¿Quieres follarte a tu padre? VII
De excursión con mis hijos.
Hola a todos de nuevo, aquí vuelvo para seguiros contando más aventuras con mis hijos. Si duda alguna ya poco me podía sorprender después de los anteriores encuentros y de todo lo vivido con ellos. El regalo que Raúl me hizo por mi cumpleaños me marcó a igual que marcó a los otros dos chavales, seguramente buscarían en un futuro volver a follarse un culito de tío.
He de contarles algo, por fin y motivado por mis hijos estoy en trámites de divorcio. Estaba claro que no era feliz junto a mi esposa y madre de mis hijos, me ha dado años buenos, pero ha llegado a su fin. Después de mucho pensarlo se lo propuse a mi mujer, ahora ex mujer, y los dos llegamos a la misma conclusión, nuestro matrimonio estaba apagado. Afortunadamente no hemos tenido malos rollos ni nada, el divorcio está siendo de lo más pacífico posible. Los dos éramos conscientes que no tenía solución. Esa es la parte buena, pero hay otra mala. Mis hijos se quedan en la casa donde hemos vivido con su madre. Al depender todavía de ella era lo más lógico. Para mí se queda poderlos ver en fin de semana y vacaciones, aunque podían venir a verme y yo a ellos cuando quisieran.
Eso no me gustó, porque pasé de verlos todos los días a verlos de finde en finde. Lo que sí había ganado en libertad. Me mudé a un apartamento de soltero, no muy lejos de donde vivían ellos, bastante cómodo y moderno, a Javi y Raúl les encantaba venir, y lo mejor de todo que tan solo teníamos una cama para los tres, como nos gustaba estar. En cuanto ponían un pie en el apartamento ya estaban desnudos, no habían cambiado sus costumbres, raro era la tarde que no se pasaba alguno para follar.
Mi relación con los chicos era fantástica, ya no solo como padre e hijos, sino que me convertí en un amigo, amante y pareja de ellos. Sobre todo, por la buena armonía que teníamos, ellos me contaban sus inquietudes del día a día a igual que yo a ellos. Y sobre todo disfrutábamos del sexo siempre y con quien quisiéramos.
Pues como era de costumbre los viernes a mediodía los chicos llegaban a mi casa. Normalmente jugábamos algo entre nosotros y ya después se ponían a hacer sus cosas y demás. Si alguno estaba ocupado o no podía, no impedía que el otro disfrutase, la cosa es que siempre tenían mis agujeros ocupados alguno de los dos. Los sábados eran más de lo mismo, disfrutar en casa, peli, sexo, almuerzo, sexo, cena y vuelta a empezar. No nos aburríamos. Los domingos, para darme un poco de tregua, les dije de hacer alguna actividad fuera de casa, como padre e hijos, tan normales, que no implicase sexo alguno. Fue difícil convencerlos, pero al final accedieron. Cada domingo le tocaba elegir a uno. Este que les voy a contar le tocó a Javi, nos propuso ir de ruta senderista, a los tres nos encantaba hacer deporte por lo que accedimos.
Por la mañana nos pusimos en marchar, yo había preparado unos bocatas y unos refrescos para echar el día en el campo. Nos preparamos y nos fuimos para el monte. Se me iba a hacer difícil no contenerme viendo cómo iban mis hijos, Raúl con un pantalón corto que parecían casi mallas, con todo su paquete bien marcado y una camiseta ceñida marcando pectorales y Javi con unos pantalocitos de running bastante cortitos que no dejaban nada la imaginación. Yo sin embargo iba algo más recatado, me puse un pantalón de chándal algo ajustado y una camiseta.
- ¿Listos? – les pregunté cogiendo la mochila.
- Si vamos, antes de que vuelta a la cama. – bromeó Javi.
A unos treinta minutos en coche llegamos al punto de salida de la ruta. Nos pusimos en marcha, apretaba bastante el sol y nuestros cuerpos empezaron a sudar.
- Joe vaya calor. - se quejaba Raúl.
- Si se esto nos quedamos en casa, allí por lo menos podemos estar desnudos y fresquitos. – decía Javi.
- Venga chicos, no os quejéis, la cuestión era pasarlo bien y distraernos un poco. – los intentaba convencer.
Era cierto que hacía mucho calor, apenas había sombra y tan solo se nos veía a nosotros andando por aquellos senderos. Empezaba a arrepentirme de este plan con los chicos.
- Bueno papi, ¿qué tal con mamá? – preguntaba Raúl para al menos entretenernos un poco y no pensar en el calor.
- Mejor de lo que esperaba, los dos éramos conscientes que nuestra relación estaba rota desde hace mucho tiempo. – les decía.
- Yo quiero mucho a mamá, pero creo que esto os ha venido bien, y ya no solo por la parte que a nosotros nos toca. – se reía Javi.
- Jajaja a ti te ha venido de lujo, ahora que puedes follarte a papá cuando se te antoja. – le reprochaba su hermano mayor.
- Qué envidioso eres, no es mi culpa que tengas todas las tardes ocupadas con tus amiguitos heteros, a saber lo que hacéis. – le contestaba Javi.
- Ya está chicos, no os peléis, cada uno disfruta cuando puede, y sí es cierto que esta situación nos ha venido bien a todos. – zanjando un poco el tema.
Seguimos caminando, el calor era insoportable, podía ver como sus camisetas y culos estaban empapados a igual que los míos. Se me estaba haciendo difícil no sobetearlos ni lamerles sus cuerpos empapados.
- Bueno papi, ¿y tú desde cuando eres bisexual? – preguntaba Raúl.
- Jaja pues desde joven supongo, pero en mi época no era tan fácil que te gustaran los hombres. – le respondía.
- ¿Cómo fue tu primera vez? – preguntaba interesado Javi.
- Pues nada del otro mundo, un amiguete del colegio, empezamos con lo típico de pajas y al final acabó dándome por culo. – le explicaba.
- ¿Tuviste claro desde el principio que lo tuyo era que te follaran por detrás no? – me decía Raúl agarrándome el culo.
- Jeje pues sí. – le afirmaba.
- Pero aun así…tú con mamá… - decía Javi.
- A la vista está que dejé embarazada a vuestra madre. – les decía mirándolos. – Hacerlo con una chica es diferente, y con vuestra madre, al principio había cariño.
Continuamos la conversación mientras caminábamos, se interesaban ambos por mi pasado sexual. Estaba claro que estos chicos no daban tregua a sus mentes calenturientas. Hicimos una parada para beber algo de agua.
- ¡Arrrgg qué fresquita! - decía dándole un trago a la botella.
- Yo más agua no, lo que me hago es mucho pis. – apartándose a un lado del sendero y sacándose la polla.
- Uff y yo también me meo. – decía Javi colocándose justo al lado de su hermano imitándolo y sacándosela.
Los dos hermanos juntos meando uno al lado del otro, como si no hubiera campo, ambos entrelazando sus chorros, jugueteando. Se miraban el uno al otro inocentemente, riéndose, mientras yo les observaba desde atrás.
- ¿Qué miras enano? – le decía Raúl a Javi.
- Nadaa, que aun teniéndola flácida se te ve grande. – sin quitarle ojo a la polla de su hermano mayor.
- ¡Jajaja anda qué cosas dices! – dejándose el rabo fuera una vez acabó de hacer pis.
- ¿A que sí papá, a que se le ve grande? – alargando su mano y palpándosela.
- Pues sí, buen tamaño calza aun en reposo. – les decía yo acercándome a echarles un vistazo.
- Pues deja de mirar hermanito, que se te está poniendo palote. – le decía viendo como la polla de Javi cogía grosor.
- Venga chicos, guardaos eso, os puede pillar alguien y no es plan. – le decía yo relamiéndome al ver sus pollotes coger tamaño.
- Complicado guardar esto ahora en estos pantalones tan estrechos. – intentando guardarse su pene tieso.
- Jaja, déjatelo fuera, mira así. – le decía Raúl echando a andar con su polla medio dura por fuera.
- Hijos, que os puede ver alguien, que vergüenza. – les protestaba yo viéndolos exhibiendo sus atributos.
- Va papi, ¿no te gusta? si tú siempre eres el primero que nos pide que enseñemos las pollas. – acariciándose la suya.
- Y la verdad que sentir el aire fresco en tus partes es lo mejor. – bajándose Raúl un poco más el pantalón.
Allí los tenía a los dos, andando con sus pollas tiesas por fuera del pantalón, y nuevamente me provocaban, si es que era imposible hacer nada con ellos que no implicase algo sexual.
- Vaa chicos, guardáosla, reservaros para después en casa. – les decía muy a mi pesar.
- ¿En serio papi? ¿No te gustamos así? – decía Javi agarrándole la polla a su hermano y pajeándolo apuntándome a mí.
- Papa si seguro que te mueres por estar de rodillas ahora mismo aquí delante. – decía Raúl echándole mano a la de su hermano haciéndole lo mismo.
- Chicos, no podéis estar siempre igual, guardáosla anda. – resignándome y caminando.
Los dejé a los dos un poco con la cara partida cortándoles el rollo, pero no podemos estar siempre así, cualquier día nos van a pillar y vamos a tener problemas. Continuamos andando, volviendo la conversación un poco a temas más normales.
- Eey mirad, ¿qué es eso? – preguntaba Javi indicando una casa en ruinas a un lado del sendero.
- Pues parece ser que era un cortijo en su época. - le decía.
- Quiero ver que hay, ¿puedo? – preguntaba Javi con curiosidad.
- Si, pero ten cuidado, tiene pinta de que se cae. – le contestaba.
- Voy contigo enano, por si acaso. – le dijo Raúl.
Los dos se adentraron en la casa, parecía una casa de campo abandonada, con partes derrumbadas y pintadas de grafiti en la fachada. Yo me senté a la sombra de un árbol descansando un poco y esperando que volviesen, pero los minutos pasaban y ninguno volvía.
- Malditos críos, qué andarán haciendo. – entré a buscarlos viendo que tardaban. - ¿¡Raúl, Javi!? ¿Dónde estáis? – les gritaba sin obtener respuesta.
Me adentré por el caserón entre escombros y suciedad llamándolos, pero no me contestaban, no sabía si me estaban gastando una broma o qué. Entré a una habitación más grande y allí estaban.
- ¿¡Pero qué!? – allí estaban, y para variar haciendo lo que no debían.
- Lo siento papi, Javi no se ha podido aguantar. – me decía Raúl con los pantalones bajados.
Raúl de pie con sus pantalones y gayumbos por las rodillas mientras que su hermano menor en el suelo delante de él le comía la polla como nunca lo había visto.
- Ven, acércate anda, ¿aquí quién nos va a ver? – me decía Javi sacándose la polla de su hermano de la boca.
- Estáis fatal… - aún sorprendido por la escena, pero dejándome llevar.
Me acerqué a ellos y al momento tenía a Raúl morreándome y a Javi sobándome el paquete.
- Papi parece que te alegras de vernos ehh – apretándome la polla dura por encima del pantalón.
- Joee si me lleváis malo todo el camino. – acariciando el torso de Raúl quitándole la camiseta.
Era imposible resistirse a ellos dos, esa pasión y esa lujuria que le ponían a todo, hacían que cualquier momento rebosara mucho morbo. Mientras Javi seguía afanado en comerle la polla a su hermano, Raúl bajó sus manos hasta mi entrepierna sacando mi polla dura. No es que gastase el mismo tamaño que ellos, pero no estaba mal, bastante proporcionada y gordita. Raúl empezó a pajearme a la vez que nos comíamos la boca, hasta que sentí unos labios envolver mi capullo. Esa boquita del nene lo hacía de maravilla, sabía usar perfectamente su lengua en el glande dándote verdadero placer.
- Uuff cielo que bien lo haces. – mirándolo desde arriba viendo como nos miraba a los dos sin soltar la polla de su hermano.
- He aprendido del mejor. – metiéndose mi rabo hasta la campanilla.
Raúl aprovechaba y me bajaba los pantalones sin dejar de besarnos y acariciarnos. Dejamos que Javi disfrutara de nuestras pollas, estaba disfrutándolo, sentí la mano de mi hijo mayor bajar por mi espalda hasta mi culo, sus dedos buscaban mi rajita y al segundo ya los tenía intentando abrirse camino en mi ojete.
- ¿Enano te has levantado hoy con muchas ganas de rabo no? – le decía Raúl con una mano en la cabeza de su hermano y la otra follándome el culo con sus dedos.
- ¿No os gusta o qué? – nos decía pajeándonos a los dos al unísono.
- ¿Pero tú querrás también disfrutar no? – haciendo que se incorporase, y besándolo junto a su hermano mientras le sacaba la polla por el pantaloncito.
Los tres nos fundimos en un cálido y húmedo beso a tres lenguas, nuestras manos iban de un lado a otro, Raúl seguía metiéndome sus dedos en mi culito, yo había conseguido cogerle la polla a Javi y empezar a pajearlo y él nos pajeaba a Raúl y a mí. Nos acabamos de desnudar y me agaché yo ahora para comerles sus pollotes mientras los dos hermanos seguían morreándose.
- Adoro vuestros rabos niños. – agarrándolos a la par y besando sus capullos antes de metérmelos por completo en la boca.
- Menos mal que el domingo no íbamos a hacer nada. – reía Raúl dejando que su hermano le mordiera las tetillas.
Se las estuve comiendo un rato, podía haber estado todo el día mamando aquellas pollas, mientras tanto los dos hermanos se daban lengua y acariciaban.
- Venga papi, quiero follarte. – decía Raúl incorporándome.
- A ver como lo hacemos, esto está asqueroso. – decía yo intentando apoyarme en una pared apartando los escombros.
Me apoyé encorvando mi espalda y sacando culo, al agacharme Raúl inmediatamente metió su cara entre mis nalgas y empezó a lubricarlo soltándome varios lapos.
- Soy vuestro puto juguete. – les recriminaba gimiendo sintiendo la lengua y los dedos de Raúl en mi culo.
- ¡Nadie te ha obligado ehh papi! – me decía Javi a un lado pajeándose viendo como su hermano me comía el culo.
Raúl se incorporó meneándose su polla y metiéndomela del tirón en mi culo, mis hijos ya tenían acostumbrado mi ano a sus rabos. Me la encajó entera y empezó a moverse dentro de mí con sus manos apoyadas en sus caderas empujando fuerte en mi culazo.
- ¡Aarrggg qué bestia eres joder! – sujetándome en la pared aguantando sus embestidas.
- Me empiezan gustar los domingos de excursiones, jeje. – sin dejar de meter y sacar su polla de mi culo.
Así estuvimos un rato, mientras que Javi se acercó a nosotros y nos acariciaba a los dos.
- ¿Quieres darle, enano? – le preguntaba Raúl a su hermano agarrándole la polla dura y pajeándolo.
- Si claro, mira como tengo la polla, me va a estallar. – agarrándome del culo y dejándose sobar por su hermano.
Raúl se separó de mi dejándole mi culo a Javi. Me apartó de la pared para que pudiera colocarse delante de mí y volverme a dar su rabo de mamar. Los dos chicos desnudos tan solo con las zapatillas puestas, Javi se colocó tras de mí agarrándome fuerte de la cintura y metiéndome su polla bien dentro. Yo me sujetaba a las piernas fibradas de Raúl mientras este me empujaba de la nuca para tragarme su pollote.
- Mumm que me gusta tu culo papi. – follándome con todas sus ganas.
- No sé a vosotros, pero a mí el hecho de hacerlo en un sitio así me pone malísimo. – decía Raúl sin dejar de follarme la boca.
Allí seguimos los tres en aquella casa en ruinas, los tres follando como siempre, primero uno y después el otro sin darle descanso a mi culito. Solo se escuchaba el canto de los pájaros fuera y nuestros gemidos y palmadas dentro. Raúl me dio un respiro sacándome su polla de la boca y fue a por mi culo.
- Va hermanito, déjame otro rato que lo folle. – poniéndose detrás de Javi acariciándolo a él.
- Ufff joee es que es adictivo este culo. – dándome Javi embestidas más fuertes.
- ¡Despacio! que me caigo nene. – intentándome sujetar otra vez a la pared.
- Raúl, por qué no…ya sabes… - mirando a su propio culo.
- ¿Cómo? ¿Quieres que te folle enano? – mirándolo incrédulo.
- Sii por favor, hoy estoy cerdísimo y lo necesito. – le rogaba a su hermano sin dejar de follarme a mí.
- ¿Estás seguro Javi? Nunca lo has probado ¿no? – le preguntaba sobándole las nalgas a su hermano pequeño.
- No, pero me encantaría que fueses tú el primero. – llevando sus manos hacía sus nalgas y abriéndoselas para Raúl.
- Te va a doler lo sabes ¿no? – metiéndole un dedo en su hoyito.
- Lo aguantaré como papi, pero fóllame por fi. – agarrándolo de la cara y morreándolo pasionalmente.
Raúl se colocó detrás de su hermano admirando su culo virginal, lo tenía redondito y bien prieto, no tan fibrado como su hermano, pero si bastante terso. Sin apenas vello, blanquito y con su ojete rosadito. Su hermano mayor procuró dilatárselo bien antes de ensartarlo como me hacía a mí. Se agachó en cuclillas y abriéndole las nalgas empezó a devorarlo, yo sentía a Javi super cachondo, notando como su hermano le trabajaba el culo, sus embestidas no cesaban en mi culo, se agarraba fuerte a mis caderas sin dejar ambos de gemir.
- Allá voy enano, aguanta como el macho que eres. – levantándose y guiando su polla dura al agujero de su hermano.
- Ohh si, fóllame Raúl, dame polla. – decía sin dejar de bombear en mi culo.
- Es que sois increíbles, nunca dejéis de sorprenderme. – mirando hacia atrás viendo como gozaban mis dos hijos.
Le fue metiendo la polla poco a poco por su culo, paró de penetrarme para sentir el rabo de su hermano follándolo por primera vez. El niño se retorcía entre dolor y placer. Sabía lo que estaba sintiendo, aquel pollón te destrozaba. Javi con mucho tacto y cuidado fue empujando poco a poco agarrado a las nalgas de su hermanito.
- ¡Uufff neneee joder! ¡Qué apretadito lo tienes! – acabando de metérsela entera.
- Aarrggg como duelee, que pedazo de cabrón eres. – gritando aguantando el dolor.
- ¡Aguanta enanoo! – empezando a mover su cadera.
Menudo trenecito habíamos montado, lo nunca imaginado, Javi siendo follado por primera vez por su hermano a la vez que me follaba a mí. Podía sentir las embestidas de Raúl a Javi, era increíble, cada vez que se la metía, la polla de Javi engordaba en mi culo dándome más placer.
- ¿Por qué no me has follado antes Raúl? Mummm que maravilla. – rebotando entre la pelvis de su hermano y mi culo. – Ahora entiendo por qué papá gime tanto.
- Esa polla no es normal hijo, es una pasada como se siente dentro de ti. – le decía.
- ¿Ahora tendré que alimentar dos culos? Más trabajo para mí. – decía irónicamente.
Continuamos un rato más en esa postura los tres al unísono, era estupendo verlos así. No parábamos de gemir y gritar, menos mal que estábamos en mitad de la nada.
- Descansa enano, que para ser tu primera vez no quiero que te quedes dolorido. – sacándole la polla del culo.
- Mumm joo, lo podía aguantar, aunque tengo el culo que me arde. – sacándome él también su rabo.
- Tengo que reconocer que con el pantaloncito ese que me traes hoy te hacía un culazo increíble Javi. – le decía Raúl volviéndole a echar mano al culo y trayéndolo hacía él para darle un beso.
- Vaya, me ha salido un competidor. – haciéndome el ofendido.
- Venga papi, no digas tonterías, te recuerdo que estas dos pollas son para ti. – me decía Javi con su polla en la mano y la de su hermano.
- Uuff y tanto. – volviéndome a agachar en sus rabotes comiéndoselas.
- Tsssss, callad, se ha escuchado algo. – dijo Raúl volviendo su cabeza mientras guardábamos silencio.
- Yo no escucho nada. – decía Javi.
- Ni yo. – aún con sus rabos en mi cara.
- Será esta casa que se viene abajo. – volviendo a nosotros y agarrándome de los pelos metiéndome su polla en la boca.
- ¿Quién me folla ahora? – poniéndome de pie y dándome la vuelta.
- Tengo una idea. – dijo Raúl mirando como colocarse.
Acercó una tabla grande sacudiéndola con sus manos, quitándole la suciedad y polvo que tenía. La colocó en el suelo y se tumbó boca arriba. Me pidió que me subiera encima de él, le obedecí no sin antes soltarle un par de lapos en su pollote erguido para lubricarlo bien y encajármelo dentro.
- Uff el culo de Javi está bien, pero como este ninguno. – dándome un azote en las nalgas con su polla dentro de mí.
- Ohh si, fóllame nene. – moviendo mi culo encima de él y agarrando la polla de Javi acercándola a mi boca.
- Esto… chicos…tenemos espectadores... – decía Javi indicando a una de las entradas a la estancia donde estábamos.
- ¿Qué? ¿Qué dices? – girando hacía atrás y viendo como alguien se asomaba.
- Ho..la.. lo siento, no quería interrumpiros. – decía el extraño saliendo de su escondite.
- Sabía que había escuchado antes algo, ¿cuánto tiempo llevas espiándonos? – le preguntaba Raúl aún tumbado conmigo encima.
- Hace rato, escuché gemidos y entré a ver que pasaba… - dejándose ver un poco.
- ¿Te gusta lo que ves no? Estás empalmado tío. – le decía Javi mirando a su paquete.
Era un chaval sobre unos treinta años, ciclista por el atuendo que llevaba. Morenito, casi rapado, mentón muy pronunciado y cuerpo atlético, pero nada atractivo, muy normal el chico. Y lo que era evidente, le ponía aquella situación por el bulto que marcaba en su culotte.
- No he podido evitar quedarme viendo la follada que os estabais dando. – nos explicaba el chico. - Vaya trío os habéis montado.
- Pues nos has cortado todo el rollo tío. – le decía Raúl.
- ¿Os importa si me quedo mirando?, no quiero hacer nada, tan solo veros. – decía acercándose.
Tanto mis hijos como yo nos miramos, pensando en aquello, los tres estábamos muy cachondos como para quedarnos a medias. Además, aquel hombre no tenía porqué saber que éramos padre e hijos.
- Venga, vamos a darle un buen espectáculo a este chaval. – volviéndome a azotar el culo Raúl para que me moviera.
- Chupa, chupa como tu sabes. – restregándome Javi su capullo por mi lengua.
- ¿Vaya maricón habéis encontrado no? – decía el ciclista sobándose el paquete.
- No lo sabes tú bien, le encantan las pollas de jovencitos. – mirándome Javi a los ojos sonriéndome.
- La de casados que he pillado por estos senderos chupando pollas. – metiéndose las manos en las mallas.
- Pues a este le han reventado bien el culo, porque no veas como traga. – decía Raúl abriéndome las cachas y dándome fuertes embestidas.
- Menudo rabaco tienes chaval, así tienes a la zorrita esta gimiendo como una putita. – sacándose la polla y pajeándose delante nuestra.
Sometido por mis dos hijos delante de un extraño, la situación no podía ser más morbosa, y lo que era peor, a los tres nos encantaba tener a ese mirón disfrutando de nuestra follada. Tanto le estaba gustando que no se cortó en sacarse la polla y pajearse delante nuestra.
- Oye chico, ¿por qué no te lo follas tu también? - le decía el extraño a Javi.
- ¿Los dos a la vez? Uuff nos lo vamos a cargar. – le contestaba mirándonos.
- ¿Quieres? – me preguntó Raúl con una sonrisa de oreja a oreja.
- Vale, dadle pollón a este puto marica traga pollas. – asintiendo y dejando de mover mi culo.
Javi se puso detrás de mi culo, flexionó sus piernas quedándose a horcajadas sobre mí y con las piernas de su hermano debajo. Apuntó su polla hasta mi orificio, con la polla de su hermano dentro. Empecé a notar su capullo abrirse paso y apretar el pollote de Raúl. Me ardía el ano, sentía una fuerte punzada en esa zona.
- Ya casi está, aguanta zorrita. – decía Javi apretando mi cintura.
- Dadle caña niñatos. – animaba el mirón sin parar de meneársela.
- AAArrrggggggg me estáis destrozando hijos de puta arrgg que dolor. – aguantando como podía el dolor.
- Mueve ese culo tío, fóllanos las pollas. – me decía Raúl dejando que su hermano acabara de acoplarme su polla.
Una vez me le metió toda empezó Javi a mover su cadera contra mí mientras yo intentaba hacer lo mismo. No podía creer que tuviese aquellos dos pollones dentro de mí. Sentía como mi ano se abría casi rajándose para sus mástiles.
- Puuaff vaya follada te estamos dando. – decía Raúl cogiendo mi polla y pajeándome.
- No te habrás visto en otra igual, tío. – decía Javi dándome fuertes embestidas.
- Me vais a partir el culo, niñatos de mierda. – gritaba yo como una puta.
- Eso es, dadle fuerte a la maricona. – seguía el mirón pajeándose viendo aquel espectáculo.
Con tanta excitación no pude contenerme y correrme sobre el vientre de Raúl.
- ¿Quieres leche de macho? – me preguntaba Raúl.
- Si sii joder, correos en mi boca cabrones. – les rogaba.
- Venga, ponte de rodillas. – me pedía Javi saliéndose de mi culo.
Me quedé encima de la tabla de rodillas, Javi y Raúl se colocaron delante de mi dándome sus pollas para acabar de mamarlas, estaba muy salido después de esa follada doble. Se las mamaba con ansia.
- Mira cómo le hemos dejado el culo jaja vaya tragona. – le decía Javi a Raúl metiéndome casi su mano entera en mi culo.
- ¿Te ha gustado zorrita? – dándome Raúl pollazos en la cara.
- Si mucho, dadme lefa joder. – les pedía yo abriendo mi boca con la lengua fuera.
Mis dos hijos delante de mi cara pajeándose a la par, entre gemidos y gruñidos no tardaron en correrse sobre mi cara y cuerpo. Me llenaron con su semen de arriba abajo, me corría su lefa por toda la cara y el pecho. Me encantaba verme así y ellos lo sabían.
- Oye tú, ven, no desperdicies tu corrida, suéltasela en la cara a este. – le decía Raúl al extraño.
- ¿En serio? Puaaff vale tíos. – decía el chico acercándose a mi con su polla en las manos.
- ¿Te ha gustado el espectáculo? – le preguntaba Javi.
- Menuda follada le habéis dado al viejo, ¿de qué lo conocéis? – mientras se masturbaba muy rápido delante de mí.
- Lo conocimos por Grindr. – contestó al segundo Raúl riéndose.
- Aarrgg tomaaa tomaaaa, me corrooo, toma lefazoo maricón! – gritaba el mirón corriéndose sobre mí.
No es que tuviera una gran polla ni nada, pero el muy cerdo se corrió bastante sobre mi cara. Se guardó la polla y se marchó cogiendo su bici sendero abajo. Mis hijos y yo nos quedamos limpiándonos algo y sobeteándonos, y sobre todo comentando la pedazo de follada que me habían pegado a dúo. Y por supuesto, la perdida de virginidad del culo de Javi.
Como siempre se agracede los comentarios que me dejais. Todo aquel que quiera puede escribirme contándome sugerencias, mejoras o posibles ideas para futuros relatos. Aquí os dejo mi email nenexx023@gmail.com