Quiero ver tus bragas!
Eso, quiero ver tus bragas!. Es lo que me dijo Juan cuando bailaba con él junto a su esposa y mi marido.
Quiero ver tus bragas
Quiero ver tus bragas Laura, me dijo Juan mientras me tenía agarrada bailando, Juan y su mujer Marta son amigos nuestros y además es el jefe de mi marido, siempre nos hemos caído muy bien los cuatro y aquel sábado habíamos salido a cenar, después de patearnos varios bares decidimos ir a su casa, pusimos música y bailamos, primero lo hacía con mi marido y Juan con su mujer, pero al cabo de un rato cambiamos de pareja. Esto lo solemos hacer muy a menudo, una o dos veces al mes, cenamos, charlamos de todo, bebemos bastante y acabamos en algún local que pongan música bailable o en su casa, como pasó este sábado.
Siempre que bailamos Juan y yo me agarra fuerte, él mide mas de 1.90, es un hombre robusto, me encanta apoyar mi cabeza en su pecho, juntar mi cuerpo al suyo y dejarme llevar, él siempre mantiene las manos prudentemente en mi espalda, no se que le pasó aquel día, estábamos callados bailando y me dice a la oreja:
Quiero ver tus bragas.
Se lo hice repetir, creía no haber oído bien, como se atrevía?, pero dado el buen rollo que existía pensé que me estaba haciendo una broma, a pesar de que no solemos usar de este tipo, así que le dije que no y que siguiera bailando, pero insistió.
Quiero ver tus bragas, seguro que estas muy guapa sin esta falda que llevas, seguro que son muy bonitas, seguro que marcan la figura de tu culo.
No sabía como reaccionar ante su insistencia, hablaba bajo para que no lo oyeran, miré a mi marido y estaba ausente abrazando a Marta y disfrutando de uno de nuestros placeres, el baile.
La verdad Juan, no se que pretendes ni de que broma se trata pero no entiendo que me pidas esto, siempre nos hemos respetado.
Y te respeto, pero estaba abrazado a ti y bailando tan juntos que me ha venido este deseo. Solo te pido que me enseñes tus bragas, no te pido que te desnudes, solo quiero ver esto, me negarás este capricho?
Claro que te lo negaré.
Por dentro algo se disparó, quiero mucho a mi marido pero hace 15 años que estamos juntos y durante este tiempo ningún hombre se había atrevido a decirme nada tan fuerte. A todas las mujeres nos encanta sentirnos deseadas y saber que a pesar de que el tiempo pasa, siguen habiendo hombres que nos desean, Juan siguió:
Por favor, déjamelas ver y ya está
Mira Juan, no sigas o se lo digo a mi marido
No lo harás, me dijo
Y como lo sabes?, claro que lo haré.
Por que en el fondo te ha gustado que te lo pida, crees que no he visto tus ojos?
Me había descubierto, pero eso no significa que lo reconociera.
Dime una cosa, a que viene este interés en ver mis bragas?
La realidad es que me gustaría mas, me gustaría que te desnudaras, o mejor, desnudarte yo, desabrocharte uno a uno los botones de esta blusa, bajar la cremallera de la falda y dejar que cayese al suelo, admirarte en ropa interior
Por favor Juan, no sigas, le dije con poco convencimiento.
Desabrochar los corchetes de tu sujetador y ver estos dos magníficos pechos que esconden, tocarlos, acariciarlos, bajar tus bragas
Te he pedido que no sigas Juan.
Dentro de mi quería que siguiera, era como si te relataran un sueño que me daba cuenta que también deseaba, creo que al mirar otra vez mis ojos se dio perfecta cuenta de lo que pasaba.
Acariciar tu coño, chuparlo hasta haberte hecho ver el cielo y después que reciba con calidez mi polla.
No puede ser Juan, además, no está bien, tu y yo estamos casados .
Solo quiero ver tus bragas, esto no rompe ningún matrimonio
Estas seguros que tu mujer y mi marido estarían de acuerdo?
No se .
Ves, seguro que no.
Pero tu quieres?
Aquí me pilló de lleno por que dude un instante antes de darle la respuesta, además fue poco convincente
No quiero, claro que no.
Tengo tantas ganas que incluso soy capaz de pedir su permiso.
No hagas tonterías.
Se apartó de mí y dirigiéndose a Marta y mi marido les dice:
Tengo que pediros algo
Dejaron de bailar ante la curiosidad de saber que era aquello tan urgente que interrumpía este momento.
Que es? Dijo extrañado mi marido.
Quiero ver las bragas de Laura.
Que???????, dijeron a la vez los dos.
Pues eso, que quiero que Laura se saque la falda y me enseñe sus bragas.
Mi marido se pensó lo mismo que había creído yo, que aquello era una broma y reacciono como tal.
Pues anda Laura, sácate la falda y se las enseñas.
Eso, dijo Marta riendo, sácatela, vaya cachondeo que lleváis.
Que lo dice en serio este, les dije.
Pero no me creyeron, y en realidad quien iba a pensar que aquello iba en serio, siguieron bailando como si no pasara nada, vi como Marta volvió a agarrase a mi marido y continuaron, yo hice lo mismo con Juan, noté al acercarme que algo había crecido dentro de sus pantalones.
Ves como nadie la da importancia, dijo
Ya, por que no te han creído
Te propongo una cosa, te desabrochas la falda, la dejas caer y continuamos bailando así, que te parece?
Mal, me parece mal, dije.
Pero tendría morbo, verdad
En eso si que te doy la razón, dije con una sonrisa en la boca.
Seguimos bailando, estuvimos un buen rato callados, no podía dejar de pensar en todo aquello, al parecer Juan tampoco ya que seguía notando algo crecido dentro de los pantalones, solo algo me ponía mas nerviosa, iba poco a poco bajando sus manos en mi espalda, mi camiseta era muy corta así que pronto noté que sus manos estaban en el pequeño espacio que había entre esta y el borde superior de la falda, esta se abrochaba con un corchete y una cremallera por atrás, que pretendía hacer?, no dije nada y pensé que lo mejor era dejarlo que no había hecho nada malo por el momento.
De repente noto que sus dedos están jugando con la parte superior de la cremallera, sin dejar de agárrame la bajó, no sabía como reaccionar, ya la tenía toda abajo, lo único que mantenía la falda en su posición era el corchete, si Marta o mi marido miraban tenían que verlo, estaba muy nerviosa, de repente noto que está trabajando en esta única sujeción y consigue su objetivo, la falda se desplomó y cayó al suelo entre mis piernas, que vergüenza!, y yo seguía agarrada a él, tuve que levantar las piernas para sacarla y evitar que tropezara, Juan seguía bailando con migo como si no pasara nada, claro que yo tampoco me separé, pensé en marta y mi marido, pero seguían agarrados ausentes de lo que pasaba, Juan me dijo al oído:
Ves como no es tan grave?
No se que decir, murmuré, que pasará cuando se den cuenta?
Ya lo pensaremos, sigamos bailando.
Muy nerviosa seguí agarrada, mi cuerpo temblaba y tuvo que notarlo, él bajo un poco las manos hasta tocar la goma de mis bragas, yo ya me dejaba hacer cualquier cosa por esta mezcla entre temor de que me vieran y excitación de estar bailando con mi amigo solo con bragas, además no eran especialmente sexis, tipo bikini de algodón blanco, seguro que de haber pensado en aquello me hubiese puesto algo mas adecuado para enseñarlo. Juan ya jugaba con la goma y me dijo:
Me dejas tocarlas?
Lo que has hecho ya es demasiado, no sigas por favor, tendremos bronca cuando lo descubran y no se ni como me voy a defender de esto.
Trataba por todos los medios de que Juan me tapara de mi marido y Marta, lo que le dije sirvió de poco o de nada ya que sus manos iban bajando poco a poco acariciando mis bragas.
Te ruego que pares, le dije
Déjame, por favor, dijo en plan súplica
Decidí dejar que hiciese lo que quisiera, el mal ya estaba hecho, Juan acariciaba ya entero mi culo, bueno, en realidad mis bragas, con lo hacía con suavidad lo que solo conseguía aumentar mi placer y mi nerviosismo. Después de un buen rato así (suerte que el CD era largo) y cuando ya las había tocado por todos los lados (siempre por la parte de atrás) al fin noto que sube las manos, respiré aliviada, pero era solo una maniobra ya que lo que realmente quería era acariciar mi culo directamente, no pude mas que dejarme hacer, nuestras parejas seguían ausentes, ni tan solo se habían dado cuenta que no girábamos, me agarró las nalgas con fuerza, mi coño casi castañeaba, pero de golpe me fijé mejor en mi marido y Marta, ella también bailaba solo en bragas!, que estaba pasando aquella noche?. La verdad es que me alivió, sabía que si la situación era aquella por lo menos mi marido no tendría nada que reprocharme.
Seguimos bailando pero ahora ya me giraba y movía, Juan seguía acariciando mi culo pero mi marido no se lo hacía a Marta así que hice que nos pusiéramos muy juntos los 4 y acerqué la boca al oído de mi marido y le dije sin que nadie mas nos oyera:
Acaríciale el culo, Juan me lo hace.
Sonrió y nos separamos, vi como lentamente avanzaba por encima de las bragas de Marta y se dejaba hacer, ella si había escogido unas de mas bonitas sin ser un tanga eran bastante pequeñas, entonces Juan me dice:
Ahora te sacaré la blusa.
Eso no por favor, después querrás tocarme los pechos
Si, tienes razón, dijo
Él sacó las manos de dentro de las bragas y procedió a desabrocharme los botones, incluso le ayudé separándome un poco y esperando ver que hacía mi marido que ya acariciaba el culo de Marta por dentro las bragas. Cuando ya no quedaba ninguno la blusa se abrió y pudo ver el sujetador blanco a juego, me la sacó, primero una manga y luego la otra, me dejaba hacer, tiró al blusa al suelo y me cogió fuertemente para notar la presión de mis pechos contra su camisa, estuvimos un rato bailando, él jugaba con mi desnuda espalda e incluso con las tiras del sujetador, de repente veo que Juan está sacando por la cabeza el jersey de Marta, seguían nuestros pasos.
Agarraba a Juan muy fuerte, así no le daba pié a que intentara acariciar mis pechos cosa que curiosamente no intentó, quedé aliviada pero veo que mi marido no es tan prudente, ya tenía una mano encima de un pecho de Marta!, aquello disparó el deseo de que Juan hiciera lo mismo pero no se decidía, seguía jugando con mi espalda y culo, aligeré la presión que hacía contra su cuerpo para darle mas espacio pero nada, seguía agarrándome por el culo mientras tanto Marta ya disfrutaba de las caricias de mi marido en ambos pechos por sobre el sujetador. Enseguida me di cuenta que Juan tenía oros planes ya que sin casi darme tiempo a reaccionar desabrochó mi sujetador, aquello iba muy lejos pero en absoluto me estaba disgustando, bajó las titas por mis brazos quedando mis pechos al aire que durante un buen rato observó, volvimos a juntarnos después de echar esta prenda al suelo, sabía que su próximo paso sería tocarlas y no esperó mucho, primero una de manera muy delicada en espera de mi reacción y al ver que facilitaba sus movimientos, las dos, mientras mi marido continuaba jugando sin sacarle el sujetador. Juan aplicó un masaje a mis pechos que si mi coño estaba antes muy excitado ahora el flujo que emanaba tenía que ser evidente incluso con las bragas puestas, disfrute de aquello, estuve a punto de estallar en un orgasmo.
Pero a pesar de que creía que Marta y mi marido iban retrasados, cuando me fijé bien no era exactamente así ya que mi marido tenía una mano dentro de las bragas de Marta que llegaba hasta su coño. Juan también lo vio sin duda pero él tenía otros planes ya que dejando mis pechos bajó la mano y cogió las gomas laterales del mis bragas y de un tirón las bajó hasta media pierna, hice unos cuantos movimientos de piernas para que acabaran de bajar hasta los pies y las aparté, no pasó muchos segundos cuando empezó a acariciar los pelos de mi pubis, escasos por cierto ya que solo dejo una fina tira en medio, y evidentemente el paso siguiente tenía que ser llegar a mi coño y lo dio. Este momento coincidió con los primeros gemidos de Marta lo que acabó de calentarme si cabía y cuando estallé en mi orgasmo, Marta tuvo el suyo al mismo tiempo.
Lo siguiente que pasó es que Juan me dijo al oído que le acompañara, tenía claro lo que quería y ningunas ganas de oponerme, cogidos de la mano nos acercamos a Marta y mi marido, yo totalmente desnuda, Marta seguía con la ropa interior puesta a pesar de que un pecho asomaba por encima, ellos dejaron por un momento su actividad para escuchar a Juan que dijo a mi marido:
Me llevo a tu mujer a la habitación, me la voy a follar, ya te dije que así todo saldría bien.
Ha salido como planeamos, dijo él
Mi marido me miró y notó que lo estaba deseando, simplemente acercó sus labios a los míos y nos dimos un beso, cuando ya estábamos saliendo del salón oí a Marta que decía:
Juan se va a follar a tu mujer, no tienes ganas de hacer lo mismo con la suya?
No esperé la respuesta, era evidente, todo era un montaje para hacer cambio de parejas y les había salido bien, pero si nosotras salíamos ganando también y no íbamos a quejarnos.