¿Quien da las lecciones ahora? Parte final

Los muchachos del colegio llevan a cabo su plan e invierten papeles. ellos le enseñaran a su profesora a ser una verdadera putita

Aún recuerdo el día en que huí furioso de la casa de Carlos, aún no entiendo por qué tanta vergüenza, porque tanto secreto, ¡Tanto problema!. Ella no era más que una caliente zorrita que venía alborotándonos la juventud a todos, ella tuvo lo que se merecía, lo que todas las que son como ella se merecen. El plan funcionó de maravilla, después no los volví a ver, ni a ella, ni a mi brother Carlos. Pues él, tuvo su propio plan; y, en estas circunstancias ¿quien va a juzgar a quien?

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He llegado al salón de las clases extraordinarias con los alumnos de quinto y he encontrado, para mi sorpresa, ya a tres de ellos presentes. Yo siempre he enfrentado esta situación con optimismo, yo realmente creo que ellos se pueden reformar, reivindicarse con la sociedad. Este sería un gran ejemplo, están mejorando con la puntualidad, al menos eso es un avance. Me acerqué a ellos y me percaté que algo bebían, eso me preocupo, pero mantuve la calma y los saludé

  • Buenos días chicos ¿Qué tal su día?

  • Buenos días profe- dijo Carlos, de una manera amistosa que antes no le había escuchado.

-Todo bien profe, acabamos de jugar un partidito, ¿quiere un vasito de gaseosa?- Dijo Rodrigo, otro de mis alumnos, que no iba a esas clases por ser el mas cordial.

Estos repentinos gestos me emocionaron, y acepté ingenua el vaso de gaseosa que ellos me invitaban, nunca, nunca hubiese podido imaginar lo que me pasaría después; malditos, pobres infelices, hijos de puta, esta gente es la lacra de este mundo, no debí mezclarme nunca con ellos, yo no debí.

La bebida me desvaneció casi de inmediato, lo último que vi fueron los lentes de Joel, quien me recibió en un fuerte abrazo y no dejo que me impactara contra el suelo. El había permanecido todo el tiempo callado, tímido, como acostumbraba, no podía creer que el fuese parte de esto, yo había llegado a estimar a aquel muchacho. Pero ahora no puedo evitar retorcerme al recordarlo, al recordarlos a todos, al recordar ese maldito día.

Al despertar, lo primero que vi fue la pizarra y todas los objetos del escritorio. Grande fue mi pesar, al darme cuenta que estaba subida encima del pupitre, de mi propio pupitre. Tenía la boca amordazada, los brazos atados al igual que los pies, estaba totalmente desnuda y unas ligas me presionaban enormemente los senos, de inmediato comencé a llorar desesperada, no podía moverme y no sentía mis senos. Mis sollozos se escucharon de inmediato y vi como Carlos se acercaba a mi rostro, me miraba de cerca y después me daba un lengüetazo que  me lleno de saliva la boca, la nariz y uno de mis ojos. Sollocé aún mas desesperadamente, entonces escuché a Carlos hablar y me di cuenta que mi pesadilla era más grande de lo que pensaba.

  • ¡Queridos alumnos! Tengo el honor de mostrarles a una puta perra en celo, así es como se ven las yegüitas calientes lamevergas como ella. Pero hoy les daré una clase especial. Ya que tenemos ante nosotros-

Palmoteó con fuerza mis nalgas, haciendo que dé unos chillidos amortiguados por la mordaza

  • a una zorra que no está domada, vamos a brindar un verdadero servicio social y les vamos a dar la oportunidad de poder inaugurar a esta puta blanquita. ¿Cuánto creen que cuesta tirarse a una como estas? –

Todos rieron y el ruido de las carcajadas se volvió tan estrepitoso en mis oídos ¿Cuántos eran? No podía creerlo, es acaso que estaría aquí toda la tarde y la noche, es Viernes, nadie vendrá hasta mañana, ellos tenían que haberlo planeado, todo estaba perdido, ¿Por qué?, ¿Por qué yo?, ¿Cómo no lo vi venir? yo no entiendo, Carlos volvió a golpearme fuertemente en las nalgas

  • Pero primero les voy a dar unas clases intensivas de cómo convertir a una ricachona de sociedad, a una estúpida profesora que viene a darnos lecciones de vida, cómo si supiera de nuestra vida, maldita idiota; en una perrita sumisa, en una muy obediente putita y verás querida Rocío-

Dijo acercándose a mi oído y sin bajar su tono de voz

  • mis métodos son mucho más eficientes que los tuyos o los de los que te mandan-

El salón estaba algo oscuro, al parecer habían tapado con algo las ventanas, porque cortinas no teníamos, tenía mucho frio, y mucho miedo, deseaba que esto acabara de una vez, que por algún motivo no pudiese seguir. En ese momento, una punta fría que hacia trazos en mi espalda, Carlos sacaba cuentas con un plumón

-Muy bien chicos, lo primero que haremos será repartirnos equitativamente su cuerpo para que la profe vea que si sabemos algo de mate, a ver a ver, si somos 20 los presentes, y hay tres huequitos por follar, creo que debemos ir 7 por huequito, pero puta mare, me fastidian las divisiones así problemáticas, ¿Cómo se llaman?-

Uno de los alumnos respondió ingenuamente “inexactas”, a lo que todos respondieron con carcajadas, en ese momento se escucho que alguien sin mucho esfuerzo daba un par de vueltas a la llave y abría la cerradura del salón, era mi salvación, alguien había pillado a estos malditos, estaba salvada, denunciare a estos malnacidos, pasarían el resto de sus días en la cárcel, yo me aseguraría de eso. Todos guardaron silencio a la expectativa, temerosos y ansiosos. El conserje del colegio, se aproximo cargando su pesado recogedor, no se percato de lo que ocurría hasta dar varios pasos adentro. Yo me sacudí, intentando pedir auxilio, ayuda por favor. Pero al parecer todo había estado fríamente calculado desde mucho antes.

-Al fin llegaste Juansito, te estábamos esperando, justo nos faltaba uno para poder darle igual gusto a cada uno de los huequitos de esta zorra, ¿hiciste todo lo que te pedí verdad?-

-Si claro todo lo que me pediste, toma aquí está la cámara. Todo está bien cerrado, nadie entra aquí hasta mañana, la vamos a hacer linda-

No, esto era imposible, todo estaba estrictamente planeado, debía acostumbrarme a la idea, debía buscar la manera, estaría a disposición las siguientes doce horas. Lo primero que hizo Carlos fue desatarme los pies, me mando a ponerme en pie, a lo cual obedecí porque detestaba la terrible sensación de vulnerabilidad que sentía en la otra posición. Luego ordeno inclinarme sobre el escritorio, pero yo en ese momento, ya había reaccionado, aunque fue tan estúpido mi intento, intente apresurar algunos pasos a la puerta, cuando Joel me retuvo y me agarro de mis adoloridos e hinchados senos, su acción me detuvo en seco, cuando levante la mirada, Carlos se acercaba a mí con una correa, entonces me estremecí trate de voltear, y al hacerlo, termine abrazándome a Joel, quien aprovechando me abrazo fuertemente, mientras sentía los golpes mas terribles que jamás había sentido, sentí el cuero de la correa golpear duramente mi piel, uno de los latigazos m cayo a la altura de la espalda y los otros dos en las nalgas, me retorcí de dolor, mis piernas me flojearon completamente, mi cuerpo estaba sujetado por las manos de Joel. Habiendo obtenido lo que buscaban, con mi cuerpo sin respuesta y mi mente traumada, me abalanzaron sobre el escritorio y me amarraron los pies a las patas de mueble. Carlos comenzó a hablar nuevamente.

-Bueno putita, ahora te vamos a enseñar a ser una zorra complaciente, lo primero que voy a hacer es quitarte la mordaza, para lo cual tienes que prometer no gritar, porque sino te voy a reventar la cara a correazos y ¿no quieres eso verdad?- ¡Zas! – Cuando te digo algo, se responde que si o que no puta, no te han enseñado eso en el colegio?

Me soltaron la mordaza, y la tortura comenzó. Carlos llamo a los 7 que querían violarme el coñito, y 7 acudieron presurosos y se formaron tras mío. Los correazos me dolían en el alma, sentía el cuerpo magullado de los cuatro que recibía, sentía mi piel ardiente, casi en carne viva, realmente no quería recibir ninguno mas.

-Muy bien, que proceda el primero, mientras tanto la profe tendrá que responder algunas preguntas, las preguntas son abiertas, quien sea puede preguntarle-

Sentí el glande del primero de los muchachos presionar contra mi vagina, no estaba nada lubricada, pero eso no pareció importarle y me penetro bruscamente, intente hacer el menor ruido, tenía mucho miedo, me sentía tan avergonzado, era mi alumno el que ahora me estaba penetrando sin reparo y manoseaba mi culo sin medirse, me lo sobaba y me acariciaba mi otro agujerito estaba verdaderamente nerviosa, me sentía tan humillada, veía la cámara en frente junto con todos los demás alumnos que contemplaban el espectáculo, a mi costado estaba sentado Carlos y había empezado pues su horrible y macabro juego, ¿hasta dónde llegaría? Eso me preocupaba.

-Yo hare la primera pregunta, ya que nadie dice nada. Rocío cuéntanos, ¿con cuantos tíos has follado antes?-

Yo lo mire anonadada, no podía ruborizarme mas de lo que ya estaba, pero sentí una calentura incomoda en el cuerpo, pero a todo le venció el miedo que sentí cuando lo vi levantando la correa.

-¡con tres! ¡con tres!- grite desesperada y algo jadeante, pues no había dejado de recibir las envestidas del primer chico.

  • ¿Por qué agujeritos ya te han follado?- Me pregunto Joel, no podía creer lo que me decía, que el me preguntara eso, baje la cabeza humillada

-He tenido sex oral y bueno lo normal- Entonces sentí un fuerte correazo que me sacudió todo el cuerpo y me hizo llorar y chillar de dolor.

-Contesta bonito hija de puta, por la boca y por la vagina, se dice concha de tu madre. No quiero que vuelvas a levantar la mirada si es que no te lo ordenamos ¿entendido?- Dijo Carlos, después se paro en frente mío, se puso de cuclillas en frente mío, y me ordeno, abre la boca, a lo que ingenuamente obedecí, entonces el se acerco y me escupió dentro de la boca, cerré la boca por reflejo e hice una mueca de asco. Él se rio y dijo:

-Ábrela de nuevo puta- Empuño con fuerza la correa, entonces, ya resignada, abrí nuevamente la boca y recibí otro de sus escupitajos

-si, está bien- dije sin poder contener las lágrimas que caían sobre el escritorio. La fila prosiguió, el segundo chico, reemplazo al anterior, sus embestidas fueron un poco mas fuertes. Seguí así, respondía preguntas obscenas, que se les ocurrían a los muchachos, mientras uno  de ellos me toqueteaba y se follaba mi vagina, ya había dejado de llorar, y no me hice merecedora de ningún otro golpe hasta el quinto chico. Todos hasta ahora habían tenido un tamaño de pene y un ritmo promedio, no había habido mucha variación entre uno y otro. El mete y saca y el semen de tantos chicos, me tenían bastante lubricada. Cuando el quinto muchacho arremetió contra mi, comenzó a embestirme muy fuertemente, el movimiento me estaba haciendo disfrutar, mi cuerpo comenzó a sudar y a temblar ligeramente. En eso escuche que me preguntaban

  • ¿preferirías que te viole un perro o un burro? – dijo uno de ellos, pero su voz no se me hacía muy familiar. No supe que contestar, demoré demasiado, en realidad, debí haber optado por cualquiera, no hubiese quedado como menos guarra de haber optado por uno u otro. Pero tarde mucho, pues de pronto sentí otro fuerte correazo en mi espalda. El dolor fue tan agudo, que grite fuertemente y mi adolorido cuerpo se retorció en la mesa.

-No te demores en contestar, putita, no te distraigas, estas aquí para enseñar no para estar disfrutando, habías resultado una completa guarra, te gusta que te estemos follando ¿verdad?

-¡No! ¡Como dices eso! Yo no estaba…-

¡Zas! - ¡Cállate perra, tu no dices, lo que yo no digo que digas! Y por supuesto que te gusta que te follemos ¿verdad?- dijo y levanto la correa bien en alto

-si, si me gusta- dije con la mirada abajo

-Ahora dilo mirándolo a la cámara y poniendo cara de guarra, ¡vamos di que eres una puta a la que le encanta follar con sus alumnos!-

-Soy una puta a la que le gusta follar con sus alumnos-

-¡Que aburrida! No te preocupes tendrás toda la noche pera mejorarlo.

Para ese momento, al parecer, los 7 chicos habían terminado, entonces Carlos dijo.

Bueno, ya que no hay nada mas que nos interese de tu vida, es hora de usar tu boquita para lo que de verdad sirve, dijo Carlos y se bajo la bragueta. Me acerco su erecto miembro a mi rostro.

-Chupa perra- Dijo secamente

Levante la cabeza torpemente, a lo que el reacciono cogiéndome fuertemente de los cabellos, sujeto mi cabeza a una distancia bien calculada de su miembro, y me dijo:

-Chupa maldita zorra, saca esa lengüita, quiero verla trabajar-

No había mas remedio, al sacar la lengua apenas la puntita llegaba a su glande, y ya hacia un gran esfuerzo jalando mis cabellos. Mientras hacía que lama con la puntita de mi lengua su pene, jugando a soltarme un poco y otra vez jalarme con mas fuerza, dijo:

-Joel, como oíste hace un rato, lo único que tiene virgen la muy angelical de tu profesora es el culo, así que es todo tuyo, échale un par de escupitajos y vas a ver como entra y sale de maravilla, no te hagas bolas, aquí a la chica le gusta ser una puta y ser tratada como una ¿verdad?-

-si- dije tristemente y volví a sacar presurosa la lengua en busca de su pene, totalmente humillada.

Joel se acerco a mi, sentí sus manos acariciar mi adolorido culo, sus manos rozaron la piel lastimada por los latigazos, pero sin ningún cuidado, comenzó a masajearme primero suavemente, después sentí sus manos desesperar y un par de escupitajos sobre mi cerrado culito. Mi mirada, cambio. Mire suplicante a Carlos, entonces sentí el glande de Joel sentí como forzaba mi estrecho agujerito, entonces me desespere, moví la cabeza en muchas direcciones, porque era lo único que podía mover, me arrepentí mucho de haber hecho esto luego, ya que Carlos enfureció, y descargo tres fuertes correazos en una sola tanda hacia mi. Los tres fueron golpes duros y contundentes, que hicieron que mi espalda se arquee hacia atrás y que mis pulmones se queden sin aire, el dolor del segundo latigazo fue terrible, porque se combino con el forcejeo de Joel, que al fin logró meter la cabeza de su miembro en mi adolorido ano. Sentí mi cuerpo partirse del dolor, junto con el tercer golpe, sentí el caliente pene de Joel, invadirme hasta las entrañas. Me desplome, casi ahogada, llorosa, sobre el escritorio. Mi cuerpo seguía cierto vaivén guiado por las embestidas de Joel. Carlos me acerco su miembro a la cara y me rozo toda la cara con el.

-Ahora si putita, abre la boquita, empieza a lamer, chupa como si fuera un chuponsito. ¿quieres consuelo bonita? ¿Quieres que papi ya no te pegue? Entonces ven y lame como una buena cachorrita-

Mi cuerpo reacciono por inercia ante sus palabras, su verga caliente y palpitante, entro en mi boca y empecé a lamerla con ahinco, porque de algún modo me daba consuelo y cierta seguridad, debía complacerlo y el no me lastimaría. Ambos me embistieron fuertemente durante varios minutos hasta que sentí su descarga, primero la de Joel, quien se agarro fuertemente de mis nalgas, las pellizco y las atrajo contra si, para luego vaciarse completamente dentro de mi adolorido culito. Carlos demoró un poco más, primero sacaba su pene de mi boca, me daba un par de cachetadas para volvérmelo a meter. Luego me sujeto fuertemente del cabello y me empujo su miembro hasta el fondo de mi garganta, sentí ahogarme, pensé en resistirme por un momento, pero solo me deje, sentí su leche caliente deslizarse por mi garganta, varios chorros cayeron y el se mantuvo un rato dentro mío, y cuando ya casi me desmayaba por la falta de aire, al fin salió, un hilo de semen quedo colgando de mis labios. Se turnaron igual, uno por mi boca otro por mi culo, los otros seis que debían follarme, el conserje hijo de puta iba a follarse mi culo, el malnacido.

Al terminar todos de violarme. Carlos me soltó del escritorio, al parecer ya había pasado suficiente tiempo y estaba erecto otra vez, me ordeno ponerme en cuatro y caminar hasta un rincón del salón, donde habían preparado algunos cartones y mantas. Joel se nos acerco, se sentó al lado mío, y luego se hecho en el suelo, el también ya tenía una gran erección. Carlos me ordeno:

-¿Quieres que te soltemos las tetas puta? O las dejamos así hasta que revienten-

Todos rieron, y yo humillada, en cuatro patas en un rincón del aula de clases solo pude responder sin levantar la mirada y bastante asustada

-Si por favor, no quiero que me pase nada, no me lastimen-

-bueno entonces abre las piernitas y monta a mi amigo Joel que está ahí a tu lado bien paradito como ves, pero pórtate bonito con el zorrita, primero acércate lámele el pene, lámeselo todito, límpiaselo bien, porque ese pene a estado en tu asqueroso culo perra. Luego te subes y te insertas y empiezas a saltar como una loca, si a mi amigo le gusta, te soltamos las tetas, si no, les comenzamos a meter unas agujitas que he conseguido aquí-

Yo acudí presurosa, tenía mucho miedo, mi mente temía por lo que ellos pudiesen hacer conmigo, estaba a su disposición, no solo podían violarme sino también matarme o lastimarme aun mas de lo que ya me habían lastimado. Hice todo lo que Carlos me ordeno, Joel disfruto todo el espectáculo, no se canso de apretujar mis ya casi morados senos, cuando pensé que se iba a correr dentro mío, me ordeno en seco que me detenga, como no lo hice, abofeteo fuertemente uno de mis senos. Chillé fuertemente y caí recostada encima de el, aun el me estaba penetrando pero mi cuerpo estaba recostado encima del suyo, mis senos rozaban su torso desnudo. Solo después entendí porque en ese momento Joel me rodeo con los brazos, evitando que me despegase de el, pues quede inmóvil, y con el culo totalmente expuesto. Le basto a Carlos acercarse, y comenzar a presionar en mi ya tan adolorido esfínter, para empezar una doble penetración. No intente hacer nada, evite resistirme, sentí como ambos miembros latían calientes y duros dentro mío. Ambos empezaron a embestirme con ritmos diferentes. Primero sentí la fuerte descarga de Joel y luego la de Carlos, ambos estuvieron un rato dentro mío después de correrse. Carlos se alejo, y yo volví a recuperar mi posición sentada encima de Joel, y el procedió a liberar mis senos quitándome las ligas, luego me empujo de manera brusca hacia un costado, se paro y les dijo:

-Ya ahí esta, toda suya, domadita, como una gatita-

Los diecinueve chicos se abalanzaron contra mi, estuve varios horas complaciéndolos, me tuvieron en distintas posiciones, se desesperaban y me causaban bastante dolor, me apretujaban fuertemente los pechos, chocaban dos o tres vergas en frente de mi rostro, esperando que quepa mas de una en mi boca, intentaban meterme dos vergas juntas a la vagina, en realidad no sabia hasta donde iba a soportar, pero llegado un momento Carlos los detuvo, por un momento sentí alivio, pero era algo que no tenia permitido sentir esta noche. Carlos comenzó a hablar:

  • Bueno nada mas si nos queda 1hora, así que, he decidido, que esta puta para graduarse como la perra y puerca que es, va a jugar con nosotros el juego del charquito. Tranquila Rocio, ahorita te diré las reglas. Joel por favor, ve poniéndole su collar. Bueno haber, necesito cinco voluntarios-

El juego, era totalmente macabro y solo estaba destinado a humillarme de la forma mas vil y cruel que existe. Carlos les señalo una posición a los cinco chicos que se ofrecieron voluntarios. Mientras tanto Joel me colocaba un collar, como el que se usa para una mascota y me llevaba nuevamente hacia el escritorio, donde me ordeno abrir las piernas y nuevamente me las sujetaron contra el escritorio.

-Para comenzar necesitamos dos requisitos, uno ya lo tenemos que son los cinco voluntarios, y el otro es un puta caliente con una botella en el culo, lo cual aun nos falta. ¿Joel porque no te apuras?-

En ese momento sentí ya sin poder hacer nada, casi incrédula de lo que me esperaba, de que algo más humillante pudiesen hacerme. Sentí como Joel presionaba una botella contra mi ano, sentí mucho dolor, pero si me resistía, recibiría mas correazos, felizmente la botella no era muy gruesa y lograron introducir una cantidad considerable. Me sentía tan mal, todo lo que hacían, lo filmaban, era obvio que me chantajearían con aquellos videos, hicieron obscenas tomas de mi agujerito con la botella adentro. Pero recién se aproximaba la peor parte. Me desataron, ya que se dieron cuenta que lo habían hecho por gusto, que era una perra, que aguantaría como una puta, si pues, lo habían logrado, en realidad, les temía, les temía muchísimo.

Carlos cogió mi collar y me llevo gateando hasta donde se encontraba el primero de los chicos. Este se abrió la bragueta, Carlos me acerco el rostro, al pene del chico y me dijo.

-chupa estúpida, es lo único que debes hacer al tener un pene en frente-

Así lo hice comencé a chupar fuertemente el pene que estaba en frente mío, estaba con los ojos cerrados, cuando sentí que un liquido caliente salía del miembro de aquel chico, abrí los ojos y quite mi boca desesperada, me dieron arcadas al darme cuenta que el había estado orinando en mi boca. A lo que todos rieron y Carlos dijo

-ni se te ocurra vomitar perra o veras lo que te espera-

Me contuve todo lo que pude, pero no entendía, estaba desconcertada, de que se trataba este estúpido juego. Carlos me llego donde el segundo chico y me ordeno lo mismo, obedecí y ocurrió exactamente todo igual. Odiaba este juego, contenía las nausea, no entendía que era lo divertido, los cinco chicos orinaron en mi boca mientras se las chupaba. El sabor en mi boca me produce arcadas, me siento tan sucia, tal vez era para eso, para hacerme sentir así, como la puerca que me siento ahora. Tengo tanto asco cada vez que recuerdo todo lo que acabo de hacer, o mejor dicho lo que me acaban de hacer. Carlos me saco de mis pensamientos diciendo:

-Bueno llego la hora de jugar, trae la venda-

Carlos me vendo los ojos, y me llevo con la correa hasta determinada parte del cuarto, justo donde el primero de los chicos había mixionando.

-Bueno putita rocío, te cuento de que se trata este juego y que es lo que debes de hacer. A tu lado hay una fila de siete chicos. Hace unos minutos cinco de ellos te han orinado en la boca, y tu has tenido la oportunidad de revisar, sentir la forma de sus penes, porque cuando le chupas el pene a un hombre tienes que estar atenta en eso maldita cabrona, en su pene, y si no lo sabias, después de esto no lo olvidaras, tenlo por seguro. El juego comienza así, debes de agacharte y lamer la orina del primero de los jugadores, así te acuerdas como huele, como es, el pene del que salió, luego, lamerás todos los penes de la fila, arrastrándote de un lado a otro hasta que encuentres al primer jugador. Si te equivocas, deberás de tomar mas orina, para estar mas segura, esa es la ultima regla. Bueno a jugar perra-

Dicho esto me dio dos fuerte nalgadas, mi ojos se llenaron de lagrimas bajo las vendas, no recordaba el pene de ninguno no podría recordar el orden jamás. Di unos pequeños lengüetazos al charco, y luego comencé a chupar los miembros de cada unos de los chicos, finalmente tenia que empezar y tratar, hasta que de una vez acabe todo esto. En mi tercer intento, Carlos me hundió la cara en el charco de orina.

-Perra, prueba bien, toma bastante, como es posible que te equivoques tanto, eres una puta muy estúpida-

Felizmente y con mucha suerte, le atine al quinto intento. Sufrí lo mismo en cada charco, tome mucha orina de cada uno de los charcos, me sentía tan humillado, tan sucia, todos me metían mano y se burlaban de mi, ya ni siquiera era una mujer que desearan poseer, me estaban tratando como a un vulgar animal, dominada completamente, satisfaciendo sus caprichos, el único objetivo de este juego era que tome tanta orina como pudiesen hacerme tomar, finalmente, para eso habían siete probabilidad, hasta en el charco final, acerté recién al segundo intento. No quisiera ver la grabación, fue una completa zorra gateando con una botella en su culo, tomando los orines del piso.

Yo no se qué paso después, cuando desperté, tenía una pequeña colcha cubriéndome y estaba en un parque cercano a mi casa y ya había amanecido. Llegué apresuradamente a mi casa, aliste mis cosas y bueno saldré inmediatamente al lugar más lejano que se me haga posible. Llame al colegio, pregunte por mi auto, y me dijeron que no estaba en el estacionamiento. Era lo mas probable, ellos debían haberlo robado. Como el director comenzó a hacerme más preguntas, solo le dije que iba a reportar el robo, de seguro había sido uno de los alumnos, esos chicos eran así, ya era de esperarse. Muchos años después, me enteré que Los muchachos solo culparon a Carlos del robo del auto y él desapareció para siempre, los demás terminaron el colegio sin ningún impedimento y ahora hacen sus vidas en aquel barrio, libre, y yo nunca los denunciare, solo espero que ellos también cumplan su parte del trato y no divulguen esa cinta jamás.