¿Quieres follarte a tu padre? III

Padre, hijo y ahora...sorpresa.

Hola de nuevo a todos, seguimos contando las aventuras de padre e hijo. Pues bien, la relación entre Raúl y yo se había vuelto mucho más cómplice. Había conseguido sacarme de la tediosa rutina del matrimonio y trabajo. Mi mujer ni se imaginaba nada, la follaba alguna vez para mantener las apariencias y poco más.

Yo había puesto algunas normas con mi hijo para evitar problemas de ser descubiertos y que nos pillaran. En casa estaba totalmente prohibido hacer nada, ni siquiera besos o caricias, o cualquier comentario que hiciera sospechar. Nuestros encuentros se reducían a alguna mamada en el coche, folladas en hotel o en sitios discretos, sobre todo cuando mi hijo salía de jugar algún partido o de sus entrenamientos.

Mi vida sexual nunca había estado tan activa, ni los mejores años con mi mujer. Esto de estar con un adolescente era un no parar. Raúl siempre tenía ganas, nunca se hartaba de follarme o darme de mamar. Incluso me había grabado dándome por culo para cuando no podíamos quedar y estaba cachondo se cascaba una paja viéndolo.

Teníamos una relación tan especial que incluso me ponía celoso cuando iba a casa con algún amigo o amiga. Tenía claro que Raúl era un chico guapo y que, por supuesto atraía, tanto hombres como mujeres. Y en esa edad era de esperar que ya tuviese algún que otro pretendiente o pretendienta.

Y yo tampoco me quejaba, tenía mi club de fans como yo le decía, varios conocidos del gimnasio que querían tema conmigo gracias a mi amigo quien me los presentó, el cual no entendía cómo podía rechazar un polvo con hombres macizos, musculados que se pirraban por un madurito como yo. No podía contarle que mi hijo me tenía bien servido.

No me enrollo más y paso a contaros lo que sucedió una noche que volvería a cambiar mi vida. Pues bien, esa noche, por suerte o por desgracia, mi mujer tuvo que irse a cuidar a mi suegra, ya que había caído enferma y necesitaba de sus cuidados. Mi esposa se marcharía al pueblo, seguramente todo el fin de semana, por lo que a mí me tocaría cuidar de mis hijos y atender la casa. No me hacía gracia la idea puesto que me había quedado sin el encuentro a escondidas con mi hijo ya que en casa lo teníamos prohibido aún sin estar su madre, estaba el pequeño.

La tarde del viernes fue un verdadero coñazo, entre que tuve una semana asquerosa de trabajo, apenas había podido estar con Raúl, entre que recogía a Javi de sus actividades y me ocupaba de recoger la ropa y poner lavadoras cuando llegó la cena estaba más que reventado.

Cenamos los tres y nos pusimos a ver una peli. Los tres como si nada, Raúl pasando de la película tan solo mirando su móvil y chateando con quien sea, Javi medio quedándose dormido y yo entre intentando averiguar con quien hablaba tanto Raúl y medio dormido por el cansancio, estaba hasta cabreado.

-          Javi, Javi, venga es tarde y te estás durmiendo, vete para la cama. – le dije a mi hijo menor.

-          Si..voy.. – me contestó medio sonámbulo levantándose del sofá.

-          Buenas noches hijo, yo creo que voy a ir a dormir también. – les dije, viendo como Javi desaparecía por el pasillo.

-          Noo papi, vamos a acabar de ver la peli por fa. – me suplicó Raúl sentándose donde había estado su hermano junto a mi lado.

-          Vaa, pero si estás pasando de la peli, estás nada más que con el móvil. – le recriminé algo celoso.

-          ¿Es que mira, te acuerdas de Lucía?, mi compi de clase. – decía mientras abría el WhatsApp.

-          Si, esa chica que viene mucho contigo. – mirando atento a la pantalla.

-          Pues se ha dedicado a mandarme estas fotos. – empezando a abrirme algunas de las fotos.

-          ¿¿Pero??...¿en serio te ha mandado eso? – le preguntaba asombrado viendo las fotos de la chica enseñando sus pechos y su coñito.

-          Sii, dice que está loquita por mí, y quiere que yo sea el primero con quien lo haga. – decía muy orgulloso.

-          ¿Y tú que le has dicho? – pregunté aun asombrado.

-          Pues nada…que a mí me gusta otra persona, que no me interesaba. – cerrando el móvil y acariciándome las piernas.

-          Jaja ¿y quién te gusta hijo? – sonriéndole.

-          Está claro ¿no? – fue a besarme.

-          Para, ya sabes que aquí no. – haciéndole la cobra a mi hijo.

-          Joo papi, esta semana no hemo podido hacer nada, y estoy a tope. – poniendo cara de pena.

-          Está tu hermano y si nos pilla seguro que se lo dice a tu madre. – le explicaba serio.

-          Puuff pues hazme una paja solo. – decía metiéndose las manos en los pantalones.

Raúl llevaba puestos unos pantalones de chándal viejo, se le marcaba ya todo el contorno del cipote. Me lo ponía difícil, es verdad que llevábamos una semana que nada, y yo lo podía aguantar, pero él entiendo que no. Y más sabiendo ahora que sus amigas le mandaban esas fotitos, al final se iba a ir con alguna.

-          No es buena idea, aguántate como todos. – le decía.

-          Estoy que reviento papá. - me decía cogiéndome mi mano y posándosela en los huevos. – ¿Ves? Tengo los huevos a tope.

-          Qué cerdo eres Raúl. – dejando mi mano en su paquete.

-          Venga anda, algo rápido. – me rogaba.

Accedí tan solo para que me dejara en paz. Cogí una manta que utilizamos para taparnos en el sofá y la eché por encima de nuestras piernas, quedando nuestros cuerpos cubiertos de cintura para abajo. Le metí la mano por debajo del pantalón sobándole la polla medio dura. Se la palpé mientras él se acomodaba echándome un brazo por mis hombros.

-          Dale papi. – me decía medio abriendo su boca notando mi mano en sus huevos.

-          Que me gusta este rabo ufff. – me relamía sintiendo como cogía grosor.

Le saqué la polla por encima del elástico, la agarré abarcando todo su grosor y empecé a mover mi mano. Mis ojos fijos en la tele haciendo como el que veía la película y Raúl recostado jadeando con disimulo mientras le cascaba la polla.

-          No es lo mismo…ya me he acostumbrado a tu boquita. – decía con resignación acariciándome la nuca.

-          Ni lo sueñes, no te la voy a comer aquí. – meneándole rápido el cipote.

-          Por favor papi, un par de chupetones. – me decía susurrándome al oído comiéndome la oreja.

-          Haces conmigo lo que quieres. Ve a ver si tu hermano está dormido. – soltando su polla.

-          Ok. – levantándose a toda prisa, guardando como pudo su rabo duro haciendo que su pantalón se levantara cual tienda de campaña.

Al momento volvió sonriente afirmando con su cabeza que Javi estaba dormido. Volvió a sacar su rabo tieso sentándose a mi lado, esta vez sin taparse con la mantita.

-          Me gustas demasiado nene. – agachándome en su pollón abriendo la boca envolviéndolo con mi lengua.

-          Uuff si papá, esto es otra cosa. – apoyando sus manos en mi nuca marcándome el ritmo.

-          Que sepas que lo hago porque no quiero que recurras a la guarra esa de tu amiga. – buscando sus huevos para lamerlos.

-          Jaja más quisiera ella estar en tu lugar. – dándome con la polla en mis mejillas. – Este rabote es entero para ti papá.

Si es que el nene me ponía a mil con esos comentarios. Necesitaba estar más cómodo y me puse de rodillas delante de él que seguía sentado en el sofá. Le bajé los pantalones hasta los tobillos para que pudiera abrir bien las piernas y dejarme acceso a sus pelotas. Raúl se estirazaba sin quitarme ojo, jadeando discretamente, colocando sus manos detrás de su cabeza dejándome a mi antojo su falo.

-          Papá eres más puta que todas las niñas de mi edad, joder, bien podrías darle clases de mamadas. – decía cerrando los ojos y agitando su respiración por mi mamada.

-          Como me entere que se te acerca alguna a la polla me la cargo. – dándole un mordisco en un huevo.

-          Aaarrggg cabrón, mi huevo. – dando un respingo, poniéndose de pie.

Me agarró fuerte de la cabeza, metiéndome entre sus piernas, me empezó a follar la boca sin piedad. Se ve que le molestó el mordisco. Movía rápido sus caderas, sus huevos rebotaban en mi barbilla y yo me agarraba como podía a sus piernas mientras de mi boca no dejaban de caer babas.

-          ¿Ves? Esto no se lo puedo hacer a una niñata de esas, esto solo lo aguantas tú. – agarrándome fuerte de la nuca y haciendo que clavara mi nariz en su abdomen.

Ahí estaba otra vez sometiéndome, me tenía a sus pies, podía hacer conmigo lo que quisiera. Con su rabo encajado en mi garganta saliendo y entrando apenas podía hablar, tan solo se escuchaba el glup glup de mi boca y mis arcadas.

Pude zafarme de su polla unos segundos, los cuales aproveché y metí mi cara debajo de sus pelotas. Le lamía desde el culo hasta la base de su polla, jugaba con sus bolas chupándolas mientras él se pajeaba en mi cara. Miraba hacia arriba y veía su cara de vicio viendo cómo me trabajaba sus cojones. Su polla babeaba toda mi cara. La siguiente vez que alce la mirada su expresión había cambiado, miraba serio e inmóvil hacía el pasillo.

-          Javi! ¿Qué haces ahí? – le oí decir a Raúl aun teniendo sus huevos en mi boca.

Cuando me giré pude ver a mi hijo menor apoyado en la puerta viendo la escena de su padre y su hermano.

-          Joder joder, lo sabía que nos pillaba. – me levanté mientras Raúl se subía los pantalones.

-          ¡Enano ven aquí! – le gritó su hermano en voz seria viendo que salía corriendo a su habitación.

-          ¿Y ahora qué? Mira que dijimos que en casa nada. – mosqueado y nervioso. – Voy a hablar con él.

Fui a buscarlo pensando en qué le diría o cómo explicarle lo que acababa de ver. Supongo que a su edad algo sabría acerca del sexo, pero ni imaginarse que entre padre e hijo estaba bien. Llegué a su habitación, estaba metido en la cama como lloriqueando.

-          ¿Hijo, estás bien? – acercándome a él.

-          Si, déjame en paz. – decía sollozando.

-          Javi, lo que has visto…todo tiene una explicación. – agachándome en el filo de la cama y haciendo que se girara para verlo.

-          No pasa nada papá...ya está...sé lo que estabais haciendo – decía medio enfadado.

-          ¿Te avergüenzas de tu padre y tu hermano? – le preguntaba intentando calmarlo.

-          Noo…pero… - me miraba con los ojos llorosos.

-          ¿Pero qué Javi? Háblame. – le insistía.

-          Que yo también quiero participar en vuestros juegos. – alzando la voz.

-          ¿QUÉ? – no daba crédito a lo que decía. – Pero Javier, ¿qué dices?

-          Eso papá, ya no soy un crio, y me da coraje que no contáis conmigo para eso. – me recriminaba.

-          Entiendes que lo que hacemos no está bien, ¿verdad? ...y además, ¿te gustan los hombres? – le preguntaba aun sin salir de mi asombro.

-          Creo que si…no he hecho nada con nadie…pero he visto en internet…y escucho a los chicos hablar. – intentaba explicarme.

-          Bueno, intenta dormir, mañana hablaremos tranquilamente. – me acerqué a darle un beso en la frente, no me había percatado pero la sábana se veía levantada por la zona de su entrepierna.

No me lo podía creer, era verdad que al niño le gustaban los tíos, o por lo menos le había gustado lo que acababa de ver. Se dio cuenta que me fijaba en su bulto y sonriendo me dijo…

-          Papi, quiero que me hagas lo mismo que a Raúl. – apartándose la sábana dejando ver su pantaloncito del pijama abultado.

-          Javi...no deberíamos… - ardía en deseos, primero Raúl y ahora él, era mi pequeño, pero vaya morbo me daba.

-          Quiero que lo hagas, ¿o prefieres que me chive a mamá? – decía sobándose el bulto.

-          No por favor, no le cuentes nada…. – puse mi mano en su delgado muslo acariciándolo mientras él seguía tumbado y yo de rodillas en el suelo al lado de la cama.

-          No es tan grande como la de Raúl… - me decía algo preocupado.

Aquella situación se me estaba yendo de las manos, pero me podía el morbo y el deseo por mis hijos, nos los estaba obligando a nada, eran ellos los que me habían conducido a eso. Y ahora el pequeño de la familia. Javi se parecía mucho a su hermano mayor, no tan fibrado y algo más bajo, aunque si bastante delgado. También hace deporte, natación, su piel es fina y delicada, sin apenas vello corporal, no como su padre. De cara inocentón y con tupe rizado a la moda que lo hacía bastante guapo.

-          Seguro que aun te tiene que crecer más. – le decía metiendo mis manos por debajo del pijama acariciando sus huevos casi lampiños y parte de su tronco.

-          Es la primera vez que alguien me toca el pito papá. – decía casi jadeando sintiendo mis manos.

-          No te preocupes, iré con cuidado. – tirando de su ropa hacía abajo dejando libre su polla. – ¡Joder Javi!

-          ¿Qué? ¿qué pasa papá? – decía sin saber el porqué de mi exclamación.

-          ¡Que la tienes enorme! No sé a quién habéis salido. – es cierto que algo más pequeña que la de Raúl, pero para su edad era un señor cipote, seguía siendo más grande que la mía. De buen grosor y arqueada hacía arriba.

Se la agarré y tiré de su pellejo para abajo descubriendo su glande rosado y empapado en precum. Él miraba como lo hacía, jadeando y soltando algún gimoteo. Empecé a mover mi mano de arriba abajo, su rabo se estiraba aún más, debía de medir sobre los 17,18 centímetros, sobre su base un poco de vello del mismo color que su cabeza, castañito claro.

-          ¿No te la metes en la boca? – decía impaciente.

-          Qué rápido has aprendido ¿no? – pajeando su pollote e inclinándome sobre él.

Aún de rodillas me acercaba a la polla de mi hijo menor, yo seguía vestido pero mi polla estaba a reventar también con tantas emociones. Abrí la boca sacando la lengua y envolví su glande lamiéndolo. El chico cerraba los ojos jadeando, casi conteniendo la respiración agitada, descubriendo el placer de su primera mamada.

-          ¿Te gusta cielo? – pajeándolo dándole lamidas en el capullo.

-          Mumm sii, sigue por favor. – poniendo sus manos en mi cabeza y moviendo su pelvis.

Le agarré la polla por la base y los huevos, y me la metí entera en la boca, sorbiendo cada centímetro de carne de mi hijo, mientras él no paraba de gimotear y revolverse en la cama.

-          ¿Interrumpo algo? – dijo Raúl en la puerta de la habitación, con la mano metida en sus pantalones y una sonrisa de oreja a oreja.

-          Mira Raúl, mira lo que me hace papá, lo mismo que a ti. - decía su hermano menor todo orgulloso.

-          Ya veo ya, a papaíto le encantan los rabos de sus pequeños. – caminando hasta donde estábamos, bajándose los pantalones y el bóxer.

-          Tu hermano creo que ha sacado los mismos gustos que tú Raúl. – girándome para ver a mi hijo mayor ya con su rabo tieso fuera.

-          ¡Vaya! Si que la tienes grande hermanito. – decía Javi contemplando a su hermano.

Raúl acabó de quitarse los pantalones y se quedó de pie junto a mí y al lado de su hermano. Me empujaba de la cabeza para que siguiera tragando el pene de Javi, mientras que este no nos quitaba ojo a ninguno.

-          ¿Te la chupa bien papá, Javi? – le preguntaba acariciándole las mejillas.

-          Uufff increibleee. – decía el niño retorciéndose de placer.

-          Pues ya verás cuando te lo folles jeje – decía Raúl metiendo su mano por mi culo y acariciándome el ano haciendo que diera un respingo.

-          ¿En serio? ¿me vais a enseñar? – decía incrédulo a lo que le decía el hermano.

-          Claroo, papá es muy complaciente, ¿verdad papi? – mientras seguía con su mano sobándome el culo y yo asentía con la polla de Javi entrando y saliendo de mi boca.

Dejé la polla de Javi y me fui a por la de Raúl, estaba super dura, aquello le debió poner a mil. En una mano la de mi hijo menor, meneándosela y con la otra sobándole los huevos y comiéndosela al mayor. Raúl acababa de desvestir a su hermano besándose entre ellos. Me pareció muy tierno y a la vez me puso a tope, dándole fuertes chupetones a Raúl y acariciando el torso desnudo de mi pequeño.

-          Quiero más papá. – decía Javi tirando de mi cabeza para su pollote.

-          Si hijo, no te preocupes, me tenéis a vuestra disposición. – riéndose ambos, metiéndome otra vez su polla en la boca.

-          Jaja dale al nene, que mi polla ya la has tenido mucho. – decía Raúl poniendo su rodilla en la cama.

Javi al ver el pollón de su hermano tan cerca suya y libre, se acercó tímidamente echándole mano y palpándola.

-          ¿Me crecerá tanto como a ti? – decía moviendo su mano en el tronco sin apenas poder abarbarlo todo.

-          Seguro que sí enano, ¿quieres probarla? – le dijo arrimándosela a su cara mientras yo miraba de reojo.

El chico asintió con la cabeza, abrió su boca todo lo que pudo y se fue metiendo el enorme falo de su hermano. Vaya estreno le estábamos dando al pequeño de la familia, su hermano dándole de mamar y su padre mamándole.

-          Cuidado con los dientes Javi. – le corregía su hermano con media polla dentro del chaval. -  Fíjate como lo hace papá y aprende.

-          Joe, es que no me cabe en la boca. – decía sacándosela y resoplando.

-          Por qué no vamos a mi habitación, la cama es más grande, estaremos más cómodos. – les dije poniéndome de pie viendo como Raúl seguía intentando meterle toda la polla a su hermano.

-          Valee. - contestaron.

Nos fuimos a mi cuarto, mis dos hijos delante, completamente desnudos con sus pollas empalmadas pensando en hacerle toda clase de perversiones a su padre. Una vez dentro nos abrazamos los tres, nos besábamos. Yo aún estaba vestido. Raúl empezó a quitarme la camisa mientras le decía a Javi que hiciese lo mismo con mis pantalones. Nos morreábamos, nos sobábamos, veía como mi hijo pequeño me bajaba los pantalones y los calzoncillos y Raúl me comía los pezones.

-          Papi tu polla es más peque que la nuestra. – poniéndola junto a la mía y a la de su hermano rozándola.

-          ¡Bastante tengo con las vuestras! -le respondí echándole mano a las dos, pajeándolos al unísono mientras nos comíamos las bocas y me acariciaban.

-          Venga papá, acaba lo que has empezado. – me dijo Raúl empujando mi cabeza abajo.

Me arrodille en el suelo delante de aquellos dos pedazos de pollas, mis dos hijos me miraban atentos sonrientes juntando sus rabos, salidos perdidos mientras yo meneaba sus rabotes en mi cara. Fui otra vez a por la de Javi, era la novedad. Me la comía babeándola bien, quería que tuviese un bonito recuerdo de su primera mamada. Al otro lado le estrujaba los huevos a su hermano mientras entre ellos se besaban y se daban lengua agarrándome de la cabeza. Fui a hacerle garganta profunda al chaval.

-          Oohh no nooo ooohhhh – Javi me sacó la polla rápido dando espasmos corriéndose por toda mi cara y boca.

-          ¿Ya hijito? – le dije con cierta desilusión, pero a la vez orgulloso de haberlo hecho que se corriera mientras me caían los chorreones de lefa por toda la cara.

-          Lo siento papi, no me he podido controlar, perdona por esto… - decía mirándome la cara llena de su leche.

-          No te preocupes hermanito, esto se aprovecha. – decía Raúl recogiendo con sus dedos la corrida y dándomela de beber.

-          Vete acostumbrando porque tu padre es adicto a la leche. – le decía mientras chupaba de la punta de su rabo las últimas gotas.

-          Jaja, es verdad, le encanta una buena corrida en la boca. – decía Raúl restregando su cipote por mi cara.

-          Uuuff es que la chupas tan bien papi. – decía aun con su rabo tieso.

-          Ya te irás acostumbrando. – cogiendo la de Raúl y engulléndola con ansia. – Mira y aprende de tu hermano.

El chico se sentó en un sillón que hay a los pies de la cama mientras yo seguía de rodillas comiéndole el rabo a su hermano.

-          Vamos a la cama mejor. – decía Raúl sacándome la polla y echándose en le cama recostándose en la almohada.

Me subí quedándome a cuatro patas sobre la cama, con mi culo en pompa hacía Javi, quería que lo viese bien, meneando mis nalgas. Raúl seguía dándome de mamar su pollote y al otro lado Javi no nos quitaba ojo con su polla medio morcillona.

-          ¿Desde cuándo hacéis esto? – preguntaba el chico sobándose su polla.

-          No hace mucho, has tenido suerte de pillarnos. - Le explicaba Raúl.

-          Se te ve que dominas mucho. – levantándose y poniéndose a un lado.

-          Papá no fue mi primero. – con mi cabeza subiendo y bajando en su rabo duro.

Antes de que me diera cuenta tenía a Javi pasando sus pequeñas manos por mis nalgas peludas.

-          Vaya culo grande que tienes papi. – decía subiéndose a la cama.

-          ¿Te gusta hijo? – dándole un respiro a la polla de Raúl.

-          Y por aquí es por donde te lo tienes que follar. – le decía su hermano mayor abriéndome las chachas enseñándole mi ano.

-          ¿Y me cabrá la polla por ahí? – preguntaba pasando sus dedos por mi ojete.

-          Si, pero antes hay que dilatarlo, ¿quieres empezar? – le decía Raúl mirándome.

-          Pero mírate hijo, eres de rápida recuperación. – mirando a su polla empalmada de nuevo apuntando al techo.

Javi se colocó detrás de mi agarrándome el culo y pendiente a lo que su hermano le decía, yo me lo abría para que me lo viera mejor y tuviera fácil acceso.

-          ¿Ves su agujerito rosado? Ahí tienes que lamerlo bien para que se abra. – le explicaba a la vez que tiraba de mis pezones para me pusiera más a tono.

El chico me plantó las manos a ambos lados de las nalgas y metió su carita en mi hoyo, noté como su lengua cálida y húmeda se abría paso en mi ojete.

-          Mumm joder si, justo ahí. – gemía de gusto al sentirlo.

-          Puedes meterle un par de dedos también Javi. – le decía.

La escena era de lo más morbosa. En la cara tenía el pollote de mi hijo mayor, babeando y con unas ganas tremendas de follarme, frente a él y dejándome a mí en medio estaba mi hijo menor comiéndose su primer culo y follándomelo con sus deditos.

-          Llevo tres dedos dentro y se sigue abriendo- decía Javi impresionado.

-          Sii ese culo este muy tragón enano. – le contestaba Raúl comiéndome la boca aguantándome los gemidos por la follada que me estaba dando.

No sé cómo, pero hubo un momento que sentí las manos de Javi bajar hasta mi polla dura. Y mientras seguía comiéndome el culo empezó a pajearme.

-          Ohh Javii sii que gusto. – gimoteando.

-          ¿Te gusta papa? – pajeándome rápido y metiendo sus dedos.

-          Sii mucho. – moviendo mi culo contra el nene.

Con su boca en mi ojete fue bajando hasta llegar a mi tronco duro, tiró de mi rabo hacia atrás para podérselo meter en la boca. Empezó a lamerlo y saborearlo sin dejar de trabajarme el culo.

-          Vaya con mi hermanito, otro puto vicioso en la familia. – decía Raúl dándome de chupar su polla otra vez para que no gritara de placer.

-          ¿Lo hago bien papá? – decía incorporándose.

-          Ohh sii cielo, de maravilla. – estremeciéndome del placer que me estaban dando.

-          Bueno dejaos de charla que esta polla necesita ese culo ya. – decía tirando de mi culo.

Raúl se quedó espatarrado en la cama, medio incorporado en el cabecero. Yo me puse sobre él en cuclillas a la altura de su polla mientras me metía un par de dedos comprobando que estaba bien dilatado.

-          Buen trabajo Javi, le has abierto bien el coñito a papá. – le decía agarrándome de las caderas empujándome contra él.

Le cogí la polla por debajo guiándola a mi orificio y me fui dejando caer. De rodillas a nuestro lado Javi observaba como su hermano mayor se follaba a su padre.

-          Verás cómo le reviento este culazo gordo a papá. – mordiéndose los labios dando un golpe de cadera encajándome su pollote.

-          Aaarrrggggg qué bestia eres hijo, un día de estos me vas a atravesar. – apoyándome en sus pectorales.

Mi culo empezó a cabalgar la polla de mi hijo, a horcajadas sobre él brincaba clavándome su mástil en lo más profundo de mí. Mi polla se balanceaba de un lado a otro en la barriga de mi hijo mientras este no paraba de darme azotes en el culo.

-          Ooohhh sii siiii no me cansaré de este pollón nunca, y ahora por suerte tengo dos. – gritaba buscando a Javi para cogerle la polla.

-          Estoy deseando follarte papi. – me decía el pequeño poniéndose de pie besándome.

Dejé mi culo quieto levantado, no podía moverme porque le había cogido la polla a Javi y volvía a comérsela. Raúl aprovechó y empezó a mover su pelvis deprisa follándome sin parar.

-          Tu polla vuelve a estar lista ¿no hijo? – le decía saboreándola y sintiéndola super dura. – Raúl deja a tu hermano que me folle un rato.

-          Venga hermanito, dale duro a papi. – sacándome su polla e incorporándose.

Volví a ponerme a cuatro patas sobre la cama. Javi se agachó sobre mi culo apuntando su pollote a mi ano con la ayuda de su hermano que me abría el culo y me soltaba un par de lapos en la raja para lubricar la polla de Javi.

-          Métemela hijo, fóllate con todas tus ganas a tu viejo. – decía contoneando mi culo en su cipote.

De un fuerte empujó me la metió sin piedad, se agarró sobre mis hombros y empezó a moverse sobre mi culo.

-          Ohh siiii, se siente tan calentito. – decía apretando su cuerpo contra el mío.

-          Dale caña Javi, reviéntalo. – lo animaba Raúl agarrando a su hermano de los cachetes y empujándolo más contra mí.

-          Ooohh joderr sois un par de degenerados, vais a acabar conmigo. - gimiendo sin parar notando su polla entrar y salir.

El chico me follaba sin piedad, no entendía cómo estos dos chicos tan tímidos y cortados se convertían en esas bestias folladoras. Yo me sujetaba al cabecero de la cama arqueando mi cuerpo sacando culazo para mis nenes. Raúl se puso de pie junto a su hermano poniéndolo a mamar su rabo tieso. Su hermano me reventaba el culo a la par que se tragaba la polla de este.

-          MMmmm hermanito abre bien la boca ohh siii. – follándole rápido la boca. – No aguanto más oohh siii me corroooooo!!! – gritaba Raúl mientras el hermano seguía follándome.

-          Ohhh sii sii sigue hijo siii preña el culazo de tu papi. – moviendo mi culo contra él.

-          Aaarrrggggg ahí vieneee. – pajeándose como un mono en la boca de Javi.

-          Dámelo todo hermanito, dame de beber. – le decía Javi abriendo su boca sacando la lengua.

-          Tomaaaaa ooooohhhhh. – viendo como le soltaba los trallazos de semen por su boca y labios.

Mientras tragaba la corrida de su hermano empezó a apretar fuerte en mi culo, agarrándome de las caderas.

-          Ohh papii ohhh papiii, me corrooo me corrooo. – gemía mi pequeño dando fuertes embestidas en mi culo sintiendo como sus pelotas descargaban dentro de mí.

Se tumbaron cada uno a ambos lados de mí, exhaustos, con sus pollas palpitando y chorreando semen y Javi saboreando la leche de su hermano. Yo me puse bocarriba notando como se resbalaba la corrida de mi hijo por mi muslo. Me tumbé entre ellos aun con mi polla empalmada.

-          ¿Oye papi, y tú no te corres? – preguntaba Javi cogiéndome la polla.

-          Si hijo ahora. – cogiendo mi polla y pajeándome.

-          No papá, espera. – me paró Raúl. – Mi hermano y yo nos encargamos. - guiñándole a Javi.

Los dos se agacharon sobre mi polla, Raúl me comía el tronco y Javi los huevos y viceversa. Me pajeaban mientras lamían mi capullo.

-          Ohhh hijos, no aguanto. – con tantas lenguas en mi rabo no pude contenerme y exploté sobre sus caras mientras se relamían y besaban con mi polla en sus labios. – Os quiero hijos.

-          Y nosotros a ti papi. – echándose otra vez junto a mí, abrazándome y besándonos, compartiendo mi corrida en nuestras bocas.


Como siempre se agracede los comentarios que me dejais. Todo aquel que quiera puede escribirme contándome sugerencias, mejoras o posibles ideas para futuros relatos. Aquí os dejo mi email nenexx023@gmail.com