Rachel (2)

Esta es la continuación de mi historia y mi despertar sexual junto a mi primita.

RACHEL (Segunda parte)

Los días siguientes fueron un martirio para mi, Rachel me evitaba por todos los medios, y Trisha, mi hermana mayor se dio cuenta de ello, empezando a mirarme con suspicacia, a veces levantaba la vista y la sorprendía mirándome con el ceño fruncido…maldición, todo esto estaba destruyendo mi sistema nervioso….a los 14 años no hay mucho por hacer, me faltaba la malicia y la astucia para capear el temporal…así que solo me quedaba esperar a ver que desenlace tenía todo este asunto.

Solo en las noches encontraba un poco de sosiego, en la soledad y oscuridad de mi cuarto, me masturbaba furiosamente mientras a mi mente volvían las imágenes de lo que había acontecido en la caverna aquella tarde. Me recreaba recordando mi pene restregándose contra su duro trasero, y mis manos recorriendo parte de su cuerpo y esos senos mullidos y firmes al mismo tiempo. Me encontraba enfebrecido y frenético y no sabía como abordar a Rachel, por miedo a que ella me rechazara o esta vez si les dijera algo a mis padres…mi vida se estaba convirtiendo en un martirio.

Mas he aquí que un buen día, mientras estaba limpiando los establos, vi cerca de allí a Trisha y Rachel…ellas estaban conversando en voz baja, cabeza con cabeza, y de cuando soltaban algunas risitas, en eso repararon en mi, y vi que mi hermana acercaba sus labios al oído de Rachel y le decía algo. Noté que Rachel enrojecía, pero le respondía de la misma forma y luego ambas me miraban y se reían, tapándose la boca, para no hacer mucho escándalo.

Me llené de furia, esas dos se estaban burlando de mi,… mal terminé de hacer el trabajo que me habían encomendado, y me dirigí hacia la casa. Al pasar delante de ellas con cara de pocos amigos, mi hermana se rió al verme de ese talante, pero noté que Rachel se azoró e hizo intento como de decirme algo, pero no se atrevió y sólo bajó la mirada. Tomé unas toallas y algunos artículos de aseo personal y me dirigí a la caverna, necesitaba refrescarme un poco. Al llegar noté que no había llevado conmigo un traje de baño, mi rabia no me hizo dar cuenta de ese detalle.

Bah! No importa…-dije para mis adentros.

Total, estoy solo aquí y nadie puede verme. Tomé una especie de ducha primero en una pequeña caída de agua que había un poco mas adentro de la caverna. El agua estaba helada, pero ayudó a que se me pasara la furia. Luego, ya limpio del sudor y del polvo, me metí a la poza y cerré mis ojos tratando de relajarme un poco.

Pasó así algo más de media hora, cuando entre sueños me pareció escuchar ladridos de perros

Me habrán seguido mis perros?..-pensé.

Y seguí recostado, cuando de pronto escuché risas de mujeres y carreras

  • Maldición, mis hermanas…y yo completamente desnudo.

Traté de incorporarme y correr hacia mis ropas, pero fue demasiado tarde, ví las sombras que se recortaban contra la entrada de la caverna y las voces de mis hermanas y de Rachel, lo único que me quedó fue dejarme caer nuevamente y sumergirme hasta que solo quedó mi cabeza por encima del agua.

-Caramba, que bien que te la estas pasando…cualquiera avisa…-dijo Trisha.

-Pero para que veas que no somos egoístas como tú, traemos merienda y todo eso.

Yo solo reparaba en Rachel, y notaba que ella me miraba de reojo, mientras jugaba con mis hermanas menores. Como si recién repara en eso, mi hermana exclamó:

Diantres, nos olvidamos traer frutas para el postre…iremos a recoger algunas zarzamoras cerca al río.

Rachel cogió una cesta y se dispuso a acompañar a mis hermanas, pero Trisha la detuvo diciéndole:

Tu no Rachel, quédate haciendo compañía al pelmazo de mi hermano y de paso vas ordenando la merienda sobre el mantel para que todo esté listo a nuestro regreso.

Rachel hizo un amago de protesta, pero mi hermana la interrumpió:

Posiblemente nos demoremos un poco, pues en esta época las zarzas todaví no están muy cargadas…así que no se vayan a preocupar…- remató con un dejo de picardía.

Yo la verdad no comprendía nada de nada, era lo suficientemente mocoso como

para darme cuenta de todo lo que estaba aconteciendo allí. Aparte de que el saberme totalmente desnudo bajo las aguas, me tenía por completo cortado. Ví que Rachel se afanaba en ordenar las viandas dándome la espalda, y cuando terminó y sin saber que mas hacer con sus manos, no le quedó mas remedio que voltear hacia mi, que hasta ese instante no había dicho ni pío.

-Está fresca el agua?..-la escuché decirme.

  • Si, esta muy agradable.

  • Me dejas que me meta contigo?...me preguntó al mismo tiempo que se uitaba con rapidez el vestido que llevaba puesto…empecé a balbucear torpemente, pues recordé que me encontraba desnudo, y antes que pudiera impedirlo, ella ya se había descalzado los mocasines y se sumergía en el agua, un poquito alejada de mi. Jugaba con sus manos haciendo ondas en la superficie, y me lanzaba miradas de reojo de cuando en cuando, yo por mi parte no me atrevía ni a respirar y trataba de hundirme mas en el agua. Ella empezó a chapotear con sus manos y eso provocó que me salpicara agua, después de muchos días volvía a escuchar su risa fresca y eso me alegró mucho. Le devolví las salpicaduras y así estuvimos jugando por un rato, pero sin moverme de mi sitio para nada.

-Jajajajajaja…me tienes miedo..- dijo ella.

Y se acercaba a mi, me aventaba agua y se volvía a retirar, en una de esas, al mismo tiempo que ella se acercaba, yo me incline hacia adelante para tratar de empujar la mayor cantidad posible de agua sobre ella. Rachel, al darse cuenta de mis intenciones, y agachada como se encontraba, trató de dar la vuelta en redondo, y al hacerlo, su manita rozó mi pene erecto…sólo fué un instante, pero ella retiró su mano al instante y roja de vergüenza hizo intento de incorporarse y salir del agua, pero con tan mala fortuna que resbaló en el limo del fondo y cayó de bruces en el agua, atragantándose y tosiendo. Nadé hacia ella y la abracé asustado:

  • Te encuentras bien?...le pregunté angustiado..

Ella no paraba de toser y escupir agua. Al rato se calmó y se me quedó viendo a los ojos, con los labios entreabiertos, no pude resistir la tentación y la besé. Era mi primer beso y el de ella…fué un beso torpe, pero maravilloso…ella había cerrado sus ojos y aunque no correspondía a mi beso, tampoco me rechazaba. Estaba usando otro trajde de baño de mi hermana, y este también le quedaba grande, y a estas alturas ya se le había aflojado y yo podía entrever el nacimiento de sus senos…al mismo tiempo que su muslo derecho apretaba firmemente mi pene desnudo, por la posición forzada en la que nos encontrábamos.

La volví a besar, y esta vez ella entreabrió sus labios, respondiendo a mi beso, me quedé viendo su hermoso rostro y le aparté unos rizos mojados que le caían sobre la cara, mi mano bajó por su cuello, y mirándola para ver si hacía alguna señal de rechazo, le fuí bajando los tirantes de su traje…quedando sus senos al descubierto. Dios, eran tan suaves…era como acariciar la piel de un bebé, acerqué mi rostro a ellos y los besé con dulzura, cogiendo sus pezones con mis labios, estirándolos y volviéndolos a soltar, mientras ella cerraba sus ojos y se abandonaba a mis caricias, suspirando quedito.

La llevé hacia la orilla y la recosté allí, cogí su traje el cual lo tenía enrollado a la cintura e hice intento de bajárselo. Ella cerró sus piernas inmediatamente, impidiéndomelo, pero con suavidad se las separé y ella esta vez se quedó quieta y se dejó hacer. Deslicé el traje por sus piernas, y ante mis ojos apareció su sexo en todo su esplendor, cubierto por una suave pelusilla oscura. Sus labios eran un poco abultados y se mantenían cerrados, aunque brillantes. Empecé a cubrir de besos su cuerpo entero: sus ojos, su cuello, sus senos, su vientre, hasta llegar a su sexo, olía delicioso y lucía henchido y entreabierto a estas alturas. Lo besé con devoción, y separando sus labios vaginales con mis dedos, hundí mi lengua en ella, que dio un salto y un gemido ahogado y se aferró a mis cabellos con desesperación. Besé, chupé, bebí con fruición los jugos que manaban de su fuente exquisita…mientras ella suspiraba y sollozaba, musitando mi nombre quedito y moviendo su cabeza sudorosa de un lado a otro:

Tommy..ya no..por favor..ahhhhhhhh…dios mío…que me haces?

En mis correrías por el campo había tenido oportunidad de observar a algunos peones tener sexo con mozas del rancho, así que no era tan ignorante en cuestiones de sexo…al menos tenía la teoría.

Rachel empujaba sus caderas contra mi rostro, tironeaba de mis cabellos (como duele

maldición, hasta ahora no sé porque diablos hacen eso) y jadeaba de placer. De pronto sentí como su cuerpo se tensaba, pequeños grititos salían de su garganta, y en medio de temblores de su cuerpo y sollozos apagados, su fuente explotó en mi boca, soltando un líquido espeso y salobre, el cual bebí con deleite, hasta la última gota. Ella se desplomó en el piso y su cuerpo se relajó, le acaricié su rostro y la besé dulcemente…luego me incorporé, y mientras observaba su rostro rojo y sudoroso y sus ojos vidriosos por el placer que acababa de experimentar, me acomodé entre sus piernas, las levanté y las puse sobre mis hombres, acerqué mi pene lo mas que pude a su sexo y me preparé para penetrarla. Mi sexo parecía un garrote de lo duro que estaba y apuntaba hacia el techo de la caverna, todo inflamado y amoratado. Rachel ya había reaccionado y me miraba con una mezcla de confianza y dulzura, la besé en los labios, cogí mi pene con mi mano y la dirigí a su cuevita afelpada, la cabeza de mi pene resbaló sin ningún problema dentro de ella, de lo lubricada que estaba, pero encontró un obstáculo…saqué mi pene lentamente y lo volví a hundir con un poco mas de fuerza…ella arqueó su cuerpo y lanzó un quejido..

Te duele mucho?...- le pregunté.

Me duele un poco…-me respondió.

Voy a tratar de hacerlo despacio…ok?..-le recalqué.

OK.

Volví a salir y poco a poco iba profundizando un poquito mas, hasta que en una de esas, puse todo el peso de mi cuerpo en el envión, y sentí como algo se rompía dentro de ella, al mismo tiempo que ella daba un grito:

AAYYYYYYYY…y empezaba a sollozar fuerte…la abracé asustado y le dije:

Lo siento, lo siento bebé..te hice mucho daño?

Ella solo sollozaba y no me daba la cara…Poco a poco se fue calmando y sus sollozos eran mas quedos…esperé un rato aún y empecé a moverme muy suavemente, aumentando el ritmo poco a poco, hasta que sentí que ella dejaba de sollozar y su respiración se hacía cada vez mas agitada…y estos se transformaban en suspiros y jadeos ahogados:

Ahhhhhhhhh….dios mio…que rico…que rico se siente…diooossssssss…-decía entre jadeos.

Yo a esas alturas ya estaba completamente desatado, y había abierto sus piernas lo mas que pude y empujaba como loco, levantándola en el aire con cada empujón. Rachel al rato también empezó a moverse a mi ritmo, y elevaba sus caderas a mi encuentro, cada que yo empujaba mi pene dentro de ella. Su sexo rezumaba líquidos y mi pene resbalaba con una facilidad tremenda, aunque sentía como su interior mullido quemaba y apretaba, haciéndome sentir en la gloria. Rachel se había aferrado a mis brazos, había echado su cabeza hacia atrás y lanzaba frases incoherentes y pequeños grititos de placer…su cara estaba enrojecida y congestionada, sus ojos cerrados y su boca entreabierta dejaba escapar sus jadeos de placer.

Yo sentía que mis testículos reventaban de lo duros que estaban, embestía con mas rapidez y sentía como algo muy fuerte nacía entre mis piernas…Era un placer inmenso que subía hasta mi cabeza cegándome. Hasta que con un seco tirón de caderas, exploté lanzando chorritos intermitentes de semen dentro de la cuevita de Rachel….Quien al mismo tiempo, lanzaba una especie de sollozo, se aferraba a mi pecho, mordiéndome con furia, desplomándose luego totalmente desmadejada..yo lancé un gruñido casi animal y me desplomé encima de ella.

Nos quedamos un buen rato así, abrazados y acariciándonos. Luego reaccionamos y tratamos de borrar toda huella delatora de su desvirgamiento, nos metimos a la poza y entre risas y juegos nos aseamos a conciencia. Muy a tiempo, pues escuchamos la voz de Trisha a lo lejos, como avisándonos de su cercanía. Nos vestimos a la carrera y las esperamos. Cuando llegaron, mi hermana nos miraba insistentemente. Yo me hacía el desentendido, pero Rachel no pudo evitar el sonrojarse, y de allí en adelante, por el resto de la velada, mi hermana nos lanzaba pullas y frases de doble sentido…pero a mi no me importaba, estaba la mar de feliz, y absolutamente nada mas me importaba en este mundo, que ver la sonrisa de felicidad de Rachel.

Al rato emprendimos el regreso a casa, y al contrario de la vez pasada, solo risas y juegos acompañaron nuestro regreso, mezclado con los ladridos alegres de nuestros perros…. En un aparte, le dije a mi hermana:

Te debo una, maldita manipuladora.

Y ni te imaginas como te lo voy a cobrar…- me respondió, guiñándome un ojo.

En esos momentos no estaba para adivinanzas, así que sin hacerle mucho caso, me acerqué a Rachel que nos observaba y tomándola de la mano, nos fuimos acercando al rancho…..CONTINUARA.

KODIAK