Quien tiene magia no necesita trucos
Me encontraba en el mirador de Valle Arriba en compañía de varios amigos, disfrutando de unas deliciosas y heladas polarcitas negras.
Me encontraba en el mirador de Valle Arriba en compañía de varios amigos, disfrutando de unas deliciosas y heladas polarcitas negras. El clima era perfecto, un agradable frio y contábamos con un perfecto cielo despejado que nos daba una de las mejores vista en toda Caracas. Mi tranquilidad se vio interrumpida cuando mi mejor amigo se me acercó y mientras ambos mirábamos a una chica que se dirigía a su carro en busca de más hielo y vino, Me dijo. - Una caja de cerveza a que no consigues su número. La chica tenia aproximadamente una hora de haber llegado al lugar, se había bajado de su carro acompañada por dos amigas más, se habían sentado justo al otro extremo de la redoma y desde el momento en que llegaron hice un comentario al grupo que la chica de lentes, que en estos momentos era la que se encontraba recargando su trago, me había parecido muy simpática. - ¡Hecho, Ya la pido! tome mi celular y le escribí a un amigo para que nos subiera otra caja de cervezas.
- ¿Qué métodos puedo utilizar? - El que quieras, lo único que no puedes hacer es pedirle el número, decirle que es una apuesta y ofrecerle parte del premio como lo hiciste la vez pasada. Ambos nos reímos y mientras fui por un par de cervezas aproveche para sacar de mi bolso un paquete de cartas. Caminé hacia las tres chicas y cuando estaba al frente de las tres les dije. - Buenas noches señoritas, disculpe que las interrumpamos pero se trata de un tema de extrema urgencia. Nuestro stock de cervezas está en un punto crítico, mi amigo leo y yo realizamos una apuesta para ver quién paga la caja de cerveza que ya viene en camino. Les mostré mi celular donde mi amigo me decía que de 5 a 8 minutos estaba aquí y que eran 25$. - La apuesta se basa en lo siguiente, tengo tres oportunidades para causar cualquier reacción de asombro o incredibilidad de ustedes tres mediante la aplicación de efectos mágicos. Las tres chicas sonrieron y pude notar como sus pupilas se expandían, mostrando un claro efecto de atención e interés por lo que estaba ocurriendo en ese momento. - ¿Quién quiere ser la primera chica en poner aprueba mi habilidad mágica? Esperaba que la chica de lente levantara la mano, pero por el contrario, ella y la otra chica que se encontraban en los costados señalaron a la del medio.
Saque las cartas de mi bolsillo y se las entregue. - Puedes y debes barajarlas, revisarlas, si quieres contarlas y chequear que todas son totalmente diferentes, una vez estés segura que las has mezclado lo suficiente me las vuelves a entregar. La chica realizó todo según se lo explique y me entrego las cartas. - Muchas gracias, ¿Cuál es tu nombre? - Katherine, me respondió con una gran sonrisa. - Ok Katherine, voy a colocar el mazo completo sobre mi mano izquierda y voy a ir pasando mi dedo pulgar de la mano derecha por todas las cartas, en el momento que tú digas “ALTO” detendré mi dedo y esa será la carta que tomaras, ¿ok? Ella afirmó con la cabeza y se notaba bastante entusiasmada. Tome las cartas como se lo había indicado y en el momento que ella dijo “ALTO” deje de desplazar mi dedo y le entregue la carta que había elegido. - Mírala y muéstrala a tus amigas, luego colócala en el mazo en el lugar que desees y si quieres puedes volver a barajear. Una vez ya completado el procedimiento, le dije que se quedara con las cartas que ya no las necesitaba. Mi atención estaba centrada en la chica de lentes que estaba del lado izquierdo de Katherine y hasta ahora no había podido involucrarla. - Bueno chicas tengo que confesarles algo, mientras ustedes estaban aquí hablando y su amiga fue a servir el trago, yo me le acerque a ella y llegamos a un acuerdo de complicidad por lo tanto me voy acercar a ella para que me indique cuál es tu carta. Me incline de medio lado hacia la chica, haciendo un gesto como si me iba a decir un secreto, las chicas se reían, Katherine la alejaba de mí mientras ella sonreía y decía que eso era mentira. - Bueno esto se complicó un poco ya que no me dejan acercarme a ti, pero muchas personas dicen que no hay mayor conexión que la que se da a través de la mirada, así que mírame fijamente y piensa en la carta que te acaban de mostrar. Yo me incline un poco colocando totalmente de frente de ella, mi amigo se acercó y junto a las otras dos chicas hicieron una especie de semicírculo alrededor de nosotros. Ambos nos veíamos fijamente, yo movía mi cabeza lentamente de lado a lado buscando descifrar su mirada. - Tu mirada me indica que la carta de Katherine es de color negro, ¿Correcto? Katherine y la otra chica asintieron casi de manera inmediata. - Si es negra puede ser de picas o de trébol. Facciones en tu rostro cuando mencioné la palabra trébol te delataron, por lo tanto la carta es de trébol. Las dos chicas gritaron ¡Sí!, sabía que en este momento había mucha tensión y la chica de lentes me miraba con incredibilidad. - Bueno llegamos a la parte más difícil de este proceso, percibir mediante esta conexión cual es el número de la carta elegida. Me acerque un poco más a la chica y mientras seguía mirándola decía. - La carta elegida no es una letra, mmmmm, puede ser par o impar, su carta es impar, será el 1,3,5, o 7. Ninguna de la chicas se movían, ni pestañeaban, la tensión estaba al mil por ciento. - ¡Tu carta es el 3 de trébol! Grité mientras rompía contacto visual con la chica y señalaba a Katherine Tras unos segundos de aceptación y asimilación las tres chicas reaccionaron de manera increíble, se agarraban la cabeza, se miraban entre sí, suspiraban. - ¡Queeeee! Increíble, no lo puedo creer, has otro, ¿cómo lo hiciste?, es imposible. Fueron algunas de las reacciones verbales que expresaron las chicas.
Aproveche ese momento de emoción y me dirigí a la chica de lentes y le dije. - ¿Preparada? ¿Cuál es tu nombre? ¿Tienes tu celular a la mano? - Si, respondió un poco asombrada. Me llamó Athenea y aquí está mi celular. - Vas abrir cualquier chat, calculadora o nota y vas anotar un número que cumpla con las siguientes características. (Realizar mientras lees). - Listo me respondió. - Vas a elegir un número del 1 al 50, los dos números tienen que ser impares y ambos número no pueden ser iguales, por lo tanto no puedes elegir 11 – 22 – 33 – 44. Pero si podría ser 13 y 37 tampoco puedes elegir 01 o 25. Ella sonrió, anotó el número en su celular y me dijo - Continua. Permíteme tu mano, le dije mientras la colocaba sobre mi mano izquierda y la tapaba con mi mano derecha. - Como veras aquí hay una conexión mucho mayor que en las cartas, es algo que lo elegiste tú y más nadie lo sabe. Tu número es mayor a 20, le dije después de acercar mi boca un poco a mis manos. - Ella sonrió y yo sabía que iba por buen camino. Pasaron varios segundos, yo mantenía mis ojos cerrados con mis labios sobre mi mano que cubría la de ella. - Dudaste entre el 5 y el 9 pero decidiste el 5 así que tu número es el 35. Retirando su mano de las mías, grito es ¡Imposible¡ y mostró el número a sus dos amigas que aún no sabía si ese era o no el numero elegido. Mientras las chicas seguían asombrado mi teléfono comenzó a sonar y se trataba de mi amigo que ya había llegado con el delivery, le hice una señal a Leo y me acompaño a retirar la caja. - Hasta a mí me has sorprendido pero aún no has hecho nada para conseguir su número. - El que sabe no se apura. Le respondí con tono burlón. Metimos las cervezas en la cava, dejando cinco afuera y yo aproveche el momento para sacar un marcador punta fina de mi bolso. Volvimos al sitio con las chicas, abrimos las cinco cervezas y les dije. - Celebremos y brindemos por la magia y porque Leo siga brindando.
Las chicas sonrieron y aceptaron las cervezas. - Ya va. Un momento, a pesar de que ya la apuesta fue cancelada pero debido a la fuerte conexión que pude presentar con Athenea durante los dos efectos anteriores les tengo preparado algo especial, algo de otro mundo. Saque las cartas de mi bolsillo y le dije a Athenea que eligiera la carta que ella quisiera. - As de corazones me indicó. La busque entre el resto de cartas, la retiré y se la di, luego le dije que yo también iba a elegir una. - Voy a elegir la J pica, ya que es la inicial de mi nombre, el cual espero que no se te olvide. Dije en un tono gracioso. Le entregue el As de corazones a Athenea y le dije que en esa carta iba a escribir su número telefónico y que luego se la llevara al corazón. Saque de mi bolsillo el marcador y se lo entregue, una vez ya firmada puso la carta sobre su pecho le dije. - ¿Sabes cómo se llama eso que estas haciendo? - No, dijo un poco nerviosa - Haciendo feliz una carta. Todos se rieron y ella me mirada desafiante. -- Ahora pondrás tu carta encima del maso, boca arriba para que todos la podamos ver. Yo la voltee lentamente y la doble por la mitad dos veces dejándola en una cuarta parte de su tamaño original. - Toma la carta y muérdela suavemente le indiqué. Athenea realizó lo que le señalé y yo hice el mismo procedimiento con la J de picas, le escribí mi número la puse sobre el mazo donde todos pudieran verla, la voltee, la doble y la puso entre mis dientes. - Ahora vas hacer lo mismo que yo. Lleve la carta de entre los dientes hacia dentro de mi boca y agarrando la mano de Athenea le dije Athenea realizó la misma técnica y ambos nos encontrábamos frente a frente con nuestra carta dentro de nuestra boca. - ¿Estas nerviosa? Porque yo sí. Tome sus dos manos y le dije. ¿Sabes que los besos son mágicos? Ella no hacia ni decía nada, sus amigas se reían. - Te voy a dar un pequeño beso y algo mágico va a ocurrir, así que cierra tus ojos. Ella cerró sus ojos y la bese rápidamente, algo muy rápido, suave y superficial, todos se reían. Imaginaban que el efecto era solo para conseguir un beso de ella. - Espera, espera, quiero que saques la carta de tu boca y la revises cuidadosamente. Le dije con un tono calmado, dando la sensación de drama y misterio. Mayor sorpresa se llevó cuando la carta que tenía en su boca era la J de picas con mi número y yo estaba sacando de mi boca el As de corazones con su número. Todos quedaron en shock, hasta Leo, nunca había visto este efecto. - Tranquila que no te voy a escribir al menos que tú lo hagas, es un código como mago. Terminamos nuestras cervezas, nos despedimos de las chicas y nos fuimos nuevamente a nuestro grupo. - ¿Qué fue eso? ¿Cómo lo hiciste? Aparte del número obtuviste un beso, si me enseñas hacer eso juro que te pagaría las cervezas que quieras. Yo solo me eché a reír y continuamos el resto de la noche compartiendo con nuestros amigos. Al día siguiente como a las 9:30 pm. Mientras disfrutaba del Sunday Night Footbal, me llegó un mensaje. - Al parecer respetas realmente tus códigos. Estuvimos chateando toda la noche del domingo y el lunes acordamos almorzar juntos Ya había pasado dos semanas desde que nos habíamos conocidos, varias salidas y dos encuentros sexuales, nuestras conversaciones cada vez eran más calientes y atrevidas, ya habíamos intercambiado algunas fotos y en un momento oportuno le dije. - Que tal si volvemos al punto de encuentro vamos hoy al mirador, aprovechemos que es día de semana, que la cuarentena esta radical y con un poco de suerte vamos a poder gozar de un poco de privacidad. - Pensé que nunca me lo ibas a proponer.
La respuesta de Athenea me dejó totalmente asombrado y con demasiada ansiedad. - Ok, nos vemos a las 9 yo llevo dos botellas de Linda Mora, tu favorito. - Como quieras, no voy con intenciones de beber (Una carita de diablito y un fuego). A partir de ese momento cada respuesta de ella me dejaba en ridículo, como si se encontrara un paso más adelante que en todo lo que le proponía, así que decidí evitar hablar del tema y esperar la hora del encuentro. A las 8:58 le mande un mensaje informándole que estaba afuera de su casa. Di gracias a Dios estar dentro de la camioneta y a oscuras. En el momento que la vi saliendo de su casa, llevaba una falda de cuero, que hacían juego con una blusa negra y unos tacones trasparentes que le daban mayor tonificación y belleza a sus piernas. Abrió la puerta de la camioneta, me dio un beso y me dijo. - ¿Listo? Realmente no, no había ni podio recobrar el aliento, en este momento me sentía vulnerable y sin una jugada clara para realizar. Camino al mirador pasamos una alcabala, la cual ni nos molestó debido al uso oficial. - Menos mal que no nos pararon, porque no traje nada - ¿Cómo así, dejaste tu cartera? Le pregunté. - Se me quedó todo, hasta la ropa interior, dijo mientras pasaba su mano por sus piernas. Mi mente había dejado de funcionar, no podía emitir ninguna respuesta, había caído en su juego.
Puse mi mano sobre su pierna y confirme que realmente no llevaba ropa interior. Llegamos al mirador y había un grupo de persona que por sus actitudes personas parecían que se estaban despidiendo y se iban a retirar del lugar. - Da otra vuelta y así le das chance que se retiren, una vuelta algo larga por favor. Yo me disponía a dar la vuelta en la redoma y al escuchar sus palabras cambie la ruta y me dirigí camino a la Embajada Americana. Ella abrió el quemacoco, bajos su vidrio y se quitó la blusa. Yo solo manejaba e iba admirando su espontaneidad y todos los atributos físicos que cada vez se veían más perfectos. Seguí mi trayecto hacia las mercedes, para luego volver a subir. Ella disfrutaba de lo que estaba haciendo pasaba su mano por mi pantalón y me preguntaba que si me gustaba, yo variaba la ubicación de mis manos de sus piernas a sus pechos. - Estaciónate aquí. Ya solo quedaba dos carros en la parte de arriba, en la parte de abajo lugar donde me aparqué estaba totalmente solo, ella se bajó de la camioneta sin blusa y me dijo. - Tómame unas fotos con tu teléfono, para que recuerdes este día, espero que no se te olvide. La última frase la dijo imitando mi tono en forma de burla. Fue exactamente la frase que había usado en ella cuando le entregue la J de picas. Poso para mí y tomamos fotos increíbles, el paisaje se prestaba, su outfit era ideal, mi excitación y morbo estaban al máximo, se me acerco y me dijo. - Vamos a la camioneta o crees que subimos para acá solo para tomarme fotos. Una vez ya dentro de la camioneta y manteniendo la continuidad de lo que había sido este día tomo el control apenas cerré la puerta. Se reclinó en su asiento, subió las piernas al tablero y comenzó a tocarse. - Y se te digo que hoy no tienes permitido tocarme, solo podrás verme. Mi caro tuvo que ser un poema ya que respondió de manera inmediata y acercándose a mí. - Mentira bobo, hoy vas hacer mío. Mientras me besaba me desabrocho el pantalón, saco mi miembro del bóxer y mientras lo besaba sutilmente decía. - Grande y grueso como me gusta.
De un momento a otro me estaba haciendo sexo oral de una manera increíble, no sé si era producto de como se había desarrollado todo hasta ahora, del control que ella estaba ejerciendo, pero era el mejor sexo oral de mi vida. Sabía perfectamente que hacer con una mano lo movía de arriba abajo, tenía una garganta profunda que cada vez que se lo introducía todo me llevaba al cielo, con su otra mano se tocaba para mí, lo escupía y lo mantenía totalmente húmedo, lo agarraba con extrema fuerza y se golpeaba en el rostro con él, su respiración mostraba lo mucho que le gustaba, mi respiración era súper agitada, por un momento pensé que iba acabar y ella como que lo pudo percibir y me dijo. - Todavía no bebé, tomate un trago de vino te veo como agitado Se estaba burlando de mí, sabía que en este juego de ajedrez ella tenía todas sus piezas y yo solo jugaba con el Rey, moviendo de un lado a otro y alargando lo que ya era más que obvio, Se montó encima de mí e introdujo mi pene dentro de ella, se movía como una Diosa, tenía encima la reencarnación de afrodita, sencillamente esta chica era de otro mundo sexualmente hablando. Por más que buscaba la manera de tomar un poco de dominio tomándola por el cabello, besando y tomando su cuello, acariciando y chupando sus senos. Cuando ella así lo quería hacia esos movimientos circulares que me llevaban a ponerme las manos en la cabeza y evitar lo inevitable. Ella sabía lo que hacía cada vez que pensaba que ya no podía aguantar más bajaba el ritmo y me dejaba agarrar aire. Abrí los ojos y me di cuenta que todos los vidrios estaban empañados, sus gemidos eran cada vez más fuertes, a pesar de la incomodidad del lugar, era uno de los mejores momentos de mi vida. Ya sus movimientos no eran circulares, si no hacia arriba y abajo con fuerza buscando la penetración completa, se levantó de mis piernas, se sentó en su asiento y me dijo. - Ya me has hecho acabar varias veces ahora permíteme saborear todo el néctar de tu pene. Dijo estas palabras mientras volvía a llevarse mi miembro a su boca. No sé si era el efecto de sus palabras en mí o sus grandes habilidades a la hora de practicar la felación, pero cuestiones de segundos estaba obteniendo el mejor orgasmo de mi vida y acabando de manera increíble. Ella seguía absorbiendo todo mi semen y luego de dejar mi pene totalmente limpio le dio un par de besos y me susurro al oído. - AL PARECER NO ERES EL ÚNICO CON MAGIA DENTRO DE ESTA CAMIONETA.