Quiero un café

Hace un siglo, no habia tanto chapero como hoy dia, y la discreccion era muy importante. Mas que un relato es una especie de documental jajaja.

ACTO SOLAMENTE PARA MUY MORBOSOS

Esto que relato no me ha ocurrido a mí ni a ninguno de mis amigos, a no ser que uno de mis amigos tenga 100 años sea francés y no lo haya notado. Esto no significa que esto que voy a relatar sea mentira, por supuesto que no, es una información que e encontrado hace poco y me pareció rendir un homenaje a los homosexuales y bisexuales del siglo pasado, cuando mataban a un "marica" por ser simplemente eso. Y esto ocurrió cuando las queridas prostitutas, querían expandir sus negocios creando lo que hoy en día llamamos chaperos, y desde luego quien diga que una puta no vale nada, que se mire antes a un espejo, porque creo que son supervivientes en un mundo cruel. Como ya he dicho antes, no conozco a ningún homosexual ni bisexual de 100 años francés, pero puedo hacer un pequeño esfuerzo por trasladaros allí, leerlo será interesante.

Los burdeles en Francia, eran visitados bastantes veces por semana y los fines de semanas estaban al completo de clientes. Mujeres de todas clases, razas y estilos de amor se vendían por la calle. Hombres babeaban mirándolas desde cualquier lado, las veían como diosas con aquellos vestidos y maquillajes con tocados de la época. Muchos hombres pagaban lo suficiente como para dar de comer a su familia en un mes, pero saciaban su hambre sexual pagando a una de estas señoritas de compañía. Pero algo ocurría. Pasaban hombres, que no se dignaban a mirar a tales mujeres, y eso las ponían nerviosas, ya que no podían vender lo que querían. Eso hizo pensar a una madame de los burdeles más famosos del lugar. Quizás, dando fiestas con baile, demos muestras de nuestro servicio. Así se cumplió esa orden. Prepararon un gran show, donde coristas desnudas ataviadas con plumajes y gorros dorados danzaban delante de los babosos mirones, claro que antes ya habían pagado, todos esperaban un ultimo numero donde una mujer bailaba con sus bailarinas, pero ella era la estrella. Era la mas deseada por todos ya que era la mas cara del lugar.

Después de varias fiestas se fueron promocionando por Francia, pero aún querían más. Había hombres jóvenes y no tanto que se quedaban mirándolas. El caso es que un día, un hombre nuevo en la ciudad, acaudalado, gran amigo de la madame, entro al local, ataviado con sus ropajes de ricacho. Se quito su gorro de copa alta, y también su abrigo. Iba engominado, con un imponente bigote, con una grotesca nariz, delgado pero muy definido, con un ancho cuello. No era muy alto y era bastante guapo y atractivo para los cuarenta años que cumpliría dentro de poco. La madame lo recibió y se sentaron en la sala de ella para hablar de unos asuntos. Nadie lo sabe bien pero estuvieron largo rato hablando. Cuando salió escogió, a una de las prostitutas mas caras ataviada con un corsé verde y negro con medias negras y de cabellos del mismo color. Subieron a una de las habitaciones, donde allí los hombres practicaban sexo como locos. Al de unos minutos salió la prostituta llamada Regina.

Al señor le apetece un café bien cargado por favor – grito desde lo alto.

Muy bien Regina – dijo la madame y girándose hacia uno de los guardias de la entrada – Jean, ve por favor tan rápido como puedas a la mesón Le Mesón Kroitz por favor, y dale esto al dueño – saco una carta blanca y sellada con un gran punto de cera – no preguntes y hazlo – sonrió la gran señora.

El hombre que enseguida salió hacia aquel lugar, se preguntaba porque tanto misterio para un simple café. Cuando volvió, traía consigo el café, pero no solo el café sino que lo traía un joven que lo agarraba desde una de las jarras de la cafetera. El joven, rubio con una cara bastante infantil, tenia rasgos felinos pero su cuerpo era de un hombre adulto con grandes brazos. Parecía ser uno de los estudiantes de la universidad. Vestía bastante corriente, como alguien que se podría conformar con lo básico. Entonces se dirigió hacia la gran dama vestida y ataviada con un traje rojo y joyas.

Buenas, traigo el café, para el seño Lafont – dijo casi en voz baja -.

Claro, eso es – le dijo sonriente, mientras lo miraba de arriba abajo. – Por favor Janice acompaña al señor a la habitación del seño Lafont -.

Una hermosa chica de también pocos años se dirigió hacia él y lo agarro de su mano libre para que la siguiera hacia donde se encontraba el señor Lafont. Mientras subían las escaleras, las prostitutas curioseaban, cuchicheando entre ellas, mirando lascivamente al muchacho enrojecido por alguna palabra que oyó entre ellas. Cuando llegaron a la puerta Janice lo libero de su mano.

Aquí esta el señor Lafont – dijo la joven

Muchas gracias – dijo sonrojado el muchacho.

No hay de que, pero... – y volviendo a agarrarle esta vez de su paquete – si quieres puedes agradecérmelo de otra forma... si pagas bien te haré maravillas -.

El muchacho notó que su polla comenzaba a vibrar bajo sus pantalones. Janice aparto su mano y lo dejo entrar. Cuando lo hizo allí estaban esperando el señor Lafont de pie y Regina sentada y cruzada de piernas. Al muchacho le encanto ver aquella maravillosa puta vestida tan ligeramente. Empezó a ponérsela dura levemente imaginando lo que la haría. Miro la habitación alumbrada por lámparas tapadas con los típicos pañuelos rojos para dar un buen ambiente pasional. Todo se estaba calentando. Regina se levanto del sillón y cogió la cafetera, pero estaba vacía.

¿Y el café? – dijo con cara de sorpresa.

Soy yo – dijo el muchacho medio avergonzado.

¿Tu? – exclamo medio en broma Regina.

Exacto – dijo el seño Lafont – él me hará sentir bien y tú lo harás sentir bien a él, ¿comprendes ahora el nuevo trabajo conmigo? -.

Jajaja – echo a reír Regina – muy bien, comencemos.

El muchacho se fue quitando la ropa delante de señor Lafont, muy lentamente dejando ver su joven cuerpo apenas sin vello, manoseando sus pezones y tocándose mas partes de su anatomía. Lafont disfrutaba de aquel espectáculo, y este iba sacando su polla medio dura del pantalón y comenzó a meneársela con orgullo, ya que veinte centímetro en aquella época no era muy normal verlo. El muchacho estaba asustado tras ver aquella descomunal bestia moviéndose delante de él. Regina al notar el miedo en los ojos del joven se le acerco por detrás y comenzó a lamerle la nuca y apretarle contra ella. El joven sentía sus pezones y tambien sentía como se excitaba y quitándose los pantalones demostró que sus catorce centímetros gruesos no asustaban mucho pero si que el calor aumentaba el deseo de rozarlos.

Lafont ordeno al muchacho que se desnudase completamente y se acercara a él. Lafont se sentó en el sofá donde espera ansioso lamer el dulce de aquel estudiante. Y así tal y como lo dijo y pensó el joven tenia ya dentro la boca su pene erecto, entrando y saliendo y entrando con gran fiereza. Los gemidos del muchacho no tardaron en salir de sus labios, pero no miraba hacia abajo sino que tocaba las manos y la figura de la prostituta que lo mantenía caliente, pasando sus manos delicadamente por su figura. Lafont empezó también a manosear el pequeño trasero del muchacho. Era perfecto y virgen. Lafont parecía no cansarse de comer esa polla y la movía con gran agilidad. Al fin se la saco de la boca pero no para descansar sino para levantarla y lamer esos huevos que colgaban. Uno de sus dedos fueron buscando mas atrás encontrando un apretado ano. Moviendo en círculos su dedo, esperaba que cediera pero no lo consiguió así que probo otra cosa.

Ponte a cuatro patas en la cama – ordeno casi enfadado Lafont.

Pero señor en el acuerdo no ponía nada de eso – dijo medio asustado el joven.

Tranquilo eso que piensas solamente lo harás tu – dijo para relajarlo.

El joven se puso a cuatro patas en la cama, pero con las piernas juntas, por lo que el hábil Lafont pidió a Regina que se colocara debajo del muchacho dándole el culo, para darle empujones con el.. El muchacho tenia a la mujer debajo de él con su culo mirando a la verga hambrienta. El joven bien abierto de piernas, sintió las manos de Lafont como rondaban por sus nalgas y sintió un escalofrió. Lo puso en pompa ya que la mujer le dio un empujón con su trasero. Lafont aprovecho para ponerse detrás y poner su cara, a la altura del ano virgen y empezar a besarlo. El muchacho empezó a sentir maravillas y empezó a relajarse, dejando el culo a merced de aquella maravillosa boca. Lafont seguía besándolo de aquella manera moviendo también la lengua de forma que penetraba levemente el ano de su joven "amigo". La polla del muchacho estaba a reventar por lo que Regina advir5tio de eso al señor Lafont.

Entonces se levantaron los tres y esta vez el que se tumbo primero en la cama fue el señor Lafont, a cuatro patas dejando su culo bien abierto, y excitado dejando a la vista sus huevos mientras se masturbaba. El joven se dio cuenta que quería que lo penetrase así que subió a la cama y miro a un espejo encima de la cabecera donde estaba él con el pelo revuelto y su cara siempre blanca ahora estaba colorada por el ardor del buen sexo. Empezó a tocar el culo de Lafont y este le pedía que lo azotara. El no se atrevía a tocar a un hombre pero Regina entonces se acerco de nuevo esta vez totalmente desnuda. Se coloco encima del a espalda de Lafont sentada frente al joven dejando ver su monte de venus.

Imagina que ese agujero es este amor... – dijo con una voz ronroneante – yo te ayudare pichón -.

Y dando un gran azote a las nalgas de Lafont, Regina se empezó a manosear para excitar al muchacho. Este comenzó a tocar con la punta de su polla el ano caliente de Lafont que estaba tan dilatado que tragaría cualquier aparato. Empezó a meter la polla con potencia y con una simple embestida logro penetrarlo causando un gran gemido de placer en Lafont.

Siiii aaaah sigue así mi nene – gimió entrecortado Lafont.

¿Te gusta mas duro? – grito el joven.

Siiiii dame maaaaas... – rogó Lafont respirando copiosamente.

El joven empezó a darle muy duro pensando en lo caliente que estaba aquel hombre y lo bien que se sentía, que no era tan malo como pensaba por lo que dejo de mirar a aquella mujer y se centro en aquel maravilloso culo, que brillaba por el sudor. Lo agarro con gran fuerza por las caderas y comenzó a follarlo con violencia. Hacia sentir tan bien. Cada vez aumentaba mas la velocidad, incluso hacia temblar la cama.

Diossss eres el mejor... – grito Regina.

Aaaaah siiiii sigue así siiiii... – seguía gimiendo Lafont.

Siento las cosquillas en el estomagoooo, aaaaah... – grito el joven.

Sácala cariño... – grito levemente Regina.

El joven saco su polla de golpe y empezó a masturbarse de tal modo que el primer chorro cayo sobre la prostituta. Esta comenzó a lamer el semen que corría por su piel, mientras se levantaba. Pero el joven aun quería mas a lo que Lafont le propuso pagarle mas pero si se dejaba hacer algo nuevo. El joven acepto. Lafont se tumbo boca arriba dejando su polla erecta mirando al techo. El joven se coloco frente a ella y comenzó a excitarse viéndola como se balanceaba de un lado a otro. La cogió entre sus manos y comenzó a mamarla. Era su primera polla pero la sabia mover dentro de la boca. Tenia sabores desconocidos para el pero le gusto tanto que comenzó a tragar todo lo que de allí salía. Lafont ordeno a Regina que le lamiera el culo para ir empezando a dilatarlo, para no hacerle sufrir. La puta comenzó a lamerle con su fina lengua dando el mayor de los placeres a un hombre que recién experimentada la bisexualidad, sabia que no era tan malo. Durante esos minutos la polla del joven empezó de nuevo a ponerse dura, y de nuevo meneándosela con una mano, sentía un gran placer.

Lafont le dijo que se sentara encima de él dándole la espalda y que Regina lo follará para que supiera que es el autentico placer. Y mientras empezaba a sentarse con muchísimo cuidado en aquella polla, el joven se quejaba de aquel dolor terrible que se introducía por su ano virgen. No podía sentarse del todo porque estaba muy dolorido, así que probaron otra cosa. Lafont mando a Regina que se tumbase boca arriba en la cama abierta de piernas. Después de eso empujo al muchacho tumbarse encima y que la penetrara, y así lo hizo. Y mientras empezaba el joven un lento vaivén Lafont ensalivo su capullo y abriendo el culo del joven le echo un lapo, y de nuevo empezó a mecérsela. Esta vez entre gemidos y algún que otro grito el joven consiguió tragarse ese monstruo.

¿Ves como no es para tanto? – gimió Lafont entre gemidos.

Me encanta esto es la gloriaaaa... – gemía casi sin respiración el muchacho.

El joven sin avisar se corrió dentro de la prostituta dejándola llena de leche. Pero Lafont se levanto como el rayo y sentado en el culo de joven se corrió dejando marcada la espalda del joven una gran corrida blanca lechosa. Después de unos minutos descansando, los tres se colocaron sus cosas, después de haberse aseado adecuadamente. Después de haber pagado a la puta y al "chapero", que con aquel dinero pagaría sus estudios y podría permitirse algún lujo el señor Lafont, salió del cuarto y bajando por las escaleras llego hasta donde su amiga.

¿Le ha gustado nuestro café? – pregunto con picardía.

Excelente – contesto el hombre medio agotado – Vendré mas a menudo sus servicios son excelentes -.

Eso espero, y no dude en traer a sus amigos – y despidiéndolo desde la puerta lo sonrió.

Haré pronto los años y me encantaría celebrarlo aquí, y espero tener mucho café – y se alejo mientras se iba dando unas grandes carcajadas.

Ese fin de semana se celebro una gran concentración de amigos del seño Lafont, para festejar sus cuarenta cumpleaños. Licores, bailarinas, prostitutas y "cafés" de todas las maneras corrían por todo el burdel.

¿Curioso verdad? Hoy día ya no hace falta pedir cafés, claro esta. Hemos evolucionado, en algunos sitios los matrimonios gays ya es lo más normal del mundo. Lo que no llego a entender es la poca utilización del preservativo, que aunque en este relato no lo mencione, (es por las fechas claro esta), se debería de usar siempre con pareja inclusive. Aunque bueno eso ya seria tu decisión. En fin mucho sexo del sano para todos y TOMATE UN CAFÉ AL DIA jajaja.