Quiero iniciarme
Una mujer madura, quiere experimentar nuevas sensaciones.
Antes de nada, quiero decir que este texto es una traducción del que hice en su día en lengua catalana, y quiero agradecer a todos y todas que tuvieron a bien escribirme sus comentarios, fuesen críticos o no por utilizar la lengua (que no dialecto) catalana.
Era una tarde de invierno, de hecho esto pasó hace muy pocos días. Estaba sentado en mi oficina, abrí el msn, y encontré que se había agregado un nuevo contacto. Siempre dudo si debo aceptar o no, finalmente me decido a agregarla. Es una mujer que vive cerca de Barcelona, de más de cuarenta, me dice que busca nuevas experiencias sexuales, que está buscando un amo para una relación real, que la eduque, y que no se detenga ante sus miedos, me cuenta también que le han gustado mis textos, y si es cierto que esas cosas ocurren en la vida real, entre otras cosas me cuenta que no es feliz con su marido ¿os suena esto?, ¿cuántas mujeres deben haber escrito esas palabras?, jajajaja, de todas formas creo que todos merecemos una oportunidad
Estuvimos unos días hablando y viéndonos por el msn, la verdad es que no era la mujer más atractiva que he conocido, pero tiene un aire interesante, que de alguna manera me atrajo le expliqué lo que busco en una sumisa, y ella me dijo que creía que podría llegar a serlo casi todas creen que pueden llegar a ser excelentes sumisas, jajaja, pero todos sabemos que eso no es así, en el momento en que hay que dar el primer paso, y pasar de un mero contacto virtual a uno real, a la mayoría les entra el pánico, supongo que imaginaran que serán sometidas a todo tipo de humillaciones y maltratos
Decidí que tenía que probar si esa mujer era capaz de comportarse como yo esperaba de ella. La cité en un lugar próximo al campo del Barça, al anochecer, la verdad es que creía que no aparecería, la cita era muy cerca del lugar donde están las prostitutas. Desde donde estaba yo, podía ver como varios coches se pararon cerca de ella preguntándole cuanto cobraba por los servicios, cuando consideré que ya era suficiente me acerqué, la llamé por su nombre y subió a mi coche, estaba sonrojada, le ordené que abriese las piernas, mis dedos separaron el tanga y noté con placer que estaba completamente mojada, la excitó que la confundiesen con una puta paré en un callejón oscuro.
-Así que te ha gustado esto, verdad, perra?
Saqué mi polla y le ordené que empezase a chupármela, ella, muy obediente empezó a mamar, mientras le iba metiendo el dedo dentro de su mojado coño sentí que pronto los dos nos correríamos, y aún quedaba mucha noche por delante
-Detente!
Ella con disgusto dejó de chupar, me miró a los ojos, mientras unas gotas de sudor bajaban por su rostro.
-Quítate el tanga y ábrete de piernas, tengo algo para ti
Del asiento trasero cogí una bolsa y de ella saqué un vibrador, y puse el coche en dirección a Sitges.
-Ahora te vas a masturbar hasta que yo te lo diga, y si no quieres que me enfade, no te correrás hasta que yo te lo ordene, has comprendido, perra?
-Si, señor, lo he comprendido
La verdad es que es difícil concentrarse, cuando alguien a tu lado se está follando con un consolador, cogí la autovía, sus gemidos de placer me empezaron a excitar, la verdad es que ya tenía la polla bien dura, diez minutos más tarde, me imploró que dejase que se corriese
-Calla y sigue.
El interior del coche olía a su sexo, de repente, tras unos gemidos más intensos un grito de placer me anuncia que no ha podido aguantar
-¿Te has corrido, perra?
Agachó su cabeza, y sin mirarme me dijo que no podía aguantar más
-¿Qué crees que tengo que hacer ahora contigo, guarra?
-No lo se, señor
-Cállate, zorra, mereces un castigo
En esa misma autovía hay un motel, me acerqué dejando el coche en el aparcamiento, un empleado nos acompañó a una habitación, al cerrar la puerta le dije que se arrodillase.
-Ahora, zorra, voy a castigarte, por no saber obedecer las órdenes de tu amo.
La cogí por el pelo, y a cuatro patas la llevé al baño, le quité la ropa y la metí dentro de la bañera, meándome encima suyo, sin parar de decirle que era una auténtica guarra, una perra, que se excitaba cuando alguien la tomaba por puta mientras le decía esto, metió sus dedos dentro de su coño mirándome con rostro de guarra
-Si que eres puta, límpiate, tengo ganas de follarte.
Me acerqué al minibar a coger algo para beber, me senté en el sofá , y momentos después apareció ante mi , desnuda, con el pelo mojado, me miró a los ojos, pero al momento bajó la mirada en actitud de respeto.
-Acércate hacia aquí, a cuatro patas, como la perra que eres
Lentamente se acercó a mí, hice que se girase, mostrándome todo su culo, en ese momento le metí un dedo dentro, empecé a moverlo dentro suyo para dilatarlo, al rato le metí otro, ella iba moviéndose, cuando me pareció que ya estaba preparada se la metí por atrás
-Me duele, me duele, para
Poco a poco sus gritos de protesta se convirtieron en gemidos de placer, ahora a la muy puerca le gustaba que le follasen el culo, se excitaba cuando le iba diciendo lo muy perra que era , hasta que me corrí, mi leche empezó a inundarle las entrañas, en ese momento ella se corrió como una guarra, mojándolo todo
-Amo, no, no quería, se me ha escapado
Un golpe en sus nalgas resonó en la habitación, otro, un tenso silencio, ella me muestra de nuevo las nalgas, casi como una invitación a que la golpease
-A demás de puta, masoquista, eres una joya, jajajaja
Se acercó a mí, como una gata, sus tetas colgando, se movían al andar hacia mí, hasta que refregó su cuerpo entre mis piernas, en ese momento la cogí por el pezón tirando hacia abajo hasta que se tendió en el suelo, puse mis pies sobre ella y conecté la tele. Estuvimos un rato así, hasta que la agarré por los pelos para apoyarla en el escritorio, con el culo hacia fuera y las piernas bien abiertas, me la follé con violencia, mientras ella movía su cuerpo, y hacía fuerza con los músculos de su coño para aumentar mi sensibilidad. Cuando veía que iba a correrse, le apretaba las tetas, hasta que el dolor hacía que no llegase al orgasmo, hasta que finalmente me corrí en su coño de perra caliente
-Ahora si que puedes correrte, guarra
Se metió primero un dedo, luego dos, tres, y con fuerza se pajeó, segundos después entre gemidos se corrió, sacó los dedos de dentro suyo, llenos de mi semen y de sus fluidos, y mirándome a los ojos empezó a lamerlos