Quizas esta vez

Estaba demasiado cansado y muy aliviado por haber llegado a mi destino, arranque mi moto y me dirigí a la caseta que estaba a unos pocos metros de donde estaba el chico aquel, voltee para gritarle mi agradecimiento.

uenas Noches Chicos, se que hace mucho que no publico nada y que les debo una historia a todos los que tan amablemente me han seguido por tantos años y continuamente me piden que termine con Golpe por Golpe.

No se que pase a partir de hoy, pero creo que las Musas han vuelto a mi y sin darme cuenta descargue Word a mi PC y comence a escribir.

El titulo como la historia son espontanos, espero que sea de su agrado y poder continuarla.

Con Amor

  • S

Estaba a punto de alcanzarla justo cuando sentí como el suelo desaparecía y mi caída empezaba, abrí los ojos rápidamente y pude sentir unas manos que tiraban de mi hacia abajo.

Despierta – intentaba zafarme del fuerte agarre - ¡ya estoy harta! No puedes seguir así, estas acabándote, ¿Cuánto llevas aquí? Por Dios, apesta

La luz del sol me hizo apretar los ojos fuertemente y la colcha me fue retirada al tiempo que mis vellos se erizaron

Déjame Mamá – abrí los ojos y me levanté para tomar de nuevo mi cobija y cubrir mi cuerpo con la esperanza de continuar durmiendo – solo, solo déjame dormir ¿no lo entiendes? ya no está conmigo.

Las lagrimas empezaron a resbalar por mis mejillas

¡Lo sé! Si alguien entiende tu dolor soy yo, también tenía mi sangre ¿lo olvidas? También la perdí.

El nudo en mi garganta empezó a doler, las lágrimas me impedían ver claramente y los sollozos aumentaron, pero ya no solo eran míos, los brazos de mi madre me rodeaban y sujetaban firmemente. Mis brazos también la rodearon y mis dedos que se aferraron a su espalda comenzaron a sentir su fragilidad, los huesos que antes no se sentían ahora eran palpables, no había prueba mas clara de su agonía.

Sentí como aquella vez que mientras jugaba metí una cuchara en la conexión eléctrica, una descarga recorrió todo mi cuerpo y me avergoncé de mi mismo. Era un egoísta, yo había perdido a mi otra mitad, pero ella también.

Lentamente nos separamos y ella me sujeto por las mejillas, dolía como nada que hubiera sentido nunca, esos ojos estaban rojos y me miraban fijamente intentando darme consuelo a mí, los papeles debían haber sido diferentes, mi actitud solo empeoraba las cosas, siempre habíamos sido 3 contra el mundo y ahora solo éramos dos, mi madre no debía cargar con tanto peso a sus espaldas.

¡Perdón Mamá! – la abrace una vez más – tienes razón

Me levanté rápidamente, pero caí, mis piernas estaban débiles - ¿Cuántos días habían pasado? No recordaba la última comida que había tenido – sonreí y mamá soltó una carcajada, seguro estaba que era la primera después de mucho tiempo.

¡Vamos! – me tendió una mano y rápidamente la tome – Apestas – caminamos juntos al baño y cuando estuvo segura de que podía mantenerme en pie, me dejo ahí – Voy a preparar algo de comer, ¿se te antoja algo en especial? – una suave sonrisa apareció en su rostro.

Hotcakes, ¿se puede? – sus ojos se aguaron y su voz salió cortada a pesar de su claro esfuerzo por que sonara normal

Claro, lo que quiera mi pequeño, te veo en la cocina o ¿prefieres que lo suba? – la vi tragar saliva y sonreír – ¿jugo o leche?

Leche mamá, ¡por favor! – una sonrisa más y salió por la puerta

Mientras el agua recorría mi cuerpo no pude en nada mas que en ella, mi hermana había sido el mundo para mi y ahora no estaba, no tenia a mi soporte, pero tampoco mi mamá lo tenía, ambos la habíamos perdido y aunque doliera, teníamos que seguir, el uno por el otro.

Con esa idea en la mente acabe de lavar mi cuerpo y comencé a vestirme, pensé en ponerme una pijama, pero ya había pasado demasiado tiempo en cama, no tenia ni idea de que día era ni cuantos días habían pasado, solo una cosa tenía en claro, tenía que continuar por mí, por mi madre y por mi hermana, viviría al máximo los días que le fueron negados vivir a Sabrina.

¿Dónde diablos voy a estacionarme? – el lugar era un enorme laberinto lleno de subidas y bajadas, cuando me obligaron a venir a vivir aquí y me hablaron de este lugar pensé que seria un basurero y aunque no estaba completamente equivocado, si me sorprendí un poco con lo que veía, varias facultades, todas se veían muy grandes, pero no resolvía aun mi problema ¿dónde estaba la bendita facultad de ciencias?

A lo lejos empecé a ver una parada de autobús y a diferencia de todas por las que ya había pasado, este si tenía a alguien esperando el transporte.

¿La facultad de Ciencias? – el chico estaba sentado sobre el respaldo de lo que debía ser una enorme silla de concreto, tenia la mirada perdida - ¿sabes donde esta la facultad de Ciencias? – repetí más duramente de lo que debía, porque el chico salto de su asiento y tambaleo hacia atrás, pero alcanzo a sostenerse aventando su peso hacia adelante como acto reflejo - ¡perdón! – quito los auriculares de sus oídos - ¿decías algo?

Si – respondí fuertemente, molesto porque no me había dado cuenta de que estaba escuchando música de su celular – pregunté si conocías La Facultad de Ciencias

Me miro tímidamente y después desvió la mirada hacia atrás

¡Es esta! – señalo con el dedo a donde sus ojos miraban – ahí lo dice

En otro momento eso debía haberme molestado, pero decidí que estaba demasiado cansado y muy aliviado por haber llegado a mi destino, arranque mi moto y me dirigí a la caseta que estaba a unos pocos metros de donde estaba el chico aquel, voltee para gritarle mi agradecimiento y solo lo alcance a ver de espaldas subiendo al camión.