Quien iba a pensar 2
Esta historia trata de la forma en que una chica se enamora de la novia de su mejor amiga
Ella rompió el silencio y me dice: vamos, te invito a un café, Carol esta conmigo, le dije que venia a llevarte con ella.
La escucho sonrío y le digo me encantaría pero no debo, estoy muy cansada y hay labores pendientes; me abraza, me hace pucheros y me dice: quiero tu compañía esta noche ; así que no dejare que te vayas.
En ese momento me encuentro sin saber que hacer, una parte de mi dice: ve no pierdes nada, solo es un café ; la otra parte discute y me dice sabes, que debes de irte para tu casa.
En ese momento escucho los gritos de mi amiga quien ya estaba enojada por tanta espera; me grita: debo esperarte toda la vida para tomar un café. No me queda más remedio que ir con ellas.
Esa noche ellas se abrazan y se hacen cariños en la cafetería, Carol me pregunta. ¿Te haz enterado que Helena es mi novia?
A lo cual respondo con una sonrisa… miro fijamente a Helena y digo: ya lo suponía, por su forma de mirarse y de tomarse de la mano.
No se porque me causa tanta tristeza esa noticia si era algo que se veía venir; aun así finjo que no pasa nada y sigo tomando mi café.
Carol me dice: María es tiempo de que tengas pareja llevas tres años sola, la ultima chica que te conocí fue Cata, mira que estas perdiendo tu juventud. Siempre que te veo estas en el trabajo o en la universidad y el tiempo pasa.
La miro con tristeza pues no encuentro que responder.
En ese instante Helena nota mi cambio de ánimo, interrumpe la conversación diciendo que es tarde que debe de irse.
No se por que razón me causa tanta tristeza saber que se tiene que ir; seguramente porque hacia muchos días que no la veía y sabia que no tendría excusa para volverlo hacer.
Aun así me levanto de la mesa y les digo: yo también debo de marcharme, doy gracias por el café y me dispongo a buscar la salida de aquel sitio; en ese instante Helena me toma de la mano y me dice: ¿te vas así? Sin despedirte, como mínimo espero un beso en la mejilla. En ese instante me mira a los ojos, su mirada me inquieta, hace que mi cuerpo estremezca y no se que decirle, mi cuerpo no reacciona, quedo muda.
Por Dios no entiendo porqué esta chica me hace sentir así. En el fondo no deseo irme, en el fondo quisiera encontrar una excusa para quedarme mirándola todo el tiempo, siento tanta paz cuando estoy a su lado.
De repente escucho los gritos de mi amiga. Dice: quien entiende a estas chicas se tienen que ir y están las dos como bobas de la mano. ¿A caso paso algo? ¿Por qué el silencio? en ese instante Helena me suelta y le responde a Carol, amor es que María se iba a marchar sin despedirse, me parece que es una maleducada.
Carol sonríe y dice mejor dame un beso amor, dejemos que María se vaya seguro la deben estar esperando sus osos de peluche en la cama. jajaja.
Helena sonríe y me pregunta que si duermo con peluches, yo me sonrojo y no contesto, me da vergüenza decir que a mis 28 años necesito de un peluche para dormir. Ella se ríe y dice ¿que? María yo creí que era la única chica de 22 años que dormía con su oso.
Yo no sabia que decir, no podía creer que consideramos en eso, solo guardo silencio.
Mi amiga se asombra, dice: par de niñas, ¿será que podemos irnos?
Helena solo responde: el próximo domingo jugare un partido de futbol, quiero que ustedes vayan a verme; meteré muchos goles para las dos. En ese momento yo les comento que es imposible asistir, que mi trabajo no me permite tener descanso el fin de semana.
Dios en el fondo me muero por ir a verla, me haría tanto bien pero se que debo de alejarme lo mas que pueda. Creí que lo que había sentido aquella vez, era algo pasajero, pero ahora veo que no es así.
No puedo hacerle esto a mi amiga, es su novia y ya llevan juntas dos meses. Como me hubiera gustado conocerla antes, no se pudo que lastima.
De repente Helena me toma del hombro y me pregunta ¿que pasa contigo? A veces creo que te aburro, no me prestas atención, te quedas en silencio por momentos; es como si te fueras de aquí y pensaras no se en que.
Yo solo sonrío y le dijo: pienso en todo lo que tengo pendiente.
Me despido rápidamente, casi que no las dejo hablar. Salgo de aquella cafetería despavorida, corriendo como si en verdad tuviera mucho que hacer.
El fondo lo que deseaba era huir, me encontraba asustada por todo lo que sentía a su lado. No podía continuar escuchando sus invitaciones.
El estar cerca de ella generaba para mí y para Carol un peligro.
Llegue a mi casa con sentimientos encontrados pues por un lado estaba feliz la había vuelto a ver, había compartido un café con ella; por otro lado me sentía mal amiga, por todo lo que estaba sintiendo.
Esa noche le conté a mi oso todo lo que había acontecido, la verdad no me sacaba de mi cabeza esa mirada, esos ojos, esa sonrisa, eso que sentí cuando me tomo de la mano.
Era tan contradictorio, estaba asustada
Esa noche me quede dormida muy tarde, abrazando a mi querido oso.
De madrugada sentí una sensación nueva, recorrió mi cuerpo un escalofrío que me estremecía, sentí una dulzura que cubría mi cuerpo con caricias, sentía que me tomaban por la espalda y me daban cálidos besos; solo me dejaba llevar.
Era tan increíble esa sensación, sentir ese calorcito, esos besos y ese aroma a flores. Quería saber quien me producía dichas sensaciones; volteo mi rostro para darle un beso en los labios, observo sus ojos…. No puedo creerlo es ella, es Helena.
Al descubrir esto, el susto hace que me despierte, no puedo creerlo mi ropa interior esta humedad.
Dios que pasa hasta donde ha llegado esto que siento por ella…. Pocas veces he tenido sueños así.