Quien iba a pensar 7
Esta historia trata de como una chica se enamora de la novia de su mejor amiga... y como se envuelve en diferentes circunstancias
Buenas noches:
Me disculpo por la tardanza con este capitulo, pero las ocupaciones no me han permitido escribir mucho.
Nuevamente doy gracias por leer esta historia y por motivarme a seguir escribiendo.
En el silencio de la noche te pienso, te extraño.
En el silencio de la noche te comparto con la luna que se esconde, que se oculta tras la niebla, mientras tu anhelas verla.
Te comparto con el viento que rosa tus mejillas, que trae tus aromas, tus palabras, tu eco.
Te comparto y no lo sabes.
No sabes que no eres parte de ti, no sabes que tengo algo de ti.
En este silencio, anhelo tu abrazo para que le des algo de calor a este cuerpo.
Tocas mi corazón de una manera especial y aun no lo sabes, aun no lo entiendes.
Cosas como estas escribía María cada noche, las escribía para Helena.
Antes de entregarse al sueño, pensaba en aquella mirada que la hacia temblar.
María pensaba que la mejor manera de expresar lo que sentía era escribiendo. Tenía la esperanza de que algún día ella leyera sus escritos.
Abrigaba la ilusión de que Helena estaría en sus brazos.
Cada escrito era importante, era guardado cuidadosamente en una bitácora; con hojas de color claro y pétalos de orquídeas.
María había decidido alejarse por completo.
Pensaba en que los sentimientos por Helena debían ser conservados como su bitácora; en un lugar muy especial de su corazón.
En silencio, donde nadie interfiriera en ellos.
Para María aquella chica era lo más especial que existía.
Aquella mañana cuando llegaron María y Carol al apartamento Helena no había llegado.
Tuvieron tiempo de ducharse y preparar el desayuno.
María le pidió a Carol que se marchara; que se viera con Helena en otro sitio diferente a su casa.
Para maría era difícil mirar a los ojos a Helena, lo ocurrido la noche anterior la había devastado.
El corazón de María estaba triste, impotente sentía una profunda herida en su pecho.
Cada vez se encontraba mas confundida, cada vez estaba mas indecisa de todo; incluso de ella misma.
No asimilaba que algo así le estuviera ocurriendo pues lo correcto era dejar que su amiga viviera esa relación y ella no entrometerse en nada.
No era correcto sentir todo lo que sentía por la novia de su amiga.
María la abraza tan fuerte, besa sus labios de una manera tan dulce, cierra los ojos mientras toca aquellos senos, le parecía increíble que estuviera a su lado.
María se deja llevar por ese aroma a flores y mientras la besa siente la emoción en su cuerpo.
Roza con sus dedos su rostro, mientras siente que el cuerpo le tiembla, besa cada milímetro de ese cuerpo.
María nunca ha hecho el amor de esa forma, cada caricia era cuidadosamente hecha.
Le tocaba su cuello, sus orejas, su rostro; su lengua no parecía tener límites. Lo hacia de una forma tan especial, sus dedos parecían esculpir una obra maestra.
Quitaba la ropa de ella cuidadosamente, sin que existiera un movimiento no calculado. Era como si tuviera en sus manos a la más fina porcelana. No quería que sufriera el más mínimo daño.
Ella solo gime, ella solo grita de placer mientras María la toca.
María le murmulle en sus oídos que era lo que había soñado.
María la llena de besos, quita la ropa interior de ella, siente su humedad y solo la degusta en sus labios.
María cierra sus ojos mientras disfruta de lo que hace.
Ella le dice que desea sentir sus dedos y pide a María que la penetre.
Ella le pide a María que lo haga una y otra vez.
María accede.
Ella tiene su orgasmo, María abre sus ojos va a darle un beso en los labios.
Mira su rostro y se da cuenta que no es Helena, despierta de su ilusión y unas lagrimas salen de sus ojos.
La chica la mira, la besa y le dice que fue increíble estar entre sus brazos.
Pregunta a María el Por que de esas lagrimas,
María las limpia se levanta de la cama, se va al baño, mira su imagen en el espejo y solo llora.
Había creído firmemente que tenia a Helena en sus brazos, el aroma de ese cuerpo era parecido al de su delirio.
No queda mas remedio que fingir, sale de ese baño inventa una excusa y sale de ese apartamento.
Que profunda tristeza siente María, siente que cada vez enloquece más.
Se pregunta una y otra vez como pudo pasar.
Llega a su apartamento, arranca su ropa, tira sus cosas entra al baño y solo llora como una pequeña inconsolablemente.
María se dedicaba a dar clases de ciencias aplicadas para alumnos de primer semestre, daba clases particulares.
Ella aun era estudiante universitaria por esa razón no era contratada oficialmente. Su trabajo le permitía conocer diferentes tipos de personas.
Una semana antes en la universidad, María se encontraba preparando unas clases, le habían comentado que tendría una nueva alumna, que tenia algunos problemas con matemáticas elementales y química general. A ella no se le permitiría continuar con sus estudios ya que todos los temas eran secuenciales.
La chica a la cual María había confundido era su nueva alumna.
Tal vez vio en ella, la posibilidad de olvidarse de Helena.
Esta chica siempre le coqueteo, desde la primera clase, era bien parecida y muy dulce. Como su Helena.
En un principio María fue muy recia a sus coqueteos pero a medida que iban transcurriendo las clases eso fue cambiando.
Al punto que en una semana ya estaba en su cama.
Pobre María, como sufría por ese amor callado.