RAD - Capítulo 08 de 20
Este es mi primer relato con una orientación Sci-Fi. Muy inspirado en los tradicionales hentai japoneses transcurre en un futuro apocalíptico imaginario donde la radiación ha hecho casi inhabitable a nuestro planeta. Espero les interese la propuesta ...
Capitulo 8
La Doctora Laura Sánchez disfrutaba frente a la pantalla de su computadora observando los últimos videos informes sobre el espécimen 273. Con sus auriculares colocados y mirando atentamente a la pantalla, Laura jugaba con sus dedos sobre su sexo, siguiendo cada una de las violaciones a las que había sido sometida la joven. En su mente, muy secretamente se preguntaba qué se sentiría en el lugar de un espécimen, pero de inmediato olvidaba la idea diciéndose a su misma que estaba loca.
Cuando escuchó el ruido de alguien tocando la puerta de su habitación, se sobresaltó. De inmediato cambió de pantalla en la computadora y se acomodó la ropa.
-Adelante.- respondió
-Dra. Lamento molestarla en su hora de de descanso.- se excusó él
-Pero es algo urgente que requiere su inmediata presencia en el laboratorio.- agregó
-¿Que pasó?- preguntó ella mientras se calzaba.
-Es sobre el espécimen 273. Hace ya mas de 8 horas que fue inseminado por el arácnido A6 y no logramos rescatarla.- respondió el
Mientras que caminaban hacia el laboratorio, el asistente la fue poniendo al tanto de los últimos detalles de lo que habían visto y oído en cámara. Laura escuchaba atentamente y su cara denotaba a cada momento una preocupación mayor.
Cuando llegó al laboratorio comenzó a dar órdenes a todos. Pidió el reporte de las últimas novedades y mirando fijamente la oscura pantalla donde se veía a Patricia aún prisionera del arácnido, pensaba.
-Orden a los nanobots. Inyección de adrenalina a 80%- dijo señalando a un asistente
-Si Dra.- dijo mientras tocaba algunos datos en la terminal delante de él
-La pondrá más alerta y más sensible, pero necesito que tenga fuerzas para escapar.- pensó en voz alta
Al cabo de unos minutos sin resultados, la Dra. Sánchez comenzó a caminar frotándose las manos transpiradas. Las palabras del Dr. Gin resonaban en su mente. Sabía que si no podía traer a 273 iba a tener que salir ella sola a buscarla. Por su mente pasaban las imágenes que había visto recientemente en su computadora y esa oscura curiosidad que había descubierto hacía un rato. De repente sintió que su entrepierna se mojaba, imaginando un visible rastro en su bombacha.
-¿Que tiempo de llegada al sitio tiene un robot RB101?- preguntó ella
-Aproximadamente 60 minutos a máxima potencia.- respondió otro asistente
-Preparen la salida de un robot de inmediato.- ordenó ella
-Dra. Necesitamos autorización del consejo para ese tipo de procedimiento.- respondió alguien
-¡¡No me importa!! No tenemos tiempo para esas tonterías. Yo asumo la responsabilidad.- gritó ofuscada Laura
En silencio sepulcral los asistentes lanzaron el robot, que comenzó su largo camino de inmediato. La Dra. Laura Sánchez caminaba nerviosa entre los controles, como deseando algún cambio mágico.
-De mas está decirles que lo que aquí sucede es secreto máximo. Ni una palabra a nadie.- agregó ella
Otro nuevo silencio precedió a la escena siguiente. En pantalla podía ver el avance del robot en la superficie rumbo a las coordenadas GPS que arrojaba el instrumental que Patricia llevaba encima. Sus rápidas orugas prometían agilidad y rapidez para recorrer el camino que la joven había tardado mucho más en recorrer.
De repente uno de los teléfonos sonó. Uno de los asistentes atendió rápidamente, y levantando la mirada hacia la Dra. Sánchez, vio que ella hacía un ademán con su mano.
-Dr., Lamentablemente la Dra. Sánchez está en medio de un trabajo que no puede interrumpir, pero le daré su mensaje en cuanto se desocupe.- respondió mirándola a los ojos
En cuanto cortó, la Dra. le preguntó quien era.
-Era el Dr. Gin. Pidió que le comunicara que la esperan en la sala de reuniones por unas dudas respecto al equipamiento del espécimen 273. Que no olvide llevar el equipo.- le relató
La Dra. sintió que un frío le corría por el cuerpo, luego un intenso calor le nacía en el pubis. Intentando disimularlo y tranquilizarse antes de acudir, buscó distraerse mirando los avances en la pantalla delante de ella.
En una mitad se podía ver al robot avanzando, mientras en la otra mitad habían seleccionado la cámara el arnés del cuello de Patricia. Totalmente inmóvil, parecía muerta a no ser por el sonido de su respiración y la telemetría de sus signos vitales recibida al pie de la imagen.
Repentinamente, el corazón de Patricia acusó una aceleración que hasta ese momento no había ocurrido. Atentos a la pantalla todos presenciaron como el mutante se acercaba nuevamente a ella. Con su miembro deliberadamente a la vista parecía dispuesto a violarla nuevamente.
-Orden a los nanobots: estimulación de los centros sedantes y de excitación.- indicó ella de inmediato
-Tenemos que tranquilizarla... no podemos perderla por un ataque de stress...- explicó
Del otro lado de la pantalla Patricia pareció sentir el efecto de la medida. Su ritmo cardíaco descendió lentamente a niveles normales, y la cámara enfocada desde su muslo mostró como su sexo comenzaba a mojarse por si mismo antes del contacto con el pene del mutante.
Un primer plano de la cabeza del miembro apareció luego en pantalla en perspectiva con la vulva mojada de Patricia. Tal como lo había hecho la anterior vez, comenzaba a deslizarse acariciándole los labios vaginales, abriéndolos de a poco. El primer plano en pantalla era una escena muy fuerte, y Laura Sánchez no pudo evitar sentir como su sexo, ya mojado de antemano, comenzaba a segregar líquidos mucho mas abundantes que empapaban su bombacha y comenzaban a deslizarse por su muslo, peligrosamente cerca de su corta falda del delantal.
En pocos minutos el mutante penetró a Patricia, haciéndola gemir de placer. Esta vez su violación duró poco, y se limitó a llenar su vientre de litros de esperma caliente que hicieron que el vientre de la joven se abultara un poco. Luego, como parte de un ritual que repetía cada vez, volvió a violar la boca de Patricia, llenándola de su viscosa leche hasta que le salió por las narices.
La Dra. Laura Sánchez observaba la pantalla sin poder perderse detalle. Apretaba sus rodillas en un vano intento por calmar su sexo, mientras mordía su labio inferior intentando calmar su deseo.
-Monitoreen que los signos vitales se mantengan estables y avísenme a la sala de reuniones cuando el robot haya llegado a destino.- ordenó mientras se prolijaba su guardapolvos blanco
-Si Dra. El tiempo estimado de llegada es en 15 minutos.- respondió un asistente
La Dra. entró a su despacho, y tras cerrar la puerta abrió un locker de seguridad. De allí sacó un portafolio plateado y subió a la sala de reuniones.
-Buenos días Doctores.- saludó cuando llegó
-Buenos días Dra.- saludaron varios
Hubo un embarazoso silencio en la sala por un par de minutos, tras los cuales se decidió ella a romper el hielo.
-Bien... he traído en este maletín un equipo idéntico al que está usando el espécimen 273 en este momento. Me dijeron que tienen algunas preguntas al respecto.- comenzó diciendo
Otro nuevo silencio reinó en la sala. Algo andaba mal, muy mal. Los nervios comían la cabeza de Laura. De repente el Dr. Gin tomó la palabra.
-Doctora... En la mañana del día de hoy han sucedido cosas extrañas... contrarias a lo que hemos pactado como reglamento de esta sociedad científica.- comenzó a decir
-No entiendo a que se refiere.- respondió ella tragándose los nervios
-Ud entiende muy bien... y aparte oculta información.- respondió enérgicamente
Sin darle tiempo a nada, el Dr. Gin tomó el control remoto del proyector y lo encendió. En la enorme pantalla del recinto apareció la imagen de Patricia semiconsciente, con su cuerpo desbordando semen por todos lados.
-Puedo explicarlo...- murmuró Laura
-No es necesario Doctora. Estamos al tanto de todo.- dijo haciendo un clic en el control
La imagen satelital del robot subiendo a la montaña enmudeció a Laura.
-¿Acaso no es necesaria una autorización del consejo para la utilización de robots en el campo?- preguntó él
En ese preciso instante sonó el teléfono en la sala. Enmudecida y expuesta en todo su plan, la Dra. Sánchez no reaccionó a tiempo a atender.
-Entiendo que es una llamada para Ud. Doctora, pero la tomaré yo por esta vez.- dijo el Dr. Gin
-Si. Lo estamos observando en pantalla. Detengan el robot y prepárense a transferir el mando del mismo a esta sala.- respondió al teléfono
Oprimiendo un botón en la pared, todo un centro de comandos apareció a la vista. El Dr. Gin hizo una pequeña sonrisa y un ademán de invitación a la Dra. Sánchez a tomar los controles.
-Hágase cargo doctora. De todos modos, es su plan, ya sea para éxito o para fracaso.-
Laura se sentó rápidamente en los controles y ajustando un par de cosas se sintió lista para continuar. Tomando el joystick comenzó a mover lentamente el robot, observando todo a su alrededor. Poco a poco fue acercándose a la entrada de la cueva. Ya tenía delante a Patricia y se disponía a liberarla. Tenía en pantalla por primera vez un plano completo de ella. Impulsó levemente el joystick hacia adelante, pero nada sucedió. Nuevamente lo intentó pero nada.
-Game over, doctora.- le dijo al oído el Dr. Gin
En la pantalla general podía verse desde la cámara en el cuerpo de Patricia. Detrás del robot, una sombra gigante no podía ser otra cosa que el mutante arácnido. Entra las orugas del robot podía verse abundante gel, el mismo que sujetaba brazos y piernas de Patricia.
El Dr. Gin tomó el brazo de Laura y la ayudó a ponerse de pie. Oprimiendo el botón, volvió a guardar todo el control de mandos y llevó de la mano a la Dra. Sánchez hasta la cabecera de la gran mesa.
-Bien Laura... Creo que has fracasado en lo que presentaste a este comité. De modo que te voy a solicitar que nos muestres en persona las bondades de ese traje que llevaba 273.- anunció
-¡¡¡Doctor Gin!!! ¡¡¡Como se atreve!!!- grito ella ofendida
-Laura... Ya perdió su rango de doctora y de pertenencia a este comité directivo, por claras faltas a la ética y una notoria incompetencia profesional.- comenzó diciéndole con voz muy calma
-Es un favor de mi parte que la siga llamando Laura, y no espécimen 274, tal como ha sido catalogada en este momento.- agregó
-¡¡Eso es inaudito. No tiene derecho!!- gritó ella golpeando la mesa
Laura levantó la vista, buscando la aprobación y el respaldo de la gran mayoría de mujeres en el consejo, pero solo se encontró con miradas llenas de enojo, vacías en algunos casos, o mirando hacia otro lado.
-Comencemos la demostración Laura. ¿O acaso quiere que la efectué el personal de seguridad frente a sus propios ayudantes?- sugirió
Laura sintió que las piernas le temblaban. No tenía alternativa. Llevó el maletín a la cabecera de la mesa, y lo abrió mostrando a todos su contenido.
-Comencemos de una buena vez Laura.- la apuró él
-Creo que 273 no llevaba puesto un guardapolvos medico, y de todas formas Ud ya no lo necesita.- agregó
Con el rostro enrojeciendo de vergüenza Laura miró a todos los presentes, que en silencio y con rostros adustos parecían demandarle también que comenzara. Se llevó la mano al primer botón de abajo, en la parte de la falda del delantal y comenzó a abrirlos subiendo uno por uno con la lentitud de quien hace algo que no desea. Su guardapolvo se abrió, mostrando su piel blanca debajo de él. Solamente su conjunto blanco de ropa interior era lo único que llevaba puesto ahora.
Con sus manos al costado del cuerpo, muerta de nervios y consumida por una vergüenza que por momentos la excitaba quedó mirando a la mesa y esperando la nueva humillación por parte del Dr. Gin. Él, tomando las partes del perverso kit de vestimenta se las fue colocando delante de ella
-Bueno Laura. Cuéntenos uno por uno los detalles de este traje. Necesitamos saber como opera para poder seguir la evolución del espécimen 274. ¿Verdad?- comenzó diciendo él
Una mirada fulminante de Laura le mostró el odio que sentía por lo que le obligaba a hacer. Tomó la primera pieza, un collar y mientras iba explicando se lo colocó. En pocos minutos dio su clase magistral sobre el uso del traje, habiéndose vestido con él irreversiblemente. La única forma de quitarlo era con un comando desde el maletín que en este momento guardaba el Dr. Gin.
Con un par de comandos desde el maletín, el Dr. Gin transmitió el control del traje a la sala, y tomando el control remoto en su mano comenzó a explorar las 4 cámaras. Sabiendo esto Laura había cerrado sus piernas. En la enorme pantalla de la sala había comenzado a proyectar las cámaras, pero al llegar a la de su entrepierna la pantalla oscureció.
-Un poco de colaboración, 274. Abra sus piernas, estamos chequeando cámaras.- le ordenó el Dr. Gin
Muerta de vergüenza, pero a su vez también tremendamente excitada, Laura abrió sus piernas. En pantalla se mostraba un primer plano con lujo de detalle de su bombacha blanca.
-¿Ud tiene algún problema de incontinencia urinaria 274?- preguntó
Laura enrojeció aun más. Con sus piernas abiertas soportaba como podía la humillación y la vergüenza apoyando sus manos sobre la mesa e inclinando el cuerpo hacia adelante. Su rostro mirando hacia ella misma, hacia sus pechos se ocultaba en vergüenza, mientras se desesperaba al ver erguirse sus pezones notoriamente detrás de la fina tela de su corpiño.
-De todas formas, según recuerdo... el espécimen 273 no llevaba ropa interior alguna...- expresó
Del bolsillo de su guardapolvo sacó un afilado bisturí, y con certeros movimientos cortó el corpiño y los elásticos de costado de la bombacha, quedándose con las prendas en la mano.
Las prendas olían a ella. El delicioso aroma de una mujer excitada. Arrojó el resto del corpiño al medio de la mesa de reuniones, frente al resto de consejo. Antes de arrojar la bombacha pasó sus dedos por la tela y su rostro sonrió. Tomándola de un extremo la pasó por delante de sus narices.
-Perdón... pero esto no es una incontinencia urinaria.- dijo dirigiéndose al consejo
Abrió un cajón a un costado y tomando un guante descartable de látex se lo colocó en su mano derecha. Tomando los hombros de Laura la enderezó, dejando a la vista de todos sus erectos y perfectamente contorneados senos. Luego deslizó la mano por su vientre y pasándola por su cuidadosamente recortado vello púbico, hundió sus dedos dentro de la vagina de ella.
-Nooooo...- dijo Laura sintiendo que se le aflojaban las rodillas
Mirándola a los ojos el Dr. Gin revolvió sus dedos dentro de ella, asegurándose de acariciar en el camino su punto G. Laura se retorció de placer y un claro gemido escapó de su boca delante de todos ellos.
-Bien... queda demostrado sin mas palabras el origen de la humedad, doctores...- dijo arrojando la bombacha al medio de la mesa también.
-Laura. Tiene hasta las 07:00 de mañana para prepararse para salir a la superficie. Si no lo hace antes de esa hora, el personal de seguridad y sus propios asistentes se ocuparán de que así sea.- sentenció Gin
-Pero Dr.... necesitaré un traje contra la radiación...- protestó ella buscando excusas para aplazar su exilio
-Según recuerdo 273 no llevaba ningún traje. ¿Sabe Ud como hacia para soportar la radiación?-
-Eso era el trabajo de mi tesis...- respondió ella ofendida
-Bien... utilícelo...- indicó
-Y dado que no tiene tarjetas de acceso a ningún nivel, y antes que quede deambulando por los pasillos, le sugiero que nos comente su teoría. Al menos de este modo sabrá que velaremos por el espécimen 274.- dijo él sonriendo y tomándola por la desnuda cintura
Laura tragó saliva. Nuevamente no tenía alternativa. Sabía lo que tenía que hacer.
-He detectado que luego de la cópula de los especimenes femeninos con ciertos tipos de mutantes, y en un momento que aun no logramos definir entre el apareamiento y la inseminación, el espécimen se vuelve resistente a la radiación.- comunicó
-Tiene algunos efectos colaterales indeseables, y era en eso que estaba trabajando, en buscar una cepa nueva que me permitiera aislar esos efectos indeseables.- continuó
-Efectos indeseables como cuales...- preguntó Gin
-Ninfomanía, desorientación espacio temporal, alucinaciones.- indicó ella
-Bien. Nada mortal. Serán costos que tendrá que evaluar antes de salir a la superficie y quemarse agónicamente en cuestión de minutos.- le dijo mirándola a los ojos
Laura mordió su labio con nerviosismo. Si al menos hubiera tenido tiempo de perfeccionar la vacuna, no tendría que exponerse a esto ahora. No podía arriesgarse en si misma con una vacuna no testeada, y le quedaba una única salida.
De repente, casi llorando Laura se colocó de rodillas delante del Dr. Gin. Su hermoso cuerpo desnudo se veía aun más hermoso en esa posición sumisa, y su rostro era enternecedor.
-¡¡Por favooor...!! ¡¡No me hagan pasar por esto!!- rogaba
Con rostro serio, el Dr. Gin miró de reojo a Laura y al consejo. Nadie se había inmutado. Todos sabían que no era mas que un ardid femenino, un jugarse a todo o nada y ver si prosperaba. Sabía también que hubiera podido obtener cualquier cosa de ella en ese momento, y de solo pensarlo su erección se hacía más fuerte. Sin embargo supo controlarse.
-Laura... Laura... Lo único que estamos pidiendo es que salga al rescate del espécimen 273. Si lo hace, creo que todos estaremos de acuerdo en rever su caso.- dijo él acariciándole las mejillas.
Laura se quedó mirando el piso, derrotada en su última maniobra. No le quedaba nada por jugar, estaba sentenciada. Su mente oscilaba entre noches enteras de fantasías a punto de cumplirse, y el terror. Un pánico atroz a no poder controlarse nunca más.
-Esperamos su decisión Laura. El tiempo corre.- le dijo Gin interrumpiendo sus pensamientos
Laura levantó la vista. No tenía más sentido continuar resistiéndose.
-Prepare una prueba tipo 3 con un mutante M15- dijo finalmente ella
-¿El consejo aprueba ese pedido?- preguntó el Dr. Gin
Todos levantaron la mano en votación positiva. Gin tomó un teléfono y preparó todo. Unos minutos mas tarde, un par de ayudantes tocaron a la puerta. Ante su sorpresa les fue entregada en carácter de prisionera el espécimen 274, la ex Dra. Laura Sánchez. Colocándole unas esposas, la tomaron por los codos y salieron de la habitación.