!! ¡¡Me estas matando!!- lloraba ella

-¡¡Salí de encima!! ¡¡Sacámela!! ¡¡No la aguanto!!- gritaba ella

Lentamente fue hundiéndose dentro de ella, que en una desesperación total no dejaba de sacudirse debajo de él. Con sus ojos llenos de lágrimas no tuvo otra alternativa que aguantar hasta que él hundió todo su pene dentro de su recto. Una vez allí se quedó un par de minutos quieto hasta que su cuerpo pudo adaptarse. Era una sensación muy extraña. Luego retomó un ritmo lento y suave de movimientos. En silencio Laura se dejó taladrar, sintiendo como ese ardor intenso se transformaba en un morboso placer que se sumaba a su excitación.

-Uhhh... des... pacio.... - exclamó ella

-Me... la metiste... toda.- reflexionó

Con el placer comenzando a crecer dentro de ella, Laura comenzó a gemir. Su boca se entreabría con cada acometida y cada vez su placer se hacía más evidente

-Sabía que te iba a gustar...- le dijo él al oído

Escuchándola gemir, el hombre la tomó del cabello y comenzó a moverse más profundamente. Laura sentía como si el hombre quisiera clavarla contra el suelo. Cada arremetida era una descarga de placer en todo su cuerpo.

-Si... bestia... siii ¡¡Dame mas fuerte!!- pidió ella enloquecida

El hombre comenzó entonces una brutal sodomización que aplastaba su pubis contra el piso cada vez, sonando en toda la habitación como nalgadas en su trasero.

-¡¡Diosss!! ¡¡Voy a acabar otra vez!!- gritó ella

Un increíble orgasmo se avecinaba. Con su boca entreabierta Laura comenzó a convulsionar y un fuego intenso y dulce la recorrió de pies a cabeza. Jamás había imaginado que pudiera tener un orgasmo tan intenso mientras le taladraban el recto. Fuerte y extraño, el clímax la llevaba a querer más aún.

-¡¡Mas fuerte!! ¡¡Dame mas fuerte!!- pedía ella

Transpirando y gruñendo como un toro salvaje él le concedió el deseo, y con toda su energía embistió sobre ella. Laura no bajaba de su gozo constante mientras sentía sus pezones y su vientre rasparse sobre el rugoso piso contribuyendo aun más al placer.

-Te voy a llenar de leche, yegua.- le dijo él al oído

-Si llename, desgraciado.- pedía ella

Un grito gutural de él antecedió a las convulsiones, que sacudieron su cuerpo mientras su verga descargaba fuertes chorros de caliente semen en el recto de Laura.

-Siiii... que rico...- decía ella sintiendo el caliente impacto dentro de ella

Cuando terminó de descargarse abundantemente dentro de su recto, él permaneció unos minutos con su pesado cuerpo sobre ella y su verga aún hundida en su ano. Ella iba bajando mas lentamente de su clímax, y con suaves contracciones de su ano iba exprimiendo lo que quedaba de fluidos seminales en la verga de él.

-Te gustó ¿verdad?- le preguntó al oído seductoramente

-Me gustó. Pero quiero mas.- contó ella

-Estoy caliente todavía. ¡¡Es desesperante!!- agregó

Laura iba cayendo en cuenta en sus momentos de lucidez, que era víctima de los efectos que ella misma había visto en otras mujeres luego de ser inseminadas por el M15. Había casi perdido la cordura por la ninfomanía que estaba desarrollando. Había tenido que apartar de su mente la idea que le seducía de vivir esclava del M15 para que la mantuviera siempre satisfecha. Tenía que luchar contra eso.

-Estoy muy puta. Sufro la ninfomanía que vi en otras mujeres...- le admitió ella

El se quitó de arriba de ella y acariciándole las nalgas le dio un beso en la mejilla.

-Me gustas así putita, nena.-

-Me gusta verte gozar.- dijo él

-Si, pero es desesperante. Nada me alcanza.- dijo ella tomándose la cabeza

-Bueno. Yo voy a buscar la cura para vos.- le respondió

-No te prives de disfrutar del placer por el camino,  Laura.- agregó

-Ahora tengo que irme antes de que me vengan a buscar.- agregó

El se levantó, se cerró y arregló el guardapolvo y pasando su credencial por el identificador de la puerta salió y se fue caminando por el pasillo.

Laura, aún boca abajo y desnuda en el piso de la celda supo que era lo mejor. Debía concentrarse en rescatar a la 273 antes que fuera demasiado tarde. Ya estaba en condiciones de salir a la zona radiactiva sin protección, los huevos de M15 moviéndose en su vientre así lo atestiguaban. Ya había pagado el precio. Un precio que su cuerpo se ocupaba de recordarle a cada instante, en un deseo sexual incontrolable, algo que la llevaría a hacer cualquier tipo de cosa con su cuerpo, con tal de calmar ese insaciable hambre de placer.