Querida suegra (2)

Las aventuras de un yerno con su suegra.

Segunda parte

Desde ese día comencé a poner más atención en mi suegra. Tomándola de repente de su cintura, alabando sus comidas, en fin algo poco que no notara ni ella ni mi señora. Pasando por detrás de ella, en lugares apretados, pero nada que se notara mucho.

También comencé a hablar mas con ella, un poco mas intimo, preguntándole sobre su marido, sobre sus parejas etc., pero mi avance era casi nulo.

Paso el tiempo, y una noche mi señora tenía una comida de su empresa fuera de la ciudad, por lo que pasaría la noche afuera. Esa noche, después del trabajo, aproveche de salir con unos amigos a tomarme unas cervezas por ahí.

No había tomado mucho, me encontraba muy lúcido, y tampoco llegue tan tarde. Mi suegra se encontraba en la cocina lavando unos platos y ya preparándose para ir a acostarse. Como hacía calor usaba un vestido de una sola pieza, color blanco con verde, que me encantaba, ya que al ser delgado, se le notaba perfectamente los calzones que usaba, y no eran de vieja precisamente.

Sin dejar de lavar, me saludó y me preguntó como me había ido. Yo mientras conversaba a su espalda, miraba los pliegues de su falda y como esos calzones le quedaba apretado.

Le ofrecí que se tomara un trago conmigo y me lo aceptó. Como ambos fumábamos y no lo hacíamos dentro de la casa, nos sentamos en el patio a fumarnos el cigarro y a beber. Antes que me dijera algo, al ver su vaso casi vació, me levanté y se lo volví a llenar, sirviéndome otro a mí. Me lo aceptó de buena gana y seguimos conversando. Luego me levanté a servirle otro y me dijo que no, pero yo redije que no podía dejarme solo y se lo pasé. Me lo aceptó, pero me dijo que era el último, por que si no, se embriagaría.

Yo le decía que no se preocupara, que estábamos los dos solos y que la vida es una y hay que disfrutarla. En eso nos pusimos a conversar de nuestra relación con mi señora, y si bien es cierto, no estábamos muy bien, le puse un poco mas, aumentando los problemas, para que ella me empezara a consolar.

La conversación la orienté al tema sexo y al rato le comentaba que el problema es que yo siempre andaba con ganas y ella no, y que muchas veces eso era causal de discusiones.

Me imaginaba locuras, como a mi suegra diciéndome, "si quiere yerno acá me tiene" , o que simplemente se arrodillara entre mis piernas y me la chupara, como años antes hacía con su marido.

Ella me dijo que en sus años de matrimonio, había aprendido que el hombre es mucho mas fogoso que la mujer y que ella, muchas veces aun sin tener ganas, dejaba que su marido se desahogara con ella, justamente para evitar problemas de ese tipo.

La conversación estaba tomando precisamente el rumbo que yo quería, y no podía cortarla ahí, a si que disimuladamente me fui nuevamente a la cocina y del refrigerador, saqué otra botella que tenía helando para ocasiones especiales.

Me costó mucho que me aceptara tomarse otra copa conmigo, pero luego de mucho insistir, me la acepto. Como broma le dije que ella era espectacular, cocinaba bien y que mas encima me daría el gusto aun sin que ella tuviera ganas…. Que la había embarrado con casarme con su hija y que debería haberme casado con ella.

Eso le causo mucha gracia y luego de reírse, y por los tragos que tenía encima, se puso un poco sentimental y me dijo que ella me agradecía mucho que la hubiese aceptado en mi casa, sabiendo todos los inconvenientes que eso atraía. Le dije que no se preocupara por esos y que brindáramos por eso, pero se rehusó terminantemente, aludiendo que ya las copas se le estaba pasando (me di cuenta por su forma de hablar), que ya era mucho para ella, que era muy tarde, y que lavaría los vaso, para irse a acostar.

Yo no me había dado cuenta, pero también estaba bastante pasadito de copas. Me fui a la cocina y me coloqué detrás de mi suegra mientras ella lavaba los vasos.

La vi por detrás y nuevamente su ajustado calzón me hizo subir la calentura. No lo pensé y la tome de la cintura apoyándola contra mí.

¿Sabes Sonia?

Que paso ( se sorprendió, pero no le dio importancia a que la abrazara)

Estaba pensando , que quizás tu me podrías ayudar

A que

A quitarme las ganas que tengo acumulada

Se puso nerviosa y cerró el grifo del agua, tratando de darse vuelta para irse, pero apretándola más fuerte, se lo impedí.

creo que se te pasaron las copas, y no sabes lo que dices

Creo que si se, tengo ganas, se lo que quiero y que tu puedes ayudarme

Ya , no seas loco y vamos a acostarnos ( un poco nerviosa )

Eso quiero (y bajando mi mano comencé a acariciarle una nalga), que no vayamos a acostar

Ya , no seas loco , suéltame … no juegues

No estoy jugando ( besándole el cuello) , quiero que esta noche lo pasemos bien

¡Que haces! … no seas loco, por favor suéltame

Haz de cuenta que no soy tu yerno

Eso es imposible….. por favor que haces, no hagas eso

Mi suegra no podía darse vuelta, ya que la tenía presionada contra el mueble de la cocina, y ya le comenzaba acariciar, directamente la nalga por debajo del vestido. Por más que trataba de convencerme que me detuviera, mi calentura seguía en aumento y no me dejaba pensar en otra cosa, más que en poseerla.

Ella solo trataba de convencerme que la dejara, y con pocas fuerzas trataba de soltarse. Trataba de sacar mi mano de debajo de su vestido, pero mi fuerza era mayor y con mayor gana se la tocaba. Solo cuando comencé a desabrochar mis pantalones, ella se anduvo desesperando un poco y haciendo mas fuerza trató de liberarse.

¡Por favor no lo hagas!

Vamos , no seas tonta , pasémoslo bien

No , no quiero …. Por favor déjame

Ya mi verga estaba afuera, dura y lista para le pelea, le trataba de levantar la falda para frotarla contra su culo, pero tratando de no ser violento. Al sentir que la piel de mi miembro con el contacto de sus nalgas, me pidió un momento de calma.

Espera …. No lo hagas

Vamos … ¿que te cuesta?

No lo hagas …. Se que te has calentado por el alcohol, pero esto no esta bien , no quiero que me la metas

Vamos , entonces solo déjame ponerla acá (metiéndole con mis dedos entre las nalga, acariciando unos cuanto pelitos de esta)

¡No, estás loco!

Vamos di que si (Besándole el cuello)

No … por favor no

Anda .. que te cuesta, solo colocarla acá, prometo no metértela…. Siente como me tienes

Mira, a sí como estas, se que no te convenceré, pero no quiero que me la metas

¿y que propones?

hagamos algo…..déjame desahogarte, pero prométeme que no me la meterás.

Apoyada contra el mueble de cocina, dándome la espalada y con mis manos amasándole las nalgas, mi suegra, no muy convencida, llevó una de sus manos atrás y me tomo la verga.

Sentí sus manos mojadas, heladas, en contacto con mi duro miembro, y realmente se sentía exquisito. Me comenzó a masturbar muy suavemente.

Yo me separé un poco, sin dejar de tocarle el culo, pero viendo la mano de mi suegra hacer su excelente trabajo.

Diestramente la mano de ella me la corría de una forma espectacular, haciendo que mi punta rozara con sus nalgas, para aumentar el placer

¡Ohhh Sonia, se siente exquisito!

Solo por esta vez te lo haré, por como estas y por premio a tu generosidad, por aceptarme acá, pero nunca mas, ¿me lo prometes?

Vale … sigue asi …. Que rico

¿Te gusta como lo hago?

¡Oh, si!, me encanta como me la tocas

Dale …disfruta yerno mío …. Pero solo por esta vez

Oh un poco mas …. Así … mas fuerte …. Mmmm … mas rápido … que placer suegrita

¿A si?

Ohhhhhhhhh siiiiii

Prométeme que de esto nunca, mi hija se enterará

Oh .. si … lo prometo … pero no pare suegra

¿Tienes ya ganas de acabar? … dale, no te detengas, no importa donde caiga

Suegra tiene una manos de maravilla …… siga así …..más …. Mmmmmm….ya viene …. ¡ya viene! ….¡ahora! ….ahhhhhhhhhhhhhhh

Apretándole fuerte las nalgas mi chorro de semen cayo en ellas, en su vestido, mojando sus manos, en el mueble. Ella continuó suavemente unos minutos mas, jugando con mi verga completamente mojada, hasta que mi semen se transformo en crema en sus manos. Luego me la soltó, se arremangó su vestido y se fue al baño a limpiarse.

Estuve un rato de pie, con los pantalones en las rodillas, pensando en lo que había pasado. Mi suegra seguía siendo una geisha, primero su marido, luego su hijo, y ahora su yerno.

Sentí como en el baño corría el agua del lavamanos, seguramente limpiando los restos de semen de su cuerpo y de su vestido.

Nos juntamos nuevamente en el pasillo y ella sonriendo, me dijo que le daba vergüenza y se metió a su habitación.

Me metí al baño y me limpié los restos de semen que habían quedado. Luego salí al patio, a firmarme mi último cigarro y a beber mi último trago, pensando en como sería mi futuro de ahora en adelante, al lado de mi suegra.

Al pasar por fuera de la habitación de mi suegra, me imaginé a mi suegra, ya acostada, con la misma camisola del otro día, y como mi verga no había quedado tranquila, decidí pasar a buscar un poco mas.

Entre a mi habitación y me desnudé completamente, y tratando de meter el menor ruido posible entre a la habitación de mi suegra. No se si ella dormía o no, pero me daba la espalda.

Completamente desnudo y con una verga tiesa de calentura, me metí en su cama, abrazándola por detrás e inmediatamente acariciando sus nalgas. Ella me pidió que me marchara, que nosotros habíamos llegado a un acuerdo que sería la única vez que eso iba a pasar, pero le dije que con esa calentura no podría dormir y que el trato era por toda la noche. Trato de convencerme que me marchara, pero mis manos ya le tenían toda la camisola arriba y nuevamente se encontraban con esas ricas nalgas.

Ella se dejaba tocar, pensando que yo me cansaría, pero al contrarió, mas la apretaba y mas me frotaba con ella, ahora ya acariciando sus tetas.

Pero fue cuando mis manos se metieron por debajo de su calzón y agarraron los pelos de su concha, cuando ella reaccionó y me dijo que ahí no la tocara. Que nuevamente me daría en el gusto, con la condición que una vez que acabara, yo me marcharía a mi habitación y que nunca más se repetiría.

Yo a todo le decía que si, con tal de volver a sentir sus manos entregándome placer. Esta vez mas cómodos, me coloque un cojín en la espalda y me senté a esperar que mi suegra hiciera de las suyas con sus manos, bajando las cobijas para que nada se interpusiera. Ella también se sentó y muy decidida, me tomo la verga nuevamente y comenzó a masturbarme.

Prendí la luz del velador, pero ella me la hizo apagar. Yo le pedí que me dejara verla y al final accedió a que prendiera la televisión. De todas formas, esa luz, fue suficiente, para ver la diestra mano de mi suegra, subiendo y bajándome la piel de mi verga.

Ella a veces hablaba en voz alta, diciendo "las cosas que haces Sonia", pero de todas formas lo seguía haciendo, pero como que no lograba que se excitara, lo hacía como por obligación. Sin embargo su vista no se despegaba de sus manos y de la enorme cosa que tenía entre ellas.

¿Que le parece suegra?

Una locura lo que estamos haciendo

Me refiero a lo que tiene en sus manos

Ja ja ja … no se , todas son iguales

No diga eso suegra, no puede negar que es grande

Digamos que tienes un buen tamaño

Hace cuanto que no tenía una de estas en la mano

Muchos años …. ¿ Te gusta así?

Se siente rico, pero preferirá mas tenerla dentro suyo

No insistas … mmm parece que ahora estas mas duro

Si …. Me va costar mas acabar ….. ¿Por qué no me ayuda con su boca suegrita?

¿Quieres que lo haga?

OH si … me encantaría

Esta bien…. Pero luego te marchas

Mi suegra mirándola por última vez, pensando en lo que estaba a punto de llevarse a la boca, se corre el pelo, y diestramente se la mete en la boca.

La metía y la sacaba de su boca, a pasando su lengua desde la base hasta la punta, metiéndome la punta de la lengua en el orificio de la punta, haciéndome unas exquisitas cosquillas, para luego volver a metérsela hasta el fondo.

La chupada no era una de las mejores, pero era mi suegra, la madre de mi señora la que lo estaba haciendo y con sus 51 años de experiencia, sabía lo que hacía.

Al cabo de un buen rato, de estar chupándomela, se levanta y se sienta a mi lado, diciéndome que estaba muy duro de acabar y que ya le dolía el cuello, yo acariciándole las tetas, le dije que la dejaría descansar a cambio que me dejase chupárselas un rato.

Entregadas a las perversiones de su yerno, y para hacer que me viniera pronto, saco sus brazos por debajo de la camisola, dejando sus grandes y redondas tetas, aunque algo sueltas y caídas, a la disposición de su yerno para que las chupara a su antojo.

Me coloque de lado y me metí una a la boca, chupando cual bebé, mientras con mi otra mano, jugaba con la otra, haciendo que el roce elevara su pezón.

Ella me miraba, y sonreía viendo como disfrutaba yo de estar chupándole las tetas. Luego me monté un poco mas sobre ella y le acaricie las piernas, pero no daba señales de querer follar conmigo.

Nuevamente mi mano paso por sobre su sexo y ella inmediatamente me a retiro, y a si, todas las veces que intenté hacerlo.

Las tetas estaban exquisitas, pero yo quería un poco mas de acción. Me monté completamente sobre ella y tomándole las tetas con ambas manos se las chupaba fuertemente, tratando de que mi verga se frotara con su sexo, pero apenas ella sentía el contacto, se movía.

No insistas que no va a pasar nada

Le puedo hacer una pregunta

Ja ja ja … ¡me esta chupando las lolas, y me tratas de usted!...cara dura

Ja ja ….. dime algo, de verdad , no sientes ganas de hacerlo

No, de verdad que no

Pero por que

No te lo puedo explicar …. Es algo que no me nace

Pero si usted me deja … quizás

Ya te dije que no, solo confórmate con esto, y solo por esta noche

Pero

¡No! , entiéndelo ….. y anda acabando que estoy muy cansada

bueno…. ¿Pero puedo acabar en este culito?

Ni creas que voy a caer en eso… y apúrate

Bueno, pero hágame otra chúpadita

Pero si no acabas en 5 minutos, lo dejamos todo ahí

Bueno

¿Lo prometes?

Lo prometo

Nuevamente adoptamos la misma posición, yo sentado y mi suegra entre mis piernas chupándola con poco entusiasmo. La verdad hubiese durado mucho más, pero sabía que mi suegra estaba hablando en serio, y apuré mi eyaculación.

Sentí ese cosquilleo en mi verga y cuando mi suegra la tenía completamente adentra, me descargue en su boca. Ella se anduvo un poco atorando y me escupió en el vientre el semen que había caído en su boca, pero de todas formas me la siguió chupando.

Ya cuando notó mi relajo, me dijo que ya era suficiente y que me marchara de su habitación. Quise insistir un poco mas, pero, al fin sacando algo de voz, me echó de la habitación.

Fin segunda parte