Quién me mandaría a estudiar de nuevo 5º

De camino a su casa

Arranque y puse la música. Ella no se quejó así que la dejé. En la reunión de antes parecía que se preocupaba de verdad por mi comportamiento, quizá deba de cambiar el chip, ya soy mayorcita como para tener una relación adulta en la cual pueda contener mis impulsos. Estuvo 2 minutos en silencio, cuando pensé que me podría librar de una conversación…

  • Ana: me gusta mucho tu coche.

  • Yo: ya somos dos.

  • Ana: es pequeño, viejo, sin apenas botones…

  • Yo: pues menos mal que te gusta, mira si quieres tener una conversación trivial para no estar incómoda no te tienes que meter con Samu para ello, el clima es un buen tema.

  • Ana: ¿Samu? Le has puesto nombre. Si que quiero entablar una conversación pero es que eres complicada y lo del coche lo he dicho en el buen sentido, es cómodo, tiene personalidad, y es robusto.

  • Yo: (tengo que aprender a no saltar a la mínima) si, lo has definido bastante bien. Pero lo mejor lo tiene debajo del capó: le cambié el carburador, el tubo de escape, la suspensión… mejor que no te aburra con esto –después de un momento- en fin, perdona si a veces soy seca contigo, estoy intentando cambiarlo. Y tu ¿no tienes nombre para tu coche?.

  • Ana: si se llama Gordo.

  • Yo: por tu culo…me refiero por el culo de tu coche, que es un coche ancho y bajo, y muy eh, ancho. Le pega si. (menos mal que es de noche porque estoy como un tomate).

  • Ana: si, es por el aspecto grandullón y de mafioso que tiene. Por como hablas de los coches y tocaste el mio se ve que te gustan.

  • Yo: si, me gusta saber como funcionan las cosas para poder arreglarlas o mejorarlas. Además, me relaja bastante (es mas cómodo de lo que pensaba hablar con ella).

  • Ana: ya veo, en el rato que hemos estado hablando de coches, no has fruncido el ceño…y ahí vuelve de nuevo. Te pones tensa y no me quieres decir porque, dado que no estamos en clases apuntaría a que es por mi.

  • Yo: dudo que quieras saber la respuesta.

  • Ana: quiero saberla, sino no preguntaría.

  • Yo: creo que me gustas mas cuando eres un hueso, en otro momento quizás te responda, que se ha terminado el tiempo.

  • Ana: ¿que?

  • Yo: tu casa.

Habíamos llegado y no se había dado ni cuenta. Paré el coche en la entrada de su casa.

  • Ana: gracias por traerme, espero que tengas buena noche… y me debes una respuesta.

  • Yo: De nada. Por cierto, tengo un amigo que tiene una grúa, si quieres le digo que pase a por el coche y lo deje en la puerta del taller para que a primera hora lo tengan. (y tu porque ahora eres tan amable, bueno, pues cambiemos de táctica, que con esta mujer no se puede ser borde ni queriendo).

  • Ana: No quiero abusar.

  • Yo: No es abuso, para el es trabajo y para ti un problema menos. Como no tengo tu teléfono, quedamos mañana a las 12 aquí fuera, que hacen falta las llaves para moverlo.

  • Ana: No suelo dejar que mis alumnos me saquen las castañas del fuego…tantas veces.

  • Yo: Bueno, yo soy la alumna que te rompe las clases, deja que te compense un poco, además, para todo tiene que haber una primera vez y fuera del aula no soy mas que una persona ayudando a otra.

  • Ana: Esta bien. Mañana a la doce.

  • Yo: Hasta mañana.


Hola. Se que los capítulos son cortos, pero entre los cursos de verano y mil cosas que tengo que hacer me cuesta concentrarme, por no hablar de la vida sentimental que debo cuidarla de vez en cuando :p