¿Quién soy? (13)
Pasaban los meses fortaleciendo nuestra relación...
Pasaban los meses fortaleciendo nuestra relación, pasábamos casi todo el día juntos y las cosas nos iban bien, faltaba poco para el verano, una tarde estábamos en casa repasando algunas cosas del trabajo…
BERTA: ¿Te puedo preguntar algo que no tiene nada que ver con el trabajo?
YO: Dime cariño.
BERTA: Este verano, ¿qué haremos en las vacaciones?
YO: No lo sé, no me he puesto a pensar en eso, ¿tú tienes alguna idea?
BERTA: Bueno, a mí…
Noté que no se atrevía a decirlo y estaba nerviosa.
YO (riendo): ¿A ti qué?, venga acaba de decirlo mujer.
BERTA: Que me haría ilusión conocer la isla donde te criaste, y ver tú casa delante del mar.
Me dejó desconcertado porque no me lo esperaba, mi vida en la isla la había guardado en algún rincón de mí cerebro y no me acordaba de ella, o no quería acordarme.
YO: Esta casa también tiene el mar delante, podemos ir a cualquier sitio a pasar unas buenas vacaciones.
La cabrona sabía cómo convencerme de las cosas y me hizo cara y voz de pena.
BERTA: Ya sé que vivimos delante del mar, pero me hace ilusión conocer los sitios donde ibas de joven, algunos amigos que seguro que te deben de quedar por allí, tú hermana, no sé, hacerme una idea más cercana de lo que me has explicado de tú vida.
Así de primeras no tenía ningunas ganas de ir ni que ella conociera demasiado de mi vida pasada.
YO: Bueno cariño, ya lo hablaremos más adelante.
Yo no le sacaba la conversación para nada, pero es que a Berta cuando se le metía algo en la cabeza, en fin, ella de vez en cuando me lo recordaba. Una tarde estábamos mirando la tele, ella con una camiseta y en bragas, yo con pantalón y camiseta cómodos para estar en casa, estaba sentado en el sofá con su cabeza en mi regazo y ella estirada, se dio la vuelta dándome un beso en la polla, me miró riendo y metió cuatro dedos por dentro de mi pantalón bajándomelo volviendo a besármela, después le pasó la lengua despacio y consiguió que empezara a despertarse, abrí las piernas y bajó la lengua pasándomela por los huevos un ratito para meterse uno en la boca chupándolo, eso hacía que la picha estuviera cada vez más dura levantándose un poco lo que aprovechó ella para metérsela en la boca succionándomela poniéndomela tiesa del todo en nada, recorría con la lengua todo el tronco, desde la punta hasta los huevos subiendo por otro lado entreteniéndose en la punta, lamiendo el frenillo y el agujerito.
BERTA: ¿Te gusta cariño?
YO: ¿Cómo no me va a gustar?
Se la metió entera hasta la garganta apretándome con los labios en la base, succionando haciendo que gimiera con fuerza, se la sacó lentamente mojándola y succionándola de una manera que yo no podía dejar de gemir y jadear.
BERTA: Pues si que parece que te gusta, ¿quieres que siga?
YO: Que cabrona que eres, sigue por favor, no pares.
Volvió a metérsela y sacársela varias veces seguidas poniéndome a punto de reventar.
BERTA: Dime cariño, ¿quieres correrte en mi boca?, ¿tirarme toda tú leche dentro y ver como resbala por mis labios y mi carita?
YO: Joder, joder, que marrana eres, me estas poniendo muy cachondo, sigue coño.
Me cogió de un brazo para que me levantara y ella se arrodilló delante de mí, me cogió la polla con la mano apretándomela, me hizo una paja subiendo y bajando la mano unas cuantas veces de manera rápida, casi me corro parando en el momento justo.
BERTA: ¿Qué tal amorcito?
YO: Con ganas de que acabes conmigo cabrona.
BERTA: Pues dime que iremos de vacaciones a tú casa en la isla.
YO: No me puede creer que hagas esto como chantaje.
Me sujetó la polla por abajo apretando, se la metió en la boca hasta que tocó con sus labios su propia mano, succionando con una fuerza que me temblaron las piernas del gusto.
BERTA: ¿Te quieres correr o no?
Me tenía que no me salían ni las palabras.
YO: Sí, sí, sííí.
BERTA: ¿Me llevarás a la isla?
YO: Que sí cabrona.
Me la volvió a succionar que casi me caigo al suelo.
BERTA: Dame tú palabra.
YO: Te la doy joder, te doy lo que quieras pero acaba ya por Dios.
Me miró sonriendo por haber conseguido lo que quería, sacó la lengua pasándomela por la punta de la polla haciéndome una paja loca con la mano, cuando estaba a punto de correrme se la metió casi entera succionando de una manera que le solté un primer lechazo pegando un grito en la garganta, se la fue sacando succionando varias veces dejando ir un chorro de semen en cada succionada con su correspondiente grito, las piernas no me aguantaban teniendo que sujetarme en su hombro sin dejar de correrme dentro de su boca, le salía la leche por los lados cayéndole encima de las tetas, al final se la sacó pajeándola lentamente para que le cayeran las últimas gotas por encima de la cara sin dejar de mirarme con una sonrisa por su victoria de aquella tarde, yo estaba totalmente fundido y bien corridito, armas de mujer para conseguir lo que les sale del higo.
Después de una buena ducha cenamos y nos metimos en la cama, le pasé un brazo por encima y me quedé dormido al momento, de lo relajado que me había dejado aquella noche con su "trabajito".
Un par de meses más tarde estábamos preparando las maletas para salir de viaje, había llamado a mi hermana días antes para preguntarle cómo estaba mi casa y si podíamos ir a pasar las vacaciones allí o mejor hospedarnos en un hotel, ella se cuidó de que la casa estuviera bien todo el año y estuvo encantada de que fuera con mi pareja de nuevo a la isla, se preocupó de venirnos a buscar al aeropuerto donde le presenté a Berta, se dieron dos besos y nos acompañó a mi casa, Berta no paraba de hacerle preguntas y Espe se las contestaba con una sonrisa, me pareció que se cayeron muy bien una a la otra. Nos ayudó a entrar las maletas en casa, abrimos puertas y ventanas para que se ventilara y nos sentamos en la terraza a tomar algo.
BERTA: No me puedo creer que tengas una casa como ésta aquí y que no viniéramos antes.
YO: Supongo que cada cosa llega a su tiempo cariño.
ESPE: Es una casa preciosa que tuvo mucha suerte de encontrar en su momento.
Estaba a punto de ponerse el sol en una tarde calurosa, Berta se levantó.
BERTA: Voy a meter los pies en el agua que hace una pinta buenísima.
Bajó las escaleras de la terraza y llegó a la arena de la playa caminando descalza.
ESPE: Parece muy buena chica y es muy maja, te felicito por el buen gusto.
YO: Sí que lo es, estoy muy contento con ella Espe, me ha hecho volver a disfrutar de la vida.
Berta había llegado a la orilla y se estaba mojando los pies levantándose el vestido para no mojarlo, nos saludó con la mano como una niña pequeña, miró para un lado y para el otro confirmando que no había nadie ni venía nadie paseando por la playa, se salió un poco a la arena, se quitó el vestido y las bragas tirándose al agua en pelotas porque no llevaba sujetador, yo la miraba con una sonrisa de ver lo feliz que era.
ESPE: Anda ves con ella que lo estás deseando, yo me voy, si necesitáis algo no dudes en llamarme.
Me dio dos besos para despedirse y se fue, yo me quité los zapatos y me acerqué a la orilla a ver a Berta que chapoteaba y jugaba en el agua.
BERTA: Ven conmigo cariño, el agua está buenísima.
Me quité la camisa y los pantalones junto con la ropa interior, cogiendo carrerilla me tiré de cabeza a su lado, me rodeó el cuello con sus brazos y me besó feliz de estar allí, yo le agarré bien el culo con las dos manos levantándola para que rodeara con sus piernas me cintura, con el agua a la altura del pecho nos besábamos mientras le acariciaba una teta jugando con el pezón, mi boca le recorría el cuello hasta llegar a la oreja.
YO (susurrando): Mira por donde el primer polvo en la isla va a ser debajo del agua.
BERTA (riendo): Como me gusta que me hagas estas cosas marranote.
Me cogí la polla, que con tanto beso y sobeo ya la tenía casi tiesa, se la metí en el chichi despacio, ella empezó a mover sus caderas para follarme y se me puso tiesa del todo en un momento, sus movimientos se iban acelerando igual que sus jadeos encontrando el ritmo sus caderas y las mías para llegar a un orgasmo, con ella muy abrazada a mí corriéndose con su boca en mi oído, a la vez que le llenaba el coño de leche debajo del agua, nos besamos riendo, salimos del agua cogiendo la ropa corriendo para subir a la terraza y ducharnos al lado de la piscina, nos secamos con unas toallas que habían en un armario preparadas para los baños “piscineros”, subimos a la habitación donde la estiré en la cama boca arriba, me tiré a comerle el chocho para hacer que se corriera unas cuantas veces seguidas, nos duchamos, deshicimos las maletas y cenamos algo ligero mirando el mar.
BERTA: Me parece que estas van a ser unas vacaciones muy especiales.
En esos momentos Berta no sabía lo “especiales” que iban a ser.
Al día siguiente la llevé a ver algunas cosas de interés de la isla, nos bañamos en una famosa playa con aguas cristalinas y comimos en un restaurante sobre unas rocas al lado del agua, todo muy idílico hasta que llegamos a casa por la tarde que nos estaba esperando Greta sentada en las escaleras.
GRETA: Hola Alex, cuánto tiempo sin verte.
YO (serio): ¿Qué haces aquí Greta?
BERTA (alegre): ¿Eres amiga de Mario?
Greta se levantó y le dio dos besos a Berta cogiéndola por la cintura, yo estaba abriendo la puerta de casa.
GRETA: Sí cariño soy amiga de Alex, yo es que lo conozco como Alex.
BERTA: Sí claro, con tanto cambio de nombre esto es un lio, para mí siempre ha sido Mario, entra en casa que tengo interés en hablar contigo.
Yo las miraba desde la puerta pensando que aquella confianza no acabaría bien.
GRETA: Hablamos de lo que quieras.
Pasaron las dos por delante de mí.
GRETA: Alex, tengo que reconocer que siempre has tenido buen gusto con las mujeres.
BERTA: ¿De verdad?, eran muy guapas sus novias aquí antes de irse.
Greta me miró con una sonrisa burlona y luego miró a Berta.
GRETA: La más fea fui yo.
BERTA: Huy perdona, no sabía que vosotros…
YO: Eso fueron tiempos pasados y olvidados por suerte.
Les decía abriendo las puertas que daban a la terraza, salimos y ellas se sentaron en el sofá.
YO: ¿Queréis tomar algo?
GRETA: A mí un buen pelotazo me vendría bien.
BERTA: Y para mí otro cariño.
Les llevé un par de copas.
BERTA: Cariño nos dejarás hablar con intimidad, es que si estás delante yo me cortaré en según qué preguntas y ella puede que no me conteste la verdad.
YO: No te jode que me echen de mi propia casa, tú no confíes en todo lo que te pueda decir esta, me voy a lavar el coche.
Se quedaron las dos riendo, yo me fui a coger la manguera para pegarle una buena enjabonada y limpieza al coche después de ir todo el día para arriba y para abajo, sobre todo porque no sabía qué hacer y me preocupaba lo que Greta le pudiera decir a Berta de nuestro pasado, después ya intentaría sonsacarle a Berta para decirle si todo era verdad o no. Cuando volví a entrar me preparé una copa para mí y salí con ellas, estaban la dos riendo con una confianza como si se conocieran de toda la vida.
GRETA: Le estaba diciendo a tú novia que podíamos organizar una fiesta como antes.
Le iba a dar un sorbo a la copa y la dejé en la mesa mirándola queriendo fundirla.
YO: Y una mierda, en esta casa se han acabado las fiestas.
BERTA: Cariño, no encuentro que sea mala idea dar una fiesta para que vengan todos tus amigos y conocidos.
YO: ¿Eso es lo que te ha dicho esta?, que cojones tiene, y tú, ¿cómo coño te has enterado de que estábamos aquí?
GRETA: Que tonto eres, porque hablé con tú hermana como casi cada día y me lo dijo.
YO: Si ya has acabado la copa, me podrías dejar a solas con mi pareja por favor.
Greta se levantó mirándome indiferente.
GRETA: Berta cariño, mañana te llamaré para pasarte a buscar y nos iremos de compras.
BERTA: Sí, sí, que me hace ilusión.
Me tuve que aguantar las ganas de decirle a Berta que con Greta no iba a salir a ninguna parte, me mordí la lengua, Berta acompañó a la puerta a Greta y volvió conmigo.
BERTA: Que simpática y agradable que es, hemos quedado para mañana ir de compras, ¿no te importa, no?
YO: Por favor Berta, vigila con ella que es más retorcida de lo que parece, ¿de qué habéis estado hablando?
BERTA: No te preocupes Alex, nada serio, de cuando erais jóvenes y esas cosas.
YO: ¿Cómo que Alex?
BERTA: Aquí todo el mundo te llama así, pues yo también, Greta tan decir Alex, Alex, me lo ha pegado.
YO: Tú vigila con ella por favor.
La mañana siguiente la pasamos en la playa delante de casa y en la piscina, cuando nos fuimos a duchar antes de comer nos metimos los dos juntos, Berta abrió el agua y yo me arrodillé metiendo la cara en medio de sus muslos lamiéndoselos, ella dejó ir una risilla y abrió las piernas para que le pudiera meter bien la lengua en medio del coño, lamiéndoselo de abajo a arriba sacándole los primeros gemidos, apoyó la espalda en la pared de cristal colocando un muslo encima de mi hombro para que me centrara en el clítoris chupándolo, lamiéndolo y succionándolo para hacer que se corriera a gritos apretándome con sus manos mi cabeza, le empezaron a temblar las piernas y se dejó caer en el suelo, se las abrí y seguí comiéndoselo dándole un latigazo el cuerpo de gusto, manteniéndola en ese estado que tanto me gustaba de orgasmo continuo, que bajaba y subía los gritos dependiendo del momento enlazando corridas hasta que no podía más, entonces me estiré encima metiéndole la polla en el chichi sujetándome con una mano en el suelo de la ducha y con el otro brazo cogerle la pierna para levantársela por la rodilla, para poder penetrarla más profundamente, ella volvía a abrir los ojos poniéndolos en blanco al poco tiempo, volviéndose a correr pegando unos gemidos tremendos, me levanté haciéndome una paja y ella se arrodilló abriendo la boca delante de la polla, para que me corriera dentro de ella salpicándole toda la cara, se mezclaban los tiros de leche con el agua que nos había estado cayendo encima todo el rato de la ducha.
YO: Ahora ya vas bien folladita para ir con Greta por ahí.
Se levantó que le temblaban las piernas.
BERTA: ¿Cómo es que te fías tan poco de ella?, parece una chica muy simpática y dulce.
YO: Dulce lo eres tú mi amor, a ella ya la acabarás conociendo.
Por la tarde Greta pasó a buscar a Berta para ir de compras, yo fui a visitar a mi hermana a la empresa, hablamos un rato, me dijo que nuestro padre estaba muy delicado y que sus expectativas de vida no eran a muy largo término, que había hablado con madre y que quedaron en que se iría a vivir con mi hermana, porque si faltaba mi padre aquella casa era demasiado grande para ella sola, no quería seguir viviendo allí, acabé la visita echándole un ojo a la contabilidad.
ESPE: Alex, sabes que si decides quedarte con Berta aquí podéis vivir muy bien, tú podrías cuidarte de la empresa conmigo y si ella quiere trabajar la podríamos contratar, aunque no le haría ninguna falta trabajar para nada.
YO: De momento creo que será mejor que sigamos con nuestra vida, pero te prometo que si al final de las vacaciones ella se encuentra bien aquí se lo preguntaré.
Nos despedimos con un abrazo, fui a un bar donde sabía que me encontraría con algunos de los amigos más íntimos para tomarnos una birras juntos y saludarlos.
Cuando entré en casa pegué un grito para saber si Berta ya había vuelto.
BERTA (gritando): Arriba en la habitación amor.
Subí y estaba probándose la ropa que se había comprado, se giró con una sonrisa con un vestido puesto que era tan atrevido que se me salieron los ojos de las orbitas.
YO: Tú, tú, ¿tú vas a ser capaz de ponerte eso por la calle?
BERTA: Hombre para ir a comprar el pan no, pero para una fiesta o algo así porque no, ¿a que es bonito?
YO: Tú sí que eres bonita amor.
Se acercó rodeándome con sus brazos besándome.
BERTA: Y tú el mejor novio del mundo.
Aquella noche después de cenar estábamos acabando con las copas de vino en la terraza.
BERTA: Que bonito es esto y que bien se está.
Yo la escuchaba pero no quería decir nada.
BERTA: ¿Tú crees que algún día podríamos mudarnos y venir a vivir aquí?
YO: ¿Eso te lo ha dicho Greta?
BERTA: Bueno, me lo ha sugerido como el que no quiere la cosa.
Me cagué en “tó”, Greta y mi hermana ya debían estar haciendo planes para que acabáramos viviendo allí, ¿pero es que esas dos no tenían nada mejor que hacer que montarle la vida a los demás joder?
YO: No creo, nosotros tenemos nuestros clientes allí y nos va bien, ¿no cariño?
BERTA: Pero eso lo podríamos solucionar muy fácil, es que esto es muy bonito Alex, me haría tanta ilusión vivir aquí.
YO: Y dale con lo de Alex.
BERTA: Coño te llamas así ¿no?
YO: Me llamo Mario joder.
BERTA: Vale, vale hombre, lo siento Alex.
Se descojonó de risa mirándome a los ojos, me tenía tan enamorado que reí con ella y no quise entrar en discusión.
BERTA: Y tenemos que decidir qué día haremos una fiesta aquí en casa, Greta se ha ofrecido para ayudarnos.
YO: De momento nada de fiestas nena, no es negociable.
Puso su cabeza en mi hombro y no dijo nada.
Pasamos varios días haciendo turismo por la isla, por las tardes Berta siempre encontraba un rato para estar con Greta, cosa que no me hacía puta gracia, pero me aguantaba, una tarde fui a ver a mi hermana para hablar de varias cosas, entre ellas el estado de salud de mi padre que cada día era más preocupante, al volver a casa vi el coche de Greta aparcado en el jardín, entré y no vi a nadie, salí a la terraza y tampoco, subí a la planta de las habitaciones y sentí gemidos, abrí la puerta de nuestra habitación despacio, vi a Berta estirada desnuda boca arriba con las piernas abiertas, Greta también en pelotas le comía el coño.