Quiero que seas mi puta durante un día (Parte VII)

Parte VII. Tatiana, la intima amiga de la hija de Susana irrumpe con fuerza. Resulta ser mas perversa de lo que jamas hubiera imaginado. Mi tranquila vida ya era una vida repleta de puterío, desenfreno, engaños, manipulaciones y sexo, mucho sexo.

Parte VII.

Partes anteriores:

Quiero que seas mi puta durante un día (Parte I)

*Quiero que seas mi puta durante un día (Parte II)*

**Quiero que seas mi puta durante un día (Parte III)****

Quiero que seas mi puta durante un día (Parte IV)

*Quiero que seas mi puta durante un día (Parte V)*

*Quiero que seas mi puta durante un día (Parte VI)*

Se agradecen las valoracion y comentarios. Espero que les guste ;)


Tocaba volver a Logroño. Me esperaban mis nuevas amigas. La hija de mí querida Susana y su amiga del alma. Por supuesto durante mi semana fuera había estado camelándomelas por whatsapp. Fotos de mi viaje por aquí, por allá… Con las dos a la vez. Y ninguna decía nada de la otra así que o no se lo contaban entre sí o les daba igual.

Con Tatiana el tonteo era total, las indirectas volaban y era cuestión de tiempo que acabara entre mis garras. Con Natalia en cambio era más pausado. No obstante, habíamos cogido confianza y me contaba como ella necesitaba tiempo antes de empezar con un chico debido a su timidez y desconfianza así que rehuía cuando la tiraba una indirecta o un piropo.

Llego Septiembre y con ello volvió Susana y su marido a casa. Pensé que ahora las posibilidades con Natalia disminuían por una simple problemática de espacio y tiempo, pero no iba a dejar de intentarlo. Si conseguía acostarme con la madre por la mañana y la hija por la tarde… Ya podía morir tranquilo.

Susana como no podía ser de otra forma había vuelto ansiosa de rabo así que el primer día que su marido se largó a trabajar y su hija no estaba por la mañana allí subí a satisfacer sus necesidades y por supuesto las mías que se incrementaban exponencialmente a cada día que pasaba.

Tras un gran sesión de sexo en su cama y en el sofá, le expliqué mi plan para pillar al amante de su marido, tal y como habíamos hablado. Existe una aplicación para smartphones que te permite obtener desde un ordenador todas las llamadas, mensajes, localización y datos de un móvil. Lo único que tenía que hacer Susana era coger el móvil de su marido a escondidas, instalar dicha aplicación y meter mi contraseña. Me lo agradeció enormemente y me prometió devolvérmelo con creces.

Salí de su casa y bajaba por las escaleras pensando en cómo iba a hacer que me lo devolviera cuando Natalia y Tatiana aparecieron ante mí. Por los pelos pensé.

—¿Y tú de dónde vienes?— Preguntó Tatiana extrañada.

—¿Y a ti que más te da?— Me miraron sorprendidas— Vengo del tejado, que no me funciona la parabólica que tengo— Respondí en un tono más amable y poniendo la primera excusa que se me ocurrió.

Quedamos en hablar más tarde y nos despedimos. El número de mujeres en mi vida estaba creciendo y lo peor, eran demasiado cercanas. Esto se empezaba a complicar.

Pasaron un par de días cuando en una conversación de lo más normal vía whatsapp con Natalia me preguntó si me podía pedir un favor un poco especial. Paso media tarde hasta que finalmente me dijo de que se trataba ya que le daba mucha vergüenza decírmelo: Si Tatiana me preguntaba si me había acostado con Natalia, tenía que decirla que sí.

Al principio no supe que contestar. No quería estropear nada con Natalia aunque su favor me sonaba muy extraño, y tampoco quería estropear nada con Tatiana a la cual tenía a punto de caramelo y si cumplía mi palabra igual perdía todas las opciones. Tenía que pensar muy bien mis movimientos.

Tenía que pensarlos, pero ni si quiera me dio tiempo. A la mañana siguiente me llamó Tatiana diciéndome que teníamos que hablar urgentemente y que pasara a buscarla. Me arreglé al máximo y fui a buscarla repitiéndome las frases a decir. Me había preparado tanto para excusarme por acostarme con su amiga como para negarlo todo. Según su actitud respondería una cosa u otra.

Montó en mi coche y tras darme dos besos me pidió que la llevara a un centro comercial. Hablamos con normalidad como cualquier otro dia hasta que cansado de esperar le pregunté mientras aparcaba  que era lo que tenía que decirme con tanta urgencia.

—Nada. Pero si te digo que me lleves de compras no ibas a venir. Ya lo siento— Dijo dándome un beso en la cara.

No sabía si respirar aliviado o echarla una bronca terrible. Opté por la primera opción, al fin y al cabo, mis opciones con ella no solo seguían intactas sino que estaba en una especie de cita sorpresa con ella que pensaba aprovechar.

Dimos un par de vueltas por el centro comercial hasta que entro en Zara en busca de unos pantalones. Cogió un par de ellos y entro a los probadores. Tras un par de minutos asomó la cabeza por la cortina que tapaba el probador y me pidió si le podía traer una talla más de un pantalón.

—A sus órdenes, señorita.

Volví con él y metí la mano a través de la cortina con el pantalón.

—Gracias, estoy en bragas y ya me estaba quedando fría.

—Ufff, no me digas eso que entro…

—Pues no tengo ningún problema.

Corrió la cortina ya con el pantalón puesto.

—¿Qué tal me queda? — Si dio la vuelta y se puso las manos en el culo— ¿Tu qué crees…me hace buen culo o no? —Desde luego que se lo hacía, me quede hipnotizado mirándolo— Supongo que sí, no le quitas ojo. Voy a probarme este otro, entra y me sujetas el mío porque no hay ni perchas.

Por supuesto no iba a rechazar esa invitación. Entré en aquel probador de apenas un metro y medio de largo y un metro de ancho.

—Son super pequeños, vamos a estar apretadísimos— Dijo Tatiana dándose la vuelta e inclinando el cuerpo para bajarse el pantalón. Me dejo su culo en pompa con unas braguitas rosas a escasos centímetros de mi entrepierna que empezaba a palpitar.

Se recompuso y volvió a ponerme el culo en pompa para probarse otro pantalón. Disimuladamente tuve que agarrarme el paquete para colocármelo y no mostrar una erección muy abultada. Roce su culo sin querer con la parte superior de la mano.

—Es que son enanos estos probadores— Dijo jocosamente al notar mi mano— ¿No me has contestado, que te parece mi culo?

—Pues un culazo terrible— Dije acariciándolo suavemente.

—¿Te gusta más mi culo o el de Natalia?

—¿Cómo?— Me quede bloqueado.

Tatiana se dio la vuelta y llevo su mano a mi miembro por encima del pantalón.

—Ya noto que el mío te gusta, pero ¿Te gusta más que el de Natalia?

—Por supuesto— Dije suspirando.

Tatiana sonrió y me desató el cinturón. Bajo la cremallera y metió la mano bajo el calzoncillo para sacar mi aparato fuera.

—Y a ver quién te la chupa mejor, Natalia o yo.

Apoyo su culo en la pared e inclino su cuerpo formando un ángulo de 90 grados. Su boca envolvió mi capullo y lo acarició con la lengua. Levantó los ojos y vio como me moría de placer. Para haber cumplido los 18 años hace unos días no era la primera que se tragaba a juzgar por su habilidad. Abrió la boca y se tragó todo lo que pudo en esa postura. La saco lentamente de la boca acabando con un beso en la punta del capullo.

—¿Quién te la chupa mejor? ¿Natalia o yo?

—Tu…tu…—Suspire.

—Seguro que ella ni siquiera te la ha chupado.

Nublado por el placer negué con la cabeza.

—Y seguro que tampoco has follado con ella.

—¿Qué dices?— Pregunté suspirando. Casi había olvidado aquel favor que me había pedido Natalia.

Tatiana se levantó guardándome la polla bajo el calzoncillo. Me subió el pantalón y me abrocho el cinturón. Me miró fijamente a los ojos.

—Te interesa más contarme la verdad. Te aseguro que vamos a salir ganando los dos.

Corrió la cortina y salió del probador. Tuve que salir encogido tratando de disimular mi erección.

Salí de la tienda detrás de Tatiana.

—¿De qué va esto? ¿Qué coño dices de que te cuente la verdad?

—Invítame a algo y lo hablamos.

Tuve que invitarla. Fuimos a un bar del centro comercial y pedí para los dos.

—Bueno, ¿me cuentas que jueguecito os traéis entre las dos?

—Si me prometes decirme toda la verdad y que nada de esto va a salir de aquí— Asentí con la cabeza— ¿Te follaste ayer a Natalia?

—Pues… No.

—A mí me dijo que sí.

—Me pidió que si me preguntabas si lo habíamos hecho, te diría que sí, pero no he tenido anda con ella.

—Ya lo imaginaba. Esta es tonta. ¿Quieres saber la realidad? Natalia es lesbiana.

—¿¿QUÉ?? ¿Qué cojones dices?— Grite en medio del bar.

—Que Natalia es lesbiana y si te pidió que dirías que te la habías follado es porque… ella y yo teníamos una apuesta. Natalia, veras, es virgen. Nunca ha estado con un chico y nos habíamos apostado a que no se acostaba con un chico antes de empezar la universidad— Yo estaba alucinando— Se la acababa el tiempo y entonces aquella noche apareciste tú en el portal y la dije… pues fóllate a tu vecino y me ganas la apuesta.

—¿Tu querías que ganara la apuesta o qué?

—Me daba morbo saber que se tira a un chico solo por una apuesta contra mí.

—Pues la ha perdido. Vamos, que has ganado tú ¿Qué habíais apostado— Se me ocurrían mil preguntas.

—Pues si no lo hacía iba a decirle a sus padres que es lesbiana.

—¡Joder!

—Pero prefiero otra cosa… Por eso decía que si me contabas la verdad ganábamos los dos. A mí lo que me pone… seria hacer un trio.

—¿Un trio? Tú, ella, y yo?

—Exacto.

—¿Pero tú no eres lesbiana, no? ¿O sí? Tú y Natalia estáis…

—No, no. No soy lesbiana. Bueno, a mí las mujeres no me gustan pero con Natalia… Somos amigas desde niñas y ya sabes, fuimos creciendo, un día te empiezas a probar ropa y lo típico, que si mira que tetas tengo yo, toca que duras, que si vaya culo tienes tu, que si yo me masturbo de esta manera, te toco con un dedito, te chupo a ver a que sabe… Y eso, vamos que lesbiana no soy pero Natalia es mi mejor amiga y me gusta pasar buenos ratos con ella.

—Y ahora quieres que hagamos un trio.

—Claro. A mí me gustan los tíos y tengo esa fantasía, compartir un tío con mi amiga. Y ahora que según ella lo habéis hecho, seguro que no le importa repetir contigo y conmigo jeje.

—¡De puta madre!

—Jaja, que suerte tienes eh? A ver cuantos se hacen un trio con dos tías como nosotras, ya me puedes dar las gracias y hacerme caso, que conmigo si eres bueno vas a salir ganando siempre. ¿Me invitas a comer y luego vemos algo en el cine?

—¿Me vas a arruinar ahora o qué?

No me podía creer la suerte que tenía, no solo me iba a follar a los dos, sino que además lo iba a hacer con las dos a la vez, siendo íntimas amigas y encima iba a tener el honor de desvirgar a una de ellas. Por supuesto que la invitaba a comer y la llevaba al cine, y si podía allí la iba a hacer mía por primera vez.

Comimos y fuimos a la sesión de las 15:30. Cuando Tatiana eligió la película más aburrida de la cartelera y los asientos en la última fila de la sala supe que pretendía lo mismo que yo.

Nada más entrar y sentarme en la sala, Tatiana se sentó encima mío y se lanzó a besarme. La hice poner una pierna a cada lado y así tenerla de frente. Mientras ella me metía la mano por debajo de la camiseta yo subía y bajaba desde su culo hasta su cabeza, haciendo un stop en sus pechos para sobárselos por encima de la ropa. Estuvimos así durante los diez minutos que duraron los anuncios hasta que la película empezó y comprobamos que apenas éramos 10 personas en la sala y ninguno de ellos estaba en nuestra fila.

—Tenía que haberme puesto una faldita, así me podías comer el coñito ahora bien— Me dijo al oído— Méteme la mano por el pantalón y mira como estoy.

Obedeciendo metí la mano esquivando las bragas hasta palpar su coño húmedo y recién depilado por la sensación que me dio al tocarlo. Metí el dedo índice dentro y hurgué en su interior haciendo círculos con el dedo.

—Chúpalo, mira que rico sabe— Me ordeno Tatiana.

Saque la mano y lleve el dedo a la boca.

—¿Qué coño esta más rico, el mío o el de Susana?

Me quede paralizado por completo.

—¿Qué te crees, que yo no me di cuenta de donde bajabas el otro dia? ¿Con esa cara? —Susurraba— ¿Y la cara que tenía Susana? Toda despeinada, venias de pegarla una buena follada ¿A que si?

Tatiana seguía sentada encima mí y me latía el corazón a mil. Desabrocho mi cinturón y saco mi polla que estaba durísima.

—Que morbazo cabrón ¿Cuánto tiempo llevas follándotela? Me has dicho que me ibas a decir toda la verdad— Comenzó a pajearme— Se te ha puesto más dura aun cuando te he hablado de ella.

—Pues hace como… mes y medio o así.

—Cuéntame cuéntame, que morbo, te follas a la madre y yo hare que te folles a la hija bufff…

Volví a meter la mano bajo su pantalón y note como su coño se humedecía mas a cada segundo que pasaba.

—¿Y qué quieres que te cuente?

—Todo. Todo. Con pelos y señales. ¿Cómo folla? ¿Qué te hace? Cuéntame todo…

—Escucha, date la vuelta, bájate un poco el pantalón y siéntate encima. Así te lo cuento de mientras…

No tardo ni un segundo, se levantó, se giró, bajó su pantalón junto a las bragas de un tirón hasta las rodillas y se sentó encima. Mi polla entro dentro con suma facilidad. Echo su espalda sobre mí y comenzó a mover la cadera suavemente.

—¿Te corres en su boca?

—Se lo traga todo. No deja una gota.

—Joder… ¿Es muy zorra?

Sujete las tetas de Tatiana desde atrás.

—No te lo puedes ni imaginar. Me la follo todos los días cuando su marido se va a trabajar. Todo lo que no hace con su marido… Se lo hago yo. ¿Sabes quién le follo el culo por primera vez?

—¿Tu? Dime que tu— Seguía moviéndose encima mío aguantando los gemidos para que nadie nos escuchara

—Yo, yo la rompí el culo por primera vez.

—Vaya pedazo de puta, quiero que te la folles todos los días. Quiero verlo…

—¿Y sabes qué? Su marido le pone los cuernos.

—¿También?

—Sí, y en cuanto le pille, me ha prometido que va a cumplir mis fantasías.

—Dios, me corro… tápame la boca…

La tape la boca inútilmente ya que sus gemidos se escuchaban en toda la sala mientras comenzaba a convulsionar encima de mí. Tras acabar su orgasmo se dejó caer encima mío totalmente relajada.

Se levantó y se subió el pantalón. Me miro con lujuria y se arrodillo.

—¿Te queda mucho?

—Medio minuto— Dije mientras Tatiana engullía mi polla del tirón.

Apretó sus labios mientras subía y bajaba tanto la cabeza y la mano y me corrí sin llegar a los 30 segundos. No llegue a ver mi corrida pues en ningún momento saco mi polla de la boca. Tragó todo lo que eche. Las gotas que se le escapaban entre las comisuras de sus labios y mi falo las recogió maestralmente con la lengua.

Una vez mi polla comenzó a decrecer me la guardo en el pantalón y me ato el cinturón de nuevo.

—Vámonos, que ya nos hemos perdido el argumento de la peli.

Huelga decir que me había tocado la lotería con semejante tía. Era más zorra, inteligente y astuta que Claudia y Susana juntas. Un par de horas después cuando ya estábamos cada uno en nuestra casa me volvió a llamar porque ya había pensado como íbamos a hacer el trio.

—Mira, nos invitas a tu casa a ver una peli o cualquier cosa, yo la convenzo si hace falta. Cuando estemos allí te inventas una llamada o algo y dices que tienes que salir de casa una hora o así y nos dejas allí. Nos esperas en el postal que yo a esta me la camelo enseguida y me lo monto con ella. Ya buscare al forma de mandarte un mensaje o algo, y entonces tu entras y nos pillas allí en medio de todo… y a esas alturas como voy a estar como una perra en celo y tu también pues cogemos a esta y entre los dos no se nos escapa.

Me quede callado durante unos segundos hasta que conseguí reaccionar.

—Joder, me das miedo…Tú y yo nos teníamos que haber conocido antes.

—Jaja, ya te digo. Bueno, lo dicho, mañana nos invitas a tu casa que yo estoy deseando hacerlo cuanto antes. No te masturbes que te quiero fresco ¿vale?

—Vale, vale, tu mandas.

Ni de coña iba a esperar hasta el día siguiente para invitarlas. Esa misma noche creé un grupo en Whatsapp y las pregunté si se venían a mi casa mañana después de comer a ver una peli y luego nos íbamos a dar una vuelta. Tatiana fingió pereza al principio para acabar aceptando alegrándose porque iban a tener chofer. Natalia fue más difícil de convencer pero tras hablar con ella en privado y tranquilizarla diciéndola que Tatiana no me había preguntado nada acerca de nosotros dos, accedió a regañadientes a venir.

Ese día me duché, depilé y arregle concenciudamente para el gran trio. Tal y como habíamos quedado a las cuatro de la tarde tenia a aquellas dos preciosidades tocándome el timbre. Tatiana vestida de negro, con una minifalda, una camiseta de tirantes que dejaba buena parte de la espalda al aire y sandalias. Natalia algo más discreta pero igual de sexy. Llevaba unos legins por debajo de la rodilla, una camiseta más ajustada y unas vans rojas. Cada una sexy a su estilo. Me iba a follar a esas dos diosas, no quería arruinar el plan así que tuve que ponerme a repasar alineaciones de futbol como un loco para no empalmarme en ese momento y joderlo todo.

Charlamos un rato en la sala, saque algo de beber y finalmente puse una película de Piratas del Caribe. No la hicimos mucho caso y seguimos charlando. Miraba el reloj y cuando llegamos a los 20 minutos exactos de película saque mis dotes de actor. Saqué el móvil del bolsillo como si me estuviera vibrando e hice como que contestaba una llamada. Me alejé hasta la cocina hablando yo solo.

—¿Si?....si…dime dime…

Espero cuatro o cinco minutos, respire profundo y volví a la sala.

—Me cago en la puta…

—¿Qué pasa?— Respondieron las dos casi al unísono.

—Mis padres, que se han quedado tirados con el coche en Haro, joder…

—No me jodas— dijo una de ellas.

—Tengo que llevarles una batería, oye, ¿Me podéis esperar aquí? No sé lo que tardare, una hora o así pero voy rápido, ¿me esperáis?

—Si si si— respondió Tatiana rápidamente.

—Vale, pues me voy— Antes de que Natalia diría cualquier cosa— Ahora vengo, sed buenas.

Y salí corriendo de casa. Ahora si todo iba bien solo tenía que esperar escondido en el portal la señal de Tatiana. La única manera de fastidiar el plan era si casualmente me encontraba a Susana por las escaleras y conociéndome a mí, y a ella, no íbamos a  ser capaces de resistir la tentación de follar allí mismo en las escaleras así que subí a la última planta al cuarto de ascensores y espere allí.

Llevaba cinco minutos y ya estaba impaciente por bajar y con mi polla palpitando pensando en que estarían haciendo en mi casa en ese instante aquellas dos. Pasaron minutos que se me hacían horas hasta que por fin mi móvil empezó a vibrar con una llamada entrante de Tatiana. El móvil siguió vibrando sin parar por lo que supuse que me había llamado como había podido y había dejado el móvil tirado.

Baje los escalones de uno en uno tratando de controlar mi agitada respiración y repitiéndome a mí mismo que todo iría bien. Me plante en la puerta de mi casa, me di ánimos, y metí la llave. Gire y abrí la puerta de la manera más suave que pude. De fondo escuche la película en la sala. Asome desde la entrada la cabeza y vi la sala vacía. Me asuste durante un segundo hasta que vi las vans de Natalia tiradas en el suelo. Seguían en casa. La cabrona de Tatiana se la había llevado a mi habitación. Me descalce para no hacer ruido y avance por el pasillo arrastrando los pies. Por allí encontré primero las sandalias de Tatiana y luego su camiseta tirada. Iba como el cazador que sigue las huellas de su objetivo, aunque la que había dejado las huellas era otra cazadora.

A medida que fui avanzando por el pasillo fui escuchando gemidos en aumento que no eran de otra más que de Natalia. Apreté los puños de felicidad.

Me asomé a mi habitación sorpresivamente. Allí estaban. Natalia tumbada boca arriba, con la cabeza en la almohada y los ojos cerrados, unos bonitos pechos al aire que se acariciaba con una mano y las piernas abiertas por completo. Entre sus piernas Tatiana lamiendo el coño de Natalia. A cuatro patas con su cabeza hundida y el culo en pompa apuntando hacia la puerta en la que me encontraba. Con una mano dentro de Natalia y la otra masturbándose a sí misma. Natalia acariciaba las mejillas de Tatiana mientras gemía.

—¿Pero qué…?— Me hice el sorprendido.

Natalia avió los ojos y se quedó boquiabierta al verme. Pasó un brazo por sus pechos tapándoselos y cerró las piernas de golpe. Tatiana solo levanto la cabeza con una sonrisa.

—Esto te lo podemos explicar— Dijo Tatiana poniéndose de rodillas en la cama.

—A ver como… ¿Qué hacéis en mi puta cama? ¿Sois lesbianas o qué?

—¿No se nota?— Tatiana bajo de la cama y camino hacia mí— Pero nos puedes guardar este pequeño secreto ¿no?

—¿Tu de que vas?— Dije tratando de hacerme el indignado aunque ya tenía una erección de caballo.

—Venga… Que ya me ha dicho Natalia que te la has tirado, no vayas de santo— La miró guiñándola un ojo y me rodeo el cuello con los brazos— Tu nos guardas este pequeño secreto… y nosotras te hacemos pasar un rato agradable.

Acerco su cara y me beso. Mis brazos la rodearon y mis manos recorrieron su espalda hasta acabar agarrando su culo.

Se separó y tiro del cuello de mi camiseta hasta la cama. Me quite la camiseta y me senté en la cama. Tatiana se puso de rodillas alado mío y Natalia se incorporó de rodillas al otro lado.

—¡¡Tatiana!!— Dijo alterada Natalia.

—¿Qué? Tú ya te lo has tirado, no te pongas celosa ahora— Respondió está tocando mi paquete  por encima del pantalón— ¿O quieres que se lo diga a todo Logroño?

—Tati…

—¿Qué? Pero mira como tiene la polla, yo también quiero probarla, no solo tú.

—¿Pero como vamos a hacerlo los tres…?

Tatiana ya no la escuchaba más. Tiro de mi pantalón hacia abajo y dejo mi polla al aire.

—Vaya polla tío…—Acerco sus labios y me besó el capullo, lo rodeó con la lengua y se metió media polla en la boca. La saco saboreándola— No me habías dicho que la tenía tan rica, capulla. ¿La querías para ti sola?

Volvió a tragarse mi polla. Subió y bajo con la cabeza varias veces.

—Venga tía, chúpasela tú también, no te cortes ahora.

Natalia se arrimó con timidez a mi polla mientras Tatiana me la sujetaba de la base. Cerró los ojos y me beso en el capullo. Sacó la lengua y lo lamio y acto seguido abrió la boca y se metió el capullo dentro. Era la primera polla que se comía en su vida y esa timidez e inexperiencia tratando de imitar a su amiga me ponía si cabe más cachondo aun.

Tatiana la sujeto de la cabeza para que no se sacara el capullo de la boca. Tenía una manera curiosa de comerlo, apretaba con los labios y empujaba con la lengua mientras trataba de succionar, como si estaría bebiendo de una pajita. Y así, me lo estaba llenando de babas. Tatiana acerco su cabeza y comenzó a dar lengüetazos por todo el tallo de mi polla mientras seguía agarrado la cabeza de Natalia.

La dejo levantar la cabeza lo justo para poder meter ella también mi capullo a la boca y tratar de besar a Natalia con mi polla en medio. En el momento en el que los labios d ellas dos chicas entraron en contacto, Natalia se dejó llevar más y recorrió todo mi capullo con su lengua buscando la lengua de Tatiana. Yo me deje caer la espalda sobre la cama y recé para no correrme.

Tatiana no soltaba el pelo de Natalia en ningún momento. Tiro de su melena hacia abajo e hizo que Natalia bajara por un lateral de mi polla lamiendo. Tiro para arriba y la hizo subir. Tatiana se unió a ese movimiento. Cuando una bajaba, la otra subía, y viceversa. Recorrieron mi polla incontables veces llenándome de saliva y babas. Finalmente Tatiana decidió coordinar los movimientos para que ambas subieran y bajaran a la vez y pudieran unir sus lenguas cuando llegaban al capullo. Las entrelazaban y volvían a bajar.

—Veamos… ¿Quién quiere ser la primera en ser follada?— Pregunté antes de no aguantar más y correrme entre las bocas de las dos chicas.

Como esperaba Natalia se quedó paralizada y Tatiana se vino arriba al oírme.

—Poneros como estabais antes chicas— Dije incorporándome aprovechando para manosear los pechos de las dos.

Tatiana agarró a Natalia y la tumbó en la cama. Ella se echó encima y comenzó a besarla.

—Joder, esto es como una peli porno…— Reflexioné en voz alta.

Tatiana bajo una mano al coño de su amiga mientras la besaba por el cuello y comenzaba a bajar recorriendo el cuerpo con la lengua hasta llegar a los bonitos pechos de Natalia. Se entretuvo en ellos mientras yo observaba el espectáculo. Bajo besando por la tripa de Natalia hasta llegar a donde tenía su propia mano e hizo gemir de nuevo a su amiga cuando su lengua comenzó a recorrer la empapada entrepierna que tenía ante sí.

El culo de Tatiana volvía a quedar en pompa apuntándome a mí. Puse una mano en cada nalga y las separe todo lo que pude para contemplar mi merienda. Emanaba un olor a mujer deseosa que maravillaba. Saque mi lengua y comencé a lamer de abajo a arriba, empezando en un agujero y acabando en otro. Llevaba diez segundos cuando sus muslos ya goteaban sus fluidos de lo mojada que estaba.

Hubiera seguido lamiendo aquel manjar pero a esas alturas ya estaba ansioso por meterla. Me incorpore y frote mi polla contra aquel coño.

—¿Estas preparada Tatiana?

Emitió un sonido de aprobación ahogado contra el coño de Natalia e introduje mi falo en su interior. Disfrute cada centímetro de metida en aquel agujero tana cogedor. Parecía estar diseñado justo para mi polla.

Me agarré a su cintura y disfrute con entradas y salidas suaves de aquel momento, viendo como Natalia también disfrutaba gracias a Tatiana.

—Que coñito más rico tienes nena, dame tus manos… ábrete el culo tu…

Saco sus manos de los muslos de Natalia para echarlas hacia atrás, y en ese momento la propia Natalia enroscó sus piernas alrededor del cuello de Tatiana aprisionándola contra su coño para evitar que esta levantara un ápice su cabeza.

—No dejes de comerme el coño Tati cariño…— La escuche hablar por primera vez desde que habíamos empezado.

Separó sus nalgas ella misma, me apoye en sus manos y la embestí con fuerza. Resoplé, la cabeza de Tatiana rebotó de la fuerza entre las piernas de Natalia haciéndola gemir, y finalmente Natalia gimió más aun al notar el movimiento de Tatiana en su entrepierna.

Volví a embestir y se volvió a producir la misma reacción en cadena. Embestí dos veces más hasta que noté que ambas preciosidades estaban a punto de caramelo. Las dos a punto de correrse.

—Vamos a cambiar preciosas.

Salí del interior de Tatiana al tiempo que la daba un cariñoso azote en el culo. Natalia no la soltaba con sus piernas así que Tatiana tuvo que morderla en una ingle para conseguir que abriera las piernas y poder escapar.

Agarré a Natalia de los tobillos y la arrastre hacia mí con las piernas abiertas.

—Espera…espera— Me gritó— Yo…es que…yo…soy virgen.

Tatiana la besó en la boca y la calló.

—Relájate y no te dolerá— Le dijo mientras la seguía besando.

Y mientras ambas seguían enroscando sus lenguas yo baje la mía por las piernas de Natalia hasta llegar a su virgen vagina. Seguía mojada, mezcla de sus fluidos y la comida de Tatiana.

Lamí con suavidad y ternura aquel agujero, como si quisiera darle confianza a esa chica que miraba con cara de pena como iba a perder su preciada virginidad. No vi mucho más esa cara pues Tatiana se subió encima de ella y la perdí de vista. Arrodillada con una pierna a cada lado escuchaba como Natalia comenzaba a lamerle el coño a su amiga que dejaba caer su cabeza y su melena hacia atrás.

Era mi momento. Sujeté mi miembro y lo posé sobre aquella maravillosa y depilada rajita. Froté y encaré mi capullo hacia la entrada. Penetré el capullo haciendo fuerza ya que sus paredes se cerraban ante mi paso y parecían tratar de expulsar a aquel extraño invasor que las cruzaba.

Vi como la respiración de Natalia se agitaba y por los gemidos de Tatiana, su lengua también debía estar agitadísima.

Seguí penetrando notando una presión brutal alrededor de mi polla que casi no me dejaba avanzar. Sus piernas se movían aleatoriamente a mí alrededor.

—Que coñito más prieto, que gozada Natalia, relájate.

Saque un par de centímetros para volver a meterlos y empujar de nuevo.

De repente Tatiana se corrió sobre la boca de Natalia. Su cuerpo se tambaleó y echo su espalda hacia atrás. La sujete con mis brazos, giró su cuello y los dos buscamos nuestras bocas para besarnos. Agarré sus pechos desde atrás y los apreté mientras nos seguíamos besando y terminaba de correrse sobre Natalia.

Yo seguía con la polla dentro de Natalia. Tan pronto como Tatiana se recuperó, se levantó, se dio media vuelta y volvió a sentarse sobre la cara de Natalia pero esta vez mirándome a mí. Se tumbó como si fueran a hacer un 69 con un invitado especial, mi polla. Saco la lengua y lamio desde el clítoris hasta el trozo de polla que yo aún tenia fuera.

Me tenía que  mover muy despacio dentro de Natalia ya que seguía apretando su vagina impidiéndome hacerlo más rápido, pero dándome al mismo tiempo un gran placer y acelerando mis ganas de correrme. Notar la punta de la lengua de Tatiana recorriendo el tallo de mi polla fue lo que me faltaba para correrme.

Saque mi polla de golpe de Natalia y directamente me corrí sin dar tiempo a Tatiana a abrir la boca para tragársela toda. Mi corrida fue disparada a su cara, buena parte a la boca y otra a la mejilla. El resto de la corrida cayó sobre el coño de Natalia del que caía un hilito de sangre, prueba de su recién perdida virginidad.

Deje mi polla apoyada sobre aquel dilatado coño del que Tatiana no dejaba de lamer el clítoris y ahora juguetear con mi corrida.

Tanto Tatiana como yo habíamos cumplido nuestro objetivo, habíamos disfrutado de nuestros orgasmos y habíamos cumplido nuestra fantasía. La pobre Natalia seguía allí tumbada a nuestra merced.

Me tumbé a un lado mientras dejaba que Tatiana seguiría jugando con su lengua, sus dedos y el recién estrenado coño de Natalia hasta que la daría su merecido orgasmo. Busqué entre las piernas de Tatiana la boca de Natalia y la besé sin que ella se lo esperara. Metí una mano por debajo de su cabeza para que no se escapara.

Desde luego que ambas amigas se conocían perfectamente y no tardo mucho Tatiana en arrancarle un orgasmo a Natalia. Se retorció sobre mi cama y quedo tendida en ella con los ojos cerrados mientras Tatiana se levantaba y se sentaba junto a mí abrazándome y besándome.

Cuando Natalia recobro el sentido comenzó a vestirse con la cabeza agachada pareciendo estar avergonzada.

—Al final me has ganado la apuesta cacho perra— Dijo Tatiana para sacarla una sonrisa antes de empezar a vestirse ella también— ¿Tu nos guardaras el secreto no?

—Por supuesto que sí.

Nos terminamos de vestir entre bromas de Tatiana y mías sin que Natalia dijera nada. Los dos nos dimos cuenta de tal circunstancia así que Tatiana y yo nos leímos la mente y decidimos que los mejor era que se iría ella con Natalia a solas y la relajaría. Yo confiaba de sobra en las grandes dotes manipuladoras de esta chica y en que sabría calmarla para volver a repetir esta sesión de sexo otro día.

Así pues, me quede solo en casa celebrando la victoria en calzoncillos y con una cerveza en la mano.

Al cabo de una hora sonó el timbre. Ojala seria Susana para terminar de redondear el día, pensé.

Era Tatiana. Según abrí entró directa a besarme.

—El otro día me dijiste como que el marido de Susana le ponía los cuernos ¿no?

—Eh…Si. Eso cree ella.

—Y que si le pillas, ella cumpliría tus fantasías ¿no? Algo así me dijiste…

—Si…¿Por qué lo preguntas?

—Porque yo puedo saber con quién la engaña.