Quiero coger con tu esposa.

Su cuerpo se estremecía de placer, era una hembra en celo.

Quiero coger con tu esposa.

El mensaje era claro. El remitente estaba dispuesto a conocer a Silvia. Pensé en no responderle, pero… sus palabras me hicieron sentir curiosidad, saber si de verdad un hombre viejo podía hacer lo que el mencionaba en su mensaje. ___ ¡Si, se que soy viejo! ___ Sin embargo. Me siento capaz de hacerla vibrar, aún sin penetrarla; solo con mis manos, tú puedes atestiguarlo si lo deseas… estoy seguro de sorprenderte cuando veas hasta donde soy capaz de excitar a una mujer.

Silvia miró con curiosidad el mensaje. Me miró suplicante, su semblante lo decía todo, --- ¿te gustaría conocerlo? --- digo, no sé si sea buena idea hacerlo, sin embargo… también me siento intrigado con lo que dice, ___ ¡responde su mensaje y arregla la cita! ___ - fueron las palabras de mi esposa, no respondí de inmediato, esperé un par de días antes de hacerlo; y lo hice animado por la reciente actitud de Silvia, estaba comportándose demasiado liberal…

Sobre todo cuando estábamos en casa, como esa mañana de sábado, me levante a las 10 de la mañana, después de bañarme fui al comedor, Silvia ya tenía listo el desayuno, me quedé sorprendido al verla vestida de esa forma tan sexy… zapatillas negras de tacón alto, sobre su cuerpo, ¡solo llevaba puestas dos prendas, una pequeña tanga blanca de hilo… tan transparente que podía verse sin problema su depilado chocho! Y un mandil que solo cubría la parte frontal de su cuerpo, era en color rojo con cuadros blancos, se peinó con dos chongos a los costados, se veía hermosa y deseable.

La parte trasera de su cuerpo estaba prácticamente desnudo, ni siquiera podía verse la liga de la tanga, pues se perdía en medio de sus carnosas nalgas. En algún momento… trague saliva al ver lo que hizo, no sé si fue por verdadero accidente o fue para aumentar mi excitación, pues sin duda se había dado cuenta que la miraba con deseo.

Algo cayó al piso. ¡Se agacho de frente a mí! Poniéndose en cuclillas; como si fuera a orinar, lo delgada de la tela del pequeño triangulo que cubría su sexo, no impedía que se pudieran apreciar sus labios vaginales. Al reincorporarse… me miró fijamente… relamió sus labios y… ¡me lanzó un beso cargado de sensualidad! ___ ¿te gusta cómo me veo? ___

Claro… ¡estás hermosa y sexy! ¿No te sientes incomoda estando casi desnuda?

___ ¡No… al contrario, me gusta que me observes, sentir tu mirada sobre mi cuerpo! ¿Sabes…? Anoche, tuve un extraño sueño erótico, soñé con el hombre del mensaje, estaba con él en un hotel, me desnudaba lentamente, acariciaba mi cuerpo, chupaba mi chocho, me hacía vibrar tal y como lo dice en su mensaje… Pablo tardara en llamarme, me dijo que por lo menos debía esperar 45 días antes de que llamara, apenas han pasado 15 días y ya lo extraño. ¡Quizá ese hombre… pueda calmar un poco mis deseos sexuales! Ó ¡quizá el hombre que conocimos en el cine! ¡De verdad… necesito que me cojan… estoy muy excitada!

Deja que lo piense un poco. Te prometo que voy a considerar ambas opciones… pero de alguna forma conseguiremos quien calme tu calentura.

Después de tomar el desayuno. Fui a la recamara donde tengo mi computadora, ya no lo dude más, respondí el mensaje del hombre interesado en Silvia, “estoy de acuerdo en permitir a mi esposa que pase una noche a tu lado” ¿Qué propones? __ en realidad…no necesito más de un par de horas__ lo que propongo es, viajar a donde viven, tomar una copa en algún bar, conocernos un poco y llevarla conmigo a un hotel, por supuesto… ¡tú puedes acompañarnos!

Solo te pido que sea un fin de semana. Podría viajar en sábado o domingo, ¡pero quiero que sea algo serio! Antes de ir… quiero que me des un numero telefónico, para saber que no es una broma, y también… necesito escuchar a Silvia por teléfono, ¡espero comprendas mis requerimientos!

Claro que entiendo… ¡voy a enviarte mi numero de teléfono, ahora mismo estoy en casa y puedes llamar, Silvia está a mi lado! ¡Espero que logremos una buena amistad!

Le envié mi número telefónico. Me apresuré a llamar a Silvia a mi lado, se sentó en una silla a mi costado, lo que hizo… me obligó a llevar mi mano a su chocho y acariciarlo por encima de la delgada tela de la tanga, estaba mojada, sin duda por su estado de excitación. Subió sus pies sobre del asiento, y su sexo quedó expuesto a mi total disposición. __ va a llamarnos en unos minutos__ ¡quiere escucharte para estar seguro que no le estamos tomando el pelo!

La llamada fue muy corta. Pudo escuchar a Silvia y comprobar que no era un juego, acordamos que viajaría al siguiente fin de semana, por el momento, Silvia debía ser paciente, los siguientes días siguió sorprendiéndome con su forma de vestir, pero la mayor sorpresa la recibí al siguiente viernes, vísperas de la llegada de Sergio.

Se aproximaban las vacaciones de fin de año. Fue un día muy cansado, recargue mi cabeza en la ventanilla del transporte, cerré los ojos y traté de dormir un poco, casi una hora después llegue a mi destino, caminé despacio, estaba cansado; fue al entrar cuando me quedé inmóvil por la sorpresa, ¡Silvia estaba totalmente desnuda…!

Sentada en el sofá. Con las piernas cruzadas, enmudecido por la sorpresa me aproxime lentamente; me senté a su lado y le di un beso en la boca, ___ ¿te gusta encontrarme desnuda? ___ estoy muy excitada, ¡quiero que me hagas el amor! ¡Por favor! --- Su voz era suplicante, desde luego que me excite de encontrarla desnuda, ¡jamás lo había hecho antes!

¡Mañana tenemos la cita con Sergio…! ¿lo recuerdas? Creo que sería mejor que esperes a mañana, así… disfrutarías más el encuentro. __ ¡no logre convencerla de que se vistiera! Paso el resto de la tarde así… totalmente desnuda, solo con sus zapatillas puestas, caminando por la casa, se veía deliciosa con su chocho depilado.

Al siguiente día nos despertamos muy temprano, le ayude con las tareas de la casa, eran las dos de la tarde cuando Silvia entró a bañarse, la hora había llegado, sentada frente del tocador, peinó su cabello, se puso labial rojo y se maquillo con discreción, sobre la cama dejó extendido un hermoso vestido rojo strapless, al lado una tanga de hilo en el mismo color.

Minutos después termino de ponerse sus ropas, convino el vestido con unas zapatillas blancas de tacón alto de aguja, salimos de casa, caminaba tomada de mi brazo, me sentía orgulloso de llevarla a mi lado, sobre todo al notar las miradas morbosas de los hombres. Decidí que era mejor tomar un taxi de sitio, la cita sería en un café ubicado en los portales del zócalo de la ciudad.

Ambos estábamos nerviosos. Podía sentir como apretaba con fuerza mi brazo mientras nos aproximábamos al café; después de preguntar a un joven en la entrada, nos guió a una mesa en la planta alta del local; ahí estaba… un hombre de apariencia agradable, sonrisa cautivadora y elegante forma de vestir.

Como todo un caballero se puso de pie para saludarnos. Le dio un beso a Silvia en la mejilla y alago su apariencia. ___ ¡te ves hermosa Silvia! ___ eres joven, muy femenina.

Iniciamos charlando de cosas comunes. Sergio demostró ser un hombre culto, educado, y sobre todo muy atento, noté a Silvia entusiasmada, de inmediato dejaron evidente que había química entre ellos. Eran las 6 de la tarde cuando Sergio decidió tocar el tema principal que lo había traído a la ciudad donde vivimos. --- ¡me gustaría ir a un lugar más intimo si les parece! Podría ser en algún hotel cerca de aquí o quizá… en un motel, bueno eso depende si tú quieres acompañarnos, supongo que deseas estar presente.

Si… ¡en realidad si me gustaría estar presente! Pero no se si sea buena idea entrar juntos a un hotel.

__ Tienes razón. Será mejor ir a un motel, tu puedes agacharte en el asiento trasero para que no te vean, deje mi auto en un estacionamiento, si gustan… ¡vamos de una vez… me gustaría volver esta misma noche a mi casa!

Caminamos juntos hasta el estacionamiento, como si nos conociéramos de mucho tiempo atrás. Silvia subió a su lado, yo lo hice en los asientos de atrás, abandonamos la ciudad y tomamos la carretera hacia la ciudad de México, kilómetros adelante entramos a un motel, me agache para no ser visto por la mujer que le indico que habitación podíamos usar. Espere hasta que la puerta automática se cerro, desde ese momento me convertí en un espectador.

Sergio la tomo de la mano y subieron las escaleras hacia la recamara, me senté en un pequeño sillón forrado de terciopelo, mientras Silvia lo hacia en la cama. __ ¡traeré algo del auto no tardo! __ fueron las palabras de Sergio antes salir de la habitación.

___ ¡estoy muy nerviosa! ___ Sergio es un hombre muy atento, pero no es demasiado viejo, a lo más debe tener unos 50 años,

--- es verdad Silvia, esperemos que todo salga bien, me parece una buena persona… ¿estás excitada? ___ si… ¡me muero de ganas de que ya me coja! ___

Nuestra charla fue interrumpida al escuchar que subía las escaleras hacia la recamara, traía una caja de cartón con él, la puso sobre la pequeña mesa que estaba frente de mí, se sentó en otro de los pequeños sillones a mi costado.

--- ¡Silvia… por favor despójate de tus ropas! Mientras preparo lo que ocupare.

De la caja extrajo una especie de lámpara, la fijó en la mesa y después extrajo un frasco con un líquido transparente; conecto lo que parecía lámpara a un contacto y de inmediato comenzó a salir algo parecido a un vapor. -- ¡es un vaporizador! -- aclaró ante mi mirada curiosa. Silvia ya estaba desnuda, había vuelto a sentarse en la cama, Sergio dio la vuelta y la tomó de la mano, con mucha delicadeza la recostó en el piso sobre la alfombra.

Puso el vaporizador a escasos centímetros frente al rostro de Silvia. Abrió el frasco y dejó caer el líquido en el cuerpo de Silvia, de inmediato comenzó a distribuir el líquido por su desnudo cuerpo, ponía más atención en sus pequeñas tetas, las apretaba y soltaba, una y otra vez… sus pequeños pezones reaccionaron de inmediato a las caricias.

Lentamente fue acariciando todo su cuerpo, sus piernas, sus pies, su vientre, su cuello… volvía a sus tetas, pero cuidaba de no tocar un solo centímetro el chocho. Dejó de acariciar su cuerpo y ahora tomó el vaporizador pasándolo por todo el cuerpo de Silvia, de inmediato vi como se estremecía al sentir el calor del vapor.

La hizo dar la vuelta para hacer lo mismo con la parte trasera de su cuerpo, las manos de Sergio resbalaban por las carnosas nalgas de mi esposa; quien ya no pudo más y dejó salir sus gemidos… ¡gemidos del placer que estaba sintiendo!

Aaaaaaaaaaaa diossssssssssss aaaaaaaaaaaaaa ssssssiiiiiiiiiiiiiiii aaaaaaaaaaaaaaa. ¡Que rico! Aaaaa.

Volvió a pedirle darse la vuelta para quedar boca arriba. Sus grandes manos cubrían por completo las pequeñas tetas, Silvia abrió por completo sus piernas, era evidente que deseaba que tocara su chocho; por fin… tomó el frasco del líquido, lo puso frente a su chocho y dejó caer un poco del líquido, Silvia elevó sus nalgas, quizá por mero instinto, quizá por la gran excitación que tenía.

La mano derecha de Sergio acariciaba el caliente chocho de Silvia. Mientras que con la izquierda seguía sobando sus tetas, primero una y luego la otra.

Aaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaa yyyyyaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaa.

Sus gemidos se escuchaban en la habitación, sus piernas comenzaron a temblar, contraía su pecho en un rictus de placer… un par de los dedos de Sergio entraban y salían del mojado chocho, quedaron embadurnados de sus líquidos blancos y viscosos, de forma morbosa… chupaba el liquido y volvía a meterlos en el chocho.

Lo hizo varias veces. Silvia seguía temblando, Sergio se puso de pie; lentamente comenzó a desnudarse, Silvia lo miraba atenta, mientras su cuerpo seguía preso del temblor. Un trozo de carne saltó erguido, apuntando al techo, Silvia cerró los ojos y relamió sus labios.

Se acomodó en medio de sus piernas, sin más la penetro… ¡los gemidos de mi esposa aumentaron al recibir el trozo de carne!

Aaaaaaaaaaaaaa assiiiiiiiiiiiiiiiiiii aaaaaaaaaaaaaaa mássssssssssssssss aaaaaaaaaaaaaaaaaa.

Solo fueron unos minutos en esa posición, después se puso de pie, se sentó en el sillón a mi lado, la tomó de la mano y la hizo sentarse sobre él, ¡ella sola se penetro! Cerró los ojos al sentir como la verga se abría paso en su vagina, comenzó a elevarse y a sentarse, sus pies estaban apoyados sobre el asiento del sillón.

Todo su cuerpo estaba bañado en sudor. Se comportaba como un animal en celo… Sergio estaba inmóvil dejando que ella misma se cogiera, de su garganta salió un grito justo en el momento cuando al soltar la verga, salió un torrente de líquidos disparado al frente. Sergio no le permitió bajar del sillón, volvió a tomarla de la cintura y la volvió a penetrar, ahora era él quien teniéndola tomada con fuerza de la cintura, le metía y sacaba con fuerza el trozo de carne.

La verga comenzó a cubrirse por el líquido viscoso. Era morboso ver como comenzaba a escurrir un delgado hilo por los huevos de Sergio, el sudor de ambos comenzó a mezclarse, la hembra estaba siendo complacida a plenitud… Sergio la soltó y le extrajo su verga, un nuevo chisgueteo salió disparado, delicadamente la ayudo a ir a la cama, la recostó y dejo que descansara unos minutos.

Silvia se acurruco, su cuerpo no dejaba de estremecerse; después de beber agua, Sergio volvió a la carga, se acostó a su lado, la beso en la boca al tiempo que acaricio el mojado chocho. La hizo recostarse boca arriba sobre él, apretó con fuerza sus tetas y beso su cuello; se incorporó hasta quedar sentado, la tomó de las piernas y con sorprendente facilidad se puso de pie teniéndola ya ensartada hasta el fondo… sus tetas se sacudían violentamente, mientras la subía y bajaba con sus fuertes y grandes manos.

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa mmmmmmaaaaaaaaaaaaaaasssssssssssss aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa. Ssssssiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii.

Ya me dolía la verga por la erección alcanzada, estaba de frente a mí… ensartada en esa formidable verga, la cual no tardo en salir embadurnada con la leche de la hembra en la que estaba convertida mi esposa, su cuerpo se sacudió violentamente, lo que ocasionó que se saliera el trozo de carne, justo en el momento que salía otro torrente de líquidos vaginales, los cuales llegaron a escasos centímetros de donde yo miraba absorto la escena.

Con suavidad la ayudó a bajar, le dio la vuelta y ahora la penetro en la misma forma, pero estando de frente a él… se aferro al cuello de Sergio, sus nalgas se movían grotescamente ante los embates del macho…

Aaaaaaaaaaaaaaaaaaa yyyyyyyyyaaaaaaaaaaaaaaaaaa aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa…

Dio la vuelta y la dejó sobre la cama, sus piernas quedaron abiertas, de su chocho comenzaba a salir la leche del macho, mezclada con sus propios líquidos vaginales, Sergio fue a bañarse, mientras Silvia se reponía. Poco a poco la calma fue regresando, cuando él salió de bañarse, Silvia ya estaba vistiéndose, abandonamos el motel, nos dejó cerca de la casa.

Prometimos hacer el viaje a donde el vive en un futuro próximo. Apenas entramos a la casa, le pedí se desnudara, lo mismo hice yo, estaba tan caliente que no me importó meterle mi verga y sentir el semen de Sergio. Estaba muy lubricada, en minutos eyacule, nos quedamos profundamente dormidos, Silvia quedó plenamente satisfecha… Sergio logro apaciguar la calentura de su cuerpo, por mi parte… estoy consiente que estoy convirtiéndome en un cornudo satisfecho de ver como se cogen a mi esposa.