Querido

Ángel Méndez ha estado enamorado en secreto del mejor amigo de su hermano mayor, llamado Nick. Ángel inventará una excusa para que Nick le enseñe todo sobre sexo antes de irse a la universidad. Por lo que se armara de una falsa historia.

HOLA AMIGOS SOY UN CHICO DE 23 AÑOS QUE EN SU TIEMPO LIBRE SE DEDICA A LEER RELATOS Y NOVELAS HOMOEROTICAS, GRACIAS A ESTA PÁGINA Y A LOS CIENTOS DE BLOGS QUE SE DECIDAN A COMPARTIR ESAS MARAVILLOSAS NOVELAS HE PODIDO CONOCER Y DISFRUTAR ESAS ESTUPENDAS HISTORIAS... ACTUALMENTE ESTOY OBSESIONADO CON UNA EN ESPECIFICO, ES POR ESO QUE LA QUIERO COMPARTIR CON USTEDES, ME HE TOMADO EL ATREVIMIENTO DE CAMBIARLE ALGUNAS COSAS, PERO SIGUE TENIENDO LA MISMA TRAMA

ORIGINALMENTE SE LLAMA DESEADO BY PIPER VAUGHN. NO ME ACUERDO DE QUE BLOG LA DESCARGUE PERO LA TRADUCCIÓN ES GRACIAS A TRADUCCIONES GANIMEDES. SI LES GUSTA Y SI QUIEREN QUE SIGA PUBLICANDO CAPÍTULOS ME LO HACEN SABER.

— Quiero que me folles, y tomes mi virginidad.

Nick detuvo su pedazo de pizza a medio camino de su boca. Cuando se percato que Ángel no iba a decir nada más, dejo la pizza en su plato con mucha precisión como si tuviera manipulando un arma mortal.

Tomo una servilleta y se limpio las manos con mucho cuidado, después de eso se recargó del asiento y miro a los ojos a Ángel, calculándolo con una expresión de duda, no había en él la mínima señal de humor. Ángel se veía muy serio. Y eso hizo que Nick estuviera muy aterrado.

— ¿Qué dijiste?

Finalmente dijo, debido a que él tuvo que haber escuchado mal.

No había manera que el hermano de 18 años de su mejor y más fiel amigo acabara de decir esas palabras, en el medio de un restaurante con una pareja de ancianos justo sentados detrás de ellos. Esto parecía a la dimensión desconocida.

Cuando Ángel lo llamo y le dijo que necesitaba un consejo, Nick estaba dispuesto a prestarle un oído, siendo un adolescente gay, el pobre no tenía suficiente gente con quien hablar sobre sexo gay, novios o relaciones en general. Y ya que él y Peter, el hermano mayor de Ángel habían sido amigos desde muy niños tenía sentido que Ángel acudiera a él. Ángel siempre había estado tras ellos, siempre siguiéndolos y con ganas de participar en lo que hacían. A pasar los años Nick empezó a pensar en él como otro pequeño hermano.

En la fiesta de cumpleaños 17 de Ángel, Nick había atrapado a Ángel con un compañero de clases en el sótano, en una situación muy incómoda. Ese día Nick había descubierto que él y Ángel tenían una cosa importante en común. Y no mentiría si dijera que su apreciación de Ángel no había cambiado después de ese episodio. Allí empezó a darse cuenta de otras cosas, como la perfecta y hermosa piel y su dulce sonrisa que le quitaba el aliento a Nick, y como su pequeño pero sexy cuerpo era del tipo de sus sueños húmedos. Pero cuando se percato de sus sentimientos, empezó a luchar para mantener a Ángel encerrado en su mundo platónico, sin permitir que las sensaciones sexuales llegaran a su cabeza o a su polla.

Así que, Nick había escuchado la historia sobre el nuevo chico con el que Ángel estaba saliendo, al final de su último año de preparatoria, el chico había engañado a Ángel y rompió con él porque no estaba dispuesto a perder el tiempo con “una pequeña cosa frígida que no lo lograba encender”. Los ojos de Ángel brillaban con lágrimas mientras contaba esa parte de la historia, y el estomago de Nick se tensaba con ira y compasión.

Ángel no necesitaba a un tipo como ese y Nick se lo había dicho. Habría mejores chicos, alguien por el que sí valiera la pena llorar.

Ángel asintió y estuvo de acuerdo. Luego, ni cinco minutos más tarde, esas palabras habían salido de su boca dejando completamente en shock a Nick, pero aun Nick no estaba seguro de haber escuchado bien.

— Quiero que me folles, y tomes mi virginidad. Repitió Ángel.

— Está bien. Nick parpadeo. — Entonces lo dijo en realidad, no había sido una especie de alucinación auditiva

.

— Solo... permíteme explicarte, antes de contestar, ¿de acuerdo? ¿Nick?

— Ángel, mira no creo que este sea el mejor lugar para hablar de eso —. Nick señalo la cabeza hacia atrás en dirección a la pareja de ancianos, que al parecer estaban mirándolos con ojos magnificados.

Ángel vio a la mesa y asintió. — Ok, creo que tienes razón. Aun así ¿podemos hablar de esto en el camino de regreso?

Nick suspiró, y se paso sus dedos por su cabello, la virginidad de Ángel no era un tema que quería discutir; sobre todo cuando él tendría que quitar a Ángel su virginidad.

Pero él y Ángel tendrían que pasar 30 minutos en el auto de regreso a casa, y no era como si pudiera taparle la boca a Ángel para evitar que hablara en todo el camino.

— Ok, vamos a hablar de ello en el camino.

— Cool — Dijo Ángel con una gran sonrisa. Y luego, volvió a comer su comida como si no fuera pasado nada unos minutos antes.

Nick, sin embargo; se dio cuenta que su apetito había desaparecido, al parecer después de todo se llevaría los pedazos de pizza a casa.

Una vez en el auto, Nick encendió el motor e hizo una oración para que Ángel se olvidara de la conversación que se suponía tendrían mientras terminaba de comer y pagaban la cuenta.

No tuvo para nada suerte. Nick apenas había sacado el auto del estacionamiento Ángel se coloco suavemente cerca y se aclaro la garganta.

— Entonces...

— ¿Entonces qué? Dijo Nick disimuladamente, mientras se detenía en un semáforo en rojo. Sentía la mirada de Ángel a un lado de su cara, aun así mantuvo la mirada al frente. Ángel suspiró...

— ¿Debo decirlo de nuevo?

— No. Solo explícame porque lo dijiste en primer lugar.

— Bueno, desde que Thomas termino conmigo, he estado pensando, y... bueno Nick, no quiero ir a la universidad siendo virgen, los chicos de allí son experimentados y con experiencias y yo no voy a saber lo que estoy haciendo, solo no quiero avergonzarme, no quiero hacer el ridículo.

— Pero esa es la parte de todo proceso —. Interrumpió Nick, con su mirada fija en la carretera intentando regresar sanos y salvos a la casa del abuelo de Ángel.

— A veces, el sexo resulta torpe, solo te queda encontrar a la persona indicada, y entonces no habrá ninguna necesidad de sentirte avergonzado.

— Sí, y quiero y anhelo que tú seas esa persona, solo quiero aprenderlo de la persona que más confió, que se que no se burlará de mí o me botaría si hay ciertas cosas que no estoy acostumbrado a hacer.

La mirada de Nick se estrecho y le dio una rápida mirada a Ángel.

— ¿Eso fue lo que paso? ¿Trato de forzarte hacer algo que no querías?

Ángel sacudió rápidamente la cabeza.

— No.

— No te atrevas a mentirme Ángel.

— No te estoy mintiendo, te dije que no. No trato de forzarme. Solo que él no estaba contento con eso.

Nick suspiró.

— Ángel, no hay necesidad alguna en ser impaciente en esto, no es nada vergonzoso con esperar a la persona adecuada, se que puede sonar algo trillado, pero alguien digno de ti pronto llegara. Solo confía en mí.

— Tú eres esa persona adecuada Nick. Tú.

— No puedo estar de acuerdo con esto, lo pides por razones equivocadas, además ¿Piensa en lo que diría Peter de nosotros teniendo sexo?

— ¿Y qué importa lo que piense él?

— Es muy importante, él ha sido mi amigo por muchos años, y tú eres su hermano menor, eso es como una regla en el manual del mejor amigo o algo así.

— ¿No te parezco atractivo? Es por eso que no lo harás, ¿No te sientes atraído por mí? Ángel preguntó, con una nota de dolor en su voz.

Nick suspiró, — ¿Estás perdiendo el punto de lo que acabo de decir, o estás siendo muy obstinado?

— ¿Es tú respuesta?

— Es mi respuesta.

Por el rabillo de ojo, Nick lo vio cruzar los brazos.

— Bien se lo pediré entonces a alguien más.

Nick no pudo contener un suspiro, pero apretó fuertemente los dientes para evitar decir algo. Al menos que dijera “sí, voy a follarte tan fuerte como el infierno” y por Dios una gran parte de él lo quería decir. Pero no podía, no podía hacer lo que Ángel le había pedido. Así que solo se mordió la lengua.

En el momento que llegaron a la casa de su abuelo le dolía jodidamente la mandíbula.

________

Ángel suspiro, cerro su libro y dio un vistazo por la tienda. Dos horas más y su turno terminaría y ya había hecho todos sus deberes. Los pasillos de las cañas de pescar y otros accesorios de deporte estaban en perfecto orden, ya no había más nada que pudiera hacer y estaba aburrido, lo único que quería hacer era volver a la casa del lago y acurrucarse y tratar de dejar de sentirse tan patético y miserable.

Pensaba que sería fácil, nunca se imagino que Nick podría decir que no a su petición. Pero Nick era, bueno, perfecto. Siempre atento, sereno y racional. Todo lo que Nick dijo tenía  tanto sentido. Él había hecho lo que cualquier chico respetuoso y correcto haría, y esa precisamente era la razón por la que Ángel lo quería tanto. Nick no era el tipo de persona que se aprovechaba. Pero claro Ángel pensó que la triste historia de Thomas había sido suficiente para influir en la forma de pensar de Nick.

Estaba sorprendido que Nick no le dijera que eran estupideces. Bueno, Nick lo hubiera llamado estúpido si fuera el tipo de persona que asumen lo peor de la gente. Sin embargo no lo era, y no tenía ninguna razón para saber o sospechar que Ángel estuviera mintiendo. La idea de que Ángel hubiera inventado toda esa historia, nunca podría cruzar por la mente de Nick. No había un ex llamado Thomas, incluso no había ningún ex en absoluto. Ángel se había guardado durante toda la preparatoria... para Nick. No sabía cómo lograr que Nick lo dejara de ver como un niño y empezara a verlo como un hombre.

Ángel levanto la vista cuando la puerta de la tienda se abrió, dejando entrar una ráfaga de aire y a Tom, el sexy chico de cabello oscuro que trabajaba en el taller de al lado. Él le dio una arrogante y brillante sonrisa a Ángel mientras caminaba al mostrador, inclinándose hacia el espacio personal de Ángel.

— Hola bebe hermoso. ¿Tu abuelo está adentro?

Ángel negó con la cabeza.

— No. Él está en unos asuntos en la ciudad. ¿Necesitas algo Tom?

La sonrisa de Tom se amplío, anunciando problemas.

— No necesito nada. Sólo quería saber si estábamos solo.

— ¿Y por qué quieres estar a solas conmigo? Ángel le preguntó con una suave sonrisa. Tom siempre lo ponía tenso y cachondo, pero era muy divertido coquetear con él, además ayudaba a Ángel a pasar el tiempo mientras todos estaban fuera de la tienda; sin las visitas periódicas de Tom, Ángel estaba seguro de que ya se hubiera vuelto loco. Estaba decidido que cuando viniera a trabajar con su abuelo de nuevo el próximo verano, iba a insistir para que le asignaran otras obligaciones. Estaba cansado de estar atrapado detrás del mostrador esperando que las personas entraran o atendiendo el teléfono.

Tom se acercó y paso un dedo por la mejilla de Ángel.

— Oh, yo podría pensar en muchas razones.

Ángel sonrió. — ¿Podrías ahora?  ¿Compartir conmigo esas razones?

Tom pasó la lengua por los labios y dobló el dedo indicándole a Ángel que se acercara.

— Ven aquí.

Ángel lo hizo, inclinándose hacia adelante hasta que pudo sentir el roce de la barba de Tom en su mejilla y el aire caliente sobre la oreja. Esperaba que Tom le murmurara algo, pero en lugar de eso, Tom mordisqueó el lóbulo de la oreja. Ángel se estremeció ligeramente y comenzó a alejarse, pero la mano de Tom se acercó y lo agarro de la parte posterior de la cabeza y lo mantuvo en su lugar.

— Podría chuparte. Murmuro Tom, sus dedos jugando con el cabello corto de la nuca de Ángel.

— Podríamos ir atrás, me pongo de rodillas, te tomo en mi boca.

Ángel tembló. Nunca había ido tan lejos de una masturbación con nadie. La idea de Tom de rodillas chupándolo con esa boca arrogante alrededor de su pene era tan sexy. Sin embargo, no era nada en comparación con todas las fantasías locas que había tenido con Nick desde hace años. Y si tomaba la imagen mental de Tom y la remplazaba con Nick. — Dios mío.

Ahora estaba más caliente.

— Te chuparía duro. Continúo Tom, acariciando la suave piel detrás de la oreja de Ángel.

— Tan bueno como suena. Dijo Ángel cuando comenzó a pasar de nuevo.

Yo....

Se interrumpió cuando la puerta se abrió de nuevo con una fuerza suficiente como para golpearse contra la pared. Nick estaba en el umbral, y la expresión de su rostro era una que Ángel nunca había visto antes, de ira con algo más oscuro.

— Perdón por interrumpir. Dijo Nick con frialdad. — Pero tu abuelo acaba de llegar al estacionamiento. No me gustaría que entrara y se encontrara con lo que... estaban haciendo ustedes dos.

— Nosotros no... Ángel empezó, pero Nick aparentemente, no quería oírlo, o no le importaba lo que tenía que decir, solo se dio la vuelta y se alejó, la furia y rabia irradiando en él.

Ángel tragó fuerte, pensaba en ir a buscar a Nick o decir algo para aliviar la tensión acumulada alrededor, abrió la boca y vio a Tom, pero la sonrisa en el rostro del hombre atrapó su aliento. Era tan retorcida y fría. El solo hecho de verla hizo que Ángel diera un paso hacia atrás.

Al instante la sonrisa había desaparecido, remplazada por la conocida y familiar sonrisa arrogante de Tom. Aun así Ángel sabía que no la había imaginado. Él no quería tener que ver con alguien que podría tener una expresión tan maliciosa en un momento y al siguiente una feliz y cínica.

A juzgar por la reacción de Nick a Tom, había cierta mala sangre allí. Teniendo en cuenta lo relajado que Nick era, algo tenía que haber pasado entre ellos dos. A Nick no le agradaba la gente sin una buena razón.

— Quizás la próxima vez, ¿Verdad?

Antes que Ángel pudiera contestar, Tom le guiñó un ojo y volteo hacia la puerta, saludando a los abuelos de Ángel cuando entraron. Unos minutos más tarde se despidió y se fue.

Ángel se coloco en las ventanas al frente de la tienda y observó a Tom cruzando el estacionamiento, se preguntó qué había sucedido entre Tom y Nick. El hermano de Ángel era el que tenía el carácter fuerte. Nick era muy tranquilo; Ángel lo había visto enojado muy pocas veces, pero nunca tan furioso como había estado hoy. Y no pueden ser solamente celos, no después de lo bien que le había salido a Ángel su propuesta esta tarde. No, algo muy importante tuvo que haber pasado entre esos dos, y Ángel estaba dispuesto a apostar que Peter sabía lo que era. De un modo u otro, lo iba a averiguar.