¿Quién soy? (6)
A las cuatro y media me acababa de cambiar de ropa y llamaron a la puerta...
A las cuatro y media me acababa de cambiar de ropa y llamaron a la puerta, era Berta como habíamos quedado, nos dimos un piquito y entró.
BERTA: ¿Qué vamos a hacer ahora?
YO: No sé, ¿qué te gustaría hacer?
Sonreía y se quedó pensando.
BERTA: Me gustaría ver una película contigo sentados en el sofá.
YO: ¿Con palomitas y cola?
BERTA: Síííí.
Así empezamos la tarde, viendo una peli los dos en el sofá cogidos de la mano, o uno encima del otro, o al revés, acabó la película.
YO: Bueno, pues hasta mañana.
BERTA: ¿Qué?
YO: Ya se ha acabado y era lo que tú querías hacer ¿no?
BERTA: ¿No vamos a hacer nada más?
YO: No sé, ¿qué quieres hacer?
BERTA: Estar contigo.
YO: Vale, si eso es lo que quieres no hay límite de tiempo.
BERTA: Joder tío, que raro eres.
YO: ¿Raro?
Me fui para ella y la cogí en brazos llevándola para la habitación, ella reía sin parar.
YO: Raro es que no te sepan comer él chichi nena, y que no supieras que eres multi orgásmica, y que todas las pollas que has probado hasta ahora fueran pequeñas, eso sí que es raro tía.
BERTA (riendo): Es que tú la tienes demasiado grande.
YO: No es verdad, la tengo normal y ahora te lo voy a demostrar.
La dejé de pie en medio de la habitación y le fui desabrochando la camisa quitándosela, después el sujetador y al final los pantalones dejándola en bragas, me quité la camiseta y el pantalón quedándome en bolas, le cogí la cara besándola llevándola para atrás hasta apoyarla en la pared, le fui acariciando con una mano la nuca y con la otra se la pasaba de la cintura a las caderas, ella posaba sus manos sobre mis riñones, me separé un poco, estiré de la goma de las bragas y le metí la polla tiesa entre las bragas y el chocho frotándola, abrió los ojos bajando más las manos poniéndolas encima de los cachetes del culo apretándomelos.
BERTA (susurrando): ¿Esta es otra de tus marranadas?
YO: Tú solo piensa en disfrutar.
Cerró fuerte las piernas apretándose la polla contra su coño, yo la sacaba y metía despacio rozándole, levantó la cabeza apretándome más con sus manos el culo gimiendo, todo esto sin dejar de besarla y comerme su lengua, le di la vuelta haciéndole lo mismo desde atrás apretándome contra su culo, ella por delante me cogía la polla para subirla y rozarse con más fuerza.
BERTA: Que polla tienes tío, todavía estoy asustada.
Bajé una mano con dos dedos mojados de saliva lubricándole muy despacio el ojete del culo.
YO: Pues si te parece grande ya verás tú cuando te la meta en este culito que tienes.
Se asustó y quería girarse, no le dejé apretándola más contra la pared metiéndole un poquito un dedo.
BERTA: No por favor, eso no, que me vas a hacer mucho daño.
YO: Que pasa que ninguno de tus novios pichas pequeñas te la metió por aquí.
BERTA: Pues claro que no guarro, quien te piensas que soy yo.
YO: Tu eres una mujer maravillosa que algún día te desvirgaré este culito precioso que tienes cabrona.
BERTA: ¿Hoy no, verdad?
YO: No, hoy solo te voy a meter un dedito para que se vaya acostumbrando antes de meterle el dedo grande.
Se relajó un poco y le metí el dedo un poquito más adentro apretándole la polla contra su coño, gimió y no dijo nada, estaba totalmente quieta contra la pared, empecé a notar que se le mojaban las bragas.
YO: Que cariño, estás preparada para empezar a correrte una vez detrás de otra para mí.
Le bajé las bragas hasta las rodillas y le separé el culo doblándole un poco la espalda hacía delante apoyándole las manos en la pared para que se aguantar, me cogí la polla metiéndosela en la vagina despacio hasta el fondo, abrió los ojos dejando ir el aire, fui aumentando el ritmo de mis caderas de menos a más aumentando ella sus gritos, sin esperarlo todavía se corrió la primera vez temblándole las piernas, pensé que en aquella posición no le aguantarían las piernas si se corría varias veces, le quité las bragas que se le aguantaban en las rodillas poniéndola en el borde de la cama a cuatro patas y yo fuera de pie, apoyó la cabeza en la sabana levantando el culo dejándome el chichi perfectamente para metérsela, que lo hice al momento despacio y hasta el fondo abriendo ella mucho los ojos, dándole ritmo de nuevo hasta que se empezó a mover echando el culo para atrás corriéndose otra vez, yo seguí empujando como si no hubiera pasado nada y ella bajaba sus jadeos y gemidos volviéndolos a subir, empalmando orgasmos uno detrás de otro hasta no poder más y dejarse caer hecha polvo en la cama, el cuerpo le temblaba, me estiré a su lado rodeándola con mis brazos, ella se acurrucó poniendo la cabeza al lado de mi hombro quedándose dormida de lo cansada que estaba.
Se despertó unos treinta minutos más tarde abriendo los ojitos mirándome.
BERTA: Estás aquí.
YO: Claro, no te iba a abandonar como a una gatita temblando.
BERTA: ¿Una gatita?
YO: Sí, mi gatita.
Estiró su cuerpo desperezándose, me pasó un brazo por el cuello y me besó, le puse la cabeza en el pecho en medio de las tetas y ella me acariciaba el pelo.
BERTA: Me gusta estar en la cama contigo, ¿sabes una cosa?, antes me daba vergüenza estar así con los chicos, si ya habíamos acabado de hacer lo que tocara y seguir metidos en la cama me parecía innecesario.
YO: Hostia Berta, eso es un mete y saca y a otra cosa.
BERTA: Más o menos, no tenía necesidad de nada más, pero contigo es diferente, me encuentro cómoda, con más…
Se quedó callada poniéndose roja de la cara de vergüenza tapándosela metiéndola en mi cuello.
YO: Dímelo, que me hace ilusión escucharlo.
Me miró sonriendo.
BERTA: Con más ganas de que me toques, de descubrir que cosa nueva me vas a hacer, de disfrutar del sexo juntos y sentirte a mi lado.
Bajó su mano y me agarró la polla poniéndomela dura al momento, no me había corrido con todo el calentón que pillé con los orgasmos de Berta, me iba haciendo una paja lenta besándome los labios.
BERTA: ¿Y con esto que hacemos?
YO: No lo sé, tú también puedes tomar decisiones, ¿qué te gustaría hacerle?
Me estiré boca arriba y la dejé a ella que decidiera el qué, puso medio cuerpo encima del mío besándome dulcemente sin parar de pajearme, me soltó un momento la polla acercando la palma de la mano a su boca dejando caer un buen escupitajo de saliva, volviendo a agarrármela siguiendo con la paja, como me excitaba aquello al oír el ruidito que se producía con el roce de la mano y la humedad, me besó el cuello bajando al pecho, me besó y pasó la lengua por los pezones siguiendo bajando pasando por el ombligo, bajando la lengua por mí casi depilado vello púbico llegando a la base de la polla pasándole la lengua, la fue subiendo por un lateral lamiendo y besándola hasta llegar a la punta, sacando la lengua lamiendo el agujerito y por los lados, se la fue metiendo chupándome el glande sin parar de hacerme la paja lentamente, yo jadeaba suavemente mirando lo que me estaba haciendo, se metió la mitad chupando volviendo a sacarla, lo repitió un par de veces y a la tercera al sacarla succionó haciéndome gemir con fuerza, paró un momento sorprendida por mi respuesta y volvió a hacerlo sacándome otro gemido, lo hizo más fuerte y gemí levantando un poco el culo de la cama, se metió el trozo que le cabía en la boca juntando los labios, succionando sin sacarla gimiendo fuerte en cada succión acariciándole la cabeza, la fue sacando despacio mirándome, succionaba, yo gemía y ella sonreía, volvía a succionar y en cada gemido ella sonreía disfrutando de aquel momento, se la sacó de la boca aumentando el ritmo de la paja, paró la mano, se metió el glande en la boca y siguió la paja acompañándola con la boca, me fui poniendo tenso, seguía y además empezó a succionar, mi gritos eran importantes de la excitación, ella seguía a buen ritmo sin parar y me empecé a correr en su boca, paró la paja y siguió metiéndose y sacando mi polla de su boca chupando para que le fuera descargando la leche, al no tragar le salía por la boca cayendo por mi polla poniéndome ciego alargándome la corrida, siguió con el mismo ritmo hasta dejarme sin una gota, levantó la cara mirándome con toda la boca y los labios llenos de semen, sujetándome la polla con la mano que le resbalaba por encima más semen cayendo, que sexi era aquella imagen, le miré los ojos mordiéndome el labio inferior.
YO: Que bien lo haces y que guapa estás cariño, me vuelves loco.
Me sonrió orgullosa y se fue al cuarto de baño lavándose la boca, me pasó una toalla para que me limpiara, escuché la ducha y me metí con ella abrazándola por la espalda cayendo el agua por encima de los dos. Preparamos la cena y abrimos una botella de vino.
YO: ¿Por qué brindamos?
BERTA: ¿Por nosotros cariño?
Se lo confirmé moviendo la cabeza con una sonrisa, chocamos las copas, bebimos y nos besamos sellando lo que parecía que podía ser una larga relación.
Pasaban los días y nos íbamos viendo más con Berta cogiendo confianza, encontrándonos más a gusto uno con el otro.
Una mañana que estaba reunido con Roberto cuando acabamos la reunión le comenté que estaba iniciando una relación con alguien y que estaba ilusionado, me felicitó y me dijo que se lo diría a Julia para cenar un día juntos, en aquel momento me pareció bien, pero durante la mañana estuve pensando que igual no era tan buena idea dependiendo como se lo tomara Julia, a primera hora de la tarde que me estaba preparando para salir del trabajo recibí un mensaje de Julia.
JULIA: “¿Qué mierda de cena es esa que me dice Roberto?”
YO: “No lo sé, habla con él”
Joder, la tía se estaba cabreando conmigo de lo que le había dicho su marido.
JULIA: “Para celebrar que tú vas con una tía, que huevos tenéis los dos”
YO: “A mí me da igual la puta cena, hacer lo que os dé la gana”
Me volvió a contestar pero ya no abrí el mensaje, me fui para casa que había quedado con Berta para estar la tarde juntos, a media tarde tuvimos que parar la película que estábamos viendo por una llamada de Roberto.
ROBERTO: Escucha Mario, que he hablado con Julia y quedamos este viernes para cenar los cuatro en mi casa.
YO: Igual no hace falta que os molestéis por nosotros, os la puedo presentar en cualquier otro momento.
ROBERTO: A no no, quedamos este viernes y aprovechamos para pasar un rato divertido, y pruebas un vino que he pedido que es espectacular.
YO: Vale, si hay algún cambio me avisas.
Colgué y pensé que la cena sí que podía ser espectacular, pero de otra manera.
BERTA: ¿Pasa algo cariño?
YO: Nada, que nos han invitado mis cuñados a cenar el viernes para conocerte.
BERTA: A vale.
Me senté con ella poniendo la película en marcha otra vez preocupado por la puta cena.
El viernes fui a buscar a Berta que se había puesto guapísima con una faldita, una blusa y unos taconazos a parte de la peluquería, uñas y complementos varios que llevaba que estaba para comérsela, le dije que estaba preciosa pensando que cuando la viera Julia se iba a poner como una fiera.
Llamé a la puerta del chalé de mis cuñados y nos abrió Roberto saludándonos, le presenté a Berta y le dio dos besos cariñosos diciéndole lo guapa que era, entramos y no estaba Julia.
YO: ¿Y Julia?
ROBERTO: Se está acabando de arreglar, ya sabes eso de la puntualidad de las mujeres.
Entonces la vimos bajar las escaleras, la cabrona se había esmerado en arreglarse, estaba guapa de verdad con un vestido de un diseñador que le debió de costar un ojo de la cara, yo ya estaba viendo una competición a ver cual de las dos estaba más bonita. Le presenté a Berta con ella mirándome a los ojos con una sonrisa falsa de cojones, le dio dos besos cogiéndola de la mano.
BERTA: Eres muy guapa nena.
Le dijo con un tono de superioridad.
BERTA: Muchas gracias.
JULIA: Y tienes las manos muy finas, ¿a qué te dedicas, cuando no estás con este?
BERTA: Soy farmacéutica.
ROBERTO: Muy bien, encima de guapa con carrera, muy bien Mario, que buen partido de chica.
Mientras hablaban Roberto y Berta, Julia me lanzaba una mirada a ver si me fundía allí mismo.
Nos sentamos en la mesa y nos sirvieron la cena, Roberto sirvió el vino y lo probamos.
YO: Es muy bueno Roberto, ya me dirás de donde lo has sacado.
JULIA (dirigiéndose a Berta): No eres un poco joven para ir con este.
ROBERTO: Pero que dices Julia, tiene la edad perfecta.
Julia se giró mirando a su marido con cara de mala leche.
JULIA: Se lo he preguntado a ella si no te importa.
BERTA: ¿Por qué?, no creo que el amor sepa de edades, nos llega con quien nos llega por otros motivos.
ROBERTO: Bien contestado nena.
JULIA: Yo ya sé los motivos por los que te ha llegado a ti guapa.
Berta se quedó con una cara la pobre que no entendía porque la atacaban.
ROBERTO (levantando la voz): ¡Julia!
YO: Pero qué coño dices.
Se dio cuenta de que se había pasado y se puso a llorar.
JULIA: Lo siento Berta, tú no tienes la culpa, es que verte a su lado me hace recordar a mi hermana fallecida.
Roberto se levantó para abrazarla, Berta bajó la cabeza no sabiendo que hacer y Julia me miró orgullosa de haber salido del paso airosa, que hija de puta. Acabó la puñetera cena y nos fuimos para casa, en el coche la pobre de Berta me decía que entendía a Julia, que lo debía de haber pasado mal al conocer la sustituta de su hermana.
YO: Berta cariño, tú no eres sustituta de nadie, ¿me entiendes?, tú eres tú y yo me estoy enamorando de ti, a Ana la quise mucho cuando tocaba, ahora estoy solo por ti, ¿lo entiendes?
Me tocó el pelo y me dio un beso en la cara mientras conducía, la miré y me lo confirmaba con la cabeza.
El lunes por la tarde estaba en casa y llamaron a la puerta, creía que sería Berta y la que se presentó fue Julia, entró sin decir palabra parándose en medio del salón.
JULIA: Que cojones tienes, llevar a mi casa a esa tía para darme celos.
YO: Basta ya Julia, se acabó, esa tía se llama Berta y no me da la gana que la vuelvas a insultar nunca más en tu vida, no volveremos a tener nada más tú y yo, estoy enamorado de ella, si no me quieres ver más me importa una mierda, vete de mi casa por favor.
Se quedó sorprendida, supongo que no se esperaba mi respuesta, caminó hacia la puerta y se giró al abrirla.
JULIA: Perdóname Mario, seguirás siendo mi cuñado y sí me gustaría seguir viéndote, espero que os vaya bien a los dos juntos.
Cerró la puerta y cerró la relación sexual que habíamos tenido.