¿Quieres follarte a tu padre? V

Cuanto todo parece que está en calma, aparece un viejo amigo.

Hola a todos de nuevo, vuelvo para contaros más aventuras con los machos de mi familia. Como ya sabréis el pequeño de la familia, mi hijo Javi nos pilló a su hermano y a mí y acabó resultando que él también quería participar. Pues bien, a partir de ese día nuestros encuentros fueron a tres, con mis dos hijos y yo. Los tres rebosábamos felicidad, y yo estaba viviendo un sueño que jamás imaginaría, tener esos dos chicos para mí era increíble.

Desafortunadamente nuestros encuentros no eran tantos como queríamos, tan solo podíamos aprovechar cuando mi mujer nos dejaba algún fin de semana solos cuando se iba a casa de su madre. Y el finde que nos quedábamos solos los niños me hacían pedazos de la caña que me daban, sus hormonas no me daban tregua. Cuando no podíamos hacer nada teníamos que buscar la manera de aliviarnos. Más de un día he pillado a los dos hermanos pajeándose juntos, me encantaba verlos, pero les tenía que reñir para que no lo volvieran a hacer sino su madre les podía pillar.

Respecto a mi mujer y madre de mis sementales, algo en ella fue cambiando, creo suponer que se daba cuenta que nuestra relación no estaba bien, apenas teníamos contacto físico, yo ya no la buscaba para tener relaciones ni ella tampoco a mí. Ambos éramos conscientes que no estábamos bien, pero ninguno decía nada, cada uno seguía con lo suyo, supongo que por lo cotidiano de la vida. No creo que supiera ni se imaginara que le estaba siendo infiel con nuestros propios hijos, mi vida tampoco es que hubiera cambiado mucho de cara al exterior teniendo en mi propia casa lo que necesitaba, no tenía por qué llevar una vida oculta fuera de casa sino dentro.

Llegaba el fin de semana, mi mujer se marchaba al pueblo de mi suegra. Los chicos estaban impacientes por follar a su padre y a mí ya me temblaba el culo nada más de pensarlo. Como era de costumbre ya, nada más marcharse su madre los chicos se desnudaban, sobre todo cuando hacía mucho calor, lo habían puesto como norma, les gustaba ir desnudos por casa, exhibirse, vernos los unos a los otros y así también era más fácil a la hora de follar, donde y cuando ellos querían. Me encantaba verlos así, hacían que todo pareciese natural.

El viernes noche ya estábamos disfrutando, mientras yo preparaba la cena los chicos se entretenían en hacerme un dedo preparando mi culo para sus folladas, me gustaba oír a Raúl enseñando a su hermano las mejores técnicas. Casi siempre ponían porno gay en la tele e iban comentando para probar entre nosotros. Acabábamos la cena y nos íbamos a mi cama para follar como conejos.

Adoraba verlos dormidos desnudos junto a mí en la cama. A la mañana siguiente casi siempre yo me levantaba el primero y ellos se quedaban durmiendo plácidamente después de una noche salvaje. Yo me dedicaba a hacer las tareas de la casa, por lo menos que mi mujer no me peleara por eso. Si Raúl tenía algún partido se iba y volvía a la hora de comer, pero ese finde no tenía por lo que aprovechó para dormir junto a su hermano. Bien entrada la mañana se levantaban, desayunaban algo y se iban al salón a jugar a la play mientras yo seguía recogiendo la casa.

Los observaba, disfrutaba viendo sus cuerpos desnudos como si nada. Javi estaba más morenito que su hermano, por la natación, se le notaba la línea de corte de moreno y más blanquito en sus caderas y nalgas, lo hacía muy apetecible. Aún con sus pollas flácidas, ver esos cuerpazos sin ropa hacía que estuviera todo el rato babeando por ellos.

-          Bueno ya he acabado. – decía sentándome en el sofá entre los dos. - ¿Quién gana?

-          Mi hermano, que es un viciao de esto. – decía Raúl con sarcasmo.

-          ¿Y a mí cuando me toca? – preguntaba sin quitar ojo a sus cuerpos.

-          Pero papi si tú no sabes jugar a esto. – me decía Javi mirándome extrañado.

-          No me habéis entendido… - estirando mis manos a ambos lados agarrando sus pollas.

-          Ohh… ¿en serio papá? – decía Raúl echando su cuerpo para atrás.

-          No valee, que me distraigo. – sintiendo la polla de mi pequeño engordar.

-          Vosotros a lo vuestro y yo a lo mío, ¿os parece? – moviendo mis manos en sus rabotes pajeándolos.

Con cada uno a un lado y mis manos ocupadas mientras ellos seguían jugando a la play y manteniendo la compostura como podían. Sus pollas ya estaban a tope, pero ninguno apartaba la vista de la tele, los miraba y veía como resoplaban y jadeaban disfrutando de la paja que les estaba haciendo. Viendo que no me hacían caso elevé mis esfuerzos. Me arrodillé delante del sofá y metí mi cabeza debajo de los brazos de Raúl sin soltar la polla de Javi. Abrí la boca y al momento ya se la estaba comiendo.

-          Ohh joder, así no se puede. – refunfuñaba Raúl acariciando mi cabeza y gimiendo.

-          ¿Si quieres paro? – sacando su polla de mi boca.

-          Noo, sigue. – empujando mi cara contra él soltando el mando de la consola.

-          Levanta el culo papi. – decía Javi soltando también el mando y tirando de mi culo para arriba.

Me subí en el sofá de rodillas manteniendo mi cabeza en la entrepierna de Raúl mientras por el otro lado sentía a Javi escupirme en mi culo y pasar su polla.

-          ¿Esto mejor que la play no? – preguntaba en medio de los dos.

-          Siii siempre! – decía Javi apuntando su polla en mi ano.

Empezó a follarme mientras yo seguía comiéndole el rabo a su hermano. Javi me agarraba fuerte de las caderas y empujaba todo su cuerpo contra mí, de vez en cuando se le escapaba algún cachetazo en mis nalgas que me hacía enloquecer. Y Raúl viendo que más gemía más me empujaba su pollote en mi garganta.

-          Me toca Javi. – se levantó Raúl queriéndome follar.

-          Uff estoy apuntito. – sacando su polla de mi culo sin dejar de pajeársela.

-          Ven enano, córrete aquí. – le decía su hermano mayor poniéndose detrás de mí y apuntando a mi culo.

-          ¿Qué quieres que me corra en tu polla y te sirva de lubricante? Jajaja. – decía Javi poniendo su polla entre su hermano y mi culo.

-          Que cerdos sois niños. – decía yo notando el capullo de Raúl en mi ojete.

Javi se masturbaba rápido delante de la polla de su hermano mientras que este la mantenía en mi hoyito. Una vez se hubo corrido en mi raja y gran parte en mis nalgas Raúl recogió toda la lefa con su polla y me la metió bien lubricada. Javi se sentó delante de mí y me dio para que limpiase su polla viendo como su hermano me daba fuertes embestidas corriéndose también.

-          Cada día me sorprendéis más chicos. – decía incorporándome notando como la lefa de Raúl junto a la de su hermano me chorreaba por el culo.

Los chicos como si nada volvieron a coger los mandos de la play y siguieron jugando, yo me fui al baño a lavarme. Al rato escuché mi teléfono sonar, supuse que sería mi mujer. Ahora la llamaré cuando salga del baño. Me lavé y volví a salir desnudo, los chicos seguían jugando. Cogí el móvil y vi que no había sido mi mujer, sino Juan, mi amigo del gimnasio. Me extrañé, hacía tiempo que no sabía de él. Junto a la llamada perdida había también varios mensajes de WhatsApp de él. Los abrí y empecé a leerlos, conforme los leía cierta frustración e incredulidad se iba apoderando de mí.

-          ¿Qué te pasa papá, te ha cambiado la cara? – preguntaba Javi.

-          ¿Es mamá? ¿viene ya? – decía nervioso Raúl.

-          No no, no os preocupéis, cosas mías. – respondí soltando el móvil.

-          Vaa papá, ¿qué pasa? – insistía Raúl.

-          Si te lo enseño no te enfades, ¿ok? – decía yo volviendo a coger el móvil, abriendo la conversación con Juan y dándoselo a Raúl.

-          A ver…. – cogiendo el móvil y leyendo. - ¿Qué? ¡20€ por dejar que me la chupe! ¿De qué va este?

En efecto, Juan había tenido la osadía de pedirme que le dijese a mi hijo que le dejara chupársela otra vez, no hacía nada más que fantasear con la polla de mi hijo y estaba dispuesto a pagar por otro encuentro.

-          Lo voy a mandar a la mierda al tío este. – me había cabreado.

-          ¿Pero que os pasa? – preguntaba sin enterarse Javi.

-          Un amigo de papá, una historia un poco larga Javi, pero quiere chupármela y está ofreciendo dinero. – resumió Raúl a su hermano.

-          Ahhh ¿y sabe que estáis liados? – decía el pequeño.

-          Nooo, tan solo fue una vez que me la comió en el centro comercial, después…nos pilló papá. – decía mirándome sonriendo.

-          Bueno, gracias a él empezamos esto jeje. – dije algo compasivo.

Se hizo el silencio en el salón, podía acertar qué estaba pensando Raúl, le veía el morbo en su cara.

-          Y si… no sé papá, se lo debemos. – argumentaba Raúl.

-          ¿Estás seguro? no se puede enterar de lo nuestro. – le decía.

-          Solo una mamada, si quieres aquí mismo, que lo podamos controlar. – decía Raúl.

-          Pero está dispuesto a pagar… ¿qué le digo? – me moría por confesarle a Juan que esa polla ahora era mía, pero entendía lo que decía mi hijo.

-          Dile que 50€, si lo quiere bien sino nada. – sentenció Raúl.

-          Ok. – asentí algo confuso.

-          Y a mí que pasa ¿me dejáis fuera de este juego? Yo quiero que me la chupen también. – decía Javi indignado.

-          No Javi, esto es cosa de tu hermano. – le recriminé.

-          Bueno papá, podemos dejar que también se lo pase bien, él no conoce a Javi – intentó convencerme.

-          ¿Y qué le digo que mis dos hijos le van a dar rabo? – no me gustaba esa idea.

-          Dile que va a estar conmigo un amigo que tiene buena polla también, si quiere chupárnosla a los dos son 80€. – acariciando a su hermano menor.

-          Ok ok, pero no me gusta esto. – enfaticé escribiendo el mensaje para Juan.

Esto se estaba yendo de madre, yo haciendo de chulo de mis hijos. Le escribí a Juan diciéndole la propuesta, estaba tan desesperado y ansioso por tener la polla de mi hijo que accedió sin rechistar. Incluso a tener dos pollas a la vez, la de Raúl y Javi, su supuesto amigo. Lo cité en mi casa después de comer y allí se presentó a la hora indicada. Yo estaba nervioso, no me gustaba esa idea de compartir a mis hijos, pero bueno, todo sea por devolverle el favor de haberme topado con él aquel día junto a Raúl.

-          Chicos, hay una última cosa…yo voy a estar delante cuando venga Juan. – les decía la condición que había puesto.

-          ¿Quieres ver como tus hijos le dan de mamar a tu amigo? – decía sonriente Raúl.

-          ¿No estarás celoso no papi? - preguntaba Javi.

-          Noo, es que no me fio de él. – les explicaba viendo sus caras de morbo.

Los chicos se vistieron para no ser tan descarados, Javi se puso un pantaloncito corto de deporte y una camiseta de tirantas, Raúl se quedó sin camiseta y se puso unas bermuditas cortas. Yo hice lo mismo y me puse un chándal y camiseta, tan solo me iba a sentar a un lado y verlos mientras ellos se encargaban de darle polla a Juan.

-          Hola Juan, adelante. – tras abrir la puerta Raúl y dejarle paso.

-          Hola chico, ¿qué tal? – preguntaba el hombre.

Ya os he hablado de mi amigo Juan, un cincuentón con mucho vicio, lo conocía del gimnasio, y no es que fuera por su cuidado físico, no, Juan es un tipo rudo, gordito, de estatura media-baja, con la cabeza rapada ya que apenas tiene pelo, de cara bastante simpático no es que sea un trol, le puede una buena polla, lo admite, pese a estar casado también lleva doble vida. Habrá probado todas las pollas del gimnasio, excepto la mía. No me extrañó cuando acepto el pago por la mamada, adora las pollas y si son jóvenes mejor.

-          Buenas, yo soy Javi, encantando. – se presentaba mi hijo menor.

-          ¡Vaya! Que guapos sois los dos. – decía Juan pasando sus manos por el brazo de Javi y el torso de Raúl.

-          Bueno, lo primero es lo primero, el pago… - le dije yo.

-          Si, lo acordado, aquí tienes. – sacando de su bolsillo unos billetes y dándomelos.

Juan llevaba unas bermudas rojas de pinzas y un polo blanco, muy de su edad, se le marcaba su barriga redonda y sus prominentes pechos en el polo. No paraba de mirar a mis hijos, notaba como los desnudaba con tan solo una mirada. Yo me hice a un lado y me senté en un sillón viéndolos. Mis chicos seguían de pie, Raúl sobando su polla y Javi más tímidamente observando lo que pasaba.

-          ¡Os sacáis la polla o qué! – les recriminó Juan echándoles mano a sus paquetes. – Os he pagado para eso.

-          Ponte de rodillas anda. – le dijo Raúl empujando su cabeza hacia abajo.

-          Ahora que te vuelvo a ver nene te veo más bueno, ¡que rico estás! – decía Juan palpándole el paquete a Raúl mordiéndose los labios.

-          Te vas a hartar de polla tío. – sacándose Raúl la polla morcillona por encima del pantalón.

-          ¡Uuuff qué rico cabrón! – lanzándose a cogerla. - ¿Y tú qué? ¿no te la sacas? – refiriéndose a Javi agarrándole el pantaloncito y bajándoselo hasta los muslos.

-          ¿Por cuál quieres empezar? – dijo un Javi tímido acariciándose la polla medio tiesa.

-          Madre mía nenes es que estáis buenísimos, vaya pollones tenéis. – pajeando las dos pollas al unísono sin saber cuál probar primero.

-          Venga tío que no tengo todo el día. – dijo Raúl metiéndole la polla en la boca.

Y yo, al lado de ellos, sentado, viendo como mis hijos con sus pollas fueras le daban de mamar a mi amigo, aquello me estaba poniendo cerdísimo, pero tenía que disimular. Veía como el gordo de mi amigo se relamía chupando el pollote de mi mayor sin soltar la polla del pequeño, los dos ya la tenían tiesas como estacas. Raúl estaba empezando a ser como es él, dominante, le empujaba de la cabeza al tío encajándosela en la garganta hasta que daba una arcada y se la sacaba babeando.

-          Fran, menudo hijo tienes, bbuuaappp que cipote tienen el niño. – mirándome con las babas colgándole de la boca y sin dejar de pajear a los chicos. – Y su amigo vaya tela, buena tranca tiene el flaquito.

Fue a comerse la de Javi, lo veía salido perdido, agarró a Juan de la cabeza y empezó a follarle la boca sin piedad. Veía sus huevos rebotar en la barbilla del otro mientras lo miraba de reojo casi llorando. Se escuchaba el entrar y salir de su polla empapada, era un sonido hipnótico que hizo que mi polla se pusiera como una piedra.

-          ¿No querías polla? Pues toma polla. – le gritaba Javi reventándole la boca.

-          Joder con el niñato, ¿de dónde has sacado a este? – volviéndose a Raúl y lamiéndole el capullo.

-          Jeje el chaval está recién estrenado, por eso tiene tantas ganas. – reía Raúl.

Juan estaba cachondo perdido, no sabía a cuál polla atender, su lengua iba de una a otra. Pajeaba una mientras le comía los huevos al otro, hasta tal punto que las juntó las dos en su boca, pasaba su lengua de un capullo a otro, las lamías, las sorbía, las babea, les escupía en sus troncos y los pajeaba rápido. Vaya puto vicio y vaya espectáculo me estaba dando.

-          Sentaos en el sofá chicos, estaréis más cómodos y desnudaos por completo, quiero ver esos cuerpazos que tenéis. – les ordenaba Juan quitándose el polo.

-          Para ir mucho al gimnasio no te luce jeje. – le dijo Raúl pellizcándole una teta mientras se bajaba los pantalones.

-          Me van otro tipo de actividades, tu padre lo sabe bien. – mirándome con la polla de mi hijo en sus manos. – Pero allí no se encuentran niñatos como vosotros.

Juan de rodillas sin soltar las pollas de mis hijos, lamiéndolos de arriba abajo, pasaba sus labios por los vientres planos y esculpidos de los nenes.

-          Madre mía chico, que rico estás. – lamiendo el abdomen de Javi. – Y que pollón tienes para lo joven que eres cabrón.  – metiendo su cara en los huevos y pajeándolo a la vez.

-          ¡Venga chupa, gordito! – le decía Javi dándole con la polla en la cara.

-          Sii nene, dale rabo al gordi. – cogiendo él ahora el rabo de Javi y dándose pollazos con él.

-          ¿Te van los niñatos pollones eehh mariconcete? – le decía Raúl tirando de Juan hasta su polla.

-          ¡Joder sii! Cómo me poneis, dadle rabo a esta puta tragona. – se metía las manos por su bragueta pajeándose mientras alternaba las pollas de mis hijos.

-          Papá, vaya amigo más puta tienes. – decía dándole rabo a Juan. – Y que bien la come el gordito. – moviendo sus caderas clavándosela.

-          Tu padre también es un experto mamador ahí donde lo ves, y por su bulto diría que le está gustando lo que ve. – guiñándome viendo cómo me sobaba el paquete.

Es verdad que me estaba encantando, ver a mis hijos tan salidos dándole polla a ese tío me estaba poniendo malísimo, quería estar ahí chupándolos también.

-          ¿Oye Raúl no te importa si le doy de mamar a tu padre no? – dijo Javi levantándose y caminando hacia mí. – A ver si la chupa también como Juan.

-          Si… claro… - viendo como su hermano se acercaba a mí con la polla tiesa.

-          Fran, te dejo que se la mames al crío, pero su corrida la quiero yo. – decía el otro sin dejar de lamer el tronco de Raúl.

-          Esto… yo no… - no sabía muy bien que hacer, pero quería entrar en sus juegos y tener su polla.

-          No se preocupe, no saldrá de aquí. – decía Javi acariciando su pollote delante de mí.

No dije nada, tan solo asentí y le agarré la polla, como si fuera un desconocido me la acerqué a la boca y empecé a saborearlo, lamí su capullo empapado acariciando sus huevos.

-          Mummm sí que la come bien si uufff. – sujetándome la cabeza guiándome la mamada.

-          Estos maduros tienen mucha experiencia, se les ve. – pellizcando los pezones a Juan. – Ponte recto gordi, hazme una cubanita con esos tetones.

Mientras yo seguía amorrado a la polla de Javi, Juan se colocaba el mástil de Raúl entre sus pechos gorditos apretándolos y moviéndolos.

-          Ufff siii que buena zorrita eres, menéala sii. – viendo como su polla desaparecía y asomaba entre sus pechos.

-          Con este pollón nene dejaría que me hicieras lo que quieras. – escupiendo en su canalillo lubricando el pollote del chico.

-          ¿Quieres que te folle ese culo de maricón que tienes? – metiéndole dos dedos en la boca a Juan.

-          Siii, me encantaría que me dieras duro nene. – relamiéndole los dedos a Raúl.

-          Pero eso se paga a parte putita. – con su polla en los labios de Juan y sus cojones entre sus tetas. – Por 200€ te follo el ojete.

-          Si joder, lo que sea, pero reviéntame el culo niñato. – bajándose los pantalones aun de rodillas.

Raúl me miró buscando mi aprobación, yo seguía mamando la polla de Javi, lo tenía agarrado por las nalgas empujándolo contra mi garganta. Juan se levantó acabándose de desvestir, mostrando su cuerpo entrado en carnes y exhibiendo una pollita pequeña empalmada.

-          Vaya mierda de pollita tienes gordi, ¿con esto te follas a tu mujer? – levantándose Raúl del sofá dándole una palmadita en sus genitales. – Échate sobre el respaldo y pon ese culazo en pompa.

-          Reviéntame el culo niñato de mierda, que no me pueda sentar en tres días. – echándose sobre el sofá sacando culo.

-          ¿Quieres que te folle a pelo o traes condón? – azotándole el culo, dejándole los dedos marcados.

-          Noo, quiero que me preñes, que me rellenes con tu leche de macho. – moviendo su culo y gimiendo con cada azote.

-          Te vas a enterar pedazo de puta. – agachándose sobre el culo, abriéndole las nalgas. - ¡¿Pero esto que es putita?! – viendo como le salía del ano una cuerdecita.

-          Venía preparado nene, sácamelas, son mis bolas chinas. – agarrándose las nalgas.

-          Vaya vaya con el putón vicioso. – tirando de la cuerda haciendo que tres bolas salieran de su culo. – Abre la boca no quiero que se te pierdan. – metiéndoselas en la boca a Juan.

La situación se estaba poniendo muy caliente y desmadrada, Raúl agachado en el culo de Juan soltándole lapos y lamiéndoselo mientras este no paraba de gemir con las bolas chinas en la boca. Yo con la polla de Javi en mi garganta lo miraba de reojo y veía como no le quitaba la vista a su hermano, estaba excitadísimo.

-          ¿Quieres follarme a mi chico? – le preguntaba a Javi.

-          Claro que si pap… Fran. – sonriendo lascivamente.

Me desnudé a toda prisa quedándome bocarriba en el sillón agarrando mis piernas con los brazos y dejando mi culo al aire. Javi no tardó en agacharse y empezar a comerme el culo follándomelo con varios dedos. Al otro lado Raúl ya había ensartado a Juan por el grito desgarrador de este.

-          Aarrrgggg joderrrr como duelee cabrón!!! – mordiendo un cojín aguantando el dolor.

-          Calla putita, ¿no es lo que querías? – con casi medio rabo dentro del culo.

-          Métemela nene, haz como tu amigo y reviéntame el culito. – le decía a Javi.

-          Vaya panda de generados estáis hechos. – apuntando su pollote duro en mi ojal.

-          Dale duro a mi padre, te doy permiso Javi. – se escuchaba decir a Raúl agarrando a Juan por los hombros y ensartándole su polla más profunda.

-          ¡¡Cacho cabrón me estás reventando el ojete!! – empezando a mover su culo contra el chico.

Por un lado, Raúl dándole caña a Juan, no estaba teniendo piedad con él, veía como le sacaba la polla y se la volvía a meter cada vez más fuerte haciendo que sus nalgas rebotasen. Al otro lado Javi echado sobre mí follándome de lo lindo, haciendo que disfrutara de su cipote entrando y saliendo de mi culo, sintiendo el choque de sus huevos en mis nalgas me volvía loco y ese cuerpecito delgado con esa fuerza de empuje era increíble. Menudas folladas nos estaban dando a los dos maduros.

-          Fran, pedazo de macho tienes en casa, no tiene polla, tiene un puto taladro. – atinaba a decir entre gemidos cortados.

-          Nunca he visto una zorra con tanto fondo gordito, eres una puta tragona. – dándole azotes en el culo.

-          Ohh sii sii sigue, soy tu puta nene, préñame joder. – gimoteaba Juan.

-          ¿Has visto que par de sementales te consigo? – le contestaba yo aguantando las embestidas cada vez más fuertes de Javi.

-          Deja que el crio me folle, quiero probar su pollón en mi culo también, te está haciendo gimotear como a una nena Fran. – sobándole los pectorales a Raúl y haciendo que le sacara la polla.

Javi sacó su polla de mi interior se incorporó acercándose a su hermano a la vez que le sobaba el culo a Juan. Para sorpresa de Juan y mía los dos hermanos empezaron a comerse la boca con pasión. Me sorprendieron, estaban tan excitados que no podían contenerse. Los dos pollones se entrelazaban a la vista de nosotros dos, mirando como aquellos dos cuerpazos se rozaban.

-          ¿Quieres ver como el crio te revienta el ojete? – sentándose en el sofá. – Trae tu culo gordo aquí y cabálgame.

Juan hizo caso al pequeño y poniéndose de espaldas a él se fue dejando caer en su mástil tieso haciendo que la polla desapareciera en su tremendo culo.

-          Uufff joder con el nene, siiii fóllame cabrón. – subiendo y bajando su cuerpo sobre Javi.

-          Menos quejarte putita. – acercándose Raúl a su cara y dándole pollazos para luego metérsela en la boca.

Me quedé a un lado viendo como mis hijos tenían ensartado a Juan cada uno por un lado, me pajeaba viendo aquello, quería agacharme y comérsela a Raúl, pero no quería que nos descubriera.

-          ¡Un momentoooo! – decía asustado Juan mirando a la estantería de enfrente del sofá sacándose la polla de la boca. – Esos de ahí sois vosotros ¿no? – señalando un marco con una foto de mi mujer, yo y mis dos hijos. – ¡¡No sois amigos, sois hermanos!! – exclamó.

-          Mierda… mierda…Juan... – nos había pillado, en la foto se veía perfectamente que éramos familia.

-          ¿Te acaba de follar tu hijo pequeño delante de mí? – incorporándose, alucinando.

-          No te escandalices tío, que a ti también te gusta que te follemos. – le dijo Raúl.

-          Joder joder, que fuerte, vaya degenerados, y puufffff que puto morbo. – decía un excitado Juan sin dar crédito.

-          Bueno ya que nos has pillado, no tenemos por qué seguir fingiendo. – agarrándome Raúl de la cabeza y morreándome mientras yo le echaba mano a su polla pajeándolo. – Aaahh gordi! De esto ni una palabra a nadie, y por ser tú te devolvemos el dinero, pero esto se queda aquí ¿entendido?

-          Si si, yo alucino, que suerte tienes Fran, con tus propios hijos, y con semejantes pollones. – decía viendo como mi hijo me besaba y yo lo sobaba.

-          Quiero seguir con ese culo, venga arriba putaa. – dijo Javi tirando de Juan para que volviera a follarle.

Raúl se sentó junto a su hermano en el sofá y yo me subí encima de él a horcajadas, Juan hizo lo mismo con Javi, los cuatro en la misma postura. Sus pollones jóvenes nos taladraban nuestros culos gordos, nos soltaban cachetazos en las nalgas sin parar de gemir y sobar sus cuerpos.

-          Ohh sii sii dale caña a papi. – gritaba como un loco sintiendo la polla de Raúl bombeando en mi interior.

-          Cuanto te envidio Fran, ya entiendo porqué estas tan desaparecido, ¿tus hijos te tenían ocupado no guarro? – rebotando sobre el pollón de Javi mientras este le sobaba las tetas.

-          No te lo imaginas tío. – buscando la boca de Raúl besándolo con ternura.

-          ¿El gordi quiere leche calentita del nene? – decía Javi moviendo sus caderas debajo de Juan.

-          Sii dame tu lefa en mi boquita, vacía tus huevazos en mí. – le constaba Juan acariciando el torso del nene.

-          Por lo bien que te has portado te mereces la de los dos, putita. – le decía Raúl guanteándole los pechos.

Nos incorporamos los cuatro, mis hijos hicieron que Juan se arrodillara en el suelo delante de ellos con la boca abierta mientras no paraba de pajearse su pollita.

-          Fóllatelo papa, dale a este gordo el lujo de que se lo haya tirado una familia entera. – me decía Raúl haciendo que Juan se pusiera a cuatro.

-          Venga Fran, que tu polla también merece la pena. – manoseándomela con los rabos de mis hijos en su cara.

No me lo pensé, me agaché sobre su culo y se la encajé de golpe viendo como Raúl y Javi se dejaban pajear por él mientras les lamía el glande. Empecé a moverme deprisa, su culo estaba dilatado de más, se notaba que las pollas de mis pequeños habían estado allí.

-          Arrrggg putitaa abre la bocaaa que vaaaa. – gritó Raúl metiéndola la polla en la boca.

-          Oohhhh sii siii toma corrida gordito! – pajeándose rápido en la cara de Juan.

Los dos empezaron a correrse, Raúl le rellenó la boca y Javi se la soltó toda en la cara, mis dos chavales con sus pollas goteando se la metieron a la vez en la boca, intentando tragar toda la leche que podía.

-          Mummmm si si me corro! – dando fuertes embestidas en el culo de Juan viendo como mis hijos se morreaban y dejaban que les limpiasen sus pollas.

Acabé de correrme y me eché en el sillón exhausto viendo como Juan seguía lamiendo los pollotes de mis hijos mientras ellos se reían viéndole la cara llena de lefazos. Nos recompusimos y estuvimos charlando un rato con Juan contándole nuestras vivencias, dándole envidia de la suerte que tenía. Nos confesó que había sido el mejor polvo de su vida, nada más por el morbo de saber que éramos parientes. Posiblemente volvamos a repetir.


Como siempre se agracede los comentarios que me dejais. Todo aquel que quiera puede escribirme contándome sugerencias, mejoras o posibles ideas para futuros relatos. Aquí os dejo mi email nenexx023@gmail.com