RAD - Capítulo 05 de 20
Este es mi primer relato con una orientación Sci-Fi. Muy inspirado en los tradicionales hentai japoneses transcurre en un futuro apocalíptico imaginario donde la radiación ha hecho casi inhabitable a nuestro planeta. Espero les interese la propuesta y obviamente me interesan los comentarios
Capitulo 5
Durante los siguientes días Patricia continuó viviendo dentro de la celda donde había permanecido cautiva. En sus períodos de sopor (que a veces ella sospechaba eran inducidos), volvía a sentir entre sueños el cuidado de alguien que la limpiaba, la alimentaba y procuraba que todo estuviera bien.
Una de las veces que despertó se encontró con las dos criaturas sobre su cuerpo, sorbiéndole los pechos. Habían crecido algo en tamaño, pero su tacto continuaba estimulándola dulcemente. Antes de dejarla, alguno de los dos se posaba sobre su pubis, acariciaba su vello púbico y comenzaba a derramar el gel sobre su sexo y estimularle el clítoris con sus apéndices. Siempre cuando se retiraban Patricia quedaba entre orgasmos y los observaba irse desde sus ojos mojados de lágrimas de placer.
Muy pronto Patricia descubrió una compuerta de unos 20cms de lado por donde salían las criaturas. Eran metálicas, parecían ser controladas desde algún lado, pero observando mejor pudo encontrar un botón a un lado. Esta vez fue ella que oprimió el botón. Observó como la puerta se abría lentamente y se colocó con sus piernas abiertas frente a la puerta.
Tal como lo había imaginado, las dos criaturas se asomaron por la puerta abierta y lentamente se acercaron hacia ella. Patricia estaba nerviosa, pero por sobre todas las cosas ansiosa. Con su cabeza apenas levantada los vio venir. Luego recostó la cabeza hacia un lado y cerró los ojos. El primer contacto fue en sus pantorrillas, húmedo, cálido, que le provocó un temblor de deseo y ansiedad en el cuerpo. Las criaturas se movían lentamente, se subían a sus piernas y avanzaban con determinación hacia su pubis.
-Vengan... vengan con mami... - pensaba ella en feroz deseo
Lentamente avanzaban por la rodilla de ella, mientras que Patricia sentía como su vagina se mojaba sin control. Caminaban por sus muslos, propinándole un placer increíble con sus caricias.
-Hmmm... uhh... sii... mas arriba.- suspiraba ella
Para cuando ambos llegaron a su pubis Patricia acariciaba sus pezones erectos, pellizcándolos. Los deseaba, los quería dentro de ella de ser posible.
La criatura de la pierna derecha comenzó a situarse sobre su pubis y Patricia abrió los ojos de repente cuando sintió que abría sus vellos y comenzaba a derramar su gel sobre la zona. Inmediatamente que sintió el cálido fluido sobre ella, sus labios externos fueron abiertos y sintió con total conciencia como el líquido se derramaba dentro de ella y la ponía en un estado de excitación incontrolable. Su vagina era un lago ya entre sus propios flujos y los fluidos de la criatura.
Patricia comenzó a gemir como una hembra descontrolada. La criatura sobre ella había encontrado su clítoris y se deleitaba jugando con él de formas que Patricia jamás había sentido antes. Cada vez lo hacían mejor, y Patricia se había vuelto adicta a ellos.
La otra criatura había reptado un poco más lento y sin que Patricia se percatara había descendido de su pierna. De repente, sucedió algo inesperado por Patricia. La segunda oruga abrió su parte frontal y desde allí desplegó un apéndice que comenzó a refregarse por el sexo de ella.
-¡¡Ohhh Diosssss!!- exclamó ella sorprendida
El apéndice no tardó mucho en abrirse camino en la palpitante y jugosa entrada de Patricia, y antes de que se pudiera dar cuenta estaba dentro de ella. Al comienzo era apenas de unos dos centímetros de diámetro, pero a medida que iba frotándose dentro de ella crecía y se expandía hasta unos 5cms, provocando un delirio de orgasmos en ella.
Totalmente enviciada y descontrolada Patricia llevó sus manos a su entrepierna y tomando los bordes de su vulva entre sus dedos la abrió mas, permitiéndoles mas libertad de acción. La primera criatura aprovechó esa oportunidad y desplegando un apéndice similar al otro lo introdujo a un lado del mismo en la ya ocupada vagina de Patricia. Lentamente fue encontrando el espacio y muy pronto estuvo también dentro de ella.
Patricia estaba sumida en una sucesión constante de placeres y orgasmos. Su mente ya no controlaba su cuerpo. Solo su instinto más primitivo le demandaba más y más placer.
-Eso... eso... mas...mas...- susurraba ella
Casi como leyendo sus deseos, el segundo apéndice comenzó a engrosarse también. Patricia sintió como las paredes de su vagina se estiraban una vez más a su límite, pero un extraño deseo la impulsaba a querer más de ello.
-Uhhh... me van a romper, cositas... Si... más, más... que a mami le gusta...- deliraba ella.
Cuando el segundo apéndice llegó a su ancho máximo, los dos comenzaron a entrar y salir de dentro de ella. Patricia enloquecía de placer y solo podía tomarse del piso con las manos abiertas, como temiendo perder el equilibrio.
Varios orgasmos sacudieron a Patricia antes de que las criaturas se decidieran a salir lentamente de dentro de ella. Totalmente extenuada pero con su rostro feliz Patricia yacía exhausta en el mismo lugar donde todo había comenzado. Sin embargo, las criaturas no habían terminado aún. Con la misma lentitud que antes volvieron sobre el cuerpo de ella, avanzando sobre el agitado vientre y subiendo cada uno a uno de los pechos.
-Gracias... gracias...- murmuraba ella
Cuando se posaron sobre los pezones de ella Patricia pudo sentir con claridad la succión, y se sorprendió al sentir como algo de leche salía de sus pechos. Los observó succionarla y un dulce placer la invadió.
Durante algunos minutos succionaron de ella, y ella los observó dejándolos alimentarse. Luego, los mismos apéndices volvieron a aparecer, y para sorpresa de Patricia buscaron su boca. Al principio ella esquivó los intentos, pero movida por la curiosidad, el deseo, y sobre todo por el reciente placer abrió su boca ante uno de ellos.
Casi como si fuera sexo oral Patricia lamió y sorbió el apéndice sintiendo con sorpresa que el gusto era algo parecido al de un pene humano y la sensación no le desagradaba. Durante varios minutos alternó en sorber a uno y otro, sintiendo como engrosaban su forma y avanzaban a veces hasta su garganta.
Lo sorprendente fue cuando uno de ellos derramó un abundante chorro de líquido dentro de ella. Al principio Patricia se sorprendió, pero luego saboreó todo ese líquido encontrando su consistencia y sabor bastante parecidos al semen de alguno de sus novios. El otro no llegó a su boca, y aunque una gran cantidad cayó dentro de ella, también regó su rostro y sus pechos del pegajoso fluido.
Una vez que hicieron esto, las dos criaturas se fueron reptando lentamente hasta desaparecer detrás de las puertas, que se cerraron tras su paso.
Patricia, tendida de piernas abiertas en el piso y con los restos de fluido sobre su rostro, sonrió y ovillándose allí mismo sintió el efecto sedante de fluido que acababa de tragar y se durmió plácidamente.