Quedo con Tatiana en su chalet de cobatillas

Viene de aquí: https://www.todorelatos.com/comentarios/162157/ Tatiana me ha dicho que la ayude a pintar una de las paredes de su habitación

En realidad es el chalet de su tío. Pero él, el hermano de su madre, se pasa todo el verano en la manga así que le dice a Tatiana, su sobrina preferida, que le riegue las plantas y que cuide al perro, un pequeño salchicha llamado fufu.

Tatiana nos había invitado a Diego y a mí, estaba en mi casa, leyendo el último libro de David Graeber "bullshit jobs" y sinceramente pasaba de hacer de carabina, además tenía que echarle una trola a mi novia y cada vez estaba más harto de toda esta dinámica. Mi novia cada día está más buena, se nota el gimnasio jeje.

  • Estoy ocupado, Tati - Le escribí.

  • Venga ¿Qué tienes que hacer en verano?

  • Oye, que no todos estamos desocupados como tú ;) - decidí picarla un poco, que siempre me hacía gracia.

  • Vamoos, no me deje solita uwu.

  • Ala, la última vez que te hago cosa.

Me duché, el agua fría cayó por mi cuerpo, eliminó mi sudor y me refrescó, era una sensación increíble, Me monté en mi viejo Seat cordoba, era de color gris metalizado, para atraer zorras no servía pero le tenía cariño y estaba totalmente adaptado a él. Unavez cogí el audi de mi prima mayor y ni de coña lo llevaba tan cómodo. Llegué a Cobatillas, nunca había ido y sólo conocía esa pedanía porque el Real Murcia entrenaba allí. Tatiana me mandó la ubicación del GPS y llegué al chalet. Dos plantas, una fachada naranja, que me pareció de mal gusto y el pequeño perro ladrando detrás de la puerta metálica. La puerta empezó a abrirse automáticamente y el olor del galán de noche y el brillo del sol me estimulaba ligeramente.

  • Hola!! Pasa, pasa - Tatiana me recibió, estaba con una coleta puesta y unos pantalones cortos y una camiseta larga con publicidad de frutos secos martínez - Perdona que no me haya arreglado, es que Diego dice que no puede venir así que como total ibamos a pintar un poco...

  • Claro, es natural - Yo sabía que Diego estaba viendo a dos chicas, Alba y Paula, así que tendría la agenda de folleteo a tope.

Cruzamos el jardín, y nos metimos a la derecha donde había una barbacoa, estaba todo pintado, de color azul celeste menos la pared de enfrente:

  • Es que a mi tió se le echó el verano encima y ya no tenía ganas de terminar de pintarla así he decidido darle una sorpresa y ayudarle un poco.

A decir verdad me estaba divirtiendo con la situación, no sólo iba a hacer un poco el tonto pintando, que como toda actividad mecánica siempre es relajante, sino que también aprovecharía para tontear un poco que para mí era un diversión en sí mismo, no me desagradaba ese juego táctico y mental, ese conocer la psicología de la hembra e impactar en sus puntos débiles.

  • Pues nada, esta pintura la compré el otro día en la nueva condomina, ya sabes que hay mucha gente y que no estoy muy tranquila con todo esto del coronavirus pero es que...

Yo escuchaba su larga cháchara y simplemente concentraba mi mirada, me gustaba dejar momentos con silencios incómodos y que mi mirada la pusiera levemente incómoda.

  • Bueno... ¿Y tú que te cuentas?

Qué raro, normalmente Tatiana se comportaba como la egocéntrica cabeza hueca que era pero parece que no le gustaba el silencio.

  • Pues, te digo la verdad, he estado esta semana de puta madre, ya te dije que estaba muy a tope con el ejercicio y es que me he marcado unas reglas básicas. He automatizado mi rutina, la hago casi sin pensar y la combino con mi trabajo el ordenador, de esa manera, sabes, se me hace más fácil, llega un momento que las mancuernas sirven para descansar la vista y la cabeza.

  • Ah, pues está guay pero yo soy muy gandula.

  • Pues sí

  • ¡Eh!

  • Es verdad coñe, imagínate que soy el típico cabrón y que te quiero raptar pues cojo y... - La cogí en brazos, ella intentó resistirse pero yo estaba muy fuerte - y te llevo a la cama y me porto mal contigo.

-Anda, calla loco.

  • Claro que estoy loco, es mucho mejor estar pintando, lo otro es mucho esfuerzo.

  • ¿Por qué? - Yo veía que ella me seguía el juego.

  • Ah, nada - Le respondí - Sigue contándome donde puedo comprar pintura barata - en realidad me la sudaba el tema pero quería jugar para adelante y para atrás, un poco el juego del ratón y del gato.

Llevábamos dos tercios de la pared pintados, a decir verdad no paraba de pensar en mi próximo movimiento, sin darle atención a la pared.

  • Nene, no sabes pintar, se está quedando raro.

  • Pues enseñame, hostia - le estaba tomando el pelo un poco.

  • Mira nene, así, movimientos verticales, arriba y abajo, todo el tiempo igual.

-Si es que se me da mal pintar.

  • ¿Y a ti que se te da bien? - Me estaba provocando así que le pinté el antebrazo con la brocha.

  • Hacer sufrir a las mujeres- la miré muy serio.

  • Eres tonto.

  • Sí- le di un besito en la frente.

-Buff, qué calor - Ella paró de pintar - vamos para dentro y nos tomamos algo ¿Quieres un choleck, un zumito?

  • Una coca-cola mejor - Ella andaba delante mío, desde ahí contemplaba su enorme culo, jugoso y redondo. Llegamos a la nevera, ella la abrió y yo me interpuse -Anda, dejame que eche un vistazo.

-Nah, tu como si fuera tu casa descarado.

-Claro - Estaba muy cerca de ella, no se alejaba mucho de mí así que cojí una lata de coca-cola y cuando me giré le di un pico rápido entre los labios. Fuimos a la mesa del comedor como si no hubiera pasado. Se sentó al lado mío, ella se tomó un zumo de melocotón y yo me tomé la coca-cola como a mí me gustaba, con hielo y media rodaja de limón. -Estamos en Murcia nena, el limón es básico-  allí nos quedamos, mientras hablabamos de banalidades dejé que mi mano se posara en su muslo, yo mientra la distraía preguntandole sobre cuales iban a ser sus planes para este verano.

-Pues nada, estoy aquí, me baño en la piscina, paseo al perro y cuando mis amigas no trabajan las llamo aquí ¿Y tú que tal con la novia?

  • Pues muy bien a decir verdad, es toda una suerte estar con una chica tan guapa y tan buena - Mientras yo le decía esto dejaba que mis dedos se masajearan la tela de su pantalón sobre sus muslos - Buff, hace calor, necesito piscina.

-Sí, yo también necesito.

Fui al aseo a ponerme el bañador, salí a la psicina, me vino muy bien el agua de la ducha portátil, eliminó todo mi sudor y los restos de pintura y me quedé durante un momento admirando mi propio cuerpo, cada vez más optimizado por el gimnasio. Me zambullí y estuve buceando un poco, me sentía en paz, alejado por momentos del reino terrenal donde la gravedad, el movimiento y las preocupaciones me abrumaban a veces. Salí, peiné como pude mi mata de pelo, ya muy larga y me quedé mirando como Tatiana se duchaba. Llevaba un biquini muy estrecho, que dejaba al aire gran parte de su culito, era increíble y el tatuaje de un fénix que llevaba ahí en su nalga me ponía loco.

-Qué miras golfo.

-Tú que crees.

  • Jaja

Se metió al agua, nadó un poco. Yo me quedé flotando y pensando en mi próximo movimiento cuando se me acercó y me dijo:

-¿Quieres una pelota y jugar a algo?

-Sí, voy a jugar a ahogarte.

-¿Qué?!

La cogí e intenté sumergilar, imprimí un poco de agresividad pero la saqué rápido, estaba indignadad y no paraba de tirarme agua a los ojos para vengarse.

  • ¡Estas tonto! - me gustaba porque seguía cerca.

-Es que mi plan es matarte y quedarme con el chalet todo el verano.

  • ¿Sí? ¿Y cómo vas a matarme?

  • He pensado en ahogarte y la otra no te la voy a decir.

-¡Venga, dímela!

-Vale, pero te la digo al oído, que no se entere el perro.

  • Eres muy burro - Se acercó, con mi manoizquierda la cogí por la cadera, aparté su pelo mojado y le dije:

  • A polvos - y le di un piquito, se quedó ahí y volví a besarla, sus labios comenzaron a responder y a abrirse lentamente. Mi mano seguía en sus caderas, el agua nos mojaba y cada vez la apretaba más contra mí.

Afuera sonaban pájaros y los sonidos de los camiones por la autovía, mi mano se delizaba a ese culito y nuestros labios seguían buscandose. La levanté en peso, ella era delgadita y con el agua me resultaba fácil, cada vez me besaba con más ganas ella.

  • Fff, qué locura nene, eres un golfo.

  • Yo le respondía besandole el cuello.

Seguimos liandonos, ella no paraba de apretarme la polla con la mano y yo me estaba poniendo morado con su culo, la cosa se nos estaba yendo de manos.

-¿Nos secamos? - Le dije

-Sí, estoy muy mojada - Amé la ambigüedad de la frase. Fuimos a dentro, ella me llevaba cogido de la mano y yo me sumergía en el pecado. Cogímos toallas y nos secamos, no parabamos de tocarnos mientras llegabamos a la habitación de sus tíos, tenía una cama de 180 que era brutal.

-Wow- le dije - Nos lo vamos a montar bien aquí.

-Sí - ella se me quedó mirando y siguió comiéndome la boca.

Cuando nos quisimos dar cuenta estabámos desnudo, ella me acariciaba la polla con las dos manos:

  • La tienes muy grande, mmm.

Me tumbé en la cama, bocaarriba, ella se me echó encima y empezó a lamerme el cuerpo:

-Es que llevaba tiempo sin polla y estoy muy golfa.

Empezó a comerme la polla, me acariciaba los huevos y su lengua se deslizaba por todo mi capullo

-Ay, cuidado con los dientes - le dije

-Perdona

-No pasa nada nena, sigue que me vuelves loco- desde dónde ma la comía yo alcabzaba a tocarle todo el coñito, lo tenía grande y depiladita y la carne rosa estaba empapada, mis dedos se acercaban a la vagina, cogían parte de la humedad y acariciaban su clítoris. Era brutal, estar en esa situación, tantas pajas, tantos momentos culminando ahí.

  • Necesito que me la metas nene, tengo ganas de tu polla.

  • Yo también tengo ganas de tu coño-  nuestras voces se entrecortaban y eran más graves por el deseo.

Se me subió encima, le acaricié el coñito con la polla, para hacerla sufrir un poco, me encantaba sentir como toda mi polla se mojaba.

  • Metémela sin miedo que tomo la píldora.

-Es que quiero hacerte sufrir.

-Eres un cabrón de mierda - ella se apretó más y se me metió sin querer, le cambió la cara en un momento. Tenía una cara preciosa y ella se estaba sumergiendo en el placer y yo, buah, tenía todo su coñito para mí y me mojaba y me volvía loco. En ese momento me sentía el puto rey, con un chalet y un pibón para mí solo. Ella me cabalgaba muy bien.

  • Me encanta lo golfa que eres conmigo - Ella  no hablaba y su única respuesta fue comerme toda la boca, nuestras lenguas se buscaron como culebras en celo. Me ponía mucho esa situación. De repente la tumbé, y la puse a cuatro patas:

  • Quiere volverme loco con este culo - Busqué con la polla su coñito, me costó un poco apuntar pero al final me deslicé rápido, era una locura tenerla a cuatro patas, toda una golfa para mí solo, le di de hostias en el culo y le dije que era mi puta, que era mí y que me volvía loco.

  • folláme - decía

Me empecé a cansar, le di la vuelta y me subí encima, últimamente me costaba mucho correrme y para mí el misionero era básico. La polla entró sola y empecé a darle caña. Nos empezamos a dar caña, follabamos al mismo ritmo, advinabamos nuestros movimientos y yo notaba que ella se agitaba:

  • ¡Me corro! ¡Me corro!

Yo tenía ya la polla muy tierna y saber que ella se corría me volvía loco también

-Yo también joder ¡! - los dos gritamos como locos, nuestros cuerpos se agitaron y yo noté como me vaciaba en ella y como todo su coñito me mordía de manera dulce y agradable. Me quedé mucho tiempo dentro de ella, con mi polla cada vez más blanda

-No la saques, que estoy a gusto

  • Ya, pero es que me muero de calor - me aparté y me quedé mirando el techo, flipando.

-Por cierto, ahí que terminar de pintar la pared.

-Jaja, ni de coña Tatiana.