¿Quieres follarte a tu padre? VIII
Nos invitan a una fiesta privada a mis hijos y a mí. (Fin de momento de esta saga)
Hola a todos de nuevo, espero que estéis bien, los chicos y yo seguimos con nuestras historias. Como ya sabéis desde el divorcio mi vida ha cambiado a mejor, no tengo por qué ocultar mis gustos por los hombres y por supuesto seguía disfrutando con mis hijos. Casi todos los fines de semanas estaban por allí, incluso le habían planteado a su madre la posibilidad de pasar más tiempo conmigo, quedarse en mi casa para largas temporadas. Pero eso todavía estaba por ver. De momento disfrutábamos los tres los días que venían.
Seguimos con nuestras rutinas de los domingos ir por ahí y hacer cosas diferentes, y si cabía la posibilidad también follábamos donde estuviéramos.
La semana iba como otra cualquiera, trabajaba, si tenía que viajar viaja, había retomado el gimnasio que tanto me gustaba y había vuelto a retomar amistades perdidas con conocidos del gym. Juan entre ellos, estaba muy contento con tenerme de vuelta por allí, se moría de envidia sabiendo lo que tenía con mis chicos. Él guardaba total discreción al respecto, cosa que le agradecía dejando que mis hijos le dieran polla alguna que otra vez.
Era jueves, los planes para el finde eran más de lo mismo. Estaba saliendo del entrenamiento cuando Juan y otro conocido me detuvieron.
- Eey Fran, ¿ya te marchas? – me preguntaba sonriente.
- Si, ya está bien por hoy. – le contesté. - ¿Y vosotros qué?
- Pues íbamos a tomarnos unas cervezas, por si quieres venir, tenemos que proponerte algo. – me decía con cierta intriga.
- Jaja te agradezco la invitación, pero mañana madrugo y quiero descansar, ¿qué me tenéis que proponer? – intentaba indagar.
- Pues verás, le he comentado a Martín que sueles quedar con dos chicos que están increíbles. – me contaba apartándome de la puerta del centro.
- Si si, así es. – les contestaba con cara de extraño por ver que estaba tramando.
- Tenemos un conocido que nos ha invitado mañana a una pequeña fiesta en su casa, y era por saber si querías venir con esos chavales. – me preguntaba Martín.
- ¿Una fiesta? – preguntaba extrañado.
- Si bueno, una quedada, como lo quieras llamar. – respondió Martín
- Nosotros iremos con otro chaval que conocemos y este amigo, que tiene nuestros mismos gustos también ha invitado a otro chico, ya me entiendes. – explicaba Juan.
- Bueno hablaré con ellos y os digo. – le contesté antes de marcharme.
Esa misma noche les escribí a mis hijos, les expliqué el plan que me habían propuesto. La idea era ir al piso de Diego, el conocido de Juan, y montar una especie de orgía con ellos y el otro hombre. Irían Juan, que ya lo conocéis y Martín, que era otro compañero del gimnasio el cual yo conocía hace tiempo y compartíamos gustos. Este señor era el más mayor, unos 64 años, aunque se conservaba muy bien. De estatura media, cuerpo cuidado, siempre con un espeso bigote canoso a juego con el resto de su pelo y vello corporal.
También iría con ellos un tal Oliver, no lo conocía, supuse que sería alguna de las conquistas de Juan.
Los chicos accedieron, para variar. Todo aquello que implicase follar, allí estaban ellos los primeros. Les molaba eso de compartirme con otros chicos a igual que ellos follarse a otros maduritos.
Llegó el viernes tarde noche, los recogí con el coche y nos fuimos para el piso donde habíamos quedado. Era en el centro de la ciudad, aparcamos en un parking y caminamos hasta el lugar. Al final seríamos ochos personas, cuatro chicos jóvenes y cuatro maduros. Mis chicos, como siempre, iban guapísimos. Raúl iba enfundado en unos jeans pitillo, le gustaba ir marcando paquete. Javi por el contrario iba con pantalones cortos deportivos, le gustaba ir cómodo. Yo también iba en pantalones cortos, hacía calor por entonces.
Justo al llegar a la puerta del edificio nos encontramos con Martín, Juan y Oliver, el acompañante de ellos dos. Tras las oportunas presentaciones, subimos a casa del anfitrión. Juan y yo nos quedamos subiendo las escaleras los últimos.
- Juan: ¿has visto al maromo que te traigo? – señalándome con la mirada a Oliver.
- Yo: Muy guapo, ¿de dónde ha salido? – mirándolo de arriba abajo.
- Juan: Puro fuego el nene, es venezolano, lo conocí por internet. – me explicaba.
Era cierto que el chaval era muy guapo, 19 años decía que tenía. Piel muy morena, delgado, bajito. Un chico modernito, llevaba los vaqueros rajados por las rodillas y parte del muslo. Bastante mono de cara, ojos color miel, labios uniformes y un bigotillo fino junto a una perilla que le daban un toque muy personal, eso y un piercing de aro en la nariz.
Llegamos a la planta que era y tocamos a la puerta. Nos abrió el dueño, Diego, nos llamó la atención porque nos abrió dejándose ver con un arnés de cuero en su pecho. Por no hablar de los pantalones que llevaba, unos vaqueros apretadísimos cortados por los muslos dejando ver sus piernas peludas, cualquiera diría que venía de la cabalgata del orgullo gay.
- Diego: Hola, bienvenidos, pasad por favor. – nos decía invitándonos dentro.
Diego era más joven que Juan, Martín y yo, rondaría los cuarenta años. Pasivo también, y todo un bear, era alto, ni gordo ni flaco, normal con barriguita. De piel blanquita, aunque todo lo que se le veía la tenía cubierta por vello castaño. Con una gran barba frondosa y cuidada a igual que su pelo, recortado y con tupé perfectamente simétrico.
Pasamos al salón y allí aguardaba el octavo invitado, otro chico joven. Jonathan, o el Jony, como nos dijo que le decían.
- Jony: Hola, ¿qué pasa troncos? – nos saludaba.
Por su acento diría que, de algún barrio chungo de la ciudad, estaba sentado en un sillón espatarrado bebiéndose una cerveza. El Jony, 22 años, típico chandalero, llevaba pantalones ajustados Adidas, zapatillas blancas Nike y camiseta de camuflaje sin mangas con una cadena de plata por fuera. De aspecto delgado y chulesco, con el pelo casi rapado y una de sus cejas rasurada a modo de corte. Sobre todo, llamaba la atención sus brazos tatuados casi al completo, incluso los nudillos de las manos. Todo un personaje.
- Diego: Poneos cómodos chicos, ¿queréis algo de beber? – nos ofrecía. – Aquí en la mesa tenéis lo que queráis, hay tabaco, alcohol y algo de comer.
Nos acoplamos en el salón, Raúl se sentó entre Martín y Juan, y al lado de este Oliver, los cuatro en un sofá chaiselongue. Yo me senté en el reposabrazos del sillón donde estaba Jony. Javi fue a sentarse en una silla, pero se vio abordado por Diego.
- Diego: ¿Menudos nenes nos traéis no? – abrazándolo por detrás, sobándole el pecho y abdomen. - ¿Te gustan los osos como yo, chico? – metiéndole las manos por debajo de la camiseta.
Yo había puesto mi mirada en el bulto que marcaba el Jony en ese chándal apretado. No paraba de tocárselo. En el sofá los maduros tampoco perdían el tiempo, Martín no paraba de sobarle el muslo a Raúl mientras que Juan se liaba con Oliver palpándole toda la entrepierna al chico.
Diego: Bueno aquí hemos venido a lo que hemos venido, se queréis follar podéis hacerlo aquí o en las habitaciones. – sin dejar de sobar a Javi, mordiéndole y besándole el cuello.
Jony: Yo estoy mu cómodo aquí, solo me hace falta una boquita que se ocupe de mí. – mirándome mordiéndose los labios y agarrándome por la cintura poniéndome sobre una de sus piernas.
Martín: Están muy vestidos estos chicos, les sobra ropa. – levantándole la camiseta a Raúl.
Juan: Ya verás Martín el pollón que tiene este. – agarrándole el paquete a Raúl.
Diego: No seas tímido nene, papi te va a cuidar. – metiéndole la mano a Javi por dentro del elástico del pantalón. – Mumm ¿está dormidita o qué?
Cada uno con pareja, todos metidos en acción, Diego junto a Javi de pie se comían la boca mientras Diego le quitaba la camiseta. Juan buscaba la bragueta de Oliver para meterle mano. Martín le comía los pezones y le lamía el pecho a Raúl y yo me morreaba con Jony echándole mano a su paquetón que cada vez estaba más inflado.
Jony: ¿Estás deseando que te de polla verdad mariconcete? – me decía con su mano apretando la mía a su pollote duro. – Pues te vas a hartar de rabo colega, ¿a ver esa boquita?
Yo: Uufff menudo rabaco llevas ¿no? – estrujándole la polla y abriéndole la boca mientras me metía un par de dedos.
Jony: Así me gusta, tragonas y obedientes. – dejando que se los ensalivara. – Bájate tío, y sácamela.
Obedecí arrodillándome delante de él, se la sobaba por encima de la tela, acerqué mi cara restregándola por su bulto mientras él me apretaba más. Al otro lado Martín le había sacado la polla a Raúl y empezaba a comérsela. Lo mismo le hacía Juan a Oliver, se la pajeaba mientras le lamía el capullo. Y mi hijo menor seguía de pie con Diego de rodillas delante de él, le había bajado los pantalones hasta las rodillas.
Diego: ¿Me dejas que te la ponga gorda nene? – agarrándole la polla medio morcillona y metiéndosela en la boca.
Javi: Uuff sii chupa tío. – relajándose dejando que Diego le comiera la polla agarrándolo de los pelos.
Le bajé los pantalones al Jony dejando ver su polla apretada en el bóxer, vaya pollote marcaba. Volvió a restregarme contra él aspirando su aroma. No pude aguantar y le bajé los gayumbos dejando al aire su rabo que saltó delante de mí. El cabrón llevaba un cockring lo que le hacía que su polla pareciese más grande. Bastante larga y muy ruda, se le marcaban mucho las venas que parecía que le iba a reventar y con el capullo cubierto por piel. Me abalancé a por ella sin pensármelo, se la pajeé descubriéndole el glande el cual chupé con ganas.
- Jony. ¿Te gusta zorrita? Babéamela tío, se muy cerdo conmigo. – me decía agarrándome de los pelos y soltándome un lapo en la boca, a lo que obedecí relamiéndome y escupiéndole en el capullo varias veces antes de metérmela en la boca otra vez.
Raúl empujaba a Martín de la cabeza para que se tragase su polla dura hasta el fondo, el otro resoplaba intentándolo subiendo y bajando en su mástil. Oliver se estaba desnudando mientras Juan se sentaba en el suelo y le comía los huevos, que vaya huevazos tenía el chaval, le colgaban una barbaridad y bien gordos.
Diego: Vaya pollón tiene el puto niñato, ¿me vas a reventar con ella? – le preguntaba a Javi agarrándolo de la base de su polla y dándole fuertes chupetones mientras Javi lo miraba desde arriba y lo dejaba a su antojo.
Juan: Yo te ayudo Martín con ese rabo. – dejando a Oliver y lanzándose a por la polla de Raúl. Lo terminó de desvestir dejando a Raúl completamente en pelotas, por un lado, tenía a Martín encima del sofá comiéndole el capullo y por debajo tenía a Juan comiéndole los huevos.
Oliver: ¿Menudo culo tienes no papaíto? – sintiendo yo unas manos posarse en mi culo.
Noté como me bajaba el pantalón dejando mi culo a la vista y en pompa, seguía a cuatro patas en el suelo babeándole la polla a el Jony. Se la comía salvajemente, le iba así al chaval, no paraba de soltarme lapos en la cara y su cipote. Sentí abrirse mis nalgas y un dedo meterse en mi ano.
- Yo: Oohh joder, que cerdo me habéis puesto. – meneando mi culo para Oliver y dándome pollazos en la mejilla con el rabo del Jony.
En el sofá, Raúl abierto de piernas con una mano dentro del pantalón de Martín moviéndola en su culo, claramente le estaba haciendo un dedo y con la otra empujando la cabeza de Juan contra su polla, sin quitarles ojo viendo cómo se disputaban su polla.
Raúl: Vaya glotonas estáis hechas jeje, tranquilos que hay polla para todos. – con las lenguas de Martín y Juan en su capullo.
Diego: ¡Fóllame la boca cabrón, no tengas piedad! – agarrándolo Javi por la cabeza y dándole fuertes embestidas a Diego que no paraba de bufar y soltar babas por su boca.
Raúl hizo que Martín se acabara de desnudar, él se tumbó bocarriba en el sofá, le dijo a este que se pusiera encima, al contrario. Eso hizo, Martín se acopló encima de mi hijo mayor metiendo su cabeza nuevamente en su entrepierna y Raúl abriéndole las nalgas empezó a comerle el culo.
- Raúl: Vaya con el viejete, menudo culo nalgón tienes. – azotándoselo haciéndolo temblar como un flan.
Juan siguió en el suelo metido entre Raúl y Martín lamiéndole los huevos y el tronco. Oliver alternaba meterme dos o tres dedos con su lengua, el chaval me estaba trabajando el ojal de maravilla.
Martín: Uuufff que cabrón eres, si ábreme para este pollón uuffff. – retorciéndose de placer sintiendo la lengua de Raúl lamiéndole el ojete sin soltarle la polla.
Jony: Espera putita, que me sobran los pantalones ya y las zapas. – poniéndose de pie dándole un respiro a mi boca mientras yo aprovechaba y le empujaba la cara a Oliver contra mi culo.
El Jony de despelotó dejando ver su torso tatuado también, tatuajes que le llegaban hasta la parte superior de su ingle, y con un piercing en el pezón izquierdo, su polla se zarandeaba cerca de mi boca y volví a engullirla. Oliver al verme así hizo lo mismo poniéndose de pie y restregándome su pollote por los labios. El venezolano también tenía buena tranca, para lo delgado que estaba y lo bajito que era tenía una herramienta considerable, perfectamente recta y con un capullo bastante anchito. Me dediqué a comérselas a la par, había momentos que las tenía las dos dentro de mi boca, todo ello sin dejar de soltarme lapos en mis labios y sus pollas. Les ponía mucho el cerdeo.
- Diego: Mira lo que papi tiene para ti guapo. – bajándose un poco los pantaloncitos dejando ver un suspensorio blanco.
Javi levantó a Diego poniéndolo sobre el extremo del chasielongue sacando culo, el osete se despojó de sus pantalones dejando ver su culo peludo con el suspensorio. Javi se agachó y empezó a comerle el culo a la vez que se lo agarraba fuerte y se lo guanteaba sin que el otro dejara de gimotear.
- Jony: Puuff estoy deseando reventarte ese coñito que tienes tío. – volviéndose a sentar en el sillón y tirándome de los pelos contra él. – Te voy a dar rabo hasta que me supliques que pare, entonces te daré más fuerte.
Esas palabras y su brusquedad me ponían malísimo, le lamí la polla retorciéndole los pezones, subiendo por su abdomen besándolo, me subí encima de él a horcajadas restregándome con su cipote, me comía la boca mientras yo le agarraba la polla por detrás y me daba con ella en mi culo.
Martín: Fóllame ya puto crío, méteme esta estaca. – moviendo su culo en la cara de Raúl.
Oliver: ¿No te piensas quitar los bóxer gordi? – agarrando los calzoncillos de Juan y rompiéndoselos dejando ver su culo blanco.
El morbo iba subiendo allí, todos estábamos ocupados. Raúl puso a cuatro patas sobre el sofá a Martín, agarraba su pollón duro y lo empujaba contra el ano del viejo haciéndolo que se retorciera de dolor. El Jony me metía un par de dedos a toda caña justo antes de ensartarme con su rabo, Oliver se escupía en el cipote y le metía un par de dedos al culo gordo de Juan. Y Javi pasaba su pollote tieso por la raja de Diego.
Fran: ¡Oohh joder sii sii dame duro cabrón! - brincando sobre la polla de Jony, mientras él me agarraba fuerte de las nalgas.
Diego: Nene con cuidado que me vas a reventar. – cogiéndole la polla a Javi y guiándola hasta tu agujero.
Oliver: ¡Mueve ese culo gordo! Mummmm así así, que me gusta follarte Juan. – le decía dándole azotes en el culo.
Martín: ¡Aarrgg me duelee cabrón, me estás reventando! – gritaba el viejo aguantando las embestidas de Raúl.
Así estuvimos un rato, nuestros culos siendo follados por esos nenes insaciables. Los lamentos y quejas fueron pasando a gemidos y peticiones de más y más. Aquello era un festival de jadeos y palmadas de cuerpos contra cuerpos. Javi seguía agarrado a las caderas de Diego dándole fuerte, Juan mordía un cojín aguantando las embestidas de Oliver en su trasero. Martín se giraba y le comía la boca a Raúl sin que este dejara de follárselo. Y yo brincaba en el mástil del chandalero mientras me azotaba y me pedía que me la clavase más y más.
Diego: Uuuff nene para, por favor, dame un respiro. – se separaba de la polla de Javi.
Javi: ¿Cambiamos de pareja? Jeje – pajeándose su polla y masajeando el ano dolorido de Diego.
Oliver: Sii venga, quiero probar el culo de Fran. – sacándole su polla a Juan y dándole un azote.
Los chicos se levantaron dejando libres los culos que se estaban follando. Yo me quité de encima de Jonathan no sin antes darle un par de lamidas a su rabo, y antes de que me diera cuenta ya tenía a Oliver esperándome. Me puse de rodillas en el sillón en el que estaba, echando mi cuerpo en el respaldo. Mi culo no tardó mucho en estar ocupado. El ancho capullo de Oliver fue abriéndose paso por mi culo hasta quedar encajado por completo y empezó un mete saca frenético.
- Oliver: Mumm papaíto que culo más sabroso. – dándome fuerte en mi culo.
Los demás también estaban ya ocupados, Javi se había sentado en el sofá y se le había subido encima Martín, el viejo se abría el culo dejándose caer encima del chico gimiendo cual perra en celo. En el otro extremo del sofá, Diego estaba bocarriba con su cabeza cayendo por un lado ocupándose de la polla de Jony, le follaba la garganta como hacía un rato me había follado a mí. El cerdo de Juan aprovechaba que el Jony estaba inclinado y se arrodilló tras él comiéndole el culo, pero no aguantó mucho al ver que la polla de Raúl estaba libre.
- Raúl: Ven aquí Juanito, ven que te tape ese agujero de puta que tienes. – echándolo sobre el sofá y sin avisar meterle la polla hasta el estómago.
Volvíamos a estar con nuestros culos ocupados, Jony le había dado la vuelta a Diego y colocando sus piernas sobre sus hombres se lo follada a la vez que el otro se sacaba su polla del suspensorio y se pajeaba. Martín se sujetaba del cuello de Javi dando saltos sobre su pollón joven y junto a ellos, Raúl sometía el culo de Juan, se lo azotaba tan fuerte que se podían ver sus manos estampadas en su culo blanco.
Raúl: ¿Esto es lo que te gusta no zorrita, que te den fuerte? – dándole polla sin piedad y metiendo sus dedos en su boca para que no gimiera.
Diego: Joder joder, no me voy a poder sentar en días. – mientras el Jony se lo follaba muy rápido.
Al poco tiempo volvimos a cambiar, todos queríamos probar a todos. Martín seguía cabalgando la polla de Javi, mientras la polla de mi hijo entraba y salía del culo del viejo Juan se echó en el suelo y empezó a comerle los huevos por debajo del culo de Martín. Raúl viendo que yo no paraba de gemir por los ensartadas que me estaba dando Oliver, se subió en el sillón sentándose en el respaldo dándome su polla de mamar.
Jony: ¡Aaarrgggg que pasada de orgía chaval! Vaya culazos tenéis. – agarrando a Diego del cuello y follándolo sin descanso.
Juan: Puto niñato, aún no has probado el mío. – le decía Juan a el Jony abriéndose las cachas mostrándole su ano abierto.
Jony se levantó y al momento empaló al gordito de Juan mientras este le seguía comiendo los huevos a Javi. Diego se incorporó y fue hasta Oliver, el venezolano le echó mano a su cipote pajeándolo sin dejar de bombear en mi culo.
- Diego: No quiero que ninguna polla se quede sin probar mi culo, chicos. – sobándole el cuerpo y culo a Oliver mientras le comía la boca.
Volvimos a movernos, el sillón lo ocupó Raúl, se sentó espatarrado exhibiendo rabo duro, Diego no tardó en agacharse y empezar a lamerlo.
- Diego: Tú y tu amiguito vaya rabazos tenéis. ¿Cómo es que no os he conocido antes chicos? – dándole fuertes chupetones al rabo de mi hijo mayor.
Yo al levantarme me encontré con Jony que salía del culo de Juan. No hizo falta que me dijera nada, me volví a agachar en su polla mientras él me ordeñaba los pezones.
- Jony: Que bien la comes pedazo de puto ufff chúpame bien los cojones. – agarrándolo fuerte de la cabeza empujándome contra su rabo y huevos.
Juan seguía en el suelo, se dio la vuelta apuntando su culo hasta la polla de Javi que aguardaba colgando en el borde del sofá, se la encajó y empezó a menear el culo como una brasileña en carnaval, sus nalgones rebotaban en el pollote y muslos del chaval. Martín ahora estaba a cuatro patas sobre el sofá siendo penetrado por Oliver. El venezolano tenía una técnica impecable, sabía mover su cadera con mucho ritmo mientras el viejo no paraba de cascársela.
Martín: ¡Quiero más fiestas así! ¡Quiero que me dejen el culo como un colador! – moviéndose contra Oliver.
Oliver: Todos los putos vejetes sois iguales, os encanta una buena verga joven. – sujetándolo de los hombros y follándolo duro.
Aquello era un festival de gemidos, mirases donde mirases había un tío siendo ensartado. Diego se había dado la vuelta dándole la espalda a Raúl y se había sentado en su polla y apoyado en sus piernas se lo follaba. Yo no pude contenerme y al ver la polla de Diego bambolearse al aire fui a por ella mamándosela. El Jony tampoco tardó en darle su polla de mamar a Juan que seguía siendo ensartado por Javi.
- Diego: Vaya aguante tenéis cabrones, nos vais a hacer polvo. – gimiendo encima de Raúl.
Llevábamos casi dos horas follando como conejos y aún nadie se había corrido y todavía quedaban pollas por pasar por culos.
- Jony: Poneos todos en el sofá, que veamos esos culos como piden leche. – haciendo que nos colocásemos de rodillas en el sofá.
Nos pusimos los cuatro con nuestros culos en pompa y los chicos de pie mirando que culo atacar, los cuatro maduros nos besábamos y nos acariciábamos los cuerpos viendo como los chicos se pajeaban o se relamían viéndonos. Vi como el Jony se lanzaba a por Martín, se la metió del tirón y con sus manos aprovechó y le metió un par de dedos a los dos que tenía al lado, a Diego y a Juan. Oliver también se lanzó a llenar un culo, el de Diego. Juan y yo nos morreábamos, Juanito me pajeaba mi polla hasta que sentí una polla entrando en mí, miré hacia atrás y vi a mi hijo Javi. Sonriendo y agarrándome de las cachas me la metió de una estocada. Al otro lado Raúl le hizo lo mismo a Juan. Los cuatro, cada uno con sus parejas, unos al lado del otro, nos follaban al unísono.
Oliver: Mumm no aguanto mucho más, uuffff me vengooo. – sin dejar de follarse a Diego.
Diego: Espera nene, córrete en mi boca. – poniéndose de rodillas en el suelo.
Jony: Yo también me corro, puaafff, al suelo zorrita. – tirando de Martín para que se agachase de rodillas.
Juan y yo también nos pusimos de rodillas delante de Javi y Raúl. Por un lado, Oliver y Jony se pajeaban en las caras de Martín Y Diego y por el otro lado nosotros con mis hijos.
Jony: Arrggg sii sii tomaaa corridaaaa. – explotando en la cara de Martín y parte de Diego.
Oliver: Ohh siii me voyyy. – corriéndose sobre la cara de Diego, llenándole la barba y pecho.
Y casi a la vez Javi empezó a correrse sobre mi cara y la cara de Juan, el gordito no desaprovechaba y me lamía mis labios con la corrida de mi hijo. Raúl fue el último en correrse, gran parte de su corrida acabó en las mejillas de Juan, los últimos trallazos los recibió Martín dentro de su boca.
Jony: Límpiamela zorrita. – dirigiéndose a mi restregándomela por la cara.
Raúl: Si lo sé os la echo en un bote y os la repartís. – viendo como Martín y Juan se peleaban por las últimas gotas de leche que le caían del rabo.
Diego: Oye nene, otro día quiero que me preñes el culito, ¿vale cielo? – lamiéndole el pollote morcillón a Javi.
Menuda orgía nos montamos ese día. Mis chicos habían estado a la altura, no defraudaron, todo lo contrario, me felicitaron por haberlos llevado. Es más, poco después nos enteramos que Oliver era chapero y les dijo a mis hijos que se podían dedicar a eso, les iría muy bien ya que los vio que se desenvolvían con mucha soltura.
Nuestras vidas continuaron con más encuentro y disfrutando tanto como el primer día.
Siento deciros que dejo apartada esta saga de momento. Tengo en mente comenzar otra, nunca imaginé que prolongaría esta tanto, agradeceros a todos vuestros comentarios y valoraciones. Espero que pronto me leáis de nuevo y sigáis disfrutando.
Como siempre se agracede los comentarios que me dejais. Todo aquel que quiera puede escribirme contándome sugerencias, mejoras o posibles ideas para futuros relatos. Aquí os dejo mi email nenexx023@gmail.com