Quien ama el peligro, en él perecerá.

Los tres esclavos siguen disfrutando felizmente del momento de indisciplina que reside en dichos momentos el palacio. Mientras se prepara la guerra civil por el poder final del imperio romano entre Augusto y Marco Antonio.

Vini , Vidi , Vinci (IX) :Qui amat periculum, in illo peribet

La vida de los esclavos de la corte se había vuelto enormemente grata en los últimos meses. Parecía que la vida les sonreía a Charmión, Iras y Shabaka. Ahora las tropas romanas bajo órdenes de Marco Antonio y las egipcias leales a Cleopatra estaban enfrascadas en los preparativos para el enfrentamiento final en pos del dominio definitivo por el mediterráneo. Todo ese ajetreo les permitía tener poca actividad en el palacio, ya que gran parte de las labores estaban en torno al reclutamiento e instrucción de los soldados. La guerra civil era inminente y la preocupación inundaba las calles pero ese no era el caso de los esclavos. Para ellos estaban disfrutando de una suerte de fortuna gracias a la falta de disciplina creciente en la soldadesca. Tras muchos años de paz en que algunos se habían mezclado con nativas o visitando continuamente los lupanares de la capital. Gracias a esos descuidos podían pasar desapercibidos en sus continuas escapadas nocturnas a la zona del puerto pesquero.

Esa noche Shabaka se mostró especialmente apasionado con sus compañeras. Gracias a la práctica se había convertido en un virtuoso a la hora de dar sexo oral. Aquella noche parecía cual lobo hambriento que quisiese devorarlas a las dos desde sus coños. Metiéndose entre sus piernas y observando con deleite como sus amadas eran presas de continuos orgasmos. De cómo les regalaban abundante miel a su sedienta boca. El salado sabor de los fluidos vaginales era un embriagante licor del cual quería emborracharse cual vino madurado en barrica. Charmión e Iras disfrutaban de las atenciones de su amado alternativamente mientras la que recibía era también generosa en dar placer a su compañera.

Por otro parte gracias a la práctica también ya estaba adoptando un gran control sobre su excitación y pudo mantener adecuadamente la erección para hacerlas gozar con unas deliciosas penetraciones que las enloquecían. Incontables orgasmos recorrieron sus columnas vertebrales haciéndolas palidecer en una espiral que rayaba la locura.

Pero la noche alcanzaba su fin y no les quedaba remedio que detener la maratón sexual. Felices cuales enamorados volvieron al palacio real a regresar a sus quehaceres. Toda esta doble vida por desgracia tenia ciertas consecuencias. El hecho de apenas descansar les hacia estar muy cansados. Afortunadamente el creciente desorden en las labores de gobierno les permitía no recibir muchos requerimientos con lo cual podían escaquearse a menudo para dormir en los aposentos de la servidumbre.

Eran las 12 de la mañana y las dos esclavas se levantaron en el nuevo día. La joven Charmión bostezaba con la boca abierta de par en par. Iras se despejo gracias al ruido de su compañera

  • ¡Ay! ¿Que hora debe ser?- preguntó la griega
  • No lo sé. Pero el sol esta muy alto por lo que veo por la ventana.
  • ¡Vaya! Otra vez se nos ha echo las tantas.
  • Algún día tendremos problemas.
  • Me temo que si querida. Sobre todo si la harpía de Lux no cierra la boca. Esta todos los días reprochándonos que no hacemos nada.
  • Como nos meta en problemas le parto la boca.
  • No nos preocupemos por eso. Vamos, vístete rápido. Hoy tenemos turno en la despensa. Tenemos que ordenar las existencias.

Ambas mujeres se vistieron a toda prisa. Y recorrieron los pasillos en dirección a los almacenes. Aquella tarea la podían realizar sin supervisor así que pudieron departir con tranquilidad.

  • Me siento baldada, Charmión
  • Di que si. La caña que nos está dando últimamente Shabaka.
  • Es la energía de la juventud.
  • Debe ser eso. Pero yo le veo por el día tan cansado como nosotras. Las ojeras que tenía el otro día. ¿Te acuerdas?
  • ¡Jajajaja! Cierto, tenía los ojos hinchados.
  • Desde luego se está volviendo un amante excepcional.
  • Totalmente de acuerdo. Tenemos un tesoro.
  • Quería preguntarte una cosa Iras
  • Dispara.
  • Me resulta sorprendente todo lo que sabes de sexo. Básicamente has sido tú la que nos has guiado por este camino de perdición- Se burló Charmión.
  • Bueno eso tiene un motivo. Aunque algo doloroso de recordar.
  • Tan grave.
  • Mi padre era un de los principales del reino descendiente de los capitanes al servicio de Alejandro Magno. Fue uno de los subordinados de Ptlomeo y fue el que le acompaño para fundar esta satrapía. Pero si te acuerdas cuando el padre de Cleopatra se enfrentó a la hermana de nuestra reina él se unió con los rebeldes. Al estar en el bando perdedor cayó en desgracia y yo con él. Fui vendida a un prostíbulo siendo niña. Allí las meretrices me instruyeron en el arte de complacer a un hombre. Pero fueron delicadas y no realice mi primer servicio hasta los 15 años.
  • ¡Oh cuanto lo siento! No debí preguntarte esto.
  • No importa querida. Aunque tengo que confesarte que aquellas experiencias algo bueno saque. – comento Iras divertida
  • ¿El qué?
  • Parte de lo que aprendí lo pongo en práctica ahora con Shabaka. ¡Y sé que le encanta!
  • Pues no seas mala y comparte tu sabiduría conmigo.
  • No cuentes con ello. Secreto profesional.
  • ¡Pero serás …!

Las mujeres se rieron a mandíbula batiente.

  • Eres injusta Iras. Shabaka prefiere tus mamadas. Está muy claro. Las haces muy bien. Y Shabaka se corre muchas veces en tu boca. Y yo me quedo con las ganas.
  • Cierto y me encanta recibir su rica leche y bebérmela enterita. Me siento dueña de su placer y sentir como le llevo al paraíso controlando como se siente. Como se excita, escuchar sus gemidos y gimoteos cuando está a punto de estallar. Como su geiser entra en erupción y desfallece entre mis labios.
  • Eres mala. Me lo estás contando para chincharme.
  • ¡Tonta! ¡Más que tonta! No me pongas esa cara. Muchas veces te doy un beso para compartir su rico semen.
  • Es lo mínimo que deberías hacer. Porque mientras yo le chupo los huevos y tú te tragas su sable hasta la empuñadura. ¡Venga! Dime como lo haces.- protesto Charmión con un mojí de disgusto.
  • Bueno te enseñare. Pero esto no se aprende en un solo día. El arte de la felación es un proceso de meses.
  • Sabes una cosa querida. Lamento profundamente no haberle dado la virginidad a nuestro amado.
  • Se me está ocurriendo una idea.
  • ¿Qué?
  • ¿No protestas porque yo le hago una cosa especial que le encanta? Pues tú puedes ofrecerle otra cosa que seguro que le vuelve loco.
  • ¡Sí! ¡Sí! ¡Cuéntame!
  • No sé si te atreverás
  • ¡Venga! ¡No seas así!
  • Vale, te lo advertí.
  • Déjate de cuentos y lánzalo.
  • Querida. Aún eres virgen de … otro sitio.
  • No entiendo.
  • Puedes invitar a Shabaka a que te tome del culito.
  • ¿Culito?
  • Sabía que ibas a poner esa cara.
  • Pero … ¿De verdad también se puede hacer por ahí?
  • Si querida. Y si se hace bien es una experiencia extraordinaria. Tú puedes sentirte plenamente llena. Y a él le encantará la entrega y la sensación de estrechez de tu flor sobre su pene.
  • Me da cosa. Pero lo intentaré.
  • Me parece que esta noche Shabaka lo va a pasar especialmente bien.
  • Desde luego. Me apunto a la idea de hacerle vibrar.
  • Le vamos a secar. - bromeo entre risas Iras.

Las dos mujeres siguieron maquinando planes para la madrugada hablando relajadamente sin prestar atención a su alrededor. Era como si dispusieran de un momento de felicidad. Todo estrés y preocupación, todo el miedo que antes les atenazaba ahora parecían haberse quedado en el olvido.

La noche hizo su aparición albergando la oscuridad y así como seres que precisasen de su protección podían realizar su vida furtiva. Como era el caso de esos amantes. Aquellas figuras se trasladaban sigilosamente por las calles de Alejandría mientras unas pocas luces iluminaban la ciudad así como a lo lejos la del Faro.

Llegaron a su pequeño nidito de amor. Shabaka trato de tomar la iniciativa una vez más.

  • Relajate amado mio. Hoy Iras y yo queremos hacerte algo especial.
  • ¿De que se trata? Algo interesante por las caras que ponéis. Sois más peligrosas que una manada de leonas hambrientas.
  • Ya nos vamos conociendo Shabaka. Por lo que veo. Y si, somos un par de leonas que acabamos de atrapar a un dócil corderillo para devorarlo vivo.
  • No pienso huir. Así que disfrutar de vuestro festín. ¿Me pongo una manzana en la boca?
  • ¡Grrrrrr!

Ambas mujeres se lanzaron al suelo haciendo poses de garras y onomatopeyas de gruñidos felinos. El esclavo apenas pudo contener la risa ante la escena.

  • Te vamos a comer vivo. - comenzó Iras despojándole de las vestiduras
  • Y luego además pediremos más de ti como postre. - continuo Charmión
  • Estáis la mar de culinarias
  • Llevamos tanto tiempo trabajando en la cocina que ya se nos ha pegado el argot – bromeo la griega – pero vamos a comenzar la cocción del corderito añadiéndole un poco de salsa. Pero antes hay que saborearla. ¿Adivinas que salsa se utiliza para estos platos?
  • Pues ni idea.
  • Tú leche precioso. Y la necesitamos abundantemente.
  • Aquí estoy para serviroslas cuanto necesitéis.
  • No te preocupes que ya nos encargamos nosotras de sacártela. - continuo la broma la tostada egipcia

Cuales fieras se posaron sobre sus rodillas para lamerle delicadamente el glande en un trabajo en equipo fascinante. Pasando sus mojadas lenguas sobre toda la superficie del tronco endurecido que se prestaba orgulloso al placentero tratamiento que le estaban proporcionando aquel par de “leonas”. Iras , la griega, era un prodigio en la felación y Charmión se esmeraba en aprender de su compañera. Por su parte Shabaka estaba alucinando con las caricias.

  • ¡La quiero toda! – grito la rubia
  • ¡No! - protestó la egipcia

La griega tomo la iniciativa y repitió una de esas cosas que enloquecía a su amado. Con un portento que no lograba a comprender el esclavo esta se introducía su polla de importante tamaño en su totalidad. Charmión tuvo que volver a conformarse con ligero disgusto a lamer deliciosamente los testículos.

  • Eres una egoísta

Iras denotaba con su mirada a su compañera la satisfacción de tener ese duro y caliente cacho de carne en sus fauces. El pobre egipcio disfrutaba sobremanera con la humedad y calidez de esa boca que recorría con sabiduría sus partes delicadas. Apretando adecuadamente con los labios. La lengua juguetona deslizándose para derretir de placer a su querido compañero. La verga seguía creciendo en tamaño hasta casi bloquear las vías respiratorias con leves arcadas cuando Iras se la metía hasta la empuñadura. Shabaka empezaba a emitir esos deliciosos gemidos que tanto le gustaban a ellas. Estaba claro que la corrida era inminente.

  • ¡Me corro! - grito desesperado Shabaka

Iras retiro su pene de su boca y llevo sus manos al instrumento para estimular con la adecuada intensidad el frenillo. Aquel punto débil era definitivo para provocar la corrida. Charmión se arrimo con ansia para recibir los potentes chorros que impactaban en los rostros felices de recibir el resultado del placer. Shabaka creía enloquecer viendo como sus compañeras se dejaban marcar en las caras cuales putas. Las gotas se definían cuales perlas brillantes que eran recogidas con avidez por la lengua de la otra.

  • Cada vez somos más putas – fardo Charmión
  • Desde luego que si- continuo la broma Iras- las putas de Shabaka
  • Me siento como un rey.
  • Tú eres nuestro rey- dijo Charmión
  • Nuestro amo – continuo Iras
  • Nuestro dios – terminó la egipcia
  • Por cierto, Charmión. No te quejarás. Hoy he compartido el dulce néctar de Shabaka contigo.
  • Gracias cariño.

Ambas mujeres se entrelazaron en un ardiente beso mientras Shabaka agotado se complacía en contemplarlas en su fascinante acto de amor lésbico. Iras más mayor tomo el cuerpo de su amada y la animo a tumbarse en la cama mientras seguían compartiendo los restos de esperma. Iras se coloco encima de ella.

  • Ahora tú seras mi victima.
  • Devorame amor mio

La griega disfrutaba también en recorrer las delicadas pieles tostadas de Charmión comenzando por el cuello con las que provocaba una deliciosas sonrisas en su amante. Para bajar lentamente todo el cuerpo dando una suave atención a los pechos que saludaban a la traviesa lengua endureciéndose cuando esta se enrollaba sobre aquellas protuberancias. Charmión jadeaba delicadamente para regocijo de Iras a la que le entusiasmaba provocar esas muestras de placer. Sus manos recorrían toda la piel que se estremecía ante el tacto parsimonioso que le brindaban así como la húmeda lengua recorriendo todo su pecho para descender poco a poco por su vientre deteniéndose en el ombligo. Los dedos hicieron acto de aparición entre las piernas que se abrieron ansiosas a la exploración de los genitales.

Charmión acariciaba la cabellera rubia de su amiga que ya posaba su boca sobre el humedecido sexo de la esclava dando muestras del elevado grado de excitación. La lengua se posó en el inflamado clítoris haciendo mella en él provocando ligeros espasmos de gozo que le recorrían de punta a punta la espalda.

Shabaka no quiso quedarse de brazos cruzados y participar en la fiesta. Pero aún no estaba su cipote listo para la acción pero no por eso tenia que perderse de participar. Se hizo a un lado de su compatriota para besarla con dulzura. Charmión agradeció este gesto devolviendo el beso tranquilo. Iras continuaba lo que tenía en mente y paso a lamer con suavidad todo el bajo de su amiga para concentrarse en el ano que tililaba por esta nueva caricia. La receptora no dudo en gesticular y gemir a la vez que su vagina era explorada por unos incesantes dedos deseosos de dar con los puntos más sensibles. Shabaka continuo calentando el ambiente cuasi devorando los menudos pechos de la egipcia.

  • Ahora te vamos a devorar nosotros dos. - Iras
  • Yo quiero tu leche materna – Shabaka
  • ¡Comerme, comerme viva! - Charmión – ¡Me corroooooo!

Charmión comenzaba a sentir la explosión de sensaciones, ese punto de escalada en el que ya solo queda el descenso, como su cuerpo se derretía, como la bendición divina. El placer de los dioses, la sensación de desvanecerse y ser absorbida toda su fuerza en un momento. La gloría del clímax. Su vagina inundada de fluidos no pudo contener tanto liquido que termino por derramarse sobre la boca de Iras en forma de ligeros chorros los cuales fueron recibidos con agrado por Iras , la cual se deleito con el manjar de abundante miel que le había sido regalado.

  • Menuda forma de correrte. Me he dado un atracón.
  • Me has dejado anonadada, mi ángel. -respondió Charmión entre suspiros.
  • ¡Oye! Dame un poco. Que nos dejas secos y solo lo quieres para ti.- protestó Shabaka

Iras no tardo ni un segundo en buscar la boca de su amado para compartir el transparente liquido para saborearlo entre besos.

  • Shabaka, Charmión hoy te quiere dar una sorpresa.
  • ¿Una... sorpresa?
  • Si cariño. Hoy quiero sentirte llena, quiero que te acoples a mi de la forma más pervertida. Quiero que me poseas, que me tomes.
  • ¿A que te refieres? No lo entiendo
  • Quiero que me folles el culito.
  • ¡¿Que?!
  • Sabia que ibas a poner esa cara de sorpresa. - se jacto Iras entre risas.
  • ¿Que ocurre? ¿No te gusta la idea? - preguntó Charmión
  • Pues la verdad es que si. Me gusta. Pero quizás te hago daño
  • No se lo harás si haces caso a mis instrucciones. Charmión ponte en cuatro.

La joven obedeció poniendo sus glúteos a disposición del hombre que a la sola idea de sodomizar le había devuelto vigor en plenitud a su miembro viril.

  • Bien, ahora con tu meñique se lo introduces levemente en su ano , sin apenas hacer presión. Eso es. Muy bien, deja que sea su culo el que le deje entrar. Lo estás haciendo muy bien. ¿Como va eso Charmión?
  • Muy bien, seguid, seguid. Esto es fantástico. Sigue metiéndomelo
  • Esta cachonda perdida.- se rio Iras- Veo que has echo tope. Vale, ahora, metele el corazón primero hasta la primera falange, eso es. ¿Sientes como se va abriendo el sólito?
  • Si, y noto como vibra.
  • ¿Te esta gustando cariño? - pregunto Iras a Charmión
  • ¡Siiiiiii!
  • Ahora sustituye los dedos por el pulgar. Muy bien, muy bien. ¿Crees que estás lista amor?
  • ¡Si! ¡Que me la meta ya! ¡Rompeme el culo! ¡Quiero sentirlo dentro!
  • No le hagas caso. Ahora apunta suavemente y le haces suave presión. Por ahora solo preocupate de meter solo el glande.

Shabaka preocupado por las indicaciones de Iras solo apretó sin apenas hacer fuerza. Mientras tanto Minuto a minuto, con parsimonia, lentitud en los movimientos en la toma de ese nuevo territorio ofrecido.

Centímetro a centímetro su espada iba penetrando en la carne hasta que al fin su glande había atravesado el anillo interior. Charmión no parecía emitir queja sino que pedía más.

  • ¡Tomame Shabaka, dame , dame!

Este estaba empezando a sentirse emocionado por la situación y dejarse llevar por sus más profundos deseos. Se la estaba follando. Poseyéndola en todos los sentidos. Aquel orificio que le estaba proporcionando una casi estrangulación sobre su polla, una presión gloriosa sobre la que apenas podía contener las sensaciones.

  • ¡Eres mía! ¡Solo mía! ¡Para miiiii! ¡Mi puta!
  • ¡Si! ¡Soy tuya! ¡Follame!
  • ¡Comeme el coño Charmión! ¡Dejame el chichi reluciente!
  • ¡Traelo aquí que quiero jugo de mujer!

Ahora era Charmión la que absorbía con hambre aquel sexo que se ofrecia sobre su cara. Iras abierta de piernas y con la cara de Charmión entre ellas. Shabaka percutiendo furiosamente entre los glúteos de esta última.

La excitación de las mentes y los cuerpos llego al culmen, no pudieron resistirse más. Gritos, jadeos, gruñidos en una canción llena de armonía dictada por una sinfonía de placer sin freno. Uno detrás de otro fueron corriéndose, llenándose de caliente esperma el recto de Charmión realizándose completamente el ritual de entrega.

Ese fue el primer asalto de varios en aquella noche de pasión engendrada por aquellas tres almas deseosas de libertad que en aquel cubículo secreto donde no hubo ninguna oquedad que quedase sin visitar por la leche de Shabaka. Gracias a la protección de la noche el esclavo pudo hacerse dueño de aquellas dos mujeres que se le entregaron en libertad.

La noche toco a su fin y se bañaron juntos a toda prisa para poder regresar furtivamente por las calles de Alejandría, aunque permitiéndose disfrutar del último momento de intimo contacto entre pieles. Se vistierón cerrando tras ellos aquel resguardo de felicidad y paz.

El amanecer provocaba la aparición de los primeros rayos de luz en el firmamento. Tras girar una calle se vieron sorprendidos por un grupo de unos cinco soldados romanos. Sus gestos de rabia denotaban que estaban en graves problemas. Uno de ellos alzo el pilum* contra ellos y grito:

  • ¡Alto! ¡Deteneos! ¡Estáis arrestados!

Continuará …

Disculpen mi tardanza a la hora de escribir. Lo siento de veras.

Me encanta que te gusten mis relatos auroraladiosa , saludos. Siento no escribir más.

Gatacolorada. Me has pillado ;-) Gran parte de esta historia está inspirada en la fenomenal serie de la HBO. Aunque también he cogido de otros como de la serie Spartacus.

Queda un único episodio. Como os imaginareis sera muy trágico y no se muy bien en que categoría lo encajaré. Lo escribiré para rellenar la historia y completarla pero no creo que salga muy erótico :-(

*pilum:

El

pilum

(en plural

pila

) era el

arma

básica, junto con la

espada

(

gladius

), del soldado

legionarioromano

. Era del tipo

lanza

o

jabalina

y medía alrededor de 2 m. Había dos clases de pilum, el pesado y el ligero.

1

Los usaban cuando estaban de 15 a 30 m

1

del enemigo.