Rachel 3: él hizo de mí su puta de lujo
Querido marido. Me ha sido muy fácil conseguir que tu amigo se corriese cuatro veces dentro de mí, aún conservo sus chorros de esperma en la vagina; la conservo por si quieres comprobarlo.
Me sentía cansada, la tremenda “ paliza “ que me había dado el moreno momentos antes me dejó para el arrastre. Si bien me hizo disfrutar como una perra en celo, no es menos cierto que yo había sido usada como moneda de cambio en alguna oscura transacción. Esa reflexión hizo sentirme sucia y solitaria; mi propio marido me entregó a otro hombre, me encogí sobre mi misma lloriqueando. Lo tengo claro que para él solo soy basura, bueno, para él y sus correligionarios del partido que se habrán divertido la ostia con sus risas y comentarios humillantes.
Escuché abrirse la puerta de entrada de la casa, momentos después Thomas sentado en un extremo de la cama acariciaba con su mano fría, mis mejillas.
- Lo has hecho muy bien, brujita. Termino de recibir un mensaje de Lat dando el OK al contrato de hidrocarburos. - musitó en mi oído - Te dije que iba a ser fácil y que tú disfrutarías ¿ verdad ?.
- Verdad, querido marido. Me ha sido muy fácil conseguir que tu amigo se corriese cuatro veces dentro de mí, aún conservo sus chorros de esperma en la vagina; la conservo por si quieres comprobarlo. - respondí de espaldas a él acurrucada, susurrando.
- Eso no era necesario, Rach. Bien sabes que siempre he confiado en ti, en mi mujer. - se inclinó sobre mis labios.
- ¿ Confías en la puta de tu mujer ?. ¿ En la casquivana que siempre está abierta de piernas para tragar lo que a tus invitados se les ocurra meter ? - le di un codazo apartándolo mientras gritaba. Miré sus ojos con profundo desprecio. - Me has hecho sentirme como una mierda. Estoy segura de que tus colegas de partido se estarán riendo todavía.
- Vale Rachel, ¡ tampoco es para que te pongas así !. He estado sentado en un banco del jardín cercano, helándome. - explicó - Esto queda entre tú y yo, y el negro, claro. La firma del contrato de hidrocarburos significa varios millones de dólares, de los cuales obtendremos una importante comisión.
- ¿ Obtendremos ?, querrás decir obtendréis. De esa importante comisión ¿ cuánto le toca a la sujeta pasiva ?. Me refiero a la puta de las piernas abiertas: a mí. – ladeé la cabeza frunciendo mis morros.
- Cielo, la comisión será para los dos. Formamos un buen equipo, lo tuyo es mío y viceversa. - soltó una carcajada.
- ¿ Cuánto Tom ?. Déjate de viceversas porque la que se abre de patas soy yo.
- Pues ... deja que piense. Sobre los cincuenta mil $, por lo tanto fifty – fifty, veinticinco mil para cada uno.
- De 50 -50 por ciento nada, Tom. 80 – 20, a fin de cuentas tú solo eres la madam, o el chulo, como te sientas más cómodo.
- Buuff - resopló - además de ser un putón eres una manipuladora. ¿ Sabes lo qué te digo ?. Que en el futuro los clientes te los buscarás tú.
Discutimos acaloradamente durante media hora. Al final llegamos a un acuerdo: 70–30.
Mientras Tom cambiaba las sábanas de la cama, me duché. “ Al final voy a ser su puta. En realidad voy a hacer lo que más me gusta: follar. Con la notable diferencia que lo haré cobrando y por lo que me decía Tom deduje que habían muchos clientes a la vista y las posibilidades de negocio eran inmensas “.
- Rachel, lo último que quiero es que te sientas mal. Aparte de ser tu chulo siempre debes recordar que soy tu marido, que siempre estaré a tu lado para cualquier cosa que necesites. ¡ Qué te quiero !. – besó suavemente mis labios, tumbados en la cama.
- Lo sé Tom, también yo te quiero. Pero sabes que tu mujer es muy sensual, necesito sentirme penetrada todos los días. – miré sus ojos con ternura - Eres la persona en la que más confío, aunque en lo referente al sexo eres excesivamente tranquilo.
- Asunto resuelto, Rach. Mañana mismo alquilo un apartamento en el que tendrás tus citas, mientras tanto utilizaremos un hotel. ¿ Crees estar preparada para mañana en la tarde ?. – inquirió muy sonriente.
- Supongo que ya tienes preparado un nuevo amigo. – le sonreí - Siempre estaré preparada para quien tú me traigas, incluso lo estoy para hacer jornada doble. Vale, Tom, el moreno me ha destrozado la cueva pero me apetece que me la acaricies con tus labios, notar ese querer que dices sentir por mí.
Como nos habíamos pasado la última hora discutiendo de números, decidimos hacernos un fabuloso 69. Nunca antes había sentido a mi marido tan entregado a mí, ni de sentirme tan suya. ¡ Lo que es la vida !. Había bastado con hacerme puta para despertar su irrefrenable deseo. Debo aclarar que no le cobré ni un penique.
- Kate, tenemos que hablar. - miré a mi socia mientras tomábamos café en la terraza del bar de la esquina - A partir de ya, las tardes he de quedarme en casa. Tom cada vez adquiere más compromisos sociales: que si cenas, que si meriendas, té de las cinco; ya sabes como funciona esto de la política, necesito atender a sus invitados o acompañarlo a sus asuntos.
- No problem, cielo. Aunque sería conveniente que contratásemos un ayudante, tú eres la creativa y yo no tengo zorra idea de lo que tú haces tan bien. Bastante tengo con buscar clientes y atenderlos como Dios manda. – explicó con una encantadora sonrisa.
Mi móvil me avisó de la entrada de un mensaje. Lo leí y era de Tom; una cita con uno de sus “ amigos “ para esta misma tarde a las seis en un hotel, del que me daba la dirección.
- ¿ Ves lo que te decía, Kate ?. Tom me ha enviado un mensaje, esta misma tarde he de atender a un client ..., quiero decir a sus amigos. ¡ Ya no sé ni lo que me digo !.
Terminamos los cafés y regresamos a la oficina. En cuanto estuve a solas llamé a mi marido.
- Tom, ¿ esta misma tarde ?. Jo, veo que no has perdido el tiempo, pero estoy hecha polvo. - me quejé - apenas hemos dormido.
- Ya tendrás tiempo de dormir, Rachel. El negocio es el negocio y este es bastante bueno. 12.000 euros por dos o tres horas. – respondió regañándome - Te avisé qué debías estar preparada en todo momento. Así que no te quejes, voy a hacer de ti una puta de lujo .
- Pero, tú estarás conmigo ¿ verdad ?. - más que una pregunta era una súplica.
- Hoy sí, al menos hasta que llegue el cliente puesto que no os conocéis. Mira, Rach, te espero a las 5,30 en la cafetería del hotel y te explico de qué va el asunto. - dijo con tono autoritario - Pero métete esto en tu cabecita: tú te llevas el 70%, así que tendrás que aprender a arreglártelas solita . En los negocios solo soy tu chulo, bastante hago con buscarte los clientes. – colgó.
La dureza de sus palabras me atravesaron el alma. Mi marido se había convertido en el chulo de una puta de lujo, como yo le exigí anoche mientras discutíamos sobre las condiciones de su porcentaje en la tarifa de mis “ servicios “ . Llegué a nuestra casa sobre la una del mediodía, almorcé una ensalada y varias piezas de fruta, elegí el vestido que llevaría a mi cita y me tumbé en el sofá. A las cuatro sonó la alarma del despertador del móvil, me duché, me puse guapa y tomé un taxi con dirección al hotel. Diez minutos antes de la hora convenida con mi marido, entré en la cafetería y él estaba sentado en una mesa, esperándome y bebiendo no sé qué.
- Estás muy guapa, Rach. Aunque tú siempre lo estás.
- Cariño, aunque solo sea por esta vez no me dejes sola, por favor. – acaricié su mano - Estoy muy nerviosa.
- Debes acostumbrarte, cielo. Cuando te follen simula que eres una señora , en vez de una puta. Piensa qué el que está entre tus piernas es uno de los muchos que te has ventilado antes de constituir nuestra sociedad.
Retiré mi mano de la suya y alcé mi mentón.
- No es necesario que me recuerdes en cada frase, lo que soy. – lo miré con dureza - ¿ Tu amigo es otro negro ? ¿ o este es chino ?, aunque me importa un pimiento, yo no soy racista.
- Tú limítate a abrirte de piernas y ser cariñosa. A contentarlos en lo que te pidan, porque en este negocio funciona el boca a boca, es la mejor publicidad. Te pagarán en efectivo, euros o dólares. Si alguno se encapricha con tu culito, eso aumenta la tarifa en tres mil más. Ya tengo cobrado el 50%, 6.000. Finalizado el servicio te pagarán el resto, 6.000 o 9.000, depende de lo que te hagan, siempre en efectivo.
- Me lo has dejado muy claro, Tom. Boca y coño 12.000, culo 3.000 más y ... – sollocé con amargura, limpié mis lágrimas con el pañuelo y continué resuelta - y si me muerden un pezón y me lo arrancan, ¿ que extra debo pedir ?, ¿ chulo de mierda ?.
Tom no tuvo tiempo para responder. Se levantó de la silla y estrechó la mano de individuo que se acercó a nuestra mesa. El individuo vestía una chilaba que disimulaba un gran barrigón.
- Os presento. Jeque Alí, Mery . - dijo señalándonos a los dos. Yo extendí la mano y el Jeque se limitó a bajar su mentón, con lo que me quedé con la mano en el aire y las tripas revueltas. Comenzaron a hablar en un extraño idioma que no reconocí.
- No ... no ... habla inglés. – tartamudeé nerviosa, cuando terminaron de hablar.
- No Mery, ni falta que hace. Se me olvidó decirte que este es tu nuevo nombre, Mery. Quiere el servicio completo, así que ya sabe que la tarifa son 15.000. Parece que le has gustado. Deberá pagarte 9.000, recuerda, siempre en efectivo. Pórtate bien. – dio media vuelta y, mi marido, se largó.
El Jeque extendió su brazo señalando a la recepción, donde le entregaron la tarjeta de la habitación; mientras subíamos en el ascensor yo temblaba muy nerviosa, apretando con las manos mi pequeño bolso sobre mi vientre mientras miraba de reojo su cara adornada con un gran bigote y una perilla sobre el mentón. El tío no sonreía ni a la de tres, mantenía un gesto hosco y una mirada oscura.
La habitación era una enorme suite, una cama King en la que podían dormir, al menos, seis personas tranquilamente y abundantes flores y frutas. También observé una cubitera con dos botellas de champan. Sin saber como empezar la “ fiesta “, sonreí al Jeque y señalé con el dedo la puerta del lavabo en el que entré. No sabía lo que hacer, este iba a ser mi primer “servicio” como puta, si excluimos al del negro la noche anterior, pero aquello era distinto, estaba en mi casa y no era yo la que se ocupaba del cobro de la tarifa. ¡ Cuanto antes empiece, antes terminaré !. A este lo escurro y lo dejo seco en menos de media hora, me dije a mi misma. Decidida me quité el vestido y solo con mis diminutas bragas negras con encaje y las sandalias salí directa hacia la cama, me tumbé y me desprendí de las bragas y las sandalias; abrí mis piernas de par en par.
Alí sorbía una copa de champan, señaló la botella y con un gesto parece que me preguntó si quería una copa. Yo negué con la cabeza, ¡ eso me falta que además de puta me convierta en borracha !. El Jeque se quitó la chilaba quedando desnudo a excepción de un bóxer negro, del que se desprendió de inmediato. Puso sus brazos en jarras y me miró torciendo su boca con una presunta y ridícula sonrisa. Le devolví la mirada y mi encantadora sonrisa, más falsa que una moneda de siete euros. Si excluimos el flotador que tenía por cintura, el resto del cuerpo resultaba aceptable, bastante musculado y con un miembro colgante, más que respetable.
- Nice - susurró “ bonita “ en un chapucero inglés, tras montarse sobre mi cuerpo entre mis piernas abiertas y con su boca a pocos centímetros de la mía.
- Thanks , Alí. – respondí “ gracias “ en un perfecto inglés made in Oxford .
Introdujo sus labios entre los míos y su lengua enlazó la mía en un ardiente beso entre gruñidos y suspiros. Mientras su mano amasaba mis pechos, suspiré repetidas veces pensando en la lista de la compra que debía hacer mañana mismo, ¡ que no se me olviden las aceitunas sin hueso con anchoas !, que a Tom le gustan mucho y a mí también, jo. Suspiré intensamente en la boca de Alí, satisfecha por lo de las aceitunas. El Jeque tras juguetear con mis pezones, mordisqueándolos hasta lograr que se pusiesen erectos y duros como garbanzos, decidió que ya era hora de demostrar su hombría y no parecer una nenaza.
Se arrodilló entre mis muslos y hurgando con los dedos separó mis labios vaginales y apoyó entre ellos la bola que coronaba su dura polla que entró en mí con sorprendente facilidad. Aunque el tamaño del glande y el tronco, nada tenían que ver con el del negro de anoche, Alí lo utilizaba con maestría frotándolos en mi paredes vaginales, retorciéndolos y metiéndola hasta el fondo. Mis caderas empezaron a bailar, moviéndose al ritmo de sus furiosas embestidas mientras la fuente que dormitaba en el fondo de mi intimidad fluía con abundancia soltando chorros de mis flujos y otros líquidos. Mis manos agarraban la espalda del Jeque, intentando acercarlo más a mi tembloroso cuerpo, cuando la punta de su nabo golpeó mi clítoris solté un alarido y entre convulsiones tuve mi primer orgasmo.
Alí seguía maltratando mi cueva con la furia de un guerrero en plena batalla. Sentí su corrida en mi útero y los espasmos nos envolvieron a los dos. Así seguimos durante mucho rato, follando como animales sin tregua alguna. Tras varios orgasmos de los dos, yacieron nuestros cuerpos sobre la cama, descansando y recuperando energía.
Tras limpiar mis muslos y mi chorreante sexo con sus lamidas, Alí me dio un doloroso cachete en mi nalga derecha.
- ¡ Ass ! - gruñó a la vez que con sus brazos me ponía boca abajo.
- ¿ Quieres mi culo, ya ? - pregunté girando mi cabeza y señalando con el dedo mi maravilloso culete, ¡ No lo digo por qué yo esté delante, pero mi trasero es encantador !. No servía de nada explicarle lo de la crema lubricante u otras tonterías; él no me iba a entender. Así que me puse a cuatro patas con el culo en pompa.
- Alí, be careful the asshole is narrow. – traté de explicarle que tuviese cuidado con mi estrecho ojete, señalando mi agujero y uniendo el dedo índice y el pulgar.
Él dio un gruñido y asintió con la cabeza. Abrió mis glúteos con sus manos y apoyó el glande en mi delicado ano. De un salvaje trompazo la metió hasta el fondo de mis entrañas; grité como una loca retorciéndome de dolor. Pero ni gritos, ni dolor, ni puñetas; siguió taladrando mi agujero hasta que inundó con sus chorros de leche mis intestinos.
Apoyada mi espalda en la cabecera, sorbía sonriente una copa de champan. Alí se estaba duchando; yo me sentía satisfecha de mi estreno como puta de lujo, estaba muy segura de que mi primer cliente había disfrutado con mi cuerpo. También yo había disfrutado, quizá demasiado; en el futuro debía ser más cuidadosa y controlar mis orgasmos, no creo que sea saludable correrme tantas veces día tras día. Alí salió de la ducha vestido con la chilaba se dirigió a la mesa en la que tenía una bolsa de cuero, me miró y encogió su dedo índice llamándome. Me acerqué a él, moviendo airosamente mi cuerpo desnudo, me entregó la tarifa en billetes de 500 que yo conté. Los billetes ascendían a 12.000 $, que sumados al anticipo que Tom recibió, mi sesión con Alí nos había reportado 18.000 $. Wuaaauuu.
- This is too much. - es demasiado, le dije sorprendida.
- You beautiful. – me llamó hermosa, a la vez que levantaba su dedo pulgar.
- You are beautiful too. – respondí poniéndome de puntillas y besando dulcemente sus labios.
El espléndido Jeque desapareció por la puerta de la suite.
Los días pasaban rápidos y los clientes aumentaron con la misma rapidez. Un mes después estaba totalmente agotada, ni siquiera los domingos podía descansar.
Necesito ayuda, un refuerzo que me permita reponer fuerzas. ¡ En mala hora le dije a mi marido lo de doblar la jornada !. – pensé - El jodido se tomó mis palabras al pié de la letra; no solo doblé algún día, sino que en más de una ocasión tuve que atender a tres clientes el mismo día.
- Kate, quiero contarte una cosa ..... - miré con una cálida sonrisa el bonito rostro de mi socia de la agencia de publicidad, mientras tomábamos café en el bar de la esquina.