RAD - Capítulo 09 de 20
Este es mi primer relato con una orientación Sci-Fi. Muy inspirado en los tradicionales hentai japoneses transcurre en un futuro apocalíptico imaginario donde la radiación ha hecho casi inhabitable a nuestro planeta. Espero les interese la propuesta ...
Capitulo 9
En cuanto salieron del salón del consejo, Laura se sintió mas expuesta que nunca. Para colmo, la sala de inseminación hacia donde iban quedaba en el lado opuesto de la base, y sería expuesta a todos los que la vieran en el camino, desnuda y en esas condiciones.
En uno de los recodos oscuros del camino, pasando por las áreas de mantenimiento, el guardia delante de ella se dio vuelta, y colocando su mano sobre la boca de ella la llevó sobre la pared hasta apoyarle su espalda contra ella. El otro guardia la sujetó por los brazos y juntos manosearon sus pechos y su sexo con descaro.
-Siempre tuve ganas de hacerle esto a esta puta.- dijo uno pellizcándole un pezón.
-¡¡¡Hmmmmmmmfff!!!- protestó Laura debajo de la mano de quien la amordazaba.
El primer guardia abrió sus piernas, y ante los ojos desorbitados de Laura metió dos dedos, luego tres en la vagina, violándola sin piedad.
-Desgraciados... van a pagar por esto...- sentenció ella en cuanto liberaron su boca
-¡Callate puta! En un rato tu concha va a estar mas llena que pavo de Navidad, y encima, te vas a entregar a esa cosa...- le retrucó el guardia
Laura bajó la mirada. ¿Como sabían? El viaje continuó sin más palabras, y durante el mismo, la nueva espécimen fue manoseada varias veces bajo el capricho de los guardias.
Cuando llegó al laboratorio, su piel se erizó. La visión del lugar, los recuerdos de sus experimentos allí con otras mujeres, la hizo caer en la realidad. Esta vez iba a ser muy distinto que con 273. En el caso de Laura, ella sabía muy bien lo que venía...
Uno de los ayudantes que salieron a prepararla y amarrarla sobre el armazón de inmovilidad le resultaba familiar. Era un hombre de su propio equipo. En sus ojos se notaba un brillo de lujuria mientras que inmovilizaba sus brazos sobre el arnés. A medida que su cuerpo era sujeto y comenzaba a sentir la indefensión de su posición Laura iba excitándose más, y más.
Luego de verificar que sus brazos no pudieran moverse, bajó y tomando su pierna izquierda la acarició hasta donde debía ubicarla en la siguiente sujeción. Arrodillado frente a ella tomó la otra pierna y apartándola considerablemente de la primera la sujetó también. La abertura de las piernas era máxima, realmente obscena. Con su mente perdida y obsesionada por el morbo de su posición, Laura perdió de vista a su antiguo ayudante.
De repente sintió que alguien abría sus labios mayores delicadamente con sus dedos, y en un abrir y cerrar de ojos sus labios vaginales eran lamidos con maestría. No podía creerlo. El hombre era un experto. La estaba comiendo de una forma deliciosa, que la hacía delirar de placer.
-Noo... por favor... ya basta...- pedía ella
Por toda respuesta, y sin dejar de comerle su sexo, Laura recibió dos dedos en la entrada de su vagina y su ano. Presionando sobre el orificio mas cerrado, el de su esfínter, el hombre se hundió lentamente dentro de ella. Laura maldecía y agradecía a la vez las ataduras que la sostenían en esa indecente posición. Se sentía violada, abusada sin poder hacer nada para evitarlo, pero a la vez sentía el deseo que crecía dentro de ella. Quizás eso era lo que mas estimulaba su mente. El ser usada como un objeto sexual, como una hembra más, sin lugar para la culpa, sin límites.
Mientras que pensaba esto, los dedos dentro de ella y la caliente e irregular lengua que la violaban habían logrado humedades que ya chorreaban por sus muslos. Sin poder hacer mas nada que dejarse llevar y disfrutar las sensaciones Laura comenzó a gemir más y más fuerte. Su mente sabía que la estaban violando, que ella jamás hubiera aceptado algo así de no estar amarrada. Pero allí estaba, con los dedos de uno de sus empleados moviéndose dentro de su vagina y su ano, totalmente abierta de piernas y mojada, sin poder hacer otra cosa que gemir y gozar al antojo de quien dominara la situación en ese instante.
El morbo era tan grande, y la situación entera tan caliente, que Laura no tardó mucho en comenzar a temblar. Saboreando cada segundo de ese ritual cerró los ojos y se recordó tocándose ella misma, deseando que alguien la tomara. Diez segundos mas tarde Laura aullaba mientras sentía como su cuerpo entero se arqueaba en un orgasmo fuerte, intenso, que fue cediendo lentamente hasta dejarla con su cuerpo laxo colgando de sus amarres en la cruz.
El ayudante debajo de ella se enderezó, y giró el soporte metálico hasta dejarlo casi horizontal. Acercándose de costado abrió su uniforme, y masturbando su verga delante de sus propios ojos derramó el fruto de su calentura sobre la boca de ella. Enderezó nuevamente el soporte, y tomándola de la barbilla le dio un beso en la boca. Luego acarició todo su cuerpo hasta colocarse detrás de ella. Abrazándola por detrás, con sus manos sosteniendo los pechos entre sus dedos y acariciando sus ya erectos pezones le susurró al oído.
-Siempre te tuve ganas, guachita. Te gusta el sexo. Es una pena que te entreguen a los mutantes...Pero creo que la vas a pasar bien... te gusta que te usen. Sos muy putita- le susurró él
-Si. Es una pena... salvame, escondeme. Podemos pasarla muy bien juntitos. Puedo ser tu putita personal...- suplicaba ella intentando seducirlo
-No puedo Laura.- dijo mientras se iba
Laura maldijo la cobardía de ese tipo, pero bien sabía que no tenía mas remedio. Limpió sus labios con su lengua y cerró los ojos, esperando lo inevitable.
Las puertas del recinto se cerraron y el armazón comenzó a moverse solo hacia adelante. Laura abrió los ojos y comenzó a temblar. A diferencia de Patricia, ella conocía cada detalle de lo que iba a sucederle. El piso se abría delante de ella y Laura sabía que ya no tenía retorno. Aún desatada de la estructura podía darse por violada e impregnada con un M15 en tan pequeño espacio. Lo que torturaba en el desconocimiento de su mente era que no sabía como se sentiría exactamente ser violada e impregnada por esa bestia mutante. Los videos que había visto la desconcertaban. Jamás había entendido si eso que había sentido otras mujeres era dolor o placer. Pero estaba a punto de averiguarlo de la peor forma.
Laura vio aparecer el primer tentáculo del M15 y sus latidos se agitaron hasta que pudo sentirlos en su garganta. La adrenalina le subía rápidamente y su respiración se hacía cada vez mas agitada.
Cuando el mutante comenzó la etapa de reconocimiento de su presa y acercó su tentáculo al rostro de Laura, a ella le pareció mucho mas grande de lo que lo recordaba de los videos. Instintivamente su cuerpo se ponía tenso, sus músculos contraídos y su adrenalina a mil. Esa cosa brillante y pulsante no cabría nunca en su estrecha vagina.
El mutante la examinaba de punta a punta. Laura aun con un dejo de espíritu científico, intentaba poner atención a todos los detalles que pudiera antes que el M15 le disparara el estimulante sexual. Luego de eso, sabía, estaba perdida. Sin entender el motivo, aun sin el efecto del fluido, su cuerpo ya era un mar de humedades que corrían sin remedio por sus muslos.
El mutante asomó el otro tentáculo y comenzó a acariciar los brazos de Laura suavemente.
-No... Diosss... saquenme de acá.- dijo Laura entre los primeros gemidos.
Los tentáculos la acariciaban con una suavidad única. Alternaban entre sus brazos, su vientre, sus piernas, y poco a poco se iban acercando a zonas más sensibles. Sin poder evitarlo, Laura sentía como su cuerpo comenzaba a reaccionar al estímulo. Sus pezones estaban duros como roca y un río de flujos chorreaba indecente por sus muslos.
Sin ningún preaviso, el M15 comenzó a bañar sus pechos del gel verde. El efecto tardó unos pocos segundos.
-Ohhh... Ohhh... noo... puedoo...- reaccionó Laura
Con una mueca de resistencia en su rostro Laura comenzó a perder el control, mientras sentía como un orgasmo tremendamente intenso la sacudía por competo. Intentaba mantener la claridad mental y controlarse, pero las sacudidas del segundo y tercer orgasmo se lo impedían. Solo una idea reinaba en su mente. Su vagina sobreexcitada pulsaba dolorosamente clamando por una satisfacción.
-Ese gel... es... quema...arde... deseo...- dijo incoherentemente
-Cojeme bestia asquerosa... me tenés deseándote como una puta.- explotó diciendo de repente
Sin inmutarse, el mutante continuaba torturando sus pechos lentamente. Con incontrolables sensaciones Laura arqueaba su espalda y sufría en deseo.
Finalmente, cuando Laura ya gemía desesperada con los ojos vidriosos, los tentáculos se acercaron a su vagina y comenzaron a rociarla también con el gel siniestro.
-Ahhh... ahh... Diossss... es... muy intennnssso...- exclamó Laura
Una nueva serie de orgasmos arrasó con la última resistencia de la indefensa doctora, que temblaba como una hoja mientras los tentáculos continuaban bañando sus zonas más íntimas.
-¡Saquenme... de acá.... no lo... aguanto...!- suplicaba con sus últimos alientos
Totalmente devastada y extenuada, Laura era ya una muñeca colgando de la estructura en manos del mutante. Su cuerpo transpirado y cubierto del gel en sus pechos y en su pubis se sentía flotar en un extraño limbo de placer infinito. Su mente se había perdido en el trayecto, junto con su posibilidad de expresarse. Solo podía emitir suaves gemidos mientras los tentáculos jugaban con sus pezones. Miraba hacia arriba como buscando auxilio, alguien que la sacara del trance, pero lo único que encontraba eran rostros impasibles que no apartaban la vista de su cuerpo observando detenidamente su calvario sexual.
De repente, uno de los tentáculos abrió sus labios vaginales y sin muchos preliminares se deslizó lentamente dentro de ella. Laura abrió su boca todo cuanto pudo, como tomando aire, y un agudo gemido se escapó de su garganta.
-Aiihhh... es... enorme...- gimió al sentirlo
El M15 parecía dispuesto a disfrutarla, se movía lentamente dentro y fuera de su sexo. Hundido dentro de ella palpitaba cada tanto manteniéndola en un constante estado de excitación. Lo sentía enorme y caliente, llenándola por completo. Nunca ningún hombre la había poseído de ese modo.
-Es... enorme... es enorme...- repetía ella mientras lo sentía palpitar dentro de ella
Con la mirada pedida, y sabiéndose observada por todos, Laura se sentía la involuntaria protagonista de una película erótica. Frente a sus ojos, del otro lado del cristal, el ayudante que la había disfrutado unos minutos antes decía algo que ella no llegaba a escuchar. Esforzándose un poco entre una penetración y otra, llegó a leer en los labios del hombre, que, con el mismo rostro de deseo de antes, no dejaba de repetir "Que puta que sos Laura".
Sin dejar de mirarlo, casi como dedicándole el placer que sentía, Laura convulsionó en un segundo orgasmo que la obligó a gritar de placer.
Apenas repuesta en sus energías, continuó jadeando. El mutante no se había retirado de adentro de ella. Continuaba hundiéndose y saliendo , violándola, usándola, torturándola en sensaciones que avasallaban su voluntad, provocándole un sinfín de placeres que nublaba sus pensamientos.
-Basta... por favor... suplicaba ella
La piel de Laura brillaba en el reflejo de las luces que iluminaban el recinto. Sus pechos se hamacaban rítmicamente al compás de cada embestida. Su rostro denotaba cansancio, pero a la vez traslucía sin lugar a dudas el inmenso placer que le brindaba el mutante.
-No... no vas a ... salir ...nunca... de mi... desgraciado...- murmuraba ella
Laura se había entregado al placer. En un momento de lucidez recordó aquella vieja teoría que había descartado por improbable. Algo así como que los mutantes se alimentaban de su energía sexual, de su placer, lo bebían como un néctar, hasta dejarla completamente exhausta. Teoría que en ese momento ya no le parecía tan descabellada. Se sentía tremendamente cansada, sin embargo el mutante había logrado que su excitación no decayera. Parecía como empecinado en lograr un constante estado de excitación, una deliciosa y perversa tortura, donde el placer jamás se iba, por horas, hasta absorber el último vestigio de energía sexual, el último ápice de voluntad, la última luz de cordura en su mente...
-¡¡¡Noo!!! ¡¡No... se ... te ocurra!!- gritó ella entre jadeos
Extraída de repente de sus pensamientos, y Con sus ojos sobresaltados Laura observaba cómo el tentáculo que jugaba con sus adoloridos pezones erectos, ahora bajaba por su vientre y acariciaba su vello púbico.
-¡¡Noo!! ¡¡Ahí nooo!! ¡¡No entran los dos!!- gritaba ella intuyendo las intenciones
La imagen del rostro de Patricia en desesperación total, le apareció como un flash. Ella había visto ese video varias veces. Se había masturbado muchas veces observándolo. Ahora la entendía, la vivía en su propio ser. Era la sensación de la muchacha llevada al límite del placer, mezcla de gozo, dolor y pánico.
El segundo tentáculo ya presionaba la entrada de su vagina junto al otro, como buscando entrar. Laura gritaba, abría y cerraba sus puños amarrados inútilmente mientras iba sintiendo un ardor sensual, un placer extraño, a medida que su vagina le daba paso al segundo intruso, no sin un dejo de dulce dolor.
-¡¡Me estas rompiendo!! ¡¡Hijo de puta... no entrás... sos... enorme!!- maldecía ella
Sus muslos estaban tensos, sus rodillas instintivamente buscaban cerrarse para impedirle entrar mas en ella. Podía sentir la tensión de las correas que las sostenían sobre su piel. Pero la parte desnuda del tentáculo continuaba entrando en ella, desesperándola. No eran 5 ni 10 centímetros. Eran más de 20, que finalmente acariciaban el fondo de su sexo, Laura no podía creer que todo eso hubiese entrado en su sexo.
-No... Puedo... creerlo... me vas... a matar...- repetía ella desconsolada
El M15 se mantuvo quieto un par de minutos, permitiéndole a Laura acostumbrarse a la brutal violación. Los músculos de ella se fueron relajando, mientras se sentía llenar de la lubricación estimulante hasta desbordar por los pocos espacios libres de su vagina.
-Ahhh... hijo de puta... no... No más de esa cosa...- murmuraba Laura sabiendo que en un par de minutos perdería el control otra vez
Sorprendida y avergonzada, humillada y dominada completamente, Laura se encontró moviendo su pelvis sensualmente, invitando al mutante a abusar de su cuerpo nuevamente.
-¡¡Cojeme, basura...!! ¡¡Terminá de hacerme mierda...!!- gritaba
-¡¡¡¡¡Puta!!!! ¡¡¡Que puta que me estas haciendo!!!-
Laura había perdido por completo el control de si misma. Había pasado el límite sin retorno. Ya no le importaba quien la mirara, ni qué dirían. Su cuerpo, adicto a la sustancia estimulante, solo buscaba aumentar su placer, salir de la tortuosa excitación constante.
Con el M15 quieto y a la espera, Laura daba un espectáculo absolutamente obsceno, sucumbiendo a su vergonzosa calentura mientras intentaba cojer con los tentáculos inmóviles del mutante.
-¡¡Movete desgraciado!! ¡¡Quiero que me cojas!! ¡¡Lo necesito!!- decía ella desesperada
La situación no cambiaba. El mutante parecía paralizado, esperando algo. Parecía que gozaba dejando a Laura enloquecer de deseo.
-¡¡No me podés dejar así de caliente!! ¡¡Me dejas con las ganas!! ¡¡Movete!!-
Lentamente al principio, y con movimientos certeros y profundos, el mutante comenzó a mover los tentáculos, teniendo especial atención en no dejar nunca vacía a Laura.
-¡¡Siii... eso es!!... ahhh... me encanta...!!- gemía ella
Los penes entraban y salían ya con violencia del sexo de Laura. Se podían ver los golpeteos de los tentáculos en el vientre de ella. Dos ligeras protuberancias aparecían con cada embestida unos centímetros por debajo del ombligo de la doctora, perfectamente notables en el chato vientre de Laura.
-¡¡Siii... rompeme toda...!! Deliraba Laura en una seguidilla de orgasmos
Los tentáculos comenzaron a temblar y a calentarse un poco más que antes. Laura aullaba de placer, descontrolada, mientas sentía como los huevos del M15 subían por dentro de sus miembros.
-¡¡¡¡Maaaaasssss!!!! ¡¡¡ooohh... Diossss!!! ¡¡Preñameee!!- gritaba ella
Se notaban dos pequeños bultos desplazándose lentamente por dentro de los tentáculos. Uno de ellos venía más adelantado que el otro. Tomándose su tiempo, el primero de ellos se hundió en su vagina. El paso del bulto expandió un poco más las ya estiradas paredes vaginales de Laura. Al borde de la agonía y teniendo un nuevo orgasmo ella gritó.
Para cuando el segundo huevo llegó a la entrada de su sexo, el primero ya estaba dentro de su vientre. Laura podía sentir la extraña y agradable sensación que le provocaba al tomarse dentro de ella.
-¡¡Me inseminaste!! ¡¡Lo puedo sentir adentro mío!! ¡¡Que hijo de puta!!- gritaba ella
-¡¡Y me vas a poner otro mas!! ¡¡Que asco!! ¡¡Me tenés muy caliente!!-
Sintió entrar el otro huevo, con otro grito de dolor al sentirlo entrar en su concha. Resignada y sexualmente caliente, lo dejó hacer con ella cuanto quisiera.
Cuando terminó de implantar los dos huevos, el mutante comenzó una frenética carrera dentro de su sexo. Los dos tentáculos entraban y salían con una deliciosa sincronía que prometía enloquecer a Laura.
Sorprendida, y con un rictus de placer en su rostro, Laura no podía articular palabra. Orgasmo tras orgasmo su cuerpo se deshacía en placer. Sentía que no iba a poder aguantarlo mucho mas, que pronto iba a desmayarse. Su garganta comenzaba a ponerse disfónica de tanto gritar, y su mente comenzaba a flotar. Sabía que ya todo se acababa... y se dejó llevar.