¿quién mató a johana castels?

Una escritora inicia un libro sobre trafico de drogas. pero es asesinada y su novia y mejor amiga investigan su muerte.

¿QUIÉN MATÓ A JOHANA CASTELS?

Por Aixa

*La Noticia*

-¡No!, ¡No Jhoana, no te mates!- gritó doña María.

Un cuerpo se tira al vacío, sin gritos, ni quejido. Y se estampa contra el frío piso, Jhoana yace inconsciente.

-¡¿Por Dios Santo, mujer que hicistes!?- gruñó una vos grave.

-No empieces Rey, ella se lo buscó, fue su culpa. Vamos, apúrate y deja las cosas como lo ordenó la Señora. No tenemos tiempo para más, y pronto llegará la policía y la prensa...- ordena Romi.

En minutos el barrio y el edificio se llena de policías y medios periodísticos:

-"Hace unos momentos, hemos recibido la noticia que la popular escritora y periodista, Jhoana Castels, intentó suicidarse arrojándose de un tercer piso de sus oficinas del Microcentro, cayendo al patio interno, ampliaremos la información en minutos".- Cortan y...- Bueno, Carlos, ¿cómo salió?- pregunta Lisa.

-¡¡¡Perfecto Lisa, excelente!!!.- grita la voz del operador.

-¡Pobre Jhoana!, espero que nos confirmen, ayer no la vi muy bien que digamos en la redacción- se lamenta la joven periodista.

Mientras tanto, Ximena salía de su ducha después de un arduo día laboral:

-¡Uyy, cómo tengo la espalda! , veintitres horas de servicio y solo me pude tomar un café con leche, necesito comer algo, ¡Ya se!. Maracaibo debe tener algo exquisito para mi estómago, a ver que hay...

"Ring-ring"

Los ojos verdes marinos, se voltean y protesta:

-¡No por favor que no sea la Brigada, por Dios!- toma el auricular- hola, Ximena habla, Quién es?

-¡Detective Ximena Pereyra!, le habla su superior. Se la solicita en la brigada en dos horas, y ya se que es su tiempo libre, pero se presentó un caso especial y la necesito urgente- ordenó su superior.

-¡¡Allí estaré, Jefe!!, sólo le pido que me deje ordenar algo para comer y en una hora y media estoy- "si pudiera desaparecería en un segundo, maldito barrigón" - resopló la rubia.

-¡Muy bien, Ximena!. Te espero; no quiero que te me desmayes, muchacha- y cortó.

-Bueno, creo que los ñoquis al roquefort tendrán que esperar, así que a ver que tenemos en la heladera... ¡A sí! Me haré un sandwich de queso y jamón y una manzana me tendrán quieta por un rato, ¡Mmm!. Bien ya estoy, solo el arma y mi chaleco y vámonos otra vez, necesito vacaciones, Gómez, tu y tus cariños paternales, te mataré gordinflón.

En el edificio de Jhoana, se agolpaban periodistas y vecinos curiosos, Christian Ferrero se acercaba a un oficial:

-¿Por favor, puede decirme que sucedió con Jhoana?, necesito hacerle unas preguntas para el canal trece- se aventuró el joven.

-¡¡Vete, chico!!, no podemos hablar con la prensa necesitamos trabajar, sólo podrás averiguar algo en la Brigada Central- le cortó un seco oficial. Y le dio la espalda.

-¡Mierda!, así no conseguiré nada, tendré que meterme como sea, Marcos ven, nos meteremos por ese costado, todavía no se llevan el cuerpo y algunas tomas podremos hacer- corrió Christian.

  • Si nos agarran, no sacan a patadas en el...

-¡Cállate y sígueme! Que a quien van a patear es a vos si no me haces caso- gruñó exasperado el periodista.

Mientras tanto, en las oficinas de Jhoana, todo era lío y desastre:

-¿Y dice que la vecina del 4 C interno la vió?, ¿dónde estaba especificamnete?- preguntaba Ximena.

-Sí, así es Doña María la vió colgarse y luego balancearse antes de caer, pero ahora se encuentra shockeada en el palier, casi no puede hablar, pobre mujer es la única testigo de la caída de la señorita Jhoana- decía el encargado del edificio.

-¡Detective Pereyra, mire lo que encontramos en el baño!- dice un oficial.

-A ver traiga eso y coloquémoslo en el folio de pruebas- dijo la detective.

-¿Ximena logras ver qué es?- dice su superior.

-Se ve que son pastillas y una bolsa con sustancia blanca, posiblemente cocaína- "Jhoana me prometiste dejar de drogarte, que has hecho mujer", pensaba.

-Aquí hay una grabadora y una cámara, el celular está en el piso cerca del escritorio, bien tomen todas las huellas y objetos sospechosos, hagan el informe y traten de no hablar con la prensa, desde este momento todo queda en el secreto de sumario y Ximena, por favor ve a la oficina del forense y presencia la autopsia, lo siento es que me confirmaron el desceso de la señorita Castels, se que eran muy amigas, pero ya lo sabes esto lo debes de dejar de lado y cumplir con tu deber.

-¡Sí, Señor!, enseguida empezaré el informe y en cuanto esté listo se lo llevaré.- dijo secamente Ximena y se marchó a la oficina del forense.

-¡Muy bien!, oficiales desde este momento nadie entra a este lugar precinten todo y saquen en lo posible a todos los curiosos, se formaran guardias día y noche y todo movimiento sospechoso me lo hacen informar a la hora que sea, yo me encargaré de avisar a sus familiares. ¡Bien, todo el mundo afuera, salvo los inspectores, los espero a todos con sus informes en mi oficina dentro de dos horas, hasta luego!- y se retiró del lugar.

-¡Sí, Señor!- se escuchó en varias voces.

Mientras tanto, en la calle los medios periodísticos se acercaban al Jefe de la Brigada Central, unos de los periodistas trata de sacarle información y solo dice:

-Señores periodistas, sólo dire lo necesario, porque se ha abierto un sumario del caso, en la tarde de hoy la escritora y periodista Johana Castels cometió un presumible suicidio, en su oficina del tercer piso, los detalles del caso se sabrán a la brevedad, a penas tengamos los informes pertinentes, ¡Buenas tardes! y muchas gracias- sin decir más y en medio de una lluvia de preguntas sin respuestas, se retiró del lugar, al momento que la ambulancia de la Policía Federal, retiraba el cuerpo de Johana, seguida de Ximena en su auto.

Los medios periodísticos conjeturan

-"Se sabe que todavía no le habían dado el alta médico, pero se había hecho las gestiones para hacer un viaje al exterior y hacer varios reportajes para su programa de cable "La Gente y la Ciudad", habían dichos que la joven periodista tenía planeado varias notas y presentaría su último libro a los medios en la próxima "Feria del Libro" para el mes de Mayo"- informaba Christian Ferrero en el programa nocturno de canal trece "Hechos Policiales".

-"¿No saben que pudo producir este desenlace trágico en la vida de Jhoana?"- preguntó el conductor Pedro Nuñez.

-"Todavía no sabemos a ciencia cierta, pero se tejen las probabilidades de un asesinato encubierto, tras una trama oscura sobre este caso, Jhoana estaba escribiendo sobre los negocios tras la mesa de algunos políticos y empresarios industriales, el libro todavía no estaría editado, se supone que no había conseguido una editorial que la patrocinase, y bueno también existen otros puntos fuera de su trabajo profesional y ya incurren el lo personal..."- insinuó el periodista.

-"A que te refieres concretamente, Christian no comprendo lo que quieres decir"- lo alentó Nuñez.

-"Tal parece que fue engañada por su entorno personal y eso sumado a la depresión y al consumo de las drogas, que sabíamos varios de nosotros produjo que el final fuese inevitable"- dijo irónicamente el periodista.

-¿¡El idiota este, qué se habrá creido!?.- gruñó Ximena apagando el televisor de la sala de detectives,- es un imbécil, Jhoana nunca le dio calce cuando éste se le insinuó y ahora la degrada, ¿¡Que se habrá creído?!.

-¡Bueno cálmate, Ximena!, así como estás no podrás pensar claramente que es lo que sucedió con Jhoana, ahora lo que más necesitas es calmar la bronca y serenarte. Debemos sacar en concreto lo sucedido y aclarar los hechos- le aconsejó su compañero Sergio González.

-¡Lo se!, perdón por mi enojo, es que no lo puedo creer todavía, si hasta hace tres días nos habíamos visto en su casa y hablamos de todo, hasta me juró que había dejado las sustancias, yo le creí. Nos conocíamos de chicas siempre nos ayudábamos en todo- se lamentó Ximena.

-¿Y ya los padres lo saben, sus hermanos están enterados?- preguntó Sergio.

-Sí, ya lo saben y Cristina, su novia se enteró en el momento, justo iba llegando cuando se topó con todo ese mundo de gente y periodistas, la llamaré- contestó Ximena mientras marcaba el número de Cristina.

-"Te comunicaste con el (15)...", ¡Mierda!, tiene el contestador, iré a su casa seguro que está allá con los padres de Jhoana...- se dijo Ximena.

-No hace falta que vayas, aqui estoy Ximena.- se oyó tras de la detective.

-¡Oh, Cristina!, lo siento mucho, amiga- y se abrazó a la morena que estaba parada con lo ojos llorosos.

-¡Gracias Ximena!, no sabes como estoy, los padres de Johana se encuentran inconsolables y yo, bueno estoy partida en dos, no sabes, ¡Cuándo vi todo eso y a Johana tirada toda lastimada, yo, yo!- y rompió en llanto, Ximena se acercó y la abrazó. Le ofreció café y se sentaron en la oficina de ésta.

-No comprendo, Cristina, ¿había o no dejado las drogas?- le preguntó.

-Sí, lo había hecho, hasta el médico del instituto de rehabilitación le había dado el alta, estabamos preparando para irnos a Irak y luego a Inglaterra, la productora le había renovado el contrato y en Abril empezábamos con el programa, no comprendo que pasó. Yo recién volvía de Córdoba cuando encontré todo este lío. Los periodistas y la policía que no me dejaban entrar, hasta que Gómez me vio y entré a reconocer el cuerpo de Johana, todo un espanto, amiga, su rostro, tan bello, todo magullado y ¡Díos!, ¿por qué me tuve que ir a Córdoba?- rompiendo en llantos de nuevo.

-No te preocupes, Cristina. La verdad saldrá a la luz y yo me encargaré que el nombre de Johana quede limpio en todo esto- tomando la mano de Cristina, la apretujó en un gesto de consuelo- Ahora vete a tu casa y mañana a la noche iré y hablaremos, ¿si?- le sonrió.

-¡Sí!, te espero amiga. Tomaremos ese capuchino que tanto te gusta- le sonrió la morena mujer.

-¡Ahí estaré!, cuidate y nos vemos. También debo ir a la casa de los padres de Johana, me necesitan, ya hable con ellos por teléfono. ¡Hasta pronto!- se despidió con un abrazo.

-¡Nos veremos luego!- le sonrió de lado y se marchó.

-Bueno, empecemos, tendré una noche muyyy larga y Gómez quiere los informes para la mañana, luego ir al juzgado, después ver a los padres de Johana y a Cristina, Díos, si que mi día tendría que ser de 25 horas, veremos como sale todo esto.

Un asunto que tapar

-¡No te dije que la mataras, estúpida!- ¡Zámp! Un cachetazo sonó en la oficina.

Con rabia, Romi se toma de la cara, un surco rojo se torna en su mejilla, y le responde secamente.

-No me dejó alternativa, se había puesto pesada y forcejeamos. La golpeé y se dio la cabeza contra el escritorio, tambaleó un poco y se desmayó. Creí que estaba inconsciente, no vi otra solución que tirarla, nos delataría- se quejó Romi.

-Sólo te pedí que encontraras ese diquette con el informe que me comprometía, sin que los vieran... ¿No me explique bien?- Gruñó la voz entre las sombras.

-Señora, lo sentimos mucho, pero igualmente no lo encontramos y revolvimos toda la oficina, tal vez en su departamento o en una caja de seguridad tenga esos datos- suavizó la situación Rey.

-Hagan algo, lo que sea extorsionen con dinero, no importa pero esas pruebas deben destruirse a como de lugar. Si se descubre, mis negocios de toda la vida se irán a la mierda y ustedes serán los primeros en caer. ¡Fuera, lárguense de mi vista!- gritó "la voz".

-¡Sí, Señora!- sin decir más, se marcharon.

-¡Imbéciles!, ahora tendré que calmarme y disimular la situación, la Corporación no se debe enterar de esto. ¡Sino estoy lista!- murmuró "la Señora".

Mientras tanto, Ximena entregaba los informe a su superior:

-Bueno, Jefe, por ahora eso es todo, los datos de Johana, testigos, su cámara tenía una filmación sobre La Corporación Industrial Robledo & Suárez, el informe forense muestra que el deceso se produjo por los golpes recibidos después de la caída, la agenda con nombres importantes de políticos y empresarios, he hecho algunos llamados y la gran mayoría están dispuestos a cooperar para encontrarse conmigo en la Brigada. También he solicitado los números telefónicos que hizo en el día desde su celular y no hay huellas dactilares, solo las de Johana y... buenoo, debo decirle que Johana había consumido cocaína y pastillas antidepresivas, no lo puedo creer consumió lo suficiente como para matar a un caballo. Seguiré investigando, si usted me lo permite- terminó su relato casi murmurando, visiblemente triste.

-¡Por supuesto que sí, Ximena!, tu informe está muy completo, pero ahora te pediría que descanses un poco y mañana temprano te quiero en tu oficina, nos visitarán periodistas y el abogado de Johana, tenemos que quedar de acuerdo con lo que se puede decir y lo que no se puede por el secreto del sumario y así sabrán en que quedó la causa- comentó Gómez, visiblemente cansado por los acontecimientos del día anterior.

-Muy bien Jefe, aqui estaré a primera hora. Pero si me disculpa, me retiro, le prometí a los padres de Johana y a Cristina, visitarlos y luego descansaré. ¡Hasta mañana, Jefe!- se despedía la joven.

-¡Hasta mañana, Ximena, muchas gracias por el informe!- fue lo último que escuchó antes de cerrar la puerta y marcharse.

Cristina estaba en el departamento que compartía con Johana viendo las noticias y tomando café:

-"Los comentarios sobre la muerte de Johana Castels, muestran que la periodista y escritora, se hallaba bajo gran presión y que todavía no se había repuesto de su adicción a las drogas y estupefacientes, su novia la empresaria y productora de su programa de cable, Cristina Sanders se encontraba llegando de su viaje de trabajo en la provincia de Córdoba y enterándose de la noticia, las imágenes muestran el momento del arribo a las oficinas de Johana Castels, no pudimos tener información por parte de la empresaria, pues en ese momento se enteraba del deceso de la periodista..."- ¡¡Basta!!, no puedo ver más esto- y apagó el televisor. Al momento que sonaba el timbre del departamento- ¿Sí?, ¿quién es?

-Soy yo, Ximena, te prometí una visita y bueno aquí estoy, amiga...- dijo la detective.

-¡¡Pasa, por favor!!, no sabés como me han seguido por todos lados, pude perderlos de vista y llegar casi de incógnito, pero he visto desde la ventana dos o tres móviles de distintos medios- se quejaba Cristina.

-No te preocupes, ya me encargué de la situación, he dejado a dos oficiales fuera del edificio, así te ayudan si tienes que salir, mañana entregaran el cuerpo de Johana para su servicio fúnebre, es raro hablar de todo esto contigo, tan felices que eran hasta hace nada, ¿verdad?- comentó Ximena.

-Tienes razón amiga, todo es muy raro y no me creo que Johana estuviera depresiva, hablamos antes que volviera de Córdoba y me juraba que estaba bien, solo un poco ansiosa por el viaje y algo molesta porque no conseguía que una editorial le diera el sí definitivo por lo de su libro, ya estaba listo y tengo guardado el disquette en mi casa de San Isidro- comentó Cristina.

-¿Te dijo de qué se trataba el libro?

-Es sobre un informe de manejos entre empresas piratas y algunos políticos, pero no tengo más información, me pidió que no lo leyera por el momento. Ella me lo iba a mostrar después que regresara, pero no se que hacer, tendré que dárselo a su abogado para que quede en la causa- dudó.

-Creo que es lo mejor, tal vez hay algo que nos pueda ayudar con el caso. Personalmente no me trago eso que se intoxicó y se tiró sin más, pero soy detective y tengo que sacar la verdad de todo esto. Siento decirte que la autopsia reveló el consumo, pero ya te dije antes, algo pasó en esas horas previas. Tengo que hacer algo, por Johana, sus padres y quienes la queríamos bien. ¿Has visto las notas periodísticas?- preguntó.

-¡Sí!, ese estúpido de Cristian la está degradando por cuantos medios televisivos esté, no se como pudo ser amiga de esa rata.

-Lo he visto, pero algo me dice que es todo muy raro, Johana se suicida y a los segundos llegan los medios y nosotros quince minutos después. No, no me cierra la historia, debo buscar más.

-Por mi parte puedes pedir mi ayuda, haré todo lo posible para que el caso salga sin problemas- comentó Cristina.

-Lo se, Cris, eres muy buena, la amabas mucho, ¿verdad?- la miró a los ojos.

-¡Sí! La amaba, no se como todo lo que merecía que la amase, pero en estos dos años que estuvimos juntas, fui muy felíz a su lado, era tan joven y bella. No debí dejarla sola, aunque me pidió que hiciera el viaje, planeábamos vivir allí el próximo año, quería dejar el programa y dedicarse a escribir, tenía dinero suficiente como para seguir por su cuenta- se lamentó Cristina.

-Lo siento muchísimo, se que no hay consuelo para vos, pero sabes que en mí tienes a una amiga incondicional- le sonrió Ximena.

-Gracias Ximena, lo aprecio mucho- una lágrima escapó y Ximena se la quitó con cariño.

Un poco perturbada con la situación se despidió de Cristina:

-Perdón, me dejé llevar por la situación; todo va a salir bien, te dejo. Pero ya sabes, si me necesitas sólo llámame, ¿ok?- dijo.

-Sí, no hay problema, y no te preocupes fue muy hermoso tu gesto- se abrazó a Ximena y se despidieron.

La rueda de prensa

-¡Muy bien señores periodistas!, se abre la rueda de prensa por el caso de la señorita Jhoana Castels, periodista, de treinta años, soltera, con domicilio en Martínez y que el día cuatro de marzo del presente año, se produjo su deceso a causa de las heridas recibidas por lo que se ha caratulado como Intento de Suicidio por consumo de drogas y estupefacientes siendo hallado su cuerpo en sus oficinas de Microcentro. Las indicaciones forenses demostraron que la joven periodista había consumido estas drogas y el desenlace fue fatal. Lo que el abogado de la occisa y la familia de la misma solicitan en este momento es la mayor discreción por parte de los medios, a raíz de los comentarios en distintos programas televisivos, mantengan respeto y decoro en sus declaraciones. La familia no desean recibir a nadie, por el momento y les agradecería si no se acercan al domicilio de los padres hasta que la causa sea aclarada, Bueno eso es todo, la rueda de prensa se levanta y se les repartirá las copias del informe que el juzgado en lo criminal N°2 ha permitido que se les entreguen. Muchísimas gracias a todos, y buenos días- se retiraron el Jefe de la Brigada, la detective Ximena, Cristina y el abogado del lugar.

El salón destinado a los periodistas explotó en preguntas, pero no recibieron ninguna repuesta.

Más tarde en el departamento de Ximena, ella y Cristina se encontraban comiendo algo que pidieron y de paso hablaban sobre los acontecimientos y la conferencia que había brindado Gómez a los periodistas:

-¿Te distes cuenta cómo me miraba Cristian?. No comprendo tanto odio, no me quitaba los ojos de encima- comentaba Cristina.

-Es que le quitaste a su "amor", como él la llamaba a Jhoana, pero no te preocupes no es de temer, solo son mordaces sus comentarios, pero con tal de no darle importancia te librarás de él- decía Ximena llevándose otro bocado de ñoquis.

-No entiendo cómo puedes comer tanto y no engordar, te has devorado tres platos y todavía sigues con hambre- se rió la morena.

-Bueno, vos no te quedas atrás amiga, que comes el doble que yo y encima me criticas- fingiendo enojo, las dos jóvenes rompieron en carcajadas, hasta que les salieron las lágrimas.

-¡Hay, perdóname Cristina!; no se de que me río tanto, estamos en un momento horrible y yo hago chistes tontos- se lamentó Ximena.

-¡No, no!. Está bien, es toda esta situación de mierda que nos rodea, creo que si Johana estuviera aqui se divertiría como nosotras, estamos liberando tensiones y mañana será un día terrible para todos, es el funeral de Johana. Me voy a casa amiga, tengo que descansar un poco y preparar el servicio, lo prometí a sus padres- comentó Cristina.

-¿Estas segura de que no deseas quedarte?. No se, por seguridad sería mejor que lo hicieras, ya pasaron más de las once y no me quedaría tranquila si te fueras- dijo Ximena.

-Es que no quiero molestarte...-empezó Cristina.

-Nada de eso, te quedas y mañana temprano te acompaño con los trámites en la funeraria, tengo día libre, se lo pedí a Gómez.

-Bueno siendo así me quedaré, como cuando nos reuníamos las tres, ¿te acordás?, toda la noche haciendo pavadas y jugando a las cartas, ¡¡¡¡Jajajajaj!!!, ¡Qué locas heramos!- recordó.

-¡Jajajajajaa!, claro que lo recuerdo, bueno ya es tarde y debes estar muy cansada, ven te preparo la cama en la otra habitación y te traigo algo para que descanses- y diciendo esto fue a su armario y buscó lo que necesitaba Cristina para descansar.

-Bueno, muchas gracias Xime, eres un sol; siempre tan buena conmigo- sonrió Cris.

Ya lista para dormirse, Cristina sintió la falta de Johana y le comentó a Ximena:

-¿Sabes?, tengo un presentimiento, espero que nada malo pase luego de todo esto, no estoy muy tranquila que digamos.

Ximena sintió ternura al ver a su tan alta y fuerte amiga asemejarse a un gatito asustado y se acercó a la cama de ésta, le tomó las manos entre las suyas y le susurró:

-No te preocupes, aquí estoy para consolarte y escucharte. Mi cuarto está al lado, si algo necesitas solo llámame y aquí estaré, ¿sí?- y le beso la frente.

-¡Gracias, amiga!, no sabes cuanto necesitaba esto- y sonriéndole, se durmió tranquila.

-¡Buenas noches, Cris!, "Johana era muy afortunada de tu amor, lástima no haberte conocido antes" - se dijo para sí Ximena y se retiró a su cuarto.

Una triste despedida

Era un día gris y ya empezaba sentirse el frío, lloviznaba y varios paraguas se amontonaban, los padres de Johana, los hermanos, Cristina y Ximena eran rodeados de amigos y familiares, el Padre Giovanni, daba la bendición al eterno descanso de Johana y el llanto no se hizo esperar, fuera del cementerio, periodistas de varios medios, buenos amigos y maliciosos comentaban los sucesos, Christian entre ellos recibía una llamada anónima:

-¿Pero está seguro de lo que me dice?, ¿no querrá estafarme con esa prueba, no?. Sabe muy bien que lo que me dice es muy delicado y puede aportar datos valiosos a la causa- le advirtió el periodista.

Una voz masculina, le contesta secamente:

-Bueno, ¿quiere saberlo o no?, si yo le digo que la vieja testigo era comprada y que Johana no se tiró, es así y si no me cree, se lo diré a otro periodista más interesado en ascender a un buen puesto por ésta información, que ni la policía se imagina...

-¡Está bien, está bien!, ¿dónde quiere que nos veamos?- preguntó.

-Mañana al mediodía en Puerto Madero, en los bancos del paseo peatonal, yo iré con un saco gris y guantes, igualmente le haré una señal, pero ni se le ocurra avisar a la policía- advirtió.

-¡No...no!, tranquilo que no será así, pero que quiere a cambio de ésta información, ¡¿dinero?!, no tengo mucho que digamos, pero puedo conseguir algo.

-Solo quiero que me asegure que no lo seguirá la policía, hay mucho en juego y más que nada mi vida; solo le advierto que si me engaña, no me verá y se quedará con la duda, se del cariño que sentía por Johana, los vi en varias ocaciones hechándose miradas, que pena que no le gustaba los de... su género, ¡¡¡Jajaajj!!!- se burló la voz masculina.

  • ¡Bueno, basta hombre!, le prometí que nadie lo sabría y así será. Mañana nos vemos en Puerto Madero, hasta luego- y cortó.

-¡Jajaajajajj!- rió el hombre del otro lado- La Señora tendrá la soga al cuello, me vengaré de usted- seguía riendo el misterioso hombre mientras se alejaba del cementerio a muy pocos metros de un confundido Christian y su celular en la mano.

Mientras tanto los asistentes al servicio fúnebre, se iban retirando en sus autos en medio de una lluvia torrencial, flashes, cámaras, periodistas y curiosos.

Más tarde, en la casa de los padres de Johana, los pocos parientes que se quedaron para brindar consuelo se iban retirando de a poco, quedándose Ximena y Cristina con Cármen y Horacio Castels, Thamara y Fernando (hermanos de Johana), con sus respectivas familias.

-Cármen, me voy. Ya sabes que todo lo que necesites de mí lo tienes sin ningún problema. Solo voy al departamento, y te traeré las cosas de Johana, para que hagas lo que quieras, hoy mismo hablaré con el abogado para entregarles las llaves y dejarlo a nombre de ustedes, que no es necesario porque ya Johana lo había hecho si desean venderlo o alquilarlo, es todo suyo. Yo me iré a mi casa en San Isidro, llámenme cuando quieran estoy a tu entera disposición- le dijo con lágrimas en los ojos Cristina.

-¡Gracias, hijita!, eres muy buena con nosotros, pero no nos dejes de ver, me he encariñado mucho contigo y por tí se que mi hija querida se estaba portando bien, no creo en lo de la sobredosis ella estaba muy felíz contigo; por lo menos quédate hasta que termine lo del proceso judicial, te necesitamos- sollozó inconsolable la dolida madre.

-¡No hace falta que me lo pidas, Mamina!, estaré con ustedes hasta el final. No descansaré hasta ver que el responsable pague, porque yo tampoco creo en la versión del suicidio y Ximena tampoco. Ella quiere hacer una investigación paralela a la oficial, pensamos que esto tiene que ver con lo del libro, ayer le di el disquette al Doctor Ríos y hoy nos reuniremos en su oficina y veremos que decía esa investigación que tantos dolores de cabeza le costó a Johana, y te juro que quien sea responsable, la va a pagar todas juntas. Sea quien sea- dijo bajando la voz con odio y despidiéndose de todos se iba marchando cuando Ximana la detuvo.

-Espérame Cristina, hasta luego Cármen, ya sabes, a cualquier hora llámame y aquí estaré, he dispuesto una guardia en la calle, para que los curiosos no te molesten y aparte es por seguridad de ambos y para Thamara y Fernando también hemos dispuesto un servicio de vigilancia constante, no quiero que nada les pase- dijo sonriéndole la detective.

-¡Gracias, Xime!, todos son tan buenos con nosotros que no se como agradecerles de otra forma- dijo emocionada Cármen.

-¡Nada, Mamina!, no hay nada que me debas. Johana era como una hermana para mí, ella era y es muy especial, me ayudó a ser mejor persona. Esto que hago, de investigar más a fondo es porque no creo que ella se haya quitado la vida, todo es muy confuso y te juro que llegaré a verdad, cueste lo que me cueste- y sin mas abrazó a Cármen, despidiéndose de los demás, se marchó con Cristina.

-¡Qué suerte tuvo mi niña, al tener tan bellas amigas, se que todo se aclarará y mi pequeña por fin descansará en paz!- comentó el padre de Johana, cuando se retiraron las jóvenes amigas.

-¡Ya lo creo, querido, ya lo creo!- dijo Cármen abrazándose a su esposo.

Momentos después, dos sombras se movían dentro del departamento de Johana, revisando papeles y archivos:

-¡Nada!, esta estúpida no dejo nada en el departamento, debo encontrar a como de lugar esa información para la Señora- Se quejaba Romi, yendo de un lado para otro del departamento.

-¡Apúrate, mujer que no hay más tiempo! Recuerda que de milagro conseguimos burlar la guardia del edificio, y en cualquier momento llegará la noviecita de Castels- le dijo Rey, mientras miraba por la rendija de la ventana- Rápido, vámonos que allí llegan y están saludando a la guardia, con suerte podremos escapar sin ser vistos- se desesperó.

-¡Ya...ya!. ¡Mierda!, no hay nada acá, tendremos que ir a la casa de la noviecita y buscar, mientras que no sea tarde y los datos los tenga el abogado de Castels, la Señora me va a matar- dijo Romi.

-¡Vámonos, deja todo así no hay nada más que hacer ya llegan!- casi grito Rey.

Despacio, sin que nadie los viera lograron escapar del departamento casi al mismo tiempo que Cristina y Ximena llegaban.

-Bueno, lo peor ha pasado; quiero descansar y cambiarme, en un rato debo estar en la oficina del abog... ¿pero qué pasó aquí?. Esto es un desastre, ¡Ximena, mira el departamento está todo revuelto!- exclamó Cristina.

-¡Esperá, no toques nada!, Carlos, Jorge suban inmediatamente al departamneto de Cristina, alguien se metió y está todo dado vueltas, ¡¿que les pasó que no vieron a nadie?!- gritó Ximena al handy.

-¡Ya vamos Ximena! No entiendo estuvimos todo el tiempo aquí afuera, solo entró el encargado del edificio y la mujer que limpia... ¡Mierda!, la entrada del estacionamiento, ya estamos llegando, llamaré al Jefe- dijo Carlos, mientras Jorge se dirigía al estacionamiento.

-La cosas de Johana están regadas por todas partes, sus carpetas y archivos, ¡Maldito hijos de puta!- gritó Cristina en un ataque de histeria, debiendo Ximena tranquilizarla.

-¡No te preocupes, Cris!; déjalo todo a mi cargo, veré que pasó, pero mejor vamos a tu casa de San Isidro aquí se acordonará todo y Gómez no tardará en llegar- dijo Ximena.

-¡No!, no me voy hasta que Gómez llegue y también lo sepa el abogado, ahora más que nunca estoy segura que a Johana la mataron, juro por mi vida que van a pagar los que le hicieron, esto no va a quedar impune- Gruñía Cristina.

Momentos después...

-¡Aquí estoy, detective Ximena! ¡¿Qué pasó?! ¿Alguien tiene una pista?- gritó Gómez al llegar.

-No lo sabemos, solo lo que ve, ya he dispuesto precintar el departamento y llamé a los peritos a ver si encontramos pistas, estos malditos entraron por algún lado sin ser vistos por la guardia que pedí- dijo Ximena.

  • Ximena, encontré al encargado del estacionamiento atado con cintas, logró decirme que una mujer alta y rubia y un tipo alto de aspecto musculoso y de tarje lo redujeron, no les pudo ver los rostros, solo los vio de espalda cuando se alejaban dirigiéndose al ascensor de emergencia- comentó Jorge.

-¿Está disponible de declarar el testigo?- preguntó el jefe Gómez.

-¡Sí, Jefe!, lo han llevado con los oficiales asignados al hospital a verificar si no está golpeado y luego o llevarán a la Brigada.

-¡Bien, vamos para allá!, Ximena, ven por favor, Cristina, debe acompañarnos, es necesario dejar asentada una denuncia por allanamiento ilegal- le dijo el Jefe.

-¡Sí, vamos!, no me quedan dudas que lo de Johana no fue un suicidio- comentó Cristina.

-Espera , Cristina, no te apresures, no sabemos si fue un simple asalto, tal vez no tenga nada que ver con Johana- dijo Ximena.

-¡¿Pero es que no lo ves?!. Es obvio que se trata de algo contra Johana, no falta nada a simple vista los que entraron solo revolvieron- se desesperó Cristina.

-Sabes que nadie más que yo desea que esto se aclare, solo te pido, te ruego que no nos apresuremos en sacar conjeturas, hagamos una lista de tus cosas y las de Johana, veremos que es lo que falta y así sacaremos la verdad de todo esto, ¿te parece?- dijo mirando fijamente a los ojos de la morena.

Se hizo un silencio bastante incómodo para todos, Cristina y Ximena no desviaban la mirada, hasta que la detective rompió el contacto visual y dijo:

  • Bueno, Jefe. Si desea vamos a la Brigada, habrá que entrevistar al testigo y abrir un informe con respecto a lo sucedido, me quisiera hacer cargo de la investigación, si usted quiere, por supuesto- dijo la rubia.

  • No se hable más, Ximena quedas a cargo de la investigación y veremos si tiene que ver con lo de Johana, nos vemos en la Brigada, puedes abrir ese informe, todo el caso queda en tus manos- y dejando a los peritos y los oficiales a cargo en el departamento de Johana, Cristina en compañía de Ximena y Gómez partieron a la Brigada.

Mientras tanto, fuera del edificio un auto con vidrios polarizados, estaba estacionado con un ocupante viendo todo el movimiento policial, diciéndose a sí mismo, sonrió:

  • Mi estimada Señora, que mal te veo. Un punto menos para vos y dos posibles para mí, ¡¡Jajajjajajaj!!- Y acelerando se alejó de allí.

Un misterio entre manos

Mientras todo esto sucedía, Christian estaba en su oficina, tratando de pensar como actuaría ente su misterioso informante, qué hacer, dejar todo asentado por escrito y enviárselo a la producción de su programa o llevar toda esa información a la detective Ximena, todo era confusión en su cabeza. Lo primero, sería llevar escondido un grabador y allí dejar todo lo dicho por "su informante" y desde luego después de esa entrevista hacer varias copias, por si algo le pasaba. Ese pensamiento, solo le trajo escalofríos, pero la ambición por ascender y tener reconocimiento como un celebre periodista de casos policiales, podía más.

Su ambición lo cegaba, pero había amado a Johana y su amor quedaría limpia de todo mal comentario, hasta él mismo se sentía mal por los comentarios que hizo en su programa, ella tal vez se estaba defendiendo de extorsionadores y por no poner en peligro a quienes amaba, tal vez se sacrificó por ellos, pero en ese libro todo saldría a la luz.

De repente, sintió que debía ayudar en algo. ¡Sí! debía limpiar el honor de Johana, debía quitarse ese rencor y seguir adelante, tal vez Johana no lo amó como el quisiera, pero era su amiga. Algo debía hacer y lo haría, hasta las últimas consecuencias.

En la Brigada, los detectives preguntaban sobre los acontecimientos a un todavía atontado encargado del estacionamiento, señor Páez. Éste les decía una y otra vez:

-Pero no les vi la cara, se lo juro, solo se que una era rubia y alta, muy bien vestida con traje negro, pero con una fuerza de los mil demonios, me agarró por detrás y me tiró hacia delante, tapó mi boca con una cinta adhesiva grande y ató mis pies y manos como si nada, mientras el hombre me mantenía boca abajo y solo decía "apúrate, que nos van a ver". Entre los dos me alzaron y me metieron en mi garita, pero logré verlos de espalda, solo un detalle del hombre, es que rengueaba y la mujer tenía tacos de goma y no hacía ruido, eran muy ágiles- terminó declarando Páez.

  • Es muy poco lo que dice, pero nos sirve para abrir un expediente- comentó Ximena.

  • Detective Ximena, aquí le traigo el informe de los peritos- dijo un joven oficial.

-¡Gracias, Marcos!, puedes retirarte- le sonrió Ximena a un embobado oficial.

-¡Bueno, Xime! Los traes rendidos a tus pies a los novatos- sonrió Cristina.

-¡¿No estarás celosa, amiga?!- dijo maliciosamente la rubia, meneando las cejas cómicamente.

  • ¡¿Yooo?! ¡Pero por favor, qué decis, mujer!- Dijo exajeradamente la morena, riéndose.

  • ¡Ahh!, me parecía, es que hay que mantener mi popularidad, ya sabes- se burló Ximena.

Y ambas se empezaron a reír. Pero el tono de voz de Ximena, cambió por uno serio mientras veía el informe:

  • Estos malditos no dejaron huellas y no se llevaron ni dinero, ni joyas, tus pertenencias no han sido robadas y las de Johana tampoco. Amiga, creo que las cosas se están complicando un poco. Creo que deberías quedarte en mi casa, no quiero perderte de vista. No me gusta como va tomando tinte este caso- se preocupó Ximena.

  • Pero necesitaré llevarme mis ropas y cosas personales, no quiero ser una carga para vos- empezó a decir Cristina.

-¡No, ni pienses en eso! Ya perdí a una amiga, no te quiero perder también. No podría perdonármelo- dijo llenándosele los ojos de lágrimas.

  • Ni yo quiero que estes así por mi, iré a tu casa, pero tengo temor de ir sola. Quién sabe lo que querrán de las cosas de Johana- le dijo preocupada su amiga, para luego continuar- ¿No será el disquette?, tal vez sea esa la razón de todo.

  • Tal vez tengas razón, iremos a tu casa, buscarás lo necesario y te quedarás en casa, le pediré a Carlos que nos acompañe, el departamento de Johana, estará llena de policías, mientras que no se filtre la información y lleguen a los medios, todo lo de nuestra amiga está a flor de piel y no tardarán en hacer conjeturas y otra vez rondarán por aquí. Bueno, primero lo tuyo y luego veremos, ¿Sí?- y sin mas se retiraron de la Brigada.

Al llegar a la casa de Cristina, todo estaba en aparente calma, pero antes de entrar, los detectives obligaron a Cristina a quedarse en el automóvil con otro detective para custodiarla. Y portando sus armas reglamentarias, hicieron un rodeo por la estancia de la casa verificando que todo estaba en orden. Ximena, trató de abrir con las llaves de Cristina y al ver que todo iba bien entraron con igual precaución. Mientras eran vistos por Romi y Rey al otro lado de la calle y frustrados se quedaron esperando hasta que se fueran.

  • Puedes entrar, Cris. Llévate lo que necesites y nos vamos a mi departamento- dijo suavemente Ximena.

  • ¡Gracias, Xime!, ¿qué haría sin tu ayuda?- e inesperadamente le dio un beso en la mejilla a una turbada rubia.

-¡No hay de que!, pero apresurémonos, todavía tengo más por hacer en la Brigada- dijo mientras se alejaba torpemente hacia el móvil policial.

Esa noche Cristina se quedaba en el departamento de Ximena y acomodándose como pudo se quedaron hablando del caso y como poder armar entre ambas una investigación paralela, Cristina entre las cosas que llevaba tenía un diario personal de Johana y empezaron a descubrir los miedos y pasaron toda la noche hasta muy entrada la madrugada.

  • Ximena, creo que aquí tendremos mucho por averiguar sobre Johana. Creo que algo o alguien la tenía amenazada desde hace mucho y ella no dejaba de ver sobre sistemas de seguridad para instalar en nuestra casa- comentaba Cristina.

  • Cris, me parece que este diario y algunos datos más lo deberíamos clasificar y pasarle la información a mi jefe, me dio total libertad de investigar todo lo referente a Johana hasta los mínimos detalles.

  • Es lo mejor para la investigación, cada vez me voy dando cuenta del terror interno que sufría mi pareja y esto no es bueno, ¿quién sería esa famosa Diana que tanto nombra en su diario y no la dejaba en paz?

  • Ni idea, pero sea quien sea, vivía para hostigarla y hacerla caer en la tentación de las drogas y no dejarla con su investigación con respecto a los negocios encubiertos de algunos empresarios, Diana es la clave para todo esto y quiero llegar al fondo, cada vez me doy cuenta que a Johana le prepararon este suicidio y algunos de esos "empresarios" están en todo esto. ¡¡Ahhishh!!, bueno ya son las tres de la madrugada creo que necesitamos descansar. Mañana tengo que reunirme con Gómez y comentarle del caso tanto a él como al abogado de Johana. ¡Buenas noches, Cris!, estás en tu casa dispone de lo que necesites y podes quedarte todo el tiempo que quieras- Y abrazando a su amiga se retiraba a su habitación.

  • Gracias Xime, se que todo esto es muy incómodo para vos, instalarme en tu casa con un terrible miedo ya que ahora las cosas van tomando otro color y...- pero fue interrumpida.

  • No me molestas para nada y ya sabes, sos mi amiga y vamos a sacar esto adelante, así que nada de lamentarse que yo fui quien te pidió que te quedases conmigo y además es un placer tenerte aquí, así no me siento tan sola y no estoy tan ansiosa pensando que te sucedería si estuvieras sola en tu casa -le sonrió Ximena.

Algo entre ambas, se detuvo por un momento y las miradas se mezclaron en una nueva clase de afecto, solo duró un instante pues la morena al sentirse un tanto incómoda le dijo:

  • Bueno no te quito más tiempo de sueño que seguro lo debes necesitar, durmamos y mañana u hoy sacaremos mejores conclusiones, hasta mañana, ¡Amiga!- y le sonrió casi al mismo tiempo que erraba sus ojos.

-¡Hasta mañana, Cris!- "¿qué me está pasando?, últimamente me siento muy rara contigo, Cris" o "solo son mis tontos pensamientos?, igualmente estoy segura de tenerte aquí y no sola en tu casa" . Y cerrando la puerta e su habitación, se acostó y se durmió soñando con una visión de celestiales ojos.

Las piezas de un rompecabezas encajan

Al día siguiente, Ximena llama a su jefe a la oficina comentándole lo sucedido el día anterior y las cosas que descubrieron, Gómez quiso que ambas se reunieran con él en la Brigada para así ver como encausar la investigación paralela, pues a él también no le cerraba lo del suicidio, la cita quedó al mediodía y ambas mujeres después del desayuno, se encaminaron a la Brigada, mientras esto pasaba eran vigiladas por dos sujetos en el Mustang estacionado en la otra cuadra del departamento de Ximena, era la extraña figura que había contactado el reportero, no quiso encontrarse con este último, no le daba la confianza para darle la información que tanto necesitaba para comprometer a la famosa Señora, ésa a quien le había dado tanto lo había dañado, se vengaría de otra manera y revelando su verdadera identidad conseguiría dejarla lo peor parada posible a esa "bruja", como él la llamaba.

Cuando Ximena y Cristina se retiraban rumbo a la brigada, este extraño sujeto bajaba y se aproximaba al departamento de Ximena, y dejando una nota debajo de la puerta se retiró lo más ágil posible y si ser visto se retiró a toda velocidad.

A todo esto Christian, el reportero, no podía comprender como había caído, en la mentira de ese extraño tipo y no se quiso quedar con la espina de no poder ayudar a Ximena con respecto a esa entrevista que no pudo ser, se animó y tomó rumbo a la Brigada, quería aportar algún dato y también enterarse como iba todo.

Casi al mismo tiempo, se encontraban los autos de Ximena y Christian en el estacionamiento. Algo nerviosa Cristina se queda mirando al joven y Ximena, notando la preocupación de la morena, se aproxima al periodista, encarándolo sin saludos previos:

-¡¿Qué quieres aquí?!, no te parece que ya plantaste demasiada cizaña con respecto a Johana que vienes siguiendonos ¡¿seguramente para molestar a Cristina?!- le dijo la investigadora.

-¡Bueno, bueno!, no me muerdas todavía que vengo en son de paz y a comentarte algo que seguramente te interesará, no quiero atacar a nadie, menos a semejante monada rubia con arma. No quiero tentar a mi suerte, solo pido una tregua y si me puedes escuchar lo que vengo a decirte- se sonrió, cual hiena el reportero.

  • Bien, pero tendrás que esperar, mi superior quiere vernos y hay cosas que debemos aclarar, ¿tendrías paciencia de aguardarme unos minutos?- le dijo más calmada la rubia.

-¡Claro que sí!, ademas no tengo necesidad de ir a ninguna parte, te esperaré todo el tiempo que quieras y de paso podré hacer las paces con tu morena amiga, se que me ha comportado como un patán, pero deseo hacer las paces, ya te lo he dicho- dijo en tono conciliador.

  • Eso lo tendrás que hablar con ella, pero primero, mi Jefe quiere hablar con ella también- le dijo seria la joven.

  • Claro estoy dispuesto a portarme como un caballero con ambas.

  • ¡Jajajajaaja!, caballero, estás aprendiendo modales, por lo que veo, Christian- le sonrió burlona la rubia echando una mirada de reojo a la morena que había visto y escuchado todo con algo de desconfianza- ¿Qué te parece Cristina?, ¿le damos un oportunidad al periodista?- pregunto finalmente.

  • Siempre y cuando sea respetuoso, yo no tengo problemas- dijo suavemente Cristina.

  • Lo seré, lo juro. Si no pueden golpearme sin problemas- bromeó Cristian.

  • No tientes a tu suerte, muchacho que te vi en televisión y se lo verbalmente agresivo que eres- interrumpió una grave voz, era Gómez que había visto y oído todo, preocupado por qué tardaba tanto la detective.br>

Mientras tanto en una oficina de Microcentro una furiosa dama sentada tras un enorme escritorio, mira fijamente a Rey y una apenada Romi, el interminable silencio se rompe:

  • Veo que nada han conseguido, ni el disquette, ni apuntes ni dato alguno que Johana tenía sobre mis "negocios" con las demás corporaciones. ¡¿Qué demonios voy ha hacer con ustedes?!, esto se está poniendo cada vez peor. La novia de Castels está super-protejida por policías las veinticuatro horas y Nacho no trabaja más para mí, él sabía mucho de mis movimientos y es un cabo suelto que quiero eliminar- les increpó "la Señora".

  • Señora Suárez todo se solucionará, en algún momento la noviecita de Castels estará sola y ahí nos encargaremos de apretarla para que cante todo- dijo Romi.

  • Más te vale que la retengas y le hagas confesar todo, ya se me está poniendo jodida la situación y de la Corporación están sospechando que hay faltante de dinero, mucho dinero, me estoy jugando el cuello en todo esto, y el último cargamento de cocaína llegará en cualquier momento. Esto se tiene que solucionar a como de lugar, ya no me importa si esa tal Cristina o la detective Pereyra terminan en el fondo del Río de la Plata con una soga al cuello atada a una piedra, quiero que lo resuelvan pero ¡Ya!, me oyeron muy bien o todos terminaremos pudriéndonos en una asquerosa cárcel, pero vos Romi terminarás muerta antes por mis propias manos, ¿entendistes maldita puta?- la amenazó.

  • Si, señora tanto Romi como yo haremos todo lo imposible para que su nombre no sea conocido en todo este problema- trató de conciliar Rey ante una atormentada Romi y una rabiosa Señora Suárez.

En tanto, en la oficina de Gómez, Christian les comentaba sobre el fallido encuentro con ese misterioso hombre que lo llamó el día del funeral de Johana y el deseo de colaborar en el caso, pidiendo disculpas a Cristina y Ximena por haberse portado tan vilmente con respecto a la memoria de Johana y también su deseo de disculparse ante los padres de ésta.

Ximena, lo oía muy atentamente, Cristina lo perdonó casi al instante y todo iba quedando en una situación amistosa.

Cuando Christian se fue de la brigada y Cristina habló acerca del diario íntimo de Johana y los miedos que sentía al verse presionada por la tal Diana, coincidieron en ir con el abogado de Johana y ver que información tenía el disquette.

  • Creo que es el momento descubrir quién es esa famosa Diana que tanto nombraba Johana y por la cual sentía tanto miedo por vos Cristina, es evidente que la tenía amenazada con hacerte daño si publicaba ese libro con los "negocios sucios" que tendrían algunas empresas internacionales- comentaba Ximena

  • Bueno muchachas, creo que es mejor que se vayan a descansar un poco, tómate el resto del día libre Ximena distraiganse un poco, lo necesitan y mañana iremos a donde el abogado de Johana, hay que saber bien de quien estamos hablando con respecto a esta tal Diana y lo amenazada que tenia a Johana, quiero terminar con todo esto y descubrir a el o la culpable de su muerte, hable esta mañana con el juez que entendió en la anterior causa y le solicité permiso para reabrirla, se la podrá caratular como presunto homicidio y si no se filtra esta información a los medios, tal vez podamos solucionarlo antes que los medios hagan sus "conjeturas"- comentó Gómez.

Ximena y Cristina se despidieron del jefe de la Brigada y ya rumbo al estacionamiento subieron al auto y se fueron al departamento de Ximena.

Horas decisivas

Llegando al departamento de Ximena, encuentran en el piso detrás de la puerta un sobre, ésta desconfiada, le pide a Cristina que se aparte a un lado y lentamente lo abre, cae un papel con una nota que reza:

"Como seguramente se dieron cuenta, Johana no se suicidó, la mataron, sabía demasiado, pero si quieren más información, véanme en el Parque de La Costa, esta tarde y ahí encontrarán la verdad."

"Un buen amigo"

  • ¿Y esto qué será?, lo que me faltaba, pero no se que hacer, si pedir refuerzos o ir a este extraño encuentro, ¿qué piensas Cris?- preguntó la rubia detective.

  • Mejor sería que hables con Gómez y pidas refuerzos, yo iré contigo, no quiero que te pase nada- le dijo la morena.

  • ¿No rea yo quien debería de protegerte?

  • En este momento quiero estar a tu lado, me volvería loca pensar que te arriesgas tanto por lo de Johana y por mi, no es justo que te vayas, quiero estar con vos. No soy una debilucha me se defender, tomé clases de artes marciales y sé defenderme- le dijo seriamente.

  • Le comentaré a Gómez y pediré ayuda, vendrás con nosotros. Paro escúchame bien: por nada del mundo te hagas la heroína, si te pido que te alejes del peligro, me harás caso y pedirás ayuda a la brigada, te daré un handy y te comunicarás con quién te diga, ¿oístes bien?- esta vez Ximena estaba más seria que nunca se arriesgaría por la morena antes que algo le pase. Algo en ella estaba naciendo y no permitiría por nada del mundo perderla, ya habría tiempo para hablar de ello.

  • De acuerdo, Xime, te haré caso- le sonrió Cris.

- "¡Por dios, no me sonrías así que me pierde, mujer!" - le sonrió embobada la detective y se dirigió al teléfono- Jefe, he recibido un mensaje de un supuesto informante que tiene datos sobre la muerte de Johana, afirma que la mataron y necesito refuerzos para ir al Parque de la Costa, Cristina irá con nosotros pero la hice jurar que no intervendría y ante cualquier peligro llamaría a la Brigada, ¿esta de acuerdo, Jefe?- terminó casi sin aliento Ximena.

  • No se Ximena, es muy arriesgado, iré yo también y un grupo irá conmigo de incógnito, es un lugar público, no quiero arriesgar a ningún inocente, pero si Cristina nos hace caso, vendrá con nosotros- replicó Gómez.

Mientras tanto fuera del edificio donde vive Ximena, Romi y Rey vigilan cada movimiento, sin ser vistos.

  • Apenas la veamos sin la molesta detective, reducimos a la tal Cristina y nos la llevamos, ella tiene que saber dónde están los datos que incriminan a la Señora Suárez- comentaba Romi.

  • ¿Y que piensas hacer con ella después?, ¿matarla como a Jhoana?- dijo Rey.

  • Si coopera, solo tendrá unos "regalitos" de mi parte, si no se irá con su noviecita al mismo infierno, ¡¡¡¡Jajjajajajajja!!!!.

  • Si no es que antes te vas vos- ironizó su compañero.

  • ¡¿Qué me querés decir Reycito?, ¡¿me vas a "vender" con la "poli", maldito gusano?!- gruñó la rubia tomándole por el cuello del saco.

  • ¡Eyyy, no te pongas así Romi, solo bromeaba, nada más!

  • Más te vale, Rey. O terminarás haciéndole compañía a los peces si me lo propongo. ¡Ey!, mira, están saliendo otra vez pero en el auto de la "poli", ¿qué se traeran en manos estas dos? Vamos hay que hacer esto ahora o nunca. Apenas se distraiga la detective hacemos lo nuestro, ¡¿ok?!

  • ¡Sí,sí, ya entendí la primera vez, que geniecito!. Ya te estás pareciendo a la Señora- se burló.

  • ¡Ja!, que más quisiera, a esa la tengo atravesada. Algún día me las pagará la puta esa.

Y de un giro brusco empezaron a seguir a las jovenes.

Después de media hora de viaje y sin darse cuenta que eran perseguidas por Romi y Rey, Ximena y Cristina llegan al lugar citado por ese extraño informante, momentos después llegan Gómez y algunos policías vestidos de incógnito, van con el gerente del parque de diversiones a advertirle que es lo que sucederá, pero garantizándole la seguridad de los visitantes a dicho parque.

Cristina decide comprar un paquete de palomitas, mientras Ximena mira alrededor del predio, ambas están alertas por cualquier movimiento que les atraiga su atención.

De pronto una alta figura se acerca a las chicas y deja caer un sobre al costado de Ximena, ésta trata de advertirle a su superior el movimiento sospechoso y dos agentes vestidos de civiles empiezan a seguir al sospechoso.

  • Cristina, por favor quédate atenta que yo iré a ver quién es el sospechoso, de seguro ya lo interceptaron Marcos y Carlos, no te arriesgues, Gómez, te tiene al cuidado, ya regreso.- Y rápidamente se aleja la rubia.

  • Pero, Ximena esper..., ya se fue. No me queda otra que esperar.- Y la morena no se queda conforme y toma rumbo por donde la detective fue en busca de sus compañeros.

  • ¡Mierda, no le hizo caso a Ximena!, tendré que seguirla y este parque está a reventar de gente. Espero que no se me pierda. ¡Oh no!, se me escabulló ésta mujer. Estrada, Gauna vayan por el otro costado que se me extravió Cristina- Ordenó Gómez.

Mientras estos movimiento se sucedían, Romi le hizo señas a Rey para que pudieran interceptar a Cristina.

Unos pasos más y la alcanzaron en un lugar lejano a Gómez.

  • Para, zorrita. Necesitamos algo de vos y si venís por las buenas nada te pasará- Le sonrió amenazadora Romi.

  • Entonces tendrás que hacer un gran esfuerzo porque no pienso quedarme a hablar con vos, rubia- se burló Cristina sin expresión alguna.

Ambas mujeres, eran casi de la misma estatura y pronto empezaron a forcejear, sin darse cuenta la morena que Rey estaba detás de ella, le apunta , diciéndole:

  • Más te vale hacer caso, linda o te vas directo a hacerle compañía a tu difunta noviecita.- Y sin más se para en seco al sentir el cañón del revolver en sus costillas.

  • Está bien, pero no hagan daño a nadie más, hay niños y sería peligroso para ellos ver todo esto- suplicó sin ánimo, Cristina.

  • Bueno, morocha , ¡Vámonos! Tenés algo importante para nosotros.- Y sin más se fueron los tres sin levantar sospechas.

  • ¡¿Dónde se metió esta mujer?!, ¿dónde, carajo?!- gritaba Gómez, sin saber que hacer.

  • Encontraron al sospechoso y no ofreció resistencia, jefe. Ahora vamos con Cris que nos debe de estar esperando- dijo contenta con que no se produjo ningún hecho de violencia en el Parque.

  • Lo siento Xime, pero se me perdió de vista Cristina, se fue detrás de ti y perdí su rastro entre la gente, discúlpame, fue más rápida que yo- se apenaba su jefe.

-¡Oh no Jefe!, ¡No puede ser!, seguro que ya viene para acá y...- la interrumpe Carlos.

  • Ximena, acabo de ver a tu amiga con dos personas y coinciden con la descripción del encargado del estacionamiento que interrogamos el otro día. Una mujer alta y rubia y un hombre con dificultad al caminar, la llevaban muy rápido y la metieron en un Polo negro huyendo a toda velocidad. Lo siento Xime, pero no logré alcanzarlos, me impedía la cantidad de gente en el predio- se lamentó el oficial.

  • ¡Ahora sí que estamos hechos, carajo!- gritó la joven y se fue directo a su móvil.

En un galpón abandonado, lejos de la ciudad, Cristina era indagada por la pareja.

  • ¡Vamos, puta!, decime donde está el disquette con la información o te muelo a golpes- la amenazó con su arma.

  • No se de que me hablas y baja ese arma que se te puede escapar un tiro- le decía desinteresadamente.

  • ¡No juegues conmigo, zorra que no tengo mucha paciencia!, me lo decis por la buenas o por las malas te irá peor.

  • Te dije que no se nada. ¡¿Quién sos vos?!, ¿tenés algo que ver con la muerte de Jhoana?- le gritó.

  • Acá la preguntas las hago yo y no me respondistes donde está ese puto disquette y la información que Johana tenía en sus apuntes. ¡Quiero que me lo digas ahora o no respondo de mi!- decía fuera de sí Romi.

  • Mejor será que cooperes, está desquiciada y no parará hasta que le digas la verdad, mujer- trató de razonar Rey.

  • Entonces si tan desquiciada está que busque ella solita la información, yo no se nada y si lo supiera tampoco se lo diría- mintió Cristina.

  • ¡Maldita, puta ya me las pagarás!- Y le dio un bofetón con el revés de la mano, haciendo saltar un hilo de sangre de la morena.

- "Ésta me las pagarás, puta, pero no te diré nada. Aunque me mates, jamás sabrás nada de esos apuntes. Ojalá que Ximena se haya dado cuenta de mi ausencia, pero creo que me las tendré que arreglar sola. Les seguiré el juego a ver hasta donde llegan y en la primera distracción te planto yo una paliza que te vas a acordar de mí" - se decía para sí Cristina.

  • Vamos, Ro. Vete un momento afuera a respirar aire limpio y calmate que así no sacaremos nada del asunto. Quien sabe y no sabe nada de lo que le hablamos, ésta- la tranquilizaba Rey.

  • ¡Me miente, lo se!, pero me va a decir la verdad, si no la mato antes- gruñó yéndose afuera del galpón.

  • Vamos, mujer dinos la verdad que no la podré retener tanto tiempo tranquila, y es una fiera cuando algo no le sale bien. Es por tu seguridad, por mi parte no quiero hacerte daño. Eres demasiado bella como para que se pierda tu vida también. Trató de conciliar Rey.

  • Lo siento, pero es verdad que no se de que cuernos me hablan, no se de ningún disquette, ni de ningún apunte que me hablan. Pero no eres como ella, ¿Por qué te metiste en este lío?, pareces buena persona a pesar de las circunstancias- le hablaba, mientras que Rey no se daba cuenta que se estaba desatando disimuladamente.

  • Es por tu bien que te lo digo, piénsalo mejor y en unos momentos regresamos. Razona lo que te dije y así podrás irte tranquila.

  • ¿Pero vos te pensas que soy idiota que si digo o no lo que ustedes quieren saber, me dejarán libre y segura?, ¿te pensas que no se que me matarán igual que a Johana, o peor aún nunca me encontrarán entera aunque sea muerta?- Ironizaba la morena.

  • Te doy mi palabra que no morirás, no podría soportar...

  • ¡¿De que demonios estás hablando, Rey?!, ¡¿no te me estarás hablandando compañero?!, mirá que si la Señora se entera, ella misma te eliminará de la faz de la tierra- amenazó Romi entrando nuevamente.

  • Yo no dije nada, son suposiciones tuya, nomás- mintió Rey.

  • Bueno, ¡Básta de ser amables con la morena!, ya tuvistes tu tiempo de razonar y quiero la verdad ahora o ya sabrás tu suerte, linda- y mientras decía esto recorría con lujuria asesina a la morena, la mataría pero antes se haría de un "buen momento" decía para sí.

Rescatando a Cristina

  • ¡Mierda!, ¡¿cómo pudimos perder a Cristina de esta manera?, ¡Soy un inbécil!- gritaba Gómez fuera de si, golpeando todo lo que tenía a mano, siendo observado por una cabizbaja Ximena y el inspector Carlos.

  • Bueno, Jefe con volvernos locos no logramos nada, solo queda averiguar dónde se la llevaron a Cristina. Pero lo primero es sacarle la verdad que sabe este supuesto informante y si está vinculado con la muerte de Johana- comentó Ximena después de un largo silencio, cuando vio a su Jefe más calmado.

  • Eso mismo, Ximena interroga al sospechoso a ver que tanto sabe y por favor traten de localizar algún testigo que haya visto u oído algo así podremos dar con Cristina. Lo siento Xime, creo que me estoy volviendo muy viejo y mis reflejos ya no son los de antes- se lamentó Gómez.

  • ¡Hey, viejo amigo!, eso ni en broma lo digas, a todos nos pasa ya la encontraremos- y sin que nadie los viera, deposito un beso en la mejilla del veterano inspector, su "mejor amigo", aparte de su padre, lo más querido por ella.- Tranquilízate, todo se resolverá. Luego te llamo- y se fue sonriéndole.

  • Cuidate vos también, muchacha. No soportaría que algo te pasase- murmuró Gómez, volviendo a sus expedientes.

Nacho Gutiérrez, gran estafador, vividor y en un tiempo mano derecha en las decisiones de la Señora, estaba cobrándosela a quien una vez le dio lugar en la Corporación Robledo & Suárez, pero quién en un momento de debilidad no cumplió con lo pedido, enamorándose de "la amante" de esa despreciable Señora, "la Diana", como la llamaban, gran proveedora de clientes en el tráfico de cocaína a nivel internacional, bisexual declarada y quien lo hiciera caer en su trampa, para tener total decisión en los intereses de la Señora Suárez. Éste juró vengarse, después que la furia de la Señora fuera saciada al enterarse de los intereses de Nacho hacia Diana, matando a sus padres y hermana en un supuesto accidente de escape de gas, sello inconfundible de los "trabjitos" de Diana. Sí, juró venganza contra esas "perras boyeras" y hacerlas encerrar y que sufran, sí con todo el odio y sufrimiento que él sintió al ver destruída a su familia que nada sabía que se trataba el negocio de Nacho. Un hombretón de casi dos metros de alto que a pesar de sus cuarenta y siete años, parecía de treinta y cinco, con un físico formado a base de un gran entrenamiento, y que a pesar de no haberse dedicado a las cosas buenas, creía en poder encerrar a esas asesinas.

Se encontraba silencioso, viendo a la detective Ximena y a Carlos, esperando que se decidiese a hablar y lo haría, seguro que lo haría:

  • Bueno, hombre que te parece si empezamos este interrogatorio, decí tu nombre y que tanto sabes de la muerte de la periodista Johana Castels- le preguntó Ximena.

Y después de un largo suspiro, Nacho contó todo lo que sabía, lo que había sido al lado de la Señora, los negocios entre empresas a espaldas de su esposo y socio Reinaldo Robledo y que obviamente no sabía nada, los enrequecimientos ilícitos mediante los tráficos, y la vinculación de Diana con Johana, las amenazas de ésta por quererla callar, no pudiéndolo lograr y la forma en que se enteró la Señora del libro que Johana escribió que la destruiría instantáneamente y tenía conocimiento público, como supuestamente, consiguió que Romi y Rey se pudieran encargar de conseguir los datos, mientras Diana estaba presionando a Johana en darle el disquette tentándola a consumir cocaína, pero al ver que ésta no cedía, mandó a Romi y a Rey para que se encargasen de terminar con ese "asunto de la exdrogadicta" como la llamaba la Señora Suárez.

Mientras tanto Diana se encargaba del uno de los últimos negocios en Colombia, no le quedó más remedio de delegar esa tarea a sus sabuesos de turno. En ese momento la Señora se enteraba del supuesto lío en el que lo metió Diana y el enterarse que su mano derecha se había enamorado de ésta última, haciendo un movimiento inesperado liquidó a toda su familia y empezó una persecución contra él para matarlo también, los celos de la Señora no tenían límite y su furia era fatal.

  • Y juré vengarme, delatándola, no me importa ir también a la cárcel. Sé que hice muchísimo daño, pero esa "perra" hizo más y me quitó a toda mi inocente familia, ellos no sabían nada. Y si puedo ayudar en más, lo haré, no pido clemencia ni perdón. No pido una condena suave, solo que esa "puta" pague- y bajando la cabeza, dejó escapar un grueso lagrimón, no le importó verse ridículo. Quería que todo esto terminara.

Ximena lo observó, todo en ella estaba perturbado, muchas emociones juntas. Escuchar esa confesión y saber que Johana no quería saber más nada de drogas, la hizo sentirse un poco más aliviada, había cumplido con su promesa, ¿pero por qué encontraron cocaína en su cuerpo?.

  • Señor Gutiérrez. Quisiera hacerle una última pregunta y por favor sáqueme de esta duda, en el cuerpo de la señorita Castels hallaron cocaína, y ella como usted supo no consumía, ¿qué pudo haber pasado entonces?

  • Seguro que se lo inyectaron, la cantidad suficiente como para atontarla y conseguir lo que se proponían, pero como conozco a Rey, me imagino que fue Romi quien la inyectó, se le fue de las manos la situación y con lo desesperada que es, seguro todo el asunto se les fue al diablo y tubo las consecuencias que creo que pasó: forcejearon porque Jhoana no les dijo nada y Romi la tiró simulando un suicidio, dejando pruebas falsas, en un buen trabajo y bien elaborado, siempre queda en la duda de que la víctima es la que se drogó. En este caso, Romi se equivocó, para su mal. Pero si se pudiera convencer a Rey, creo que ella quedaría bien pegada junto a Diana y a la Señora.

  • Es lo más probable que sucedió en esa oficina. Bien, ahora hay algo que no inquieta y es que si por la descripción del encargado del edificio y tus datos, se podría corroborar que son Romi y Rey los que se llevaron a Cristina, vos seguramente sabrás que lugares comunmente se llevaban a los presuntos "clientes" para hacer sus negocios. No se, tal vez un galpón un edificio abandonado, algo que nos lleve a encontrarla. Ella está en peligro, por favor recordá donde puede estar- indagó Ximena.

Tras un largo momento de pensar en los presuntos "agujeros", como él los llamaba, preguntó:

-¿En qué zona desapareció?

  • En el Parque de la Costa, en la zona del Tigre- respondió Carlos.

  • Bien, esa zona está copada por la "organización". En la zona del Delta hay muchos islotes, pero el principal en donde no reuníamos para las entregas en cerca de la cuenca del Plata, es un galpón viejo, pero totalmente aislado de todo ruido del pueblo si me permitieran un mapa de la zona del Delta, los podría guiar mejor, yo mismo elegí ese lugar para la Señora.

Y sin perder tiempo en más, empezaron la búsqueda en dicho mapa. Se prepararon grupos de rescate y llamaron a Prefectura para tener más ayuda, todo en el más completo secreto.

Mientras tanto, Romi fustigaba a Cristina con insultos y cachetadas, ésta última la mira cada vez con más odio, pero con las manos libres listas para vengarse de esa asesina.

  • ¡OK!, belleza. Como no querés colaborar, tendré que tomar medidas al respecto. Se que tenés a tu vieja madre enferma en una clínica y como se el número y la habitación ¿cómo era?, ¡Ja!, a sí sexto piso habitación seiscientos dos, cerca de la ventana. Pobrecita, a ver si se cae- sonrió cual hiena.

  • Si la llegas a tocar, yo...

  • Vos ¿qué? putita, ¿qué me harás?- le dijo tomándole del pelo, haciéndola gemir del dolor.- Mirá, morena, te doy esta noche para pensarlo, y como no te podés escapar porque esto está totalmente desierto, ni siquiera tendrás la suerte de liberarte de mi- y acercándose más le pegó un lametón en la mejilla.- Además me gustás mucho y cuando Rey se vaya, tendremos un agradable momento.

El asco se apoderó de Cristina y le escupió el rosto.

  • ¡Solo muerta me podrás tener, muerta!- le gritó.

  • ¡Bueno, eso también se puede arreglar, hermosa!- Carraspeó, limpiándose la cara y guiñándole un ojo se alejó.

- ¡A como de lugar sáquenle la información y elimínenla!, necesito esos datos y largarme de este país. Y ustedes también deben de largarse, terminen con ese trabajo pero ya, ¡¿me entendiste Romi?!. No quiero más cabos sueltos, a esta la liquidas y la tirás al Río de la Plata si es posible - rugió la Señora Suárez.

  • ¡Sí, Señora!, como usted ordene, aunque tenga que matarla, ese dato me lo confirmará, ya la tengo apretada con lo de su madre enferma. Pronto tendrá noticias- dijo Romi.

- Espero que sean favorables esta vez, por tu asquerosa vida que sea para tu suerte, o tanto tu como Rey amanecerán en el fondo del río y Diana se encargará de que no aparezcan más rastro de ustedes .- Y le colgó la llamada.

  • ¡Esta maldita vieja! ¿qué se cree?!

  • Tu jefa y la dueña de todos nosotros los que trabajamos para ella, Romi. Creo que deberíamos descansar un poco, mientras la morena recapacita sobre lo que le dijiste. No será tan estúpida de poner en peligro a su madre- dijo Rey.

  • Quizás tengas razón, un descanso no nos vendría mal y no paré en todo el día, hagamos guardias, ¿si?.

  • ¡Claro!, descansa que yo vigilo, igualmente no se irá a ninguna parte, está atada. En tres horas te llamo, ya es medianoche y mañana va a ser un largo día.

  • Está bien, pero solo tres horas y me llamas- y se fue a la oficina que tenían en un nivel aparte.

- "Bien, tu descansas y yo hablaré con la morena para persuadirla de que diga todo lo que sabe, aunque Romi quiera más de ella que solo esos datos, maldita asquerosa y maldito sea yo por ser tan cobarde y no mandar todo al Diablo. Me tienen atados de pies y manos como a vos hermosa morena, mi familia está constantemente amenazada por la Señora y su perra fiel Diana" - y una lágrima se deslizó por el rostro de Rey.

Mientras tanto en la Brigada los preparativos estaban ya casi finalizados y los grupos de rescate dirigiéndose al destino prefijado, Ximena, Gómez, Carlos y Luis del comando especial ya se dirigían a sus móviles para emprender el rescate de Cristina.

En el abandonado galpón, Cristina simulaba dormir, pero su mente corría a mil por hora pensando como escapar de ese lugar, se concentró en los ruidos que la rodeaban y dedujo que estaría cerca de un río, el aroma a musgo y humedad la hacía recordar a sus épocas de aventuras en las que se emprendía por bosques y selvas y no le eran para nada ajenos esos olores, seguro que estaría en una zona de islas, sus experiencias como expedicionista la ayudaría si se tenía que arriesgar a escapar de ahí.

Rey estaba alejado de ella y no se daba cuenta que la morena estaba despierta, él mismo cabeceó un poco durante unos minutos, cosa que Cristina aprovechó para poder liberar del todo sus manos y reducir al hombre. Ni siquiera se dio cuenta cuando ésta lo nockeó de un golpe certero, y arrastrándo el gran cuerpo lo escondió tras unas cajas, atándolo y amordazándolo por si se despertaba, necesitaba el tiempo suficiente para reducir a Romi, que seguía durmiendo en la oficina.

Pasó casi una hora, Rey inconsciente y Romi casi a punto de despertarse, cuando la Prefectura llegaba a destino, en el más completo silencio, apagaron los motores y el comando de La Brigada desembarcó, posesionándose en sus lugares, todo supervisado por Ximena y el jefe del cuerpo de Brigada.

Cristina seguía despierta y un leve murmullo la alertó, unas sombras llamaron su atención y supuso que su salvación o su muerte estaba fuera, y sea lo que fuere ella estaría preparada para pelear, su entrenamiento en las artes marciales la ayudaría, no moriría sin pelear, y a Romi ya se la tenía jurada.

  • Estén listos a mi señal, apenas les avise entramos y sacamos a Cristina, ¿entendido?- murmuró Ximena a todos, que asintieron a su orden y se prepararon.

En el interior del galpón, Romi ya se levantaba buscando a Rey.

  • Bueno, morena. Espero que el tiempo que te dí, te haya servido para que reflexiones y me des la información que necesito, si no ya sabes. Tu mamita fue, lindura- dijo sonriéndose cínicamente.

  • Bueno, me lo tendrás que sacar en tus sueños porque ni loca te doy la información que supuestamente me pedís- dijo burlándose de la misma forma en que ella le habló.

  • ¡Puta!, me lo dirás ahora- gritó, levantándole el puño en dirección a su cara.

Ni se dio cuenta cuando vino la patada de la morena, pero sintió un tremendo golpe en la cara cuando la recibió, casi atontada en el piso al caerse, trató de levantarse cuando gritaba llamando a Rey, que inconscientemente estaba maniatado muy lejos de la rubia histérica.

La pelea no se hizo esperar y las mujeres se trenzaron en una lucha digna de romanos, golpes de puños, patadas voladoras, codazos y empeñones, la dejaban a Romi casi sin fuerzas, sorprendida por la auto defensa de la morena, igualadas en tamaño y contextura física, pero rápida en movimientos. Un fuerte puñetazo en la boca hacia Romi y casi distraída Cristina, le dio la oportunidad de sacar el arma y un disparo se oyó.

-¡Cristina!, ¡Nooo!- gritó Ximena y otro disparo sonó en el galpón dando en la costilla de Romi dejándola fuera de combate al momento que Cristina caía con una herida cerca del estómago.

-¡Rápido llévenla al buque de prefectura que de ésta me encargo yo- ordenó Gómez apartando el arma de Romi y levantándola con uno de los oficiales de la Brigada, otros encontraban a Rey despierto y revolviéndose en el piso, pero cuando se vió rodeado por el comando se quedó quieto rindiéndose.

Momentos de angustias

-¡Rápido, rápido!, ¡Doctores y enfermeras a la sala de urgencias, herida de bala con mucha pérdida se sangre en la sala uno!- vociferaba la recepcionista de urgencias, mientras que todo era una locura de gente a la vez que entraban a la sala de urgencias.

-¡No, Dios mío!, no teme vayas ahora, Cris, por Johana hacelo, no te vayas, linda- le suplicaba una llorosa Ximena.

  • Le dí una buena paliza a esa maldita, la dejé casi comiendo del polvo, lástima que me disparó la muy zorra. ¡Ayy!, no te preocupes que no me pienso ir muy rápido, hay cosas que tenemos que hablar- le sonrió la morena torciendose en un gesto de dolor.

-¡Sí, sí!, ya hablaremos, pero te tienes que recuperar, linda. No me dejes vos también- sollozaba Ximena.

  • No te preocupes, amiga, hoy no tengo pensado morir. Tenemos que hacer justicia por Johana y su familia y por nosotras tamb...- y se desmayó sin más.

  • Vamos, señorita. Déjenos trabajar está muy delicada y su vida peligra, siéntese y avise a algún pariente que pueda dar sangre o alguien que tenga su grupo sanguíneo, la enfermera le dará más datos sobre eso y tranquila haremos todo lo más humanamente posible por ella- y alejándose de la detective, se fue el médico con sus colaboradores, dejando a Ximena con un vacío en su alma.

  • Te tienes que salvar, Cris. Te necesito, ahora más que nunca- y dejó deslizar más lágrimas mientras se sentaba a un lado de la sala de espera.

En la sala de urgencias, los médicos se movían sin parar, Cristina lo resistió todo como una heroína y la bala pudo ser extraída con éxito, la habían salvado y la enviaron a la sala de internación, no hizo falta donantes.

Afuera, Ximena se debatía con sus crecientes sentimientos por Cristina y el peligro de perderla, no poder decirle lo mucho que empezaba a significar para ella, la volvía loca. En ese momento la hermana de Cristina que se encontraba en Uruguay llegaba al mismo tiempo que los padres y hermanos de Johana, Ximena los reunía para comentarles lo sucedido, ante el asombro de todos y el horror de escuchar todo lo que había rodeado en el caso de Johana y el secuestro, les dijo que la madre de Cristina estaba protegida todo el tiempo por la amenaza en contra su vida.

Todo esto estaba sucediendo, cuando el médico que atendió a Cristina salió de quirófano, un silencio inmediato reinó en el lugar, acercándose a ellos, les dijo:

  • Se ha salvado, todo salió muy bien, le extrajimos la bala y no hizo falta pedir donantes, es increíble, pero tiene una fuerza vital extraordinaria. Es como si quisiese vivir a toda costa por algo o alguien. Bueno, en media hora podrán visitarla está descansando y habrá que esperar la evolución para dar un mejor diagnóstico, si un familiar me puede seguir quisiera llenar unos datos a su ficha clínica- preguntó el médico.

  • Soy su hermana, Laura, doctor. Le daré los datos necesarios.

  • Bien, sígame por favor a mi consultorio. Los demás podrán ir, está en el quinto piso, habitación quinientos uno, está sola, quisimos aislarla por el momento.

  • Muchas gracias doctor, ya se dispondrá una vigilancia en el exterior de la habitación, su vida estuvo en peligro y no sabemos si todavía pueden atentar contra su vida- comentó Gómez que ya se había reunido con el grupo de familiares y escuchó todo- Soy el jefe Gómez de la Brigada y la señorita Cristina Sanders necesita protección policial.

  • ¡Sí, por favor, háganlo! Pueden disponer del lugar, pero que sea lo más discreto posible, entiendan que esto es una clínica privada y hay muchos paciente, los familiares se asustarían bastante- advirtió el médico.

  • No se preocupe doctor, yo no me moveré de su lado- dijo Ximena.

  • ¡Gracias, detective!- y saludándola con un apretón de manos se disponía a partir con la hermana de Cristina.

  • Yo también le agradezco, detective y gracias por rescatarla- dijo Laura, abrazándose a Ximena casi llorando.

  • Somos amigas y no dejaría que la dañasen- aseguró la rubia.

  • ¡Lo se!- y Laura se fue con el médico.

Los hermanos y padres de Johana, se retiraban a la cafetería de la clínica, mientras Ximena se quedaba con Gómez, éste la observaba de tanto en tanto, hasta que ya Ximena, nerviosa le preguntó:

  • ¡¿Qué pasa, Jefe?!, tengo monos en la cara o ¿qué?- dijo exasperada al fin.

  • ¡Hey, que soy tu superior!, pero como amigo te observo y ví como te desesperaste cuando le dispararon a tu amiga, o ¿es que hay algo más y no me lo querés decir, niña?- preguntó.

  • Ya déjame de decir, niña. Soy mayor de edad y lo que vistes es solo suposiciones tuyas, pasa que casi se muere, y no iba a permitir que esa maldita la rematase, era mi deber como oficial de la ley, ¿o qué estás pensando con esa mente tuya retorcida?- dijo mirando hacia otro lado.

  • No hay tal mente retorcida, y te llamaré niña siempre que lo crea, eres la hija de mi mejor amigo y casi te vi nacer. Así que esa atribución me la tomo, como si fuera tu padre. Pero como superior te aconsejo que como va la cosa tengas cuidado y no confundas tu deber con la venganza, tenemos que resolver esto por derecha, no quisiera verme en la obligación de removerte del caso, detective- dijo tomando un tono más de jefe a subordinada.

  • Pierda cuidado, Jefe. Me portaré bien, pero ahora quisiera ir con Cristina, quiero que me vea cuando despierte. ¿Puedo, jefe?- dijo poniendo cara de corderito.

  • ¡¿Cómo lo haces, niña?!, ¡No me puedo rehusar a esa mirada! Me puedes, sabes que me puedes- y besando la calva del hombre, Ximena se alejó sonriéndole.

  • ¡Gracias, Jefe!- y subió al ascensor.

  • ¡Como se aprovecha de este viejo!, mujeres, ¡Ja! Me tendré que hacer cargo del informe solo. Pero, me tendrás que ayudar después, pequeña- se sonrió para sí Gómez. y se fué a la Brigada.

Se sentía como si todo diese vueltas a su alrededor, ya empezaba a amanecer y la luz del sol se filtraba por las cortinas, sentía dolor, pero poco le molestaba, solo pensaba en Ximena y como en poco tiempo había entrado en su corazón, ya como alguien más especial que una simple amiga de ella y Johana, cómo se había arriesgado por ella y toda la entrega por que lo sucedido se solucionase, el alojarla en su departamento y cuidarla, era como familiar, como si siempre hubiese sido lo correcto estar así. Pero y ¿cómo podía sentirse así?, si hasta hace poco vivía y convivía con Johana, era todo un lío su cabeza y su ¿corazón?, no podía ser había ocurrido todo muy rápido, no podía ser que sintiera tanto por alguien tan dulce y especial como Ximena. Tendría que solucionarlo, pero ahora todo le daba vueltas...

  • ¡¿Heyy?!, hola amiga, ¿Cómo te sentís?- le dijo suavemente Ximena.

  • ¡Heyy!, hola. Como si una topadora me hubiese pasado por encima una y otra vez, ¡Je!- le sonrió casi sin ganas pero feliz de volverla a ver junto a ella.

  • Bueno, Cris, ¡Le distes buena pelea, mujer! Me sorprendiste con tu lucha contra esa mujer, casi la dejastes inconciente- le comentó Xime.

  • Pero casi me mata por mi distracción y no la cuento.

  • Ya está, ya pasó y estás con nosotros, tu hermana está con el doctor y en un momento vendrá a acompañarte, los padres y hermanos de Johana también están ansiosos de verte, pero yo me adelanté, quería verte primero y avisarte que tu madre está segura, tiene vigilancia todo el tiempo y afuera también está vigilada tu habitación, yo me quedaré un rato más, pero debo ir con Gómez y ver que suerte corrió Romi, Rey ya está en la Brigada y será sometido a un interrogatorio. Todo irá bien, te lo aseguro- y se permitió acariciarle la mejilla.

Cristina, respondió a esa caricia con una sonrisa, iluminándose sus bellos ojos azules, tomó la mano de Ximena y la besó.

  • Gracias, amiga. Sos mi ángel guardián. No se que haría sin vos- y se quedaron viéndose un largo rato, mientras las emociones y sentimientos de ambas peleaban por no salir a la luz por el momento, así que fue Ximena quién interrumpió el contacto.

  • Era mi deber, es lo que juré cuando me hice policía, defender a quien lo necesite, y no la rematé a esa mal nacida porque mi deber está ante todo y tanto ella como los que mataron a Johana deben pagar, te lo juro Cristina, aunque se me vaya la vida, ellos la pagarán en la cárcel- dijo firmemente.

  • Estoy segura de ello, Xime. Pero yo tampoco te quiero perder y más adelante hablaremos, cuando todo se arregle y no haya nadie más de por medio. Tengo que aclararte muchas cosas de mí- comentó Cristina.

  • Pero ahora no, no es el momento ni el lugar. Esperemos, amiga tenemos tiempo. Primero lo de Johana y luego nos daremos ese tiempo especial para hablar. Te prometo que será así. Me tengo que ir pero estás segura y tu hermana no tarda en subir- y acercándose, besó la mejilla, esa a la que anteriormente acarició. Y se retiró de la habitación justo cuando entraba Laura para acompañar a su hermana.

- "No te preocupes, Xime, que pronto aclararemos nuestros sentimientos, pero antes lo de Johana y después..." - pensaba Cristina, cuando su hermana entraba a acompañarla.

Ellos la pagarán

Rey confesó todo, Romi y él serían enjuiciados por asesinato, pero no solo ellos quedarían procesados, el juez ordenó la captura de la Señora Suárez y Diana, éstas al enterarse, decidieron fugarse en forma separada, pero no les sería fácil escapar, las fronteras estaban cerradas y custodiadas, se reabrió el juicio con una nueva carátula de Homicidio Agravado y la condena sería no excarcelable, la ley sería implacable, pues había otros atenuantes como el tráfico de drogas y la Señora pasaría el resto de sus días en la cárcel a igual que Romi, después de recuperarse de su herida, Diana, también pagaría su condena.

Todos fueron capturados y puestos bajo rejas, todos enjuiciados y condenados. La familia de Johana Castels, Cristina y Ximena vieron limpio el nombre de la periodista y escritora, el propio Christian se encargó de hacer un programa especial y dejó bien puesto el nombre de Johana al interés público.

Se hizo justicia y los culpables pagarían el resto de sus días en donde debían de estar.

Un año después...

Pasaron muchas cosas después del juicio y Cristina publicó el libro de Johana, se vendió y se tradujo a todos los idiomas del mundo; lo que se recaudó, se destinó en un fondo común para la lucha contra el SIDA y para una institución que se abrió especialmente con el nombre de Johana Castel, "Centro de atención al adicto", recodándosela con mucha admiración.

Ximena, se retiró de la Brigada y puso una oficina de investigaciones privadas en Córdoba, ella y Cristina lograron aclarar sus sentimientos y juntas intentaron vivir una vida en común. Los padres de Johana bendijeron esa unión, a igual que la familia de Cristina, su madre vivió para ver felíz a su hija y descansó su último sueño en las Sierras Cordobesas de Carlos Paz.

Gómez se jubiló con todos los honores y también se fue a vivir a Córdoba con su mujer, visitando los fines de semana a Cristina y Ximena en su estancia "Mi Ángel" en honor a Johana y al amor de ambas.

Un atardecer serrano, encuentra a esta joven pareja caminado y conversando:

  • ¿Sabés, Cris?, ésto es lo más hermoso que pudiésemos ver, vos y yo aquí, juntas, lo creí imposible en un momento hace un año atrás- dijo Ximena.

  • Yo también lo creí por un momento, pero solo tus ojos y tu gran cariño me daba fuerzas para seguir. Y solo es lo único que deso ver cada mañana y cada atardecer, como éste. ¿Vos también lo deseas, querida?- le sonrió.

  • Es lo único que deseo en esta vida y en todas las vidas que vivamos juntas.

Y así coronando su amor con un beso y tomadas del brazo caminaron por el sendero que las llevaba hacia el atardecer, en el primer año del resto de sus vidas.

FIN