RAD - Capítulo 02 -

Capítulo 2

En cuanto Patricia escapo de la sala, aún dolorida en su sexo por la salvaje penetración del monstruoso ente, se recostó a descansar unos minutos. Con sus espaldas pegadas a la pared y mirando nerviosa en todas direcciones, no demoró mucho en retomar su aliento. Deseaba escapar de allí cuanto antes. Masajeándose el pubis, intentaba relajar su entrepierna para poder continuar. Finalmente se puso de pie y comenzó a caminar por el oscuro corredor que continuaba la sala donde ella estaba.

Caminaba a distancia prudencial de ambas paredes, como temiendo encontrarse con esa cosa en cualquier momento. Finalmente llego al final del túnel y solo una puerta metálica oxidada quedaba delante de ella. Con mucho temor oprimió el botón e intento abrirla. Delante de ella, un recinto muy similar a un ascensor se abrió ante sus ojos. Parecía ser un viejo ascensor que aun funcionaba. Sin muchas alternativas Patricia se metió dentro y examinándolo bien primero, decidió oprimir uno de los botones. Las puertas se cerraron y un potente gas somnífero inundó el recinto.

Cuando Patricia despertó nuevamente su cabeza le dolía incipientemente. Intento incorporarse, pero su torso estaba amarrado a algo. Una luz potente daba sobre sus ojos sin permitirle ver nada a su alrededor. Intentó mover sus brazos para ver que era lo que la retenía, pero sus brazos, y también sus piernas estaban atrapados. La desesperación comenzó a envolverla y sin poder hacer otra cosa gritó.

-¡Socorro! ¡Alguien que me ayude!-

Con sus manos crispadas, comenzó a reconocer donde estaba. Palpando sintió que se trataba de algún tipo de camilla médica. No era metálica, ya que se la sentía cálida en el contacto con su piel. Algún tipo de correas del mismo material retenía su torso, justo por debajo y por arriba de sus pechos desnudos. Sus piernas estaban abiertas, una separación de algo más de un metro distanciaba sus tobillos. Intentaba cerrarlas sin éxito tampoco. Podía sentir varios puntos de sujeción, en sus tobillos, debajo y arriba de sus rodillas, y en su cintura. Era imposible para ella hacer ningún movimiento.

De repente escucho una voz y sus ojos giraron esforzándose por identificar el sujeto. Detrás de la intensa luz se hacia muy difícil, pero Patricia lo intentaba.

-El espécimen 273 ha recobrado la conciencia. Alerten a la Dra. Sánchez- escuchó decir a una voz masculina

-¿Dónde estoy? ¿Quienes son Uds.? ¿Porqué me ataron?- preguntó

Se escucharon algunos pasos más en la habitación. Ya no era una sola persona la que estaba con ella. A medida que sus ojos se iban acostumbrando a la luz, podía distinguir la indumentaria de las personas que la rodeaban. Parecían médicos por sus atuendos.

Por un momento Patricia sintió aliviada que quizás había sido rescatada y estaba en la base nuevamente. Pero no podía reconocer a ninguno de ellos. Tampoco el lugar le resultaba familiar.

Un extraño zumbido le llamó la atención. Un aparato con luces verdes y azules parecía estar escaneando su cuerpo.

-No hay signos de contaminación de ADN. Radiación en niveles normales- dijo nuevamente el hombre

Un ligero pinchazo en su dedo le indicó que probablemente habían extraído su sangre para analizarla.

-Extracción de sangre en proceso. Analizando...Niveles vitales normales. Edad del espécimen 19.54 años. Nivel hormonal ligeramente elevado...-reportó el hombre

-Procedan a la inspección vaginal y anal.- ordenó la mujer

-No... Por favor. Estoy bien...- intentó detenerlos ella

Como si ella no existiese allí, el hombre tomó un aparato que colgaba del techo. Su forma fálica no dejaba lugar a muchas dudas sobre su uso. Patricia tensó sus piernas intentando cerrarlas, pero allí estaba, totalmente expuesta e indefensa, mientras el hombre abría su sexo con sus dedos e introducía el instrumento dentro de su sexo. La sensación era agradable, quizás demasiado agradable... Su forma, una ligera vibración en su funcionamiento y un ligero calentamiento por la luz que producía dentro de ella, lo hacían sentirlo excitante.

-Ohh Diossss...saquenme eso.- rogaba

-Laceraciones menores, rastros de un espécimen tipo M8. Impregnación negativa. Abundantes restos de un fluido tipo P5. Fertilidad 100%.- dictaba el

-Remuevan los restos del P5- se escuchó

Del extremo del instrumento dentro de ella, comenzó a fluir un extraño y cálido liquido. Era como una constante eyaculación dentro de ella. Muy pronto toda su vagina estuvo llena del líquido, y este comenzó a escurrir lentamente por el borde de sus labios, recorriendo sus muslos hasta caer por sus nalgas. Toda la situación era tremendamente estimulante, y Patricia hacia vanos esfuerzos por controlarla.

-Nooo... esto no me puede estar pasando...- gemía Patricia

Con sus manos crispadas y tomadas fuertemente de la camilla y su pubis sacudiéndose violentamente, Patricia sintió como algo mas exploraba su ano.

-Nooo... por ahí nooo.- suplicaba intentando en vano cerrar sus piernas

-Comenzando inspección anal.- recitó el hombre

-Evidencia de laceraciones provocadas probablemente también por un espécimen tipo M8. Dilatación anal óptima. Conducto rectal no impregnado. Zonas de estimulación sexual funcionales.- continuó

-Ya basta... ya no maaaas.- suplicaba Patricia

-Se detecta un alto nivel de energía corporal. Aumento de temperatura y pulsaciones. Frecuencia respiratoria alterada. Prepárense a medir la respuesta sexual del espécimen.- agregó

-Sistemas preparados...- se escuchó detrás

-Noo… nooo puedo... masss.- dijo Patricia sintiendo que el orgasmo se avecinaba inevitablemente

-Ahhhh...ahhh... aaah....- gritó Patricia mientras su cuerpo se deshacía en un poderoso orgasmo

-Nivel de respuesta óptimo: 8.98.- acotó alguien

-Quiten los apéndices de prueba. La hembra ha pasado las pruebas.- dijo la Dra. Sánchez

Patricia apenas se recuperaba de la devastadora sensación que había recorrido su cuerpo y escuchaba las voces a lo lejos.

-Ingrésenla al sistema. Agéndenla para una prueba tipo 3 dentro de 2 horas.- agregó la Dra.

-Noo... por favooor. Necesito regresar a mi base.- suplicó Patricia

Las luces de la habitación se apagaron mientras alguien le colocaba una mascarilla en su rostro. Sin poder hacer nada para evitarlo Patricia cayó profundamente dormida.