¿Quien Fue? II 1 Temporada II Capitulo 1

Capitulo 1: Conociendonos Nuestros protagonistas se conocen y empiezan el misterio de "V"

Era 1 de Marzo del 2018, el sol salía y se reflejaba en la cara de Ángel, por la ventana de su cuarto, él vivía junto con su hermano menor y su madre en una pequeña vecindad, aunque ella casi no pasaba con ellos, rascándose los ojos, se dirigió al baño a asearse, después de acicalarse, se dirigió al cuarto de su hermano.

- Miguel apúrate! Se me hace tarde y quiero llevarte al colegio hoy –dijo Ángel terminando de peinarse.

- Ya estoy listo –respondió saliendo de su cuarto acomodándose la mochila- y ya está para que pagues este mes en el colegio, si no no me van a dejar entrar.

- Si ya lo sé, hoy me pagan, en la noche te doy para que pagues mañana.

- Gracias hermano –contestó Miguel dándole un abrazo fuerte a Ángel- por cierto ¿Dónde está mamá?, nunca está en casa.

- No lo sé Miguel, ha de estar emborrachándose con su marido, -dijo Ángel un poco molesto- ¿Por qué preguntas por ella?

- Es nuestra madre Ángel, sea lo que sea, no lo olvides.

- Eso no significa que le tengamos que soportar todo lo que hace, además de seguro ha de estar con su marido, siempre es lo mismo.

- Verdad, como puede seguir con ese hombre después de lo que te hizo.

- No importa, lo importante es que él no te hizo nada a ti, y ahora ya estamos muy lejos de él.

- Si hubiera estado más grande, seguro le hubiera dado su merecido –la cara de Miguel se tensó.

- No lo dudo hermanito, pero eso no importa ya, vámonos que vamos a llegar tarde.

Los dos salieron de su casa y se dirigieron a la salida, pero se encontraron con Martina la vecina de al lado.

- Angelito ya te vas, regresen pronto, que les voy a tener preparado una comida para chuparse los dedos. –dijo sonriente a los hermanos.

- Muchas gracias Martina, no sé qué haría si tu no estuvieras con nosotros.

- No te preocupes Ángel, para mí es un placer, y tu Miguelito pórtate bien.

- Si Martina, pero no me digas miguelito, no ves que ya tengo 16 años.

- Está bien migueli..., perdón don Miguel –dijo sonriendo al igual que Ángel.

- Vámonos ya! –dijo con un puchero Miguel.

Así se dirigieron al colegio de Miguel, al llegar Ángel se estaba despidiendo de Miguel, cuando paso una chica muy linda, ella quedo mirando a Miguel y le sonrió, él le correspondió la sonrisa, tenía cara de enamorado.

- Vaya vaya Miguel. –dijo Ángel entrecerrando los ojos, y con una sonrisa en su cara.

- De que hablas, no pongas esa cara, mejor me voy. –contestó Miguel, y se dirigió al colegio tratando de alcanzar a la joven.

- Bueno a mi trabajo, espero que Miguel nunca se entere en lo que trabajo. –dijo con cara de preocupación y se fue a su trabajo.

En una parte de los suburbios estaba Manuel desayunando con su familia, esperando que su hijo termine de desayunar.

- Apresúrate Víctor que vamos a llegar tarde –dijo Manuel dando un sorbo a su café.

- No lo presiones, no ves que está desayunando –contestó Mónica la mamá de Víctor.

- Pues siento que no pueda tomar su lechita tranquilo.

- No te burles de mi papa. –dijo Víctor enojado- ¿Por qué tengo que ir a ese colegio?

- Por castigo, tu sabes lo que hiciste, así que apresúrate para irnos.

- Está bien –dijo suspirando Víctor- hoy viene a dormir Orlando, ¿puede?

- Si lo que sea, pero que el venga a dormir, no tu a su casa.

- Ya lo sé, no soy tan tonto como piensas que soy papá.

- No creo que seas tonto hijo, sino..

- Te espero en el auto, no demores

- Eres un mal padre –habló la mujer- como tienes cara.

- Mejor cállate Mónica, -dijo levantándose- amo a mi hijo, pero tú sabes muy bien, que yo no quería ni ser padre, ni ser tu esposo.

- Eres un idiota, entonces ¿porque te casaste conmigo?.

- Sabes que fue por culpa de mi abuelo, que me obligó, es mejor que me vaya no quiero empezar el día con una pelea, adiós.

Manuel salió subió a su coche y se dirigió al colegio, mientras que Mónica miraba por la ventana con odio en su mirada. Ni bien el auto de Manuel se estaciono Víctor salió y dio un fuerte grito llamando a su amigo, Manuel intentó despedirse pero Víctor no lo vio.

- ¡Orlando! Por aquí –dijo Víctor haciendo con la mano gesto de que se acercara.

- Creo que te oyeron en Italia con ese grito –dijo el muchacho con una sonrisa- ¿te vino a dejar tu papa?

- Si, ay días que se levanta y quiere ser buen padre.

- Él te quiere, tal vez esa sea su forma de expresarlo, -dijo mientras contestaba un mensaje- a los hombres se nos hace difícil expresar nuestros sentimientos.

- Bueno vamos al curso, quiero ver a Alicia.

Los chicos se dirigieron a su salón, mientras que el su auto Manuel, veía un mensaje.

- “Ola bebe, que tal nos vemos esta noche, quiero que me sientas dentro tuyo”

- “No sé cómo vamos a hacer eso, mi hijo podría descubrirnos”

- “No lo creo, Víctor es un muchacho muy ingenuo, bueno luego chat que entro a clases”

- Adiós orly, ya quiero sentirte dentro de mí, besos”

Manuel dejo su teléfono en el asiento de junto y se dirigió a su trabajo; eran las 7 y cuarto de la noche y Sebastián con su mejor amigo Marcos se dirigían a una discoteca.

- Que aburrido que está todo esto –decía Sebastián mientras estaban en el auto.

- Es que no hemos ido al mejor lugar aún –contestó Marcos para animarlo- ya verás cuando lleguemos.

- No lo creo, pero igual

- Ya vas a ver que con esto, te vas a olvidar a esa mala chica, que te ha hecho sufrir.

Mientras que el carro conducía hacia la discoteca, Sebastián vio a un muchacho parado en la acera de enfrente, se sorprendió y lo vio hasta que el carro viró, llegaron al local y se dispusieron a entrar; la música estaba a todo volumen, se escuchaba “1,2,3” de Sofía Reyes, comenzaron a bailar, pero después de media hora Sebastián no pudo más y salió de ese lugar, solo quería desaparecer, corrió sin darse cuenta, hasta que llego a un lugar sin gente, mientras cogía aire, vio que un carro se estacionaba y vio a un chico bajarse del mismo, era el mismo chico que había visto antes, se sentó en la orilla de la vereda; mientras que Ángel se baja del carro hablaba con el dueño del auto.

- Gracias por traerme hasta aquí –dijo sonriendo.

- No hay de que, antes tu discúlpame, por hacerte perder el tiempo. –contestó el señor avergonzado- es que tengo una emergencia.

- No se preocupe, y vaya no más.

- No señor como cree, no se moleste.

- Toma por hacerte perder el tiempo. –dijo el señor cogiendo la mano de Ángel y dejándole unos billetes.

- está bien, gracias por todo.

El señor se despidió con una sonrisa, y se fue, Ángel fue a pararse a su lugar a ver si había un nuevo cliente, cuando vio a un chico sentando en la vereda, parecía estar mal así que decidió acercarse a él.

- ¿estás bien? –pregunto Ángel- ¿quieres ayuda?

- Si no te preocupes, estoy bien gracias.

- De veras no necesitas ayuda.

- No gracias. –dijo con la cabeza abajo.

- Entonces levántate por favor y vamos por acá.

- Mejor no, no tengo mucho dinero y no sé cuánto es tu cuota.

- ¿Por qué piensas que soy un prostituto? –pregunto un poco ofendido- tengo cara de eso.

- ¿No lo eres? es que enante que pase te vi parado y en esta zona solo se para los –quedo en silencio por unos segundos- tu sabes, pero si no eres mil disculpas.

- Si lo soy y aunque no me gusta mucho decirlo lo soy, soy un prostituto.

- Entonces no estaba equivocado. –dijo levantando la cabeza y mirándolo.

- Un poco si, que un prostituto no puede tener corazón, solo quería ayudarte no quería que me lo hagas además no creo que en ese estado puedas.

- No me tientes con eso –dijo con una sonrisa en su rostro- mira que te puede salir el tiro por la culata.

- Está bien ven te voy a ayudar a coger un taxi, para que te vayas a tu casa –contesto Ángel parándose de la vereda y extendiendo su mano a Sebastián.

- Pues sí, pero recuerda que te lo puedo hacer mil veces si quieres, y hacerte gritar.

- Si sí, pero ya vamos.

- Podrías acompañarme hasta mi casa, es que creo que no llegó solo sí.

- Bueno, dime la dirección y se la doy al taxi.

Llamaron a un taxi y se fueron hacia la casa de Sebastián, llegando ahí entraron, Ángel acostó a Sebastián en su cama, pero él se le trepo encima.

- Ahora vamos a ver si yo no puedo. –dijo Sebastián mirándolo con sus ojos color avellana.

- Suéltame, yo no quiero. –contestó entre molesto y asustado- solo quería que llegaras bien a tu casa, nada más.

- Aquí si tengo plata.

- Eres un idiota, -dijo mientras se quitaba a Sebastián de encima de el- pensé que porque eras guapo, pensé que eras sensible pero veo que eres igual a todos.

- Lo lamento, otra vez te pido disculpa si te ofendí, solo quiero alguien que esté conmigo.

- Pero ese no es el modo. –los dos se sentaron en el filo de la cama.

- Es verdad y lo siento mucho, pero es que este día ha sido una mierda para mí.

- No te preocupes a veces los seres humanos nos comportamos raros.

- Pareces inteligente, ¿por qué trabajas en esto?.

- Por lo que todos buscamos, el dinero para sobrevivir. –dijo con una expresión triste en su rostro- y ¿Qué es lo que te paso hoy, para que esté así de mal?.

- Pues, mi novia de años me dejó –contesto triste también- hasta le iba a proponer matrimonio, pero bueno quieres comer algo.

- Lo lamento mucho, con un chico tan guapo, yo me caso de una.

- Gracias, tu tampoco estas mal, pero dime que deseas agua, o algo más fuerte.

- No sé, dime no quieres mi servicios es que hoy no he hecho nada y necesito para el alquiler.

- Toma creo que es suficiente para que pagues la renta, además te ha de alcanzar para que compres algo de comida.

- Ok, y ¿dónde quieres hacerlo?, ¿en qué posición?

- No quiero hacerlo contigo. –dijo el parándose de la cama.

- Oh es verdad eres hetero, entonces una mamada será –contesto Ángel y se arrodillo delante de él y quiso bajarle el pantalón.

- ¿Qué haces? –pregunto confundido, cogiendo y levantando a Ángel- solo quiero ayudarte, además tú me ayudaste a mi te lo debo.

- Siento haber pensado que quería algo conmigo –dijo rojo como un tomate- si a ti te gustan las mujeres.

- Está bien –sonriendo alegremente- pero podemos ser amigos, te pareces si vemos una peli.

- Claro, pero que sea de terror.

Los dos rieron y fueron a la sala a ver la película, era Viernes 13 a Ángel le encantaba esa película, después de ver la película los dos se quedaron dormidos, de repente Sebastián se fue acercando a Ángel, lo abrazo por detrás y siguió durmiendo así se quedaron toda la noche.

Víctor y Orlando estaban en casa de Víctor, en su recamara.

- ¿Te gusta mi casa?.

- Esta linda, y dime ¿estás solo? –pregunto curioso- como cuando llegamos no había nadie.

- No creo, mi mamá ha de estar en su habitación y mi papa en el trabajo.

- Y no se molestaran porque estoy aquí.

- Ya te dije que no, no te preocupes quieres ver la tele o ver una peli porno.

- La porno –dijo Orlando riendo.

Víctor prendió su laptop y busco la peli que había visto ayer, cuando la puerta de su cuarto sonó era su mama, ella entró.

- Hola muchachos ¿Cómo están?

- Buenas noches señora –dijo Orlando educadamente.

- Hola mamá vamos a estar viendo películas aquí.

- Bueno, pero ya mismo está la cena, bajan a merendar.

- Está bien mamá –dijo Víctor sonriéndole- a por cierto ¿Dónde está el colchón inflable?

- Si mal no recuerdo está en el sótano amor.

- Gracias mama.

Ella salió del cuarto y se fue a cambiar, después de unos minutos llego Manuel.

- Hola amor. –dijo Mónica, y trato de besarlo.

- Hola. –Manuel esquivó el beso.

- Que cariñoso, -dijo molesta, cogiendo su bolso- bueno ya regreso voy con una amiga a tomarme algo, le sirves a los chicos la comida, está en la cocina.

- ¿Víctor ya llegó?

- Si ya llego, esta con su amigo arriba.

Ella salió y él fue a la recamara de su hijo, al llegar y toco y paso.

- Hijo ¿cómo estás?.

- Hola papá.

- Buenas noches señor. –dijo Orlando con una sonrisa pícara.

- Abajo está la comida, cuando quieran comer bajan no más, dormir no se desvelen.

El salió de ahí fue a su cuarto se ducho y prendió su laptop para ver si estaba conectado Orlando y si estaba ahí conectado.

- Hola amor.

- Hola bebe, ya te duchaste, mira que te quiero limpio para mí.

- Claro, ya me bañe, no aguanto más quiero que estés aquí, espero que mi hijo se duerma rápido.

- Si yo también, voy a hacer que tengo sueño para que nos vayamos a dormir ya.

- Que bien, ya sabes cuál es la puerta de mi habitación, quiero que me hagas gemir.

- Obvio quiero hacerte sentir mujer y quiero penetrarte todito.

- Ay que rico amor.

De repente Orlando se desconectó y Manuel quedó sorprendido.

- ¿Con quién hablas Orlando? –preguntó Víctor- acaso con tu noviecita.

- Nada que ver, si sabes que no tengo novia, estoy hablando con mi mama, es que ya ,e dio sueño y me estaba despidiendo.

- Bueno voy a ver el colchón inflable tú si quieres puedes ducharte, ya regreso.

Orlando hizo como que fue al baño y Víctor se fue al sótano a ver el colchón; En el restaurant estaban Mónica y mariana su mejor amiga conversando.

- Amiga ya no sé qué hacer, creo que Manuel ya no me ama.

- Por qué dices eso amiga, que ha pasado.

- Infinidad de cosas, te digo que hasta no hemos tenido sexo desde hace un año.

- Eso está mal tanto tiempo y no tendrá otra.

- No lo creo, él es normal en todo lo único que ha cambiado es conmigo siento que ya no me ama.

- Por eso te digo tal vez tenga una amante.

- No lo sé, ay no yo me muero si pasa eso.

En ese mismo lugar estaban Miguel y su amiga la que le había sonreído en la entrada del colegio.

- ¿Cómo te sientes Alicia?, te gusto el lugar.

- Si está muy lindo.

- Sabes te cuento algo, -dijo poniéndose rojo al recordar- mi hermano mayor piensa que tú eres mi novia.

- Ah y ¿cómo así?, -preguntó curiosa- tu hermano mayor es súper simpático.

- No lo sé –contestó nervioso- que locura pensar que tú y yo somos novios.

- Porque locura que no te gusto, no te parezco linda.

- No, nada que ver –hablo casi tartamudeando y más nervioso que antes- eres preciosa, pero es que es qué...

- ok, olvídalo, solo estoy bromeando

- dime ¿te gustaría ser mi novia?. –dijo sin pensar lo que decía.

- ¿Es una declaración?.

- Mira tú me gusta pero pensé que yo no te gustaba a ti.

- Ya afloraste tu sentimientos eso es bueno. –dijo también sonriendo y un poco nerviosa- no sé qué responderte.

- Si es que soy muy vergonzoso, pero no tienes que responderme ahora, tomate tu tiempo.

Los dos comenzaron a reírse, pasaron un buen momento después de comer y reírse salieron al mismo tiempo que mariana y Mónica cada uno cogió su camino hacia su destino.

Mientras que en un lugar pequeño y oscuro, estaba sentando un persona vestida todo de negro, sobre una mesas tenía varias fotos, entre ellas estaban las fotos de Ángel y Manuel, no se le podía ver la cara ya que tenía una máscara como de querubín, cogió un teléfono prepago y comenzó a escribir un mensaje.

“llegó la hora de que la verdad salga a la luz, ustedes ASESINOS van a pagar todo lo que hicieron” atte. V