Quien disfruta de mí.

No sé quién disfruta más, si el, o yo.

Quien disfruta de mi, dice que abro rápidamente puertas y ventanas, que mis gestos, mis actos y mis ojos chispeantes con tres cervezas, invitan a cruzar muy rápido la línea. Si a un hombre, le muestras el camino, lo sigue sin dudarlo.

Llamarme lo que queráis, pero nunca le he dado importancia a eso, a ser como soy, ya sabéis que no llevo ropa interior si no procede, mis pezones van por libre, y si doy un abrazo a alguien, no le niego que sienta la turgencia de mis pecho en el suyo, no me escandaliza que una mano cruce la frontera de mis caderas con mi culo si me dan un beso.

Quién disfruta de mí, no le hace ascos a eso, cero reproches, cero censuras, al contrario, lo disfruta, lo explota, potencia y manipula a su capricho.

Llamarme lo que queráis, quien disfruta de mi me conoció con 21 años y en mi siguiente cumpleaños, me puso ese collar, me enganchó esa cadena, me hizo ver frente a un espejo, que no había nada más hermoso que mi cuerpo desnudo a 4 patas, nada más bello que mi culo alzado, y nada más exquisito para un hombre, que mi boca en esa posición, con mi melena rizada tocando el suelo, recibiendo los embites de su miembro. Me hizo saber que esperar de rodillas con las manos en mi espalda, resalta la belleza de mis pechos, de mis pezones pequeños, que mi rostro cuando se que voy a ser un juguete, es la mayor delicia del mundo. Y mis ojos cerrados, con mi lengua fuera, el mejor de los regalos.

A quien disfruta de mi, le vuelve loco ver las miradas de los hombres sobre mi, ver como chispean sus ojos ante la proximidad de mi rma natural de librarme de quien no lo merece, mi inteligencia sexual, comenta.

Llamarme lo que queráis, pero he paseado en bikini y tacones por delante de obras repletas de hombres, he visitado locales donde me han exhibido con los ojos vendados, he rechazado dinero por las redes sociales de algún italiano que fletaba su vuelo privado con tal de tenerme.

Quién disfruta de mí, sigue haciéndolo a pesar del paso del tiempo, ha incrementado castigos, dice que por más que lo azote, mi culo recupera su estado natural en pocos minutos, adora mi vuelta y vuelta, chasquea sus dedos y sabe que tiene mi boca, chasquea de nuevo, y abriendo mis piernas susurra, "las mejores 4 patas del mundo".

Llamarme lo que queráis, sois vosotros quienes me hicieron así, vuestras miradas, vuestras verdades o mentiras con tal de llevaros una mujer a la cama, vuestros dos azotes furtivos en un polvo de una noche, que os hicieron tocar el cielo, que os hicieron pensar Dominantes, vuestros egos, vuestras frases atrevidas que pocas veces obtienen respuesta. Vuestras caras incrédulas, cuando quien disfruta de mí os enseña unas fotos o vídeos de mis hazañas en una noche cualquiera.

Llamarme lo que queráis, hoy en día tengo 46 años, y quien disfruta de mi no tiene que pedir que me ponga un tanga y unos tacones cuando llega, sabe que cuando salimos, me visto para el y para que los hombres vean.

Quién disfruta de mi, sabe que las niñas de mi gimnasio envidian mi cuerpo, sabe que me llaman "mamá polvo", que cero celulitis, sabe que los niños de 25 me tiran los trastos, y sin darle importancia me dice, "algún día de estos, te pondré tu cadena delante de ellos", yo me rio sabiendo que ese día, seguro que llega.

Desconozco si soy sumisa, soy un juguete y me encanta, suficiente.

Gracias por leerme, por vuestras respuestas, vuestras fantasías. No soy de escribir relatos largos, salen así, según tengo un ratillo.