Quien dice que las bodas no son divertidas?

Os cuento mi primera experiencia bisexual fuera de mi matrimonio...espero que os guste

Hola, estoy encantada de empezar a contaros anecdotas de mi vida sexual, mi bisexualidad y la de mi marido.

Me conoceis como Anna, aunque no es mi nombre real, y soy la mujer de Karlo, o Bikarlo como se hace llamar él en esta página de relatos.

Tengo treintaycinco años, soy alta, tengo un cuerpo bastante cuidado (no sin esfuerzo). Soy rubia (si, rubia, rubia de verdad), con ojos verdes, y como os decía un cuerpo bastante definido. Buenos pechos, naturales (al menos de momento).

Me dedico a las redes sociales y a la formacion de personas y empresas para la explotación de las mismas. Soy muy aficionada a la fotografia, al padel, y desde que conocí a Karlo, al sexo.

Especifíco esto, porque hasta que lo conocí me tenia por una chica abierta y moderna, y al conocerlo me di cuenta que nada de eso. Era más bien clásica y cerrada.

Él es un hombre maduro, que escucha su cuerpo y su mente. Si algo le produce placer (orgasmos por ejemplo) considera que es beneficioso para él y lo practica sin cesar.

Reconozco que al principio cuando me lo contaba, sin muchos detalles, pero con una sincerdidad pasmosa, me costaba de asimilar e incluso de creer.

Tenía la fantasía (como muchas mujeres) de ver a dos hombres teniendo sexo, pero nunca habria podido imaginar que uno de esos hombres sería mi pareja. Al principio tuve celos, luego incomprensión, pero cuando lo fui asimilando (hay que admitir que Karlo no me dejo más opción que asimilarlo o aceptarlo) me di cuenta de que era bueno para nosotros.

El siempre dice, y yo pienso igual, que cuantas más personas distintas introduzcamos en nuestra vida sexual, más nos enriquece como personas.

También cree que eso le alarga la vida. Asi que con una pareja como Karlo, o dejas los celos de lado, o la relación no dura una semana.

No tenemos secretos, bueno, al menos eso creo jejejejeje. No siempre me cuenta cuando se enrolla con otra persona, porque lo lleva de forma natural, pero creo, que en la mayoria de veces si me lo cuenta.

Y yo igual, porqué al final me he vuelto practicamente como él. No soy una seductora como Karlo, pero también tengo mis lios por ahí....y logicamente se lo acabo contando.

En resumen, si hay una palabra que define a mi pareja es “seducción”. Lo lleva dentro, y lo sabe. Y lo usa a diario, para sus relaciones, ya sean personales o profesionales. Los que lo leéis habitualemente, creo que coincidireis conmigo.

En una ocasión, antes de mudarnos a New York, fuí a una boda de unos antiguos compañeros de la univsersidad en Lleida. Me acompañó Judith, ya que Karlo estaba de viaje, y me daba coraje acudir sola.

La cena tuvo lugar en un restaurante con una sala de fiestas adjunta.

Ya en el pica pica Judith y yo nos sentiamos muy muy observadas por el resto de parejas, al ser dos chicas, e ir vestidas muy guapas (bueno, alguna mujer pudo pensar que íbamos un pelín provocadoras, pero oiga: si se puede lucir, se luce. ¿Verdad¿)

Recuerdo que fueron varios los amigos que se me acercaron para comentarme lo guapa que estaba, y lo bien que me sentaba cumplir años.

En un momento de la cena, coincidí en el lavabo con Mario: un antiguo rollo que tuve en la Uni. Nada serio.

-estas impresionante Anna-me dijo mientras me acercaba una toallita para secarme las manos.

-grácias Mario. Que tal con tu mujer?

-bueno, que te voy a contar...tenemos dos hijos, y una vida aburrida, pero supongo que somos felices.

-me alegro-le contesté yo.

Como llevábamos ya unas copitas de más, y aprochando las clases magistrales que me da Karlo en nuestro dia a dia, me lancé:

-oye, te acuerdas lo que nos gustaba hacerlo en sitios públicos Mario?

Se puso rojo como un tomate, pero a los diez segundos reaccionó:

-como lo voy a olvidar? piensa que ahora solo tengo sexo en la cama, y en voz baja para que no me oigan los peques.

-que divertido suena chico-le dije lamentando su tono aburrido.

A Mario le encantaba que le chupara el pene en el párquing de la uni. Siempre me lo pedía.

Mientras estaba en el baño, le había escuchado un sonido muy característico, asi que atrevida, me lancé.

-me invitas a una ralla Mario? por los viejos tiempos?

-caramba Anna, y yo que pensaba que acabarías siendo una polícia antidrogas....

-bueno todos cambiamos Mario....

Abrió la puerta del baño de chicos, para asegurarse que no había nadie, y me invitó a entrar. Los dos estabamos muy apretados, ya que había el espacio justo para cerrar la puerta. Mario sacó su papelina, y un billete. La hizo encima de su de la taza del water. Me dio el billete, y al querer agacharme me di cuenta que me era imposible, pues arrastraba el vestido por el suelo.

-Ostras-le dije mirándolo fijamente a la cara, me tendrás que ayudar.

Mi vestido era largo hasta los tobillos, con una apertura central que casi llegaba a mi entrepierna, asi que ni corta ni perezosa, me levanté el vestido hasta la cintura, le di la espalda, y le pedí que me lo sujetara.

Evidentemente, no “pudo evitar” rozarme con su paquete ya que las medidas del baño no lo permitian. Mientras daba cuenta de la ralla, quizás me entretuve más de lo necesario.

Noté un bulto en sus pantalones.

-que bonitos recuerdos me trae tu cuerpo Anna-me dijo mientras yo me incorporaba.

-me alegro Mario, al final los recuerdos son lo que queda dentro nuestro.

Mario esnfió su ralla, y decidí lanzarme.

-te voy a hacer un favor Mario, para que alimentes bien esos recuerdos.

Me levanté completamente el vestido otra vez, para sentarme en la tapa del water. Le pasé una mano por encima del paquete, para notar que estaba dura todavía.

-que me vas a hacer Anna?

Sin contestarle, le bajé la cremallera, y esquivando sus calzoncillos le saqué su dura polla. Mirándolo a los ojos me la metí en la boca, y empezé a pasarle mi lengua. En unos cuantos lametones, me la metí en la boca, y empezé a chupársela.

-estas loca Anna-me decía entre algún gemido.

Al poco rato, noté que se iba a correr (no os penseis que el me aviso, para nada...), y apuntando hacía la pared, se corrió intentando disimular sus gemidos.

-por los viejos tiempos Mario-le dije al tiempo que me levantaba le daba un piquito y salía del baño de hombres dejándolo a el dentro, con la bragueta bajada aún.

-has tardado mucho Anna-me reclamó Judith al llegar a la mesa.

-he encontrado un amigo en el baño.

Judith soltó una sonrisa, pues me conoce perfectamente.

Durant el café se nos acercó Mario con su mujer, y nos la presentó. Claudia era una chica preciosa, a mi parecer un poco sosa, pero muy guapa.

Cuando acabámos los cafes, bajamos todos a la discoteca, para empezar la fiesta. Me acerqué al grupito de Mario, que nos miraban entre risas. Supongo que les estaría contando nuestro reencuentro en el baño. Personalmente estaba excitada, con la fantasía de estar con todos a la vez. Eran seis chicos del antiguo equipo de bàsket de la facultad.

-me invitas a otra ralla?-le pregunté acercándome a el lo justo, ante la atenta mirada de nuestros amigos.

Mario le hizo una señal a Carlos, y nos fuimos hacia fuera. Judith se quedo hablando con Pedro, uno de mis mejores amigos. No estaba pasando por un buen momento, y le estaba contando su vida a la pobre Judith.

Como los baños de la discoteca son separados, vimos que cantaría mucho si salíamos los tres del de hombres, asi que nos fuimos al jardin.

Carlos sabía donde iba, porqué para meternos una ralla nos escondimos mucho.

-teneis más chicos?-les pregunté mientras Mario sacaba la cartera- a mi amiga también le gusta.

-si, toma-me dijo Carlos acercándome una bolsita.

-como quieres que te lo pagué-dije en un evidente tono seductor.

Mario sin decir nada, le me paso la cartera y el billete.

Cuando di cuenta de la señora ralla que me puso, los dos se me acercaron mucho, mucho. Mario me cogió por la cintura, y Carlos se pego literalmente a mi. Podía notar su pene pegado a mi cadera.

-al gramo te invitamos preciosa-me dijo Carlos al oido.

-grácias -les dije yo, apartándomelos de encima.

Entrando hacía la sala, me gire un momento y les dije:

-mi habitación es la 204. Pero sólo hay una condicion: teneis que venir todos.

-no lo estas diciendo en serio-me dijo Carlos.

Me di la vuelta, y dirigiéndome hacia ellos, me senté en un banco. Se me volvieron a acercar, y les toque sus paquetes. Sus pollas seguían duras.

Se bajaron la bragueta ellos mismos, y me las acercaron. Masturbando a Mario y chupándo la de Carlos, en medio minuto se habían corrido los dos.

Tengo un “don” con los labios, Karlo siempre me lo dice.

-Ahora me creéis?-les dije mientras me levantaba. La cara de los dos era un poema....

Cuando entré en la discoteca, Judith había desaparecido con Pedro, así que estuve un rato charlando con antiguas amigas. Me miraban todas con bastante cara de asco, al ver que fisicamente estaba igual o incluso mejor que cuando íbamos a la Uni. Incluso Marta, una de mis mejores amigas a la que hacía dos años que no veía, me miraba con cierta pelusilla.

Al rato, para mi suerte, aparecieron Judith y Pedro, con un par de copas.

Pedro, como os comentaba antes, era un buen amigo. Se había engordado como veinte quilos, calvo, con la barba canosa a pesar de no llegar a los cuarenta. Hacía seis meses que estaba divorciado, y su vida era un drama.

De jovencito era muy mono, aunque nunca tuvímos nada. He de decir que en ese momento no me atraía lo más mínimo.

Quereis una rallita? les dije a los dos.

Judith asintió, y Pedro dijo que no le iba el tema, pero que nos acompañaba.

Subímos a la habitación (es una ventaja celebrar una boda en un hotel, esta todo a mano).

Pedro se cortó un poco al entrar, siempre había sido muy tímido.

-venga entra Pedro, no te quedes en la puerta cariño-le dijo Judith.

-a quien se lo cuente no se lo va a creer-nos dijo medio susurrando.

Judith preparo el tema encima de la mesa de la habitación, a Pedro se le iban los ojos mirándole el culo.

-Pedro, cuanto tiempo hace que no te lo montas con una mujer?

El pobre se partia de risa....

-hace tanto tiempo que ni me acuerdo.....no tengo ánimos para relaciones y citas.

-no vas ni de putas?-le pregunto la profesional del tema

-ojalá, no tengo presupuesto-decía el tio con voz apenada e intentándo disimular su calentón por la sinceridad de la conversación.

Pedro se quitó la americana, y se aflojó la corbata, con el calentón le estaban entrando sudores.

Judith entró al baño, y cuando acabé mi tema, me senté en la cama. Me entró otra vez la venada pícara, y me esforce para que el vestido me quedara literalmente abierto. Pedro me podía ver perfectamente el tanga, ya que no me molesté en cruzar las piernas. Podía ver su erección debajo de sus pantalones. El miraba mi entrepierna, y yo la suya. Y se adivinaba un buen miembro bajo ese traje.

Para ir un poco más allá, me puse de manera que mi escote saliera más a relucir.

Estábamos los dos en silencio, durante un par de minutos.

Se acercó un poco mas a mi, y mirándome a los ojos, me cogió un pecho y empezó a magrearlo.

-Anna, porque me haces esto? somos amigos...y me estás torturando -me dijo de golpe.

-tienes toda la razón Pedro, pero eres tú que tiene una mano en mi teta....

Me levanté, y empezé a dar vueltas alrededor suyo, tocándolo con un dedo, y mirándolo fijamente a los ojos.

-quiero que hagas una cosa por mi, por nuestra vieja amistad-le dije al oido.

-que quieres que haga?

Me volví a sentar en la cama, pero esta vez, abrí las piernas completamente, me aparté el tanga a un lado, y dirigiéndo un dedo a mi coñito le pedí que me lo lamiera.

Pedro se quedó estupefacto unos segundos, pero reaccionó. Se arrodilló en el suelo y hundió su cabeza en mi entrepierna. Se notaba muuucho que llevaba tiempo sin arrimar la boca a un sexo, ya que parecía que lo quisiera engullir.

En ese momento salió Judith del lavabo. Pedro ni se enteró.

Le hice una señal con la boca a Judith que asintió.

-Tumbate en la cama Pedro-le susurré al tiempo que le apartaba la cabeza.

Su mirada estaba completamente ida. Se miró a Judith, completamente incrédulo. Se tumbo en la cama, y me puse encima de su cara, para que continuara, de esta manera, era yo la que mandaba y llevaba el ritmo.

Judith le abrió los pantalones y le bajo un pelin los calzoncillos. Como os decía antes, Pedro tiene una señora polla. Judith se la llevó a la boca. Pedro intercambiaba lametones y gemidos. Para nuestra mala suerte, no tardó nada en correrse. A Judith no le importó que lo hiciese entre sus labios.

Mientras nos arreglábamos el vestido y el maquillaje, Pedro se fue al baño.

Cuando salió estaba completamente empalmado.

-mirad chicas como estoy otra vez-nos dijo medio ruborizado, con los pantalones abiertos y su pene empalmadísimo fuera.

Judith y yo nos miramos y sonreimos. Me puse de rodillas en la cama, mientras mi amiga me subía el vestido y me apartaba el hilo del tanga. Pedro me fue introduciendo su dura polla en mi entrepierna, y agarrándome por las caderas, empezó a follarme duro. La verdad es que el hombre se sabía mover muy bien.

Paraba unos segundos, giré la cabeza, Judith permanecía de pie a su lado, parecía que le estaba tocando el ano a Pedro que se dejaba llevar.

A los pocos minutos, Judith se puso en idéntica postura a la mia, y el cabrito de Pedro cambió de coñito.

Me puse boca arriba, masturbando mi clitoris viendo como Pedro se follaba a mi amiga.

En un momento, me puse a su lado, y diciéndole marranadas al oido, empezé a jugar con su ano.

Pedro me miraba con los ojos idos, sin dejar de empujar a Judith.

Durante un instante, agarrándose fuerte a las caderas de mi amiga, se quedó quieto unos segundos, corriéndose en el interior de su coñito.

Nos volvímos a arreglar, y después de dar cuenta de la bolsita que me había ganado hacía un buen rato, bajámos a la discoteca a bailar.

Estaban todos los del equipo de basket, que se giraron de golpe al vernos aparecer. La cara de alívio era notable, y las de asco de sus mujeres también. No se si os lo he dicho, pero me encanta que me odien las mujeres....levantar celos...me siento poderosa, no me preguntéis porqué....

-mirad mirad zorras....que nos los follaremos a todos-me susurró Judith.

Se me acercó Mario, su mujer lo mataba con la mirada.

-sigue en pie lo de después, o ya estais servidas?

-claro que sigue en pié, pero recuerda, o venis todos o ninguno.

Al poco de estar bailando, se me acercó Pedro y me susurró al oído.

-Anna, muchas grácias, lo necesitaba.

-para eso estan las amigas Pedro, ha sido placer mutuo.

-quiero repetir.

-caramba....les he dicho al equipo que suban a nuestra habitación, vente tu también.

-a todos?

-si. Y tu también estás invitado.

-buff que corte-me dijo-si que te has vuelto moderna chica.

-moderna? no, no soy moderna, simplemente difruto de las cosas que me dan placer.

-bien bien...tu que puedes...me parece genial. Ya hubiera molado que fueras asi cuando eramos compañeros de clase....

No podía tener más razón.

Eran las cinco de la mañana cuando abrieron las luces de la discoteca para cerrarla. La mayoría nos hospedábamos en el mismo hotel

Se me acercó Mario, y me dijo que lamentablemente no contáramos con ellos. Parece ser que no fue capaz de convencerlos a todos, porque no se lo acabában de creer.

-vosotros os lo perdéis guapos-le dije.

Judith le dijo a Pedro que subiése con nosotros. Y Carlos se nos acercó y nos preguntó si podía venir él. Estaba sin la mujer, asi que no tuvo problemas para escaparse.

Subímos los cuatro a nuestra habitación. Carlos sacó otra bolsita que también nos acabamos.

Judith se me acercó, mientras le daba un trago al mojito que me había subido de la discoteca. Me besó en los labios, y empezó a desnudarme. Los dos chicos no se perdían ningún detalle. Me dejó completamente desnuda, solo con los zapatos. Pedro estaba sentado al pié de la cama, y Carlos en la butaca al lado. Judith me invitó a sentarme delante de ellos dos, y sentandose detrás mio, me separo las piernas y con delicadeza empezó a masturbarme el clitoris. Yo estaba super mojada (igual que ahora recordándolo).

Judith se levantó de la cama, y delante nuestro se desnudo.

-vuesto turno chicos-le dijo a los dos machotes que esperában ordenes.

Los dos se pusieron en pie, y en un abrir y cerrar de ojos, estaban completamente desnudos.

Pedro se había engordado un montón, y tenía todo el cuerpo lleno de pelo...

Carlos tenía un físico mucho mas cuidado.

Judith abrió una bolsa, y saco un consolador que tengo, con un Arnés (ya sabeis muy bien lo que le gusta a Karlo).

Cuando se lo puso, los chicos ya se les salían los ojos de las orbitas.

-chupamela-le dijo Judith a Pedro.

Éste, sabiendo que no era mas que un trozo de plástico empezó a lamerlo, y después se acercó a Carlos que también le paso un poco los labios.

Acto seguido, se sentó en la cama, y yo encima suyo. Abrí bien mis piernas dejándo que el consolador se perdiese en mi interior.

Pare un segundo. Me puse a cuatro patas, y Judith detrás mio. Los chicos se me acercaron, y empece a lamer sus penes por turnos. Pedro tenía un físico menos agraciado pero una polla considerablemente más grande.

Las chupé las dos, todo lo que pude, mientras Judith me daba por detrás.

En un momento, Judith paro de empujarme, y le pidió a Pedro que se tumbara en la cama.

-te vas a fiar de mi verdad?-le dijo al pobre muchaho.

Éste, llevado por el calentón, se dejo llevar.

Judith le abrió las piernas, y le puso lubricante en el culo. Yo para que no se despistara, me sente encima de su cara, para que me lamiera el coñito, cosa que agadeció de buen gusto. Carlos se puso a mi lado, y continué comiéndole el pene. Mi amiga le fue introduciendo todo el consolador hasta dentro. Y una vez allí empezó a follarlo con cierta velocidad.

Pedro jadeaba y se dejaba llevar locamente.

Acto seguido me levanté yo, y cogí a Carlos de la mano, mientras Judith le decía a Pedro que se diese la vuelta y se pusiera en posción de perrito.

Los dos nos hacían caso, acompañe a Carlos hasta el culo de nuestro amigo. Me miraba estupefacto.

-estas segura? -me susurró sorprendido.

-vas a desvirgar un culo, que más quieres? confia en mi, te gustará mucho.

Le di un señor morreo, y le preparé el pene para penetrar a su colega.

Carlos agarró a Pedro por las caderas y no paró hasta que le metió la polla entera. Entonces empezó a follarlo con velocidad.

Cuando Pedro se dió cuenta que era Carlos quién lo follaba, cerro los ojos, como pensando en que aquello no podía ser.

Al momento, escuchámos que llambában a la puerta. Judith fue a abrir, y ellos dos no dejaron de follar, ni se enteraron.

Judith les abrió la puerta completamente desnuda y con un vibrador colgando entre sus piernas.

Eran Mario, y cuatro  amigos suyos, que yo no conocía. Al ver el panorama, se quedaron unos segundos en la puerta, inmóbiles.

-Pasad-les dije yo-que nos van a oir.

Entonces Carlos giro la cabeza, y se miro a sus amigos con cara de no saber que decir. Pedro prefirio ni abrir los ojos, y seguir gozando como lo estaba haciendo.

Cogí a dos desconocidos, que estaban bastante buenos, y me los acerqué. Rapidamente empezaron a sobarme todo el cuerpo, me lamían los pezones, me pasaban sus enormes manos por mi coñito y mi culo, me lamían el cuello, y me decían guarradas.

Me arrodillé enfrente de ellos, y empece a lamer sus pollas. Eran de tamaño considerable y estaban muy duras.

Invité a uno de ellos a sentarse en la cama, al lado de Pedro, y me puse encima. Me introduje su polla hasta el fondo, y quedándome quieta me miré al otro chico. Abrí mis nalgas, y le giñé el ojo. Con mucho cuidado me metió su rica polla por mi culito, y entonces empezaron a follarme muy ricamente.

Estoy segura se que Karlo os ha hablado un montón de veces lo que me gusta que me penetren por partida doble, me vuevo loca.

Uno de los chicos se corrió rapidamente, asi que me incorporé para ver el panorama.

Judith estaba siendo follada por Mario, Carlos acabó dentro del culete de Pedro. El resto miraba.

-Que tal Pedrito?-le susurré al oido

-pues bien, raro y doloroso al principio, pero muy bien después. Me siento extraño.

-quieres más?

Me levanté y cogiendo el pene del chico q me había estado dando por detrás, lo dirigí hasta Pedro. Le cambié el condón, y mientras el decia que no con la cabeza, Pedro se había puesto boca arriba con las piernas abiertas.

-un culo es un culo, bonito-le dije al oido. Le di un señor morreo, y cuando saqué la lengua de su boca su polla ya estaba entrando en el culete de mi amigo.

Me puse en posicion de 69 con Pedro, para ver de cerca como lo follaban, y porque queria sentir su lengua en mi coñito.

Como estábamos al borde de la cama, mis abujeritos quedaron a disposición del público, y no tardaron mucho en metérme un pene en mi culo.

Pedro me regaló su leche el primero, sin desperdiciar ni una gota. Sus genidos eran increibles. El chico que le follaba se quitó el condón y me la metío en la boca. Los empujones desde detrás no me permitian coordinar mucho la felación pero todo y con esas, en poco rato tuve mi premio. Aprisionándola entre mis labios, me lleno la boca de su semen, caliente y sabroso.

Como estoy bien enseñada, no desperdicié ni una gota.

Mientras no dejaban de follarme, Pedro se puso a mi lado y no paraba de tocarme con sus enormes manos, me pellizcaba y lamía los pezones, me chupaba detràs de las orejas....

En un ratito, paramos unos instantes.

-otra vuelta chicos? Aguantareis?-preguntó Judith en tono irónico, dudando que fueran capaces.

Entramos las dos al baño, a lavarnos la cara y nuestras partes.

Al salir, para nuestra sorpresa, Pedro le estaba haciendo una mamada a uno de los chicos. Los otros tres mirában.

Me puse el arnés mirando a Mario a los ojos.

-tu turno guapo-le dije cogiéndolo de la mano y acompañandolo a la cama.

Se tumbo boca arriba. Cogí un poco de lubricante y jugando con mis deditos le dilate un poco el culo. Entonces le fui metiendo el vibrador hasta dentro, con cuidadito, pero sin parar. En pocos minutos su culito virgen estaba dilatado y el vibrador entraba y salia con soltura.

Mientras lo follaba le agarré la polla y empecé a masturbarlo. El chico se tapaba la cara con las manos como sino creyera lo que le estaba pasando, e intentando disimular el gustazo que estaba sintiendo.

Uno de los chicos se me acercó por detrás, se me arrimó mucho, podía sentir su pene erecto en mis nalgas. Me agarró por los pechos, y mientras me los magreaba empezo a darme besos en el cuello.

-me dejas follármelo?-me susurró-yo también quiero probar su culo.

Como soy muy generosa, me aparté, y les dejé que se enrollaran.

Judith estaba montada encima de Mario (creo recordar), y quedaban aún dos chicos mirando. Como suele hacer mi marido, me puse a cuatro patas encima de la cama, y esperé acontecimientos.

En pocos segundos, una dura estaca me causaba una montaña de placer. Me agarraba fuerte por las caderas, y me empujaba violentamente.

Asi estuvímos durante un buen rato, hasta que noté como se corría.

Me quedé con la cabeza hundida en la almohada unos segundos, hasta que acto seguido, una segunda polla se metía dentro de mi. Este era más suave, para mi suerte, pero igual de placentera.

Al rato se corrió, y entonces si, quedé rendida encima de la cama. Todos habían acabado e incluso los chicos ya estaban vestidos. Bueno, todos menos Pedro, que seguía tumbado en la cama, con la mirada perdida.

Me enrollé una toalla al cuerpo, y me despedí de todos. Nos quedamos los tres solos en la habitación.

-haceis esto muy a menudo chicas?-nos preguntó Pedro realmente intrigado.

-cada vez que podemos-le contesté yo- mi marido es un auténtico imán para las orgías.

-el también és bisexual verdad?

-si

-ahora entiendo tu cambio Anna, antes eras mas cerradita. Ahora pareces una ninfómana.

-no creo que sea una ninfómana, simplemente cuando me pongo me pongo.

Nos reímos los tres un rato, y Pedro se fue a su habitación.

Para ser sincera, la noche no había terminado. Una de las cosas que he descubierto, es que nadie te come el coñito igual que otra mujer. Y sobretodo si esa mujer es Judith, así que como podeis imaginar, la pequeña Judith y yo, aún estuvímos enrollandonos un buen rato.

Me ha encantado compartir esta experiéncia con vosotros. Espero seguir contando más aventuras.