Quieres jugar conmigo? Yo Ivonne. 2

Jugando en clase.

Como les conté en la publicacón pasada, siguen los juegos. Ivonne cada vez le va dando más sabor a las situaciones, yo un esposo feliz.

Quieres jugar conmigo? Yo Ivonne. 2

Al poco tiempo, me inscribí con Ivonne en un curso de fotografía. Éramos en total 10 personas en el mismo curso: nosotros dos, otra pareja de nuestra edad, un matrimonio con su hijo adolescente, una chica de 22, y dos muchachos de veinticinco, quienes por lo cercano y cariñoso de su relación supuse que eran gays. Era muy interesante, las primeras clases recorrimos la ciudad tomando fotos de edificios, de las calles, fachadas, casas y monumentos.

La cosa es que al terminar la segunda semana debíamos presentar un set de tomas de un tema en específico. Era difícil de elegir. El profesor nos dijo que lo más inteligente, dado que éramos un grupo par, era juntarnos de a dos, y tomarnos imágenes uno a otro, y viceversa. Vaya, el tema sería retrato. Así se hizo, quedando libres el niño y la joven. Entonces se me ocurrió que Ivonne forme grupo con Daniel, y yo lo haría con Vicky. Una chica castaña, verdaderamente hermosa. Sinceramente, en mi decisión influyó tanto poder desarrollar nuestro juego como el sacarle unas fotos a esta belleza.

Estoy seguro que Ivonne captó mis intenciones al instante, porque no me dirigió la palabra durante todo el trayecto de regreso a casa. Yo me la pasé haciendo los típicos chistes idiotas que hacemos los hombres cuando sabemos que estamos haciendo algo incorrecto, lo que generaba en mi mujer el efecto contrario al que yo buscaba, irritándose cada vez más. Cuando nos acostamos, ella me preguntó si yo era capaz de engañarla después de todas las cosas que ella hacía hecho para complacerme. Yo le contesté sin dudar que no, y que sólo se trataría de un trabajo para el curso, y bla bla bla... En fin, al buen entendedor, pocas palabras.

Pasé a buscar a Vicky a su casa. Como no estaba lista conocí a Ariel, su novio. Un muchacho bastante fornido, que luego me enteré jugaba al futbol americano. Era muy simpático. Fuimos al club,  el paisaje arbolaba era muy atractivo como fondo para las fotos. Enseguida pusimos manos a la obra. La chica era muy buena para posar, hicimos algunos retratos, otras tomas más de cuerpo entero. Alguna que otra buscando quedarán plasmados sus pezones, que se notaban tímidamente bajo la blusa. Nada más allá, por lo que a las dos horas habíamos terminado. Regresamos en el auto platicando sobre el curso y demás, nada importante en realidad.

La dejé en la puerta de su casa, dándome las gracias, me dio un beso medio en la boca y medio en la mejilla. Inocente descuido sin duda. Cuando llegué a casa, aún no había regresado Ivonne...

Ivonne pasó por Daniel en la camioneta. El chico estaba emocionado de ir con ella, en su lujosa camioneta y listos para tomarse algunas fotos. Estaba algo enojada por mi actitud del día anterior. Iban a la casa de Vanesa, una de sus mejores amigas; que tiene una casa con un estilo modernista. Es una excelente propiedad, al punto de que alguna vez pensé en comprarla para nosotros, pero me limitaba el hecho de que no tenía alberca. Sin duda disfrutábamos mucho de ese lujo Ivonne y yo.

Por fin llegaron y se dieron a la tarea del curso. Tomar los retratos. Ivonne tomó primero sus imágenes, para lo cual hizo posar al chico de varias maneras, serio, sonriente, en pose de galán y cosas así. Para ella había llevado un bolso con algunos cambios de ropa de todo tipo. Primero se puso un vestido  campirano, cómodo y amplio. Empezó a posar, el chico hacía un disparo tras otro. El juego estaba por iniciar.

En un momento, se sentó en un sofá, subiendo el vestido por encima de las rodillas. Esto hizo que al sentarse el chico pudiera verle la lencería que usaba. Su mirada enseguida se dirigió hacia allí, ya que ella se daba cuenta que el "fotógrafo" buscaba hacer blanco en su "blanco". Entonces ella se movía y posaba distraídamente para que cada vez se fuera descubriendo más. Daniel era el más despierto de todos los chicos que Ivonne había seducido, cuando ella le preguntó que otra foto querría sacar, este le contesto sin rodeos:

  • Creo que una de desnudo sería lo ideal...

  • ¿Pero estás loco?

  • No, pero si tu marido se enoja mejor no. Yo lo digo para obtener una buena foto tuya, eres muy guapa y lucirías increíble...

  • ¿Tu crees...?, no me animo, me da algo de pena, convénceme...

  • Vamos a sentarnos así hablamos y te explico, le dijo Daniel. Se sentó, Ivonne iba a hacerlo a su lado, pero la tomó de su mano y la llevó hacia él, haciendo que se sentara sobre sus piernas...

  • Que paternal!, eres un amor, lo piropeó Ivonne. De verdad estaba deslumbrada con el comportamiento de Daniel. Un chico muy maduro y caballeroso.

Con ella sentada sobre él, y con la actitud que mostraba, no tardó en convencer a Ivonne de hacer esas fotos más sensuales. Ella lo quería hacer, estaba excitada de solo pensarlo, solo debía de hacerse un poco la difícil.

Las primeras fueron el lencería, la que ella ya llevaba puesta. Un juego de brassiere y tanga blancos con filos de encaje. Así hicieron algunos disparos, pero era más lo que estaba captando el chico con su mirada tratando de guardar las imágenes en su mente que con la cámara. Luego le propuso tímidamente se quitara el brassiere. Después de algunos momentos, Ivonne accedió a mostrarle las tetas al chico. Pero no si antes mi esposa le hizo jurar que esas fotos serían para él, y que no las mostraría en el curso ni a sus amigos, cosa que el chico aceptó sin dudar. Así ella bajó lentamente los tirantes por sus hombros, liberando poco a poco sus deliciosos senos. Los cuales acariciaba y presumía orgullosa al tiempo que sonaba el click de la cámara.

Ivonne hizo una copia de todas las fotos que el chico le había tomado, y las trajo para mostrármelas esa misma noche. Empecé a ver las de lencería, mientras ella me contaba la situación de cada una.  Me iba calentando viendo a Ivonne abriendo sus piernas sutilmente acariciando su conchita. Se vía cómo Daniel centraba la cámara en el triangulito blanco que brillaba en su entrepierna. En otras, me ponía loco con las poses, como mostraba el culo y como se acariciaba las tetas. Lo gracioso y contra lo que se pensara, es que el chico no intentó nada con ella. Estaban pendientes de ver algunas fotos más cuando nos empezamos a besar e hicimos el amor (y fue así, porque lo hicimos tan dulce y enamoradamente que parecíamos recién casados) toda la noche. Luego dormimos abrazados.

Al llegar el lunes, día del curso, debíamos mostrar las fotos que habíamos sacado a nuestros compañeros. Las montamos en una presentación de power point.. Uno a uno, todos los integrantes del grupo fuimos mostrando las nuestras, hasta que por último en el sorteo llegó el turno de Daniel.

Mi pecho se infló de orgullo cuando la primer imagen mostraba a Ivonne recostada en un sofá, con su brassiere y tanga blancos brillando, era hermoso. Las miradas de todos se posaron en Ivonne, primero, y en mí, luego.

  • ¿Tu tomaste esas fotos?, le preguntó a Daniel su madre, sorprendida, mientras su padre ni abrió la boca (porque de haberlo hecho se le hubiera caído la baba).

Pero fue la siguiente la que dejó a todos estupefactos, y cuando digo todos incluyo a Ivonne y a mí mismo. Ivonne, con las manos tapando sus pezones con el brassiere caído. Obviamente el chico había expuesto una de las fotos que mi esposa no había autorizado, pero que podía hacer ahora. Estuvo a punto de levantarse y decirle algo, pero yo no la dejé, ya que me había gustado eso, sobre todo el efecto sorpresa, no imaginaba que Ivonne se hubiera atrevido con un extraño y sin mi presencia a dejarlo fotografiarla topless. Solo lo había hecho para mi (y para su padre, jiji, esa será otra historia), y muchísimo menos estar viéndola junto a gente del grupo..., fue sensacional. No era que la foto mostrara nada, era la situación la que tenía todo el morbo. Fue una experiencia que disfrutamos mucho. Charla conmigo en dratentacion gmail com  Me encanta recibir sus mensajes y contestarlos uno a uno. Prometido. Tienes alguna idea? a Ivonne le encanta echar a volar y porque no, hacer suya tus fantasías. Yo le paso tu recado!

Dra. Tentacion