Querida hermana
Sorprendida con un amante por mí hermana descubría la relaciones más bonita de mí vida.
Cada tres meses mí esposo tiene que viajar por asuntos de su trabajo, paso dos o tres días sin él en los que Teresa y yo aprovechamos para salir solas y disfrutar juntas alguna aventura.
Lo que ahora les cuento sucedía hace poco, después de cenar con mí amiga fuimos a tomar una copa a bailar a una discoteca. Cada una encontraba a un chico con el que pasar un buen rato, Teresa se fue me dejaba sola con mí conquista de esa noche. El hombre con el que estaba me daba morbo solamente al mirarle al tenerle a mí lado. Era un chico joven mulato alto fornido, a través del escote abierto de su camisa dejaba entrever su marcado pectoral masculino que hacía desearle lamerle con tú lengua.
Al quedarme sola me ponía a coquetear con él, le pedía ir a bailar, tenía que tomar una decisión. En el baile al sentir su cuerpo pegado a mí con sus grandes manos sobre mí cintura encendía todas mis pasiones.
Pablo, como voy a llamar a mí amante, dejaba muy cerca sus sensuales labios carnosos que besaba mordía encantada, al mismo tiempo tocaba su paquete volviéndome loca la idea de sacar de tener esa hermosa tranca para mí.
Excitada estaba dispuesta a follar allí mismo con Pablo pero aquella discoteca no era el lugar ideal.
Le pedía que parara, le dije que era hora de irnos, salía con Pablo a la calle. Cuando estábamos fuera me preguntaba a donde íbamos. Tuve unos segundos para pensar, no quería ir a mí casa y Pablo vivía lejos con otros amigos, entonces me acordaba que mis padres estaban fuera, tenía cerca la casa de mis padres.
Fuimos andando hasta casa de mis padres, por el camino nos paramos varias veces a meternos mano a besarnos. Al entrar al portal mientras esperábamos el ascensor desatamos todas las ganas que tenías de meter las manos bajo la ropa de tocar nuestras zonas más cálidas.
Subimos como posesos devorando cada centímetro de nuestros cuerpos que lograbas chupar lamer tocar y sentir.
Abrí la puerta y llevaba a Pablo hasta mí cama hasta mí habitación en casa de mis padres.
Envuelta enredada en sus caricias descubría al hermoso amante que esa noche tenía a mí lado. Su escultural figura era una delicia rozarla tocarla atraparla en mis manos, estaba al borde del orgasmo al ver al sentir como ese moreno enyugaba mis pechos en su boca.
Era una delicia resbalar mis pezones duros sobre su vientre, deslizaba la lengua hasta su ombligo, le bajaba los calzoncillos. La rosada cabeza de su polla la envolvía en mis labios la chupaba con ganas dentro de mí boca.
Empezaba a darle una buena mamada, a meterla entre mis pechos mientras lamía toda su polla desde la punta hasta los huevos.
Pablo tiene buena verga muy rica pero para ser mulato la tiene normal sin hacer honor a la fama que tienen los morenos. Pero tiene una boca unos labios y una lengua maravillosa que me volvieron loca de placer.
Follaba muy rica con Pablo, estaba bien como amante aquella noche para mí, acertaba al haber ido a casa de mis padres con él. Después del primer polvo sabíamos que nuestra aventura iba a termina esa misma noche.
Estábamos empezando el segundo polvo cuando escuchaba que alguien entraba en casa de mis padres. Le pedía silencio a Pablo, reconocía la voz de mí hermana y de otras personas. No sabía que hacer, la primera reacción fue la de vestirme, le pedí a Pablo que se pusiera la ropa.
¿Cómo iba a justificar mí estancia allí con él? Lo tenía difícil, mí hermana me iba a descubrir.
Mí hermana está separada, tiene la crisis de los 40 años, no sabía que fuéramos tan iguales respecto al sexo hasta esa noche, desconocía que fuera tan ardiente como yo.
Ella no tardó en abrir la puerta de mí cuarto y descubrir que estaba acompañada. Contenta feliz nos saludaba, me decía; querida hermana es un placer encontrarte aquí soy discreta podéis seguir a lo vuestro os pido disculpas, sabes que puedes contar conmigo. Vine con dos ricos amantes míos y voy a disfrutar con ellos, seguid a lo vuestro o uniros si os apetece, cerró la puerta y se fue.
Me quedaba sin saber que hacer, Pablo terminó de vestirse, estaba cortado se marcho me dejaba sola tumbada en la cama medio desnuda.
Escuchaba como mí hermana y sus amigos despedían a Pablo. Tumbada sobre la cama esperaba no quería volver a ver a mí hermana ni tropezar con sus amigos. Sus voces fueron cesando, al rato de no escuchar nada abría la puerta para ir al baño.
Nada más salir escuchaba el sensual sonido entre mezclado del jadear de mí hermana y de sus hombres. Aquellos sollozos excitaría a cualquiera que pudiera oírlos, motivada quería mirar ver la causa que provocaba esa maravillosa sinfonía de placer.
Sigilosa me asomaba curiosa a observar desde el pasillo lo que pasaba en el salón, encontraba a mí hermana mamando juntas en su boca como mejor podía las enormes pollas de dos hombres negros. Hipnotizada miraba atenta como chupaba como mamaba como disfrutaba mí hermana con sus pollas, las comía las devoraba de arriba abajo las frotaba entre sus pechos y gozaba feliz como haría cualquier mujer.
Era mí hermana pero representaba a todas las mujeres del mundo y hacía muy bien muy linda lo que debía hacer.
Uno de ellos se sentaba a su lado y ella se levantaba abría las piernas, se ponía de espaldas a él a cabalgar sobre su polla, el otro empezaba a besarla a lamerle las tetas los pezones y a ponerle la polla en la boca para que se la chupara.
No perdía detalle no dejaba de mirar de sentirme excitada, me masturbaba encantada.
El chico al que mí hermana le mamaba la polla se dio cuenta de mí presencia, al ser descubierta sentía vergüenza pero la voz familiar de mí hermana me tranquilizaba. Deseaba probar mamar aquella hermosa verga, mí hermana con voz tranquila segura cariñosa me llamaba me invitaba unirme a ellos.
Ella y yo nos habíamos visto mil veces desnudas pero nunca habíamos follado juntas ni habíamos mantenido relaciones.
Despreciar su invitación resultaba desagradable podía fastidiar su fiesta y a mí me apetecía unirme a ellos.
Fui al encuentro a abrazarme besar al hombre que me delataba, sobaba mis pechos sobre él y bajaba a chupar su hermosa polla.
Ese hombre tenía una polla muy viciosa morbosa era un placer chuparla sentir su caliente miembro dentro de tú boca, lasciva me relamía toda sobre su tronco hasta restregar sus huevos sobre mí rostro.
Entregada a él sentía las caricias de los finos dedos de mí hermana de sus uñas entre los labios de mí coño, actuaba como sino sintiera algo especial pero para mí lo era. Sin decirle nada resultaba muy especial que fuera mí propia hermana la que me tocaba.
Chupaba devoraba con más placer la polla de ese hombre, sin dudas él se dio cuenta de mí excitación, retiró su verga de mí boca me daba la vuelta. Quedaba de frente ante el coño penetrado abierto follado por el otro.
Podía ver la verga metida dentro del coño de mí hermana, mí moreno me follaba clavaba su linda verga toda dentro de mí. Gritaba jadeaba junto a ella, me corría tenía varios orgasmos al sentir bombear dentro de mí esa polla mezclada por el olor el sabor de los flujos de mí hermana cuando lamía los huevos de su chico y su coño.
Mí hermana entre sollozos me pedía que siguiera lamiéndola, se corría en mi cara soltaba varios chorros calientes que gozosa me entregaba deliciosa a ella. Penetrada por mí moreno empapada por ella subía a lamer a besar sus pezones hasta besarnos juntas en la boca con amor con mucha pasión.
Pegada a ella mí amante follador sacaba su polla dentro de mí, se corría fuera sobre mí espalda, las dos juntas chupamos su polla compartimos parte del calido semen que brotaba. Su amante follador enseguida también se corría sobre el vientre de mí hermana, chupamos compartimos en nuestras lenguas su semen mamando juntas toda la polla.
Nos pasamos un rato juntas mamando esas dos hermosas pollas.
Luego fuimos juntas al baño, nos lavamos, mientras estábamos en el baño acordamos llevarlos a la cama para estar más cómodas.
A las dos nos excitaba mucho oír como ellos nos llamaban las hermanas calientes.
Cuando salimos del baño nos acostamos sobre la cama, llamamos a los chicos. Antes de que ellos llegaran ya nos estábamos besando acariciándonos. Para las dos era una nueva experiencia que disfrutabas encantada. Era una deseada relación que debía esperar hasta que se fueran nos dejaran a las dos solas.
Nos entregamos a follar juntas con ellos dos, sacamos hasta la última gota de leche que salía de sus pollas, los follamos a hasta cayeron rendidos follados por dos hermanas muy putas.
Cuando se fueron nos quedamos abrazadas dormidas hasta por la mañana, volvimos a follar solas tranquilas como teníamos pensado. Pasamos todo el día juntas en la cama pasamos también la noche antes de que regresara mí marido.
Descubrir el sexo con mí hermana ha sido una satisfacción preciosa para las dos, te quiero bonita.