Querida suegra

Tanto tiempo ha pasado, y has estado tan sola, sin conocer, sin sentir, ahora es el momento, goza.

Mi nombre es Ramiro, tengo 52 años, soy viudo desde hace 7 meses y lo que les voy a comentar sucedió apenas la semana pasada, es decir el día 2 de enero. Resulta que mi matrimonio duro 21 años y desde aproximadamente hace ocho años mi esposa me confió que su Mama le había confesado que por más que luchaba porque a mi suegro se le parara este ya no podía, quizás por un infarto que tuvo hace como 12 años. Mi suegra en cuestión a la que llamaré Sofía es una mujer de 72 años pero muy bien conservada y guapa, se esmera en su vestido y hace diario ejercicio. Al conocer la indiscreción que me confío mi esposa desde ese momento se me empezó a antojar mi Suegra. En una ocasión fuimos toda la familia hermanos, sobrinos, etc., a un día de campo, lo recuerdo bien el 20 de noviembre de 2000 y al regreso como me había tomado unas copitas me toco estar en el asiento de atrás entre mi suegra y mi mujer, al ver que mi mujer dormía y aprovechando de la situación como quien no quiere la cosa le tome la mano a mi Suegra y aún cuando note que no le gusto no me forzó a soltarla quizás por no hacer un escándalo.

Así paso el tiempo y en cuanto momento podía le decía sus piropos y le enviaba besos volados y se hacia la desentendida. Al fallecer mi esposa mi relación con los suegros es la misma como si estuviera viva, y como con ellos una vez a la semana, específicamente los sábados. El 31 de diciembre que estuve con ellos aproveche decirle a mi suegra que me gustaría que revisara el closet de mi esposa y tomara lo que guste, ya que había bolsas, ropa, relojes, cadenas, etc.,prometió hacerlo en la primera oportunidad.

Ella sabia que estaba de vacaciones por estas fiestas así que el día primero me hablo y pregunto si al día siguiente no tenia compromiso, quedamos en vernos a las cuatro de la tarde y pensé que vendría con mi suegro, pero llego sola en taxi y me pidió al llegar si había problema por regresarla a su casa. Al comenzar a revisar lo que había le dije que si quería tomar una copa para tomar un poco de fuerzas ante lo que estaba haciendo y yo acompañándola, acepto las serví y notaba como se le escurrían lagrimas al estar revisando las pertenencias de mi mujer, no se si fue por eso que la copa la termino muy rápido y no le pregunte y le serví otra, se la tomo de la misma forma y al servirla me dijo es la última porque estoy un poco mareada.

Yo también estaba mas suelto por lo que se me vino a la mente su falta de sexo con el suegro y le dije que como había resuelto el problema de la falta de sexo con mi suegro ya que él me había contado de su problema un día que estábamos comiendo con unas copas de más, ella como que no entendió la pregunta y le dije que desde que enviude hay días que me subo por las paredes de la calentura, y que como le hacia ella, a lo que me dije que ella no sentía esas cosas, ante mi insistencia y con bastante vergüenza me dijo que las pocas veces que se ponía indispuesta, terminaba tocándose algo esto lo dijo con mucha pena.

Yo le indique que era normal que no sintiera pena, que muchas mujeres y hombres lo hacíamos, así que le dije que si necesitaba algo no tenia mas que avisarme, a lo que entre risas añadí, para eso esta la familia. A lo que ella respondió "lo mismo te digo" para lo que necesite? ¿en cualquier momento? Así es dijo ella, no lo pensé mas y me acerque y la tome en mis brazos, nos besamos con pasión, como algo que ha estado latente muchos años dentro de los dos.

Mis manos se perdían entre su ropa, ella solo me abrazaba, hubo un momento en que pensé que iba a parar, lo que hizo fue ayudarme a quitarme la camisa, la tome de la mano y la recosté en la cama, yo aproveche y me quite los zapatos y el pantalón. Empecé por quitarle la blusa y el brasier, quería ver esos pechos que eran pequeños pero que por tanto tiempo había deseado, los toque, los bese, los mordí, esto la puso a mil, solo gemía, estaba quieta, así que fui bajando por su vientre hasta llegar a su falda que desabroche y baje, hice lo mismo con sus calzones que eran grandes no como se acostumbra ahora, y empecé a besar su monte, le lamía los labios vaginales, le mordí y succione el clítoris, estaba que deliraba, sintiendo que la tenia toda mía seguí lamiendo y comiendo de aquellos frutos hasta que no aguanto más y vino su primer orgasmo, en su calentura dijo que nunca le habían hecho esto, entonces le dije que nunca es tarde para gozar, así que seguí entre sus piernas hasta que tuvo dos o tres orgasmos más. Al cansarme de estar tanto tiempo chupandole me levante y le acerque mi miembro a su boca, con pena me dijo que nunca lo había hecho y le dije como si fuera una paleta, le costo trabajo ya que sentía asco con el liquido seminal que me goteaba de todos lados, siguió haciéndolo y al poco tiempo empezó a disfrutar como una chamaca, se movía sin coordinación, pero estaba gozando lo que nunca había hecho, seguí llevando la batuta y fue cuando decidí metersela, la ubique en la cama de tal forma que tome sus piernas y me las puse al hombro, ella estaba con los ojos como platos al ponerla en esa postura, comencé un mete saca despacio, a veces con la cabeza de mi miembro lamiendo sus labios vaginales, estaba gozando encantada, cambiamos de posición y ella se puso de cuatro patas y desde atrás le di caña, estaba en la gloria y más aun cuando se veía en el espejo de la recamara, al estar así exploto en un tremendo orgasmo, y aceleré para correrme dentro de ella.

Al recuperarse, no podía creer lo que me confío, nunca había tenido un orgasmo, ahora de la casa no sale, hasta el suegro le ha dicho que tanto viene a mi casa, me trae de comer etc., pero dice probecito esta solo y nadie lo acompaña.